Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amargas Mentiras. por Small Lady

[Reviews - 69]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, este fanfic nacio de unos dibujos que algun dia me tomare el tiempo de subir en mi cuenta de Facebook.

 

Quiero dar las siguientes advertencias: 

 

 

 

ESTE FANFIC CONTIENE NARUSAKU, ¿Por que Sakura? A ella le queda mucho el papel que ejerce en esta historia. xD A mi parecer.

 

MENCIÓN DE LA PALABRA DONCEL Y MPREG.

 

LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, ELLOS SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO.

Notas del capitulo:

Si alguien lee esto le deseo un feliz año nuevo atrasado. Nos vemos en las notas finales.

-¡Feliz aniversario! – Gritaron todos al unísono.


La calidez que todos los que se encontraban en la hermosa sala de estar hacían del momento único y especial, las familias unidas celebraban con suma alegría un año mas del joven matrimonio, las paredes de la hermosa casa estaban adornadas de globos blancos y diversas flores preciosas, Naruto Uzumaki, el empresario principal de las industrias Uchiha-Uzumaki Corp, observaba con detenimiento a su familia: Sus suegros platicaban y reían cómodamente con sus amados padres, su cuñado tenia al amor de su vida entre sus brazos en un abrazo amistoso de hermanos, y su pequeña adoración, oh ese niño de cinco años que se había bajado de los brazos de su abuelo para correr velozmente hacia el…


-¡Papá, hazme avioncito! -


Cuando menos se dio cuenta, su pequeño hijo de cabellos azabaches y ojos tan azules como los suyos le había saltado encima.


-¡Arriba campeón! –Expreso mientras estiraba sus brazos para atrapar a su niño, al mismo tiempo que lo alzaba y le daba vueltas sin parar.


-Usuratonkachi vas a salir tirando a Menma.- Dijo Sasuke un poco alarmado al ver al ojiazul haciendo tonterías con su hijo.


-Hermanito relájate, déjalos divertirse.- Itachi no perdió el tiempo para restregar su mejilla contra la de su hermano, como si de un gato se tratara.


-Va a tirar a Menma.-


-Vaaamos, es normal que un niño de su edad sufra una o dos caídas.-


-¿Y permitir que exista una posibilidad de que se vuelva un torpe como su padre? Ni loco.-


-¡Hahaha papá es un torpe!- Grito Menma a lo lejos.


-¡Sasuke teme!-


El nombrado saco levemente su lengua hacia el rubio, en un gesto totalmente infantil, dejando atontado a su hermano, que Sasuke mostrara ese tipo de gestos solo podía ser a causa del inmenso amor que tenía por su esposo idiota.


Aun recordaba con diversión como Sasuke huía de un insistente Naruto, su hermano al ser un doncel de increíble belleza y alta inteligencia siempre era acosado por miles de muchachos, pero su carácter agrio y pesado hacia que los candidatos huyeran al primer intento.


Solo un idiota se atrevería a seguir cortejando al demonio Uchiha. Y es por eso que Naruto podía presumir que el día de hoy las familias Uchiha y Uzumaki celebraban los 6 años de feliz matrimonio.


-¿Itachi?, ¿Estas bien?-


-¿Ah? ¿Por qué preguntas hermanito?- Itachi tuvo que pestañear varias veces para volver a la realidad.


-De repente te quedaste callado.-


-Lo siento, solo pensaba.- Respondió con una enorme sonrisa. Sasuke solo pudo arquear una ceja ante la respuesta. A veces su hermano era tan extraño.


Naruto abrazaba con fuerza a su adorado hijo, muchos decían que era su mismo retrato, pues había heredado sus cabellos rebeldes, sus marquitas y sus ojos azules, pero el sabía que todos se equivocaban, lo tachaban de loco cada vez que lo decía pero su hijo se parecía mas a Sasuke que a él, sus facciones, su nariz, ¡Y lo más visible! Ese color de cabello tan oscuro, tan hermoso… Si, amaba tanto a su hijo, el mejor regalo que Sasuke le pudo haber dado.


-Hijo, ya es hora de que todos vayamos a la mesa.- La voz de Kushina se escuchó a su lado, la bella mujer de larga cabellera roja lo observaba con infinito cariño, y como no, el sueño de toda madre era ver a su hijo y a su nieto jugar juntos, y para suerte de ella, Naruto era un padre muy cariñoso. -¡Mikoto y yo preparamos una comida deliciosa! ¿Verdad que si? – Siguió con el dialogo mientras que con un brazo atraía a la mencionada, misma que solo asintió con un leve movimiento de cabeza.


-Espero que les guste a todos.- La dulce y suave voz de su suegra se hizo presente.


-¡Así será ya lo veras Mikoto chan!- Kushina abrazo más a su amiga sacándole una risita a la contraria, Naruto veía esto con diversión, ¿Quién iba a decir que su madre y su suegra se iban a llevar tan bien? Y ni hablar de su padre y suegro.


-Mamá ¿Dónde está papá?- Preguntó mientras bajaba a su hijo y dejaba que este fuera a los brazos de Sasuke.


-Se fue con Fugaku al patio, estaban hablando de lo de siempre hijo.- Respondió Kushina.


-Hombres, si no son sus negocios son sus coches.- Agrego divertida Mikoto mientras que Kushina le daba eufóricamente la razón.


Naruto era el heredero de toda la fortuna Uzumaki-Namikaze, su padre era un importante importador de maquinaria pesada, y la empresa del señor Fugaku se encargaba de distribuirla por todas las constructoras del continente, así que cuando los jóvenes se casaron ambas empresas se fusionaron, trayendo más que beneficios económicos a ambas familias.


Itachi siendo un talentoso abogado y el un habilidoso administrador, hacían que hoy en día la empresa funcionara a la perfección, Sasuke que igual había estudiado administración ejerció por un tiempo en la empresa, pero con la llegada de Menma tanto su madre como la señora Mikoto lo obligaron a permanecer toda una temporada en casa. Sasuke se negaba a ser un “amo de casa” así que de vez en cuando se encargaba de algunos documentos de la empresa “Prefiero trabajar en casa que no hacer nada” había dicho una vez cuando estaba rebosante de enojo al sentirse rebajado solo por ser el único doncel de la familia. Claro que Sasuke aprovechaba el tiempo dado para criar a su hijo de la mejor manera posible.


Cuando Minato y Fugaku decidieron que ya era hora de jubilarse, dejaron a cargo de la empresa a los tres mencionados. Y hasta ahorita todo había ido más que excelente.


La empresa iba mejor que nunca, toda su familia habían formado unos fuertes lazos, tenia a su lado las personas que más quería en el mundo.


 Naruto se sintió dichoso al ver a todos ya acomodados en sus respectivos asientos de la mesa conviviendo en ese día tan especial, una sonrisa grande y sincera adornaba su rostro, misma que Sasuke observo con detenimiento, para luego imitar el mismo gesto que su esposo, claro que la sonrisa del menor de los Uchihas era menos eufórica, casi imperceptible.


Cuando Naruto volteo a ver a Sasuke, el mencionado pudo apreciar que los ojos azules del contrario tenían un intenso brillo especial. y a su mente también acudió la misma pregunta que sabía que el rubio también tenía en la cabeza..


¿Toda esta felicidad era real?


Naruto tomo la mano de su esposo y de un apretón le hizo saber lo agradecido que estaba con él.


Seis años ya… Le parecía mentira, si aún recordaba con suma claridad el dia que Sasuke caminaba hacia el en el altar, o incluso recordaba divertido todas las veces que fue botado de una patada en el trasero del departamento de soltero de su ahora esposo, vaya que le costó conquistarlo…


Sasuke por su parte, se cuestionaba en que momento cayo en los brazos de aquel cara de idiota, no sabía en qué momento Naruto pasó de ser un don nadie, a ser su todo.


El pelinegro acepto que estaba destinado a estar con Naruto, el día que este le ofreció su mano para que juntos curaran sus heridas del pasado.


Seis años de altas y bajas, de sorpresas, de peleas, de risas, de rivalidades, un hermoso hijo en medio de ellos, una hermosa familia unida.


-¡Se están besando!- Grito Menma emocionado, y es que sus papis no le dejaban ver cuando se daban esas muestras de afecto.


-Tus papis sí que se quieren mucho.- Respondió Itachi ante la emoción del pequeño.


-¡¿Verdad que si tio Itachi?! –El niño estaba eufórico, haciendo que los mayores rieran y que los protagonistas del show se separaran.


-Menma, Itachi, cómanse las verduras.- Dijo Sasuke al voltear a ver el plato de los mencionados.


-¡Pero papi, no queremos!-


-¡Estas peor que mamá hermanito!- Ante esto Mikoto le metió un brócoli entero en la boca.


-¡Jaja que tonto eres Itachi!- Naruto no pudo ocultar su risa.


-Ya te vi que estas tirando el brócoli Usuratonkachi, comételo y dale el ejemplo a tu hijo.-


Ante las palabras fúnebres de Sasuke, Menma y Naruto se voltearon a ver con cara de condenados.


Si, eran la familia perfecta.


 


 


 


-Joven Naruto, esta carta llego esta mañana.- El mayordomo entro al despacho de su jefe.


-¿Hasta ahora me lo traes? Déjalo aquí a mi lado Iruka.- Pidió Naruto desde su escritorio sin levantar ni un segundo la mirada. Con la celebración había olvidado revisar unos permisos que eran requeridos para el día de mañana.


 El estudio de la casa le era un buen lugar para seguir con el trabajo pendiente de la empresa, misma que si no tenía remedio se llevaba a casa para completarlo. Después de la fiesta de aniversario todos se habían marchado, al ser algo tarde Sasuke se había ido a acostar a Menma, una vez terminara con los pendientes le daría un beso a su hijo y se uniría a su esposo en la cama para una buena noche de descanso.


-Lo siento joven Naruto, se veía tan feliz en el convivio familiar que no lo quise interrumpir con trabajo.- Se disculpó el mayordomo, inclinándose levemente.


-No te preocupes Iruka, puedes retirarte.-


-Como ordene Joven. Con su permiso.- Y así sin más, el mayordomo se retiró.


Naruto iba a dejar la carta en uno de los cajones de su escritorio cuando algo en la esquina superior del objeto le llamo poderosamente la atención.


-¿Una… flor de cerezo?- Pensó, mientras las yemas de sus dedos se posaban en el delicado dibujo.


Y entonces su mente reaccionó.


“Yo te amo…”


Naruto paseo su mano derecha entre sus cabellos, los recuerdos inundaron su mente irremediablemente.


“No me puedes dejar, tu no, por favor”


Una súplica hacía eco en su mente, en su interior, en su corazón.


“Lo siento Naruto, me voy a casar, y me ire lejos de ti para siempre…”


“No por favor”


“Te necesito a mi lado”


“Siempre te amare… ¡Sakura!”


Un dolor palpitante yacía en su pecho, siete años que su mente había borrado ese nombre y que ahora resonaba con fuerza, su cuerpo cayo hacia atrás pesadamente en la silla de escritorio, la carta había terminado en el suelo y sus brazos cubrían sus ojos en un inútil intento de acallar su memoria.


-¿Por qué… demonios regresaste?- Susurro, evidenciando que de la felicidad que sintió esa tarde, ya no quedaba rastro. Decidió guardar la carta en uno de los cajones como antes tenía planeado y salió  del estudio. Se dirigió directamente a su dormitorio olvidándose de darle el beso de buenas noches a su hijo, y una vez en el cuarto descubrió que Sasuke ya se había dormido “mejor” pensó, pues Sasuke era muy bueno para detectar  cuando algo le pasaba.


A la mañana siguiente Sasuke se despertó puntual a las 7:00 am, le tocaba levantar a los dos troncos que tenía como esposo e hijo, “de tal palo tal astilla” era lo que siempre le decían y daba completamente la razón, pero para su sorpresa ese día había encontrado el lado de su cama vacía, Naruto se había ido muy temprano.


-Qué extraño…- Pensó en voz alta mientras observaba detenidamente la almohada correspondiente a su rubio. Pero no le siguió dando vueltas al asunto.


-Alguna junta importante quizá.- Dijo mientras se levantaba y se dirigía al cuarto de su niño.- Más vale a ese dobe llegar a la hora de la comida.-


 


Mientras tanto Naruto se encontraba en el elevador de la empresa, aún estaba algo afectado por la carta recibida, y es por eso que decidió esquivar a Sasuke en la mañana, sabía que el pelinegro era capaz de leerle la mente con tan solo una mirada, así que no iba a correr el riesgo, y la única manera de quitarse aquel malestar en el pecho, era enfrentándose de una vez por todas a su pasado.


Pasado que para él no debía significar nada.


O eso al menos creía.


-Buenas días señor Uzumaki.- Saludo la secretaria una vez vio al rubio salir de las puertas del elevador.


-Matsuri, ¿Dónde está Itachi?-


-Esta mañana salió para reunirse con los accionistas de Sunagakure señor, su vuelvo fue a las 6:30 am.-


-Está bien.- Suspiro aliviado, con los accionistas contentos por fin tendrían los recursos para extender el negocio a otros países.


-Señor otra cosa.- la voz baja de su secretaria le llamo la atención, se inclinó lo suficiente como para que Matsuri le susurrara al oído, dándole un permiso mudo de continuar.- Desde hace quince minutos la está esperando una muchacha muy esbelta, me obligo prácticamente a abrirle las puertas de su oficina, que son grandes amigos me dijo.-


Naruto se congelo desde donde estaba, no podía ser…


-¿Entonces le abrirás las puertas de mi oficina a cualquiera que diga ser mi amigo?.- A veces  Naruto se sorprendía de encontrar a gente más tonta que él.


-P-perdón señor…-


-Que no se vuelva a repetir.- Dijo el rubio tajante en un tono enojado nada común en él. Se incorporó y se dirigió a paso firme hasta las puertas de su oficina, mismas que abrió con cierta fuerza y entro imponiendo su autoridad.


Sus ojos se pasearon en la figura que tenía frente a él, las esbeltas y bien formadas piernas se encontraban cruzadas en medio de su escritorio, aquella piel se veía tan suave al tacto, igual como la recordaba, el cabello ahora largo hasta la cintura caía como cascada por toda su espalda, aquellos mechones rosas que le hacían recordar inevitablemente a una flor de cerezo, una vez abrió las puertas los ojos jades lo observaron de pies a cabeza, analizándolo a profundidad, era ella, no cabía duda.


-Sakura…- Susurro desde su lugar, no creyendo de todo que frente a el tenia a la mismísima Haruno Sakura, la misma que...


-Así que esta es la oficina del gran Naruto Uzumaki.- La misma que le había roto el corazón siete años atrás.


Naruto no supo exactamente qué decir, se volteo para cerrar las puertas de su oficina, y una vez cerradas se dirigió a paso lento hasta donde estaba la pelirosa. Una vez más le echo un vistazo a la fémina, esta no había cambiado mucho, pero no podía negar que su belleza era más palpable, más atrayente… Pero no le gustaba para nada que la chica tuviera entre sus manos el cuadro de una de las fotografías que siempre  tenía de su familia.


-Que hermosa familia Naruto… Veo que pudiste lograr atrapar al doncel más codiciado de la facultad.-


-¿Qué quieres?.- Naruto no estaba para juegos, si Sakura venía a molestarlo, a restregarle en la cara lo feliz que era a lado de su esposo fuera de Japón, entonces podía irse por donde vino, que a él ya no le interesaba.


-¿No leíste mi carta? Estoy aquí porque ya no aguantaba más las ganas de volverte a ver. –


-No estoy para juegos Sakura.- Naruto se vio afectado por la respuesta recibida.- ¿Qué acaso tu esposo no te atiende o qué?-


-No me hables de ese estúpido.- Sakura se incorporó y se situó frente a frente con Naruto.- Creí que él podría darme lo que tú no, pero fue estúpido pensar que el amor que tú me dabas podría ser fácilmente remplazado por el cariño de el.- Se sinceró, mientras bajaba la mirada.


-Vienes tarde, yo ya tengo a mi esposo, a mi hijo, somos felices y le soy completamente fiel.-


-¿Entonces por qué estas temblando solamente con mi cercanía? – Sakura acerco su mano hasta posarlo en el pecho del mayor.- Dime que has pensado en mi Naruto… A si como yo he pensado en ti por todos estos años…-


-Sakura no… Esto no está bien…- Naruto estaba cayendo, lo sabía, ella era aún su debilidad y si no hacía algo pronto haría algo de lo que estaba seguro se arrepentiría.


-Por favor Naruto… Él no se enterara, solo te pido que.- Para ese momento Sakura ya tenía atrapado a Naruto con sus hermosos ojos jade.- Te pido que seas sincero conmigo, y contigo mismo…-


Y Naruto se dejó influenciar por las dulces palabras y los recuerdos de su pasado, sin remedio alguno o muestra de resistencia,  sus labios se unieron con los de la contraria, regalando un beso desesperado y salvaje, un beso necesitado y hambriento por rellenar ese hueco de amor de hace siete años atrás, los besos se convirtieron en caricias, Los dedos del rubio bajaron la cremallera del hermoso vestido rojo con violencia, la ropa fue poco a poco esparciéndose por toda la oficina, dando paso a lo prohibido.


Todo esto mientras que en la residencia,  Sasuke observaba por el enorme ventanal como el atardecer se volvía oscuridad, en la espera de la llegada de su esposo.


 

Notas finales:

 

 

¿A alguien le gusto? Se acepta de todo, sugerencia, tomatazos, criticas (De las constructivas) 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).