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Nuestro único final. por shudyeer

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Notas del capitulo:

La canción "Dalia" pertenece al grupo Saurom, la letra es propiedad de Narci Lara y la uso sin fines de lucro, unicamente para diversión así como los personajes de Yu Gi Oh! 

 

Les dejo el link de la canción para que la escuchen y se llenen de esos bellos sentimientos. 

Dalia 

Desde mi lugar en aquella cafetería te vi entrar tomado de la mano con alguien más. El alma se me escapó del cuerpo pero supe fingir muy bien, te sonreí e incluso te desee lo mejor. Tú sonreíste y continuaste con tu cita. Eso terminó muy bien y como en un silencio entendido nos dijimos adiós.

Yo no sé tú pero por mi parte tenía más que lamentar, mi corazón no está bien y no quiero imaginarte a ti ya que yo te hice mucho daño pero lo que me consuela es que ya tienes a alguien que te ayudara a sanar todas las heridas pero ¿y yo? Sólo quiero sentarme a tu lado a contemplarte, sí, porque para alguien como yo está bien.

 

Discúlpame si hoy llego tarde 
Pero cada día
Me cuesta un poco más
Voy a sentarme aquí a tu lado
Que al corazón cansado 
Lo tienes que curar

Será para siempre dijiste
Yo te traigo otra vez flores 
Si tú me prometes 
Que siempre sonreirás

 

Y aquí me tienes de nuevo, evocando cada milímetro de ti. Nos dijimos adiós y la historia terminó ¿no? Ambos sabemos que no es verdad, siempre podremos abrir en nuestras memorias el inicio de nuestra de historia y lo contaremos de una y mil maneras cada vez más o menos perfectas pero siempre será sobre nosotros dos.

Cuéntale al olvido 
Que hoy soñé contigo 
Diré que no 
No podrá hacerme olvidar

Que quiero estar contigo 
Como nos prometimos 
Esperaré cada día yo volveré

Me despertó la puerta del baño al abrirse. Trate de recordar quién estaba en mi casa la noche anterior. Una chica de cabellos rojos y perforaciones en los labios me miró al cerrar la puerta del baño.

—    Lo siento, tenía que usarlo — Se disculpó alejándose de la puerta y revisando entre su bolso.

—    Descuida…— Hice una pausa al no recordar el nombre.

—    Jesse— se presentó con una media sonrisa—  Anoche estabas muy borracho. —Rió.

—    Eso creo.

Trate de enfocar mejor y buscar algo de ropa para ponerme, aunque en realidad no quería ser cortés con ella. Ella notó mi desgano y se apresuró a extenderme un papel con su número.

—    Pensaba dejártelo para cuando despertaras. — Sonrió cuando acepte el papel.

—    Seguro.

Dije con una sonrisa natural, como siempre, como con todas. Ella salió,  en cuanto escuché la puerta de la calle cerrarse tiré el papel a la basura y me dirigí directo a la ducha. Necesitaba una larga ducha caliente, así, mientras el agua resbalaba por mi desnudo cuerpo yo pensaba en la única persona que era mi todo, mi ex esposo, la persona que me dejó. Y sí, ya no tengo ganas de reclamarme porque, él me dejó y yo sólo me comporté como un imbécil.


Me falta la mitad de todo 
Todo lo que fuiste, para mí 
Se quedan las sabanas frías 
Murió la poesía que me hacía sentir

Y el miedo no ha dejado de mirarme 
Grito en el silencio soñando despierto
Que todo es mentira que aún sigues aquí


Descansa cielo que se ha hecho tarde 
Mañana vendré a verte otra vez

Cuando mi larga ducha terminó estaba un poco mareado, un tanto por el vapor y otro tanto por pensar en Tristán. Recordé la noche de bodas, a pesar de que habíamos estado juntos muchas veces en la cama (y en muchos otros lugares como en la escuela)  ese día fue como perder la virginidad de nuevo o algo así. Estabas muy apenado, quizá porque era oficial y aunque sólo asistieron tus amigos a la boda todos sabían que esa noche tú y yo nos portaríamos muy mal. El hotel tenía vista al mar y se podía ver desde nuestra cama, donde dormiste en mi brazo con  tu cuerpo desnudo junto al mío y es esa la sensación que más extraño, la perfección de nuestros cuerpos juntos ¿por qué habré buscado fuera lo que siempre tuve en casa?


Cuéntale al olvido 
Que hoy soñé contigo 
Diré que no 
No podrá hacerme olvidar

Que quiero estar contigo 
Como nos prometimos 
Esperaré cada día yo volveré

Descansa cielo que se ha hecho tarde 
Mañana vendré a verte otra vez

 

 

Ni el trabajo me distrae lo suficiente y como es mi costumbre salgo de vez en cuando a buscar un poco de emoción pero ya nada parece inyectar esa adrenalina en mí y lo único que parece un reto real, lo verdaderamente prohibido es robarle un beso a él, a ese chico de cabellos castaños rebeldes, a mi “mono”. Tan sólo un simple rose de sus labios para mí sería como cometer el peor de los pecados (sí, mi error es que me gusta lo prohibido, esa adrenalina por saber que alguien te va a reprender)  y más ahora que me enteré por Yami que Tristán ha empezado a vivir con el chico con el que salía, Azael creó se llama. Y me llena de celos y de preguntas ¿su cuerpo se amolda a la perfección al tuyo? ¿Es mejor que yo? Claro que es mejor que yo, porque él curó todas tus heridas, estoy seguro de que él no te mintió, no te engañó con cualquier cosa que se moviera y él supo ganarse tu perdón si es que lo hizo. Por lo menos espero que tú creas en el amor de nuevo.

Paseaba desganado sin saber a qué lugar entrar a derrochar mi increíble personalidad. Mi estado de ánimo es deplorable, así que prefiero detener mi auto en una tienda de autoservicio, hoy se me antoja comer una sopa instantánea mientras trato de que mi soledad no me robe el resto de mi comida.

—    ¡Duke!

Escuché que me llamaron mientras salía de la tienda con mis compras. Un automóvil se detiene frente a mí.

—    ¡Espera!

Reconozco el auto de Yami, al parecer tiene muchos problemas allí adentro. Me asomo para preguntar qué ocurre y me encuentro con la sorpresa de que tiene una fiesta allí dentro con 3 ebrios muy testarudos y mala copa.

—    Necesito tu ayuda. — Baja del auto y se dirige al asiento trasero— ¡Dejen de tocar a Yugi! Y luego se preguntan por qué no me gusta que salga con ustedes— Grita dentro de su auto mientras arrastra a Tristán fuera.

—    Sus reuniones siempre son un desastre— digo para tratar de disimular mi ansiedad por ver a Tristán.

—    Y que lo digas, malditos ebrios. Los corrieron de su cuartel de reuniones y tuve que pagar los destrozos— avienta a Tristán a mis brazos—. Traes carro ¿no? Llévalo a su casa por favor.

—    P-pero yo ya no sé dónde vive.

—    Bueno llévalo a la tuya o qué sé yo pero ¡ayúdame! — grita Yami exasperado. Acaban de vomitar dentro de su auto, creo que fue Joey.

Los miro alejarse con cara de no saber qué hacer ahora con este paquete. Tristán está balbuceando muchas cosas mientras se cuelga de mi hombro. Como pude lo metí al auto y logré que se quedara dormido. Llegamos a mi casa (sí sé dónde vive pero no quiero llevarlo, quiero ser egoísta, más egoísta). Lo cargue entre mis brazos y lo llevé a mi habitación, nuestra habitación. Quitando el olor a alcohol parecía muy inocente, indefenso. Acaricié su piel morena, desde su mejilla hasta su cuello, la tentación es muy grande. Me detuve a acariciar sus labios, quiero besarlos, tengo unas ansias mortales de hacerlo y él está aquí, indefenso, sólo para mí. Me acerco lentamente, saboreando la textura, la anchura, su aliento, su respiración es normal pero la mía esta agitada, no puedo creer que podré besarlo de nuevo, después de tantos años. A escasos milímetros de él me detengo.

—    Duke imbécil— balbucea un par de veces.

Me alejo de su boca. Rodeo la cama y me recuesto a su lado, acurrucándome en su hombro. Lo observé toda la noche, le di un pulcro beso en la mejilla y desee tener más noches como esa.

Cuéntale al olvido 
Que hoy soñé contigo 
Diré que no 
No podrá hacerme olvidar

Que quiero estar contigo 
Como nos prometimos 
Esperaré cada día yo volveré

FIN. 

Notas finales:

Y bien, es como la continuación de esta pareja en mi fic "El club de los divorciados" por si gustan leer más sobre ellos. 

Saludos y gracias por leer :D 


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