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Pierce por CottonCandy

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Notas del fanfic:

Cabe mencionar que el título de este pedazo de popo no tiene mucha relación con el fic, solo lo puse porque es el nombre de la canción que estaba escuchando mientras lo escribía.

Todos los personajes pertenecen al fabuloso, grandioso y máximo troll, Eiichiro Oda

Notas del capitulo:

No hay notas, solo tratad de disfrutar el primer episodio de esta mierda.

A altas horas de la madrugada, el mayor de los hermanos D recibió la llamada que había estado esperando por tanto tiempo. Su preciado hermano menor, Sabo, finalmente había despertado luego de haber entrado en estado de coma hacía seis largos meses. Ace estaba tan contento que se había quedado sin palabras, hasta que el joven médico al otro lado de la linea pronunció unas palabras que oprimieron su corazón.
"Es importante que vengas a verle cuanto antes, hay algo que debes saber antes de que Sabo sea dado de alta"
El mayor de los hermanos era un pesimista por excelencia y esas palabras de parte del médico antes de cortar la llamada habían sido el detonante perfecto. Ace imaginaba lo peor, quizá su hermano había perdido la habilidad para caminar, quizá había perdido la vista, quizá su esperanza de vida se había reducido tras el accidente y solo podría tenerlo a su lado por unos días más... Pero a pesar de todas las cosas horribles que imaginó, ninguna de ellas se acercaba ni un poco a lo que había sucedido con Sabo.


— Quieres decir que él... ¿No me recuerda? —preguntó el más bajo con la voz al borde del quiebre.


— Me temo que no. Y no es solo a ti, Ace-ya —contestó el ojeroso— Sabo no puede recordar nada.


Ace sintió como una puñalada en el pecho. Sabo era una de las personas más importantes para él, era la única familia que tenía, era su preciado hermano menor y su mejor amigo... Y el hecho de que el rubio hubiera perdido todos sus recuerdos sobre él era increiblemente doloroso.


Le tomó varios minutos encontrar el valor para reunirse nuevamente con su hermano, abrió con cuidado la puerta de la habitación e instantaneamente sus ojos se posaron sobre el rubio que estaba sentado sobre la cama, inmovil y con la mirada perdida... A saber en que estaría pensando. El mayor de los hermanos carraspeó para anunciar su llegada y la confundida mirada Sabo se posó sobre él y Ace se percató entonces de que unas gruesas vendas cubrían una parte del rostro del menor. El rubio lo analizó por breves instantes y finalmente sonrió.


— Tu debes ser Ace —comentó de repente, sin borrar la sonrisa de su rostro— el doctor dijo que tenías unas ridículas manchitas en tu rostro, por eso te reconocí.


¿"El doctor"? Seguro estaba hablando de Law... Pero escucharle referirse a su amigo de esa manera era bastante extraño. Ace y Sabo habían sido amigos de Law desde hace más de una década y ambos acostumbraban a llamarlo con sobrenombres graciosos. Pero claro, eso era algo que Sabo también había olvidado.


— Si de algo sirve mencionarlo —continuó el rubio tras no recibir respuesta alguna del mayor— no creo que esas manchas en tu rostro sean ridículas como dijo el tipo de los tatuajes.


Ace no pudo evitar sonreir. Tal parecía que el Sabo que él conocía aún estaba ahí... Y eso le causaba un gran alivio. Solo era cuestión de tiempo para que su relación volviera a ser igual que antes, por lo tanto hacer una pequeña reunion en casa le pareció una excelente idea.


Law advirtió que podría ser malo para Sabo ver a tantas personas desconocidas para él, por lo que Ace decidió solo invitar a la persona más cercana que ambos tenían en común. Luffy era un hermano para ambos, había crecido junto a Ace y Sabo e incluso había ido en más de una ocasión a visitar al rubio al hospital. Era parte de la familia, así que era justo que él pudiera acompañarles en un momento tan complicado.


Luffy ya estaba esperandoles en casa, el pecoso le había llamado mucho antes para pedirle que fuera, no sin antes advertir lo que había sucedido con Sabo y pedirle que tratara de ser un poco discreto, cosa que no se le daba mucho al pequeño azabache y demostró justo en cuanto Sabo puso un pie dentro de la casa.


— ¡Oi, Sabo! Así que perdiste la memoria —comentó con descaro y una enorme sonrisa el mas joven de los hermanos, sin darse cuenta realmente de la indiscresión que acababa de cometer.


Los dos mayores permanecieron en silencio por unos instantes. Ace estaba que quería matar a Luffy por cometer semejante indiscresión.


— Eres justo como el doctor dijo que serías —contestó Sabo tras soltar una carcajada que rompió aquella incomoda atmosfera que se había formado instantes atrás.


El rubio explicó más tarde, mientras almorzaba con ambos azabaches que tras despertar por la madrugada le fue imposible volver a dormir, por lo que Law había estado haciendole compañía y contestando todas sus preguntas hasta unas horas antes de que Ace llegara al hospital a recogerlo.


Ace estaba sorprendido por todas las cosas que el idiota de Trafalgar había dicho sobre él, ¡Lo había descrito como un completo imbécil! Se las iba a pagar... Luffy, por otro lado, se limitó a reir tras escuchar todo lo que Law había dicho sobre él, y eso que era mucho peor que la descripción de Ace.


— En verdad me estoy divirtiendo mucho, pero estoy agotado y me gustaría ir a la cama... —dijo Sabo al notar que el reloj marcaba casi media noche.


— Ohh... Vale —contestó Ace un tanto pensativo— Te llevaré a tu habitación... y Luffy, tu dormirás conmigo en la mía.


Dicho eso, guió a Sabo hasta su habitación. Allí dentro, había una pizarra colgada en una de las paredes que tenía una gran cantidad de fotos del rubio con personas que éste no tenía ni la más remota idea de quienes eran. Había unas cuantas fotos con Ace, otras con Luffy y con Law, los demás eran rostros totalmente desconocidos, pero hubo una en particular que llamó la atención de Sabo. Una mujer de cabello rubio, largo y ondulado abrazada a un hombre de cabello oscuro, muy similar a Ace. Ambos sonreían.


— Lucen felices, ¿No crees? —interrumpió Ace con notable nostalgia en su voz.


Sabo solo asintió.


— Ella es Rouge, es la mujer más amable y amorosa que he conocido —continuó Ace señalando a la mujer de la foto— estoy sorprendido de lo mucho que te pareces a ella.


— ¿Y él? —preguntó Sabo.


Ace tardó unos instantes en contestar y Sabo temía haber preguntado algo indebido, miró al pecoso que estaba parado a su lado con preocupación y éste simplemente sonrió y contestó:


— Es Roger.


Sabo no dijo nada más, la voz de Ace lo decía todo. La forma en la que había hablado sobre la mujer que supuso era su madre había sido tan dulce, incluso le había causado ternura y en cambio, cuando habló sobre el hombre que por obvias razones debía ser su padre, su voz sonaba fría y el ambiente se tornó ligeramente incomodo.


Ace bajó su mano y tomó la de su hermano, Sabo en lugar de rechazarlo entrelazó sus dedos con los del mayor y le sujetó con fuerza, agachando la mirada. Aunque Sabo no hubiera dicho nada al respecto, la verdad era que tenía miedo. Todo a su alrededor era desconocido, todos a su alrededor eran extraños... Y se sentía realmente solo. Pero cuando Ace estaba cerca de él esa sensación desaparecía.


Quizá él no podía recordarlo, pero su cuerpo lo hacía. Una agradable calidez inundaba su corazón cuando su hermano estaba cerca y de pronto todas las horribles sensaciones de angustia y miedo desaparecían, como la oscuridad que desaparecía con la primera luz de la mañana.


— No quiero estar solo... —susurró Sabo aún mirando hacia el suelo.

 

— No estás solo, Sabo —contestó Ace.


Ace pasó el resto de la noche junto a Sabo hablando sobre las cosas que hacían cuando eran niños, sobre como conocieron a Law y como fue que Luffy se volvió su hermano pequeño. Había tantas cosas de que hablar que no pararon hasta quedarse dormidos.


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A la mañana siguiente, el sonido del teléfono fue lo que obligó al mayor de los hermanos a iniciar el día. Contestó aún bastante adormilado y se levantó de golpe al escuchar la voz tan familiar al otro lado de la linea, haciendo que Sabo despertara también.


— ¡Marco! —exclamó Ace.


— ¿Que ha sucedido contigo? —contestó el anteriormente mencionado— Llevo intentando localizarte desde ayer, yoi.


— Lo lamento, Sabo ha salido del hospital por fin.


— Eso no habrá hecho que te olvides de nuestra cita de hoy, ¿Cierto?


— ¡N-No! Por supuesto que no, saldré en un instante.

Y dicho eso, el pecoso cortó la llamada y salió del departamento tal y como estaba vestido, después de todo, el regreso de Sabo había hecho que olvidara cambiarse a la hora de dormir. Sabo se levantó bastante confundido por la reacción de su hermano y caminó hasta la ventana frotándose el ojo derecho -pues el otro aún estaba cubierto con unos gruesos vendajes-.

Esperando a un lado de la reja estaba un hombre un poco mayor que ellos, rubio y bastante más alto. Ace salió instantes después y llegó por sorpresa a abrazarle por la espalda, el hombre se giró y besó al pecoso en la frente. El corazón de Sabo golpeó su pecho con fuerza y una terrible sensación le revolvió el estómago. 

— ¿Marco?

Notas finales:

Dejad sus reviews, acepto cumplidos, quejas, sugerencias, críticas y patadas en el trasero. 

Estas últimas se que nadie las mandará. No aún.


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