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El descarado por Yewooki

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Notas del fanfic:

:v pues es mi primer fic (publicado) sobre Haikyuu!! y espero que les guste~

Notas del capitulo:

Puede que este un poquito raro y muy OoC but yolo(?), por cierto los personajes no me pertenecen~

Tsukishima Kei creció en uno de los barrios más pobres de la ciudad, sus padres eran personas humildes, y a pesar de haber crecido siempre limitado por el dinero, creció siempre deseando cosas caras, una vida llena de lujos, desde pequeño dejó al descubierto su personalidad interesada y algo descarada, por pedido de su hermano mayor había terminando uniéndose al equipo de voleibol de su preparatoria, durante uno de los campamentos de entrenamiento en verano fue donde se conocieron.

 

Kuuro Tetsuro era un chico de clase media bastante normal, nunca se había interesado en alguien más allá de ser simples amigos, siempre enfocado en la escuela y los deportes, cuando vio ante él a Kei, algo dentro suyo se encendió con violencia, tal vez era su piel blanca que parecía ser tan tersa la de un bebé, su cabello rubio que brillaba con los rayos del sol, su rostro sereno, sus ojos color miel que brillaban con aburrimiento o aquella sonrisa de superioridad.

 

Con el paso de los días lentamente se fueron uniendo gracias a los entrenamientos que tenían en conjunto con el capitán de Fukurōdani, cuando menos se dio cuenta estaba perdidamente enamorado de Kei, sus pensamientos siempre terminaban en él, la química entre ellos era innegable, pero también era consciente de que Kei estaba interesado en Kotaro por su nivel económico, venia de una importante y poderosa familia.

 

Una noche fresca después de un extenuante entrenamiento fue cuando la tensión llegó a su límite, sin poder contenerse más aprisionó el cuerpo delgado de Kei contra las baldosas del baño, mientras sus labios devoraban con ansias los ajenos, sus manos recorrieron su cuerpo sintiendo como su delicada piel se estremecía ante su toque, un suave gemido fue lo que oyó al morder el labio inferior del menor, aprovechó esto para introducir su lengua, siendo recibido por un sabor a fresas que lo enloqueció.

 

Las caricias pronto subieron de tono, sus dedos comenzaron a estimular los rosados pezones ajenos, hasta dejarlos sensibles y completamente erectos, dejó sus labios para comenzar a bajar dando ligeras mordidas a todo su cuello, sus manos en cambio se concentraron en el miembro erecto del rubio, masajeándolo lenta y tortuosamente, los gemidos eran sofocados por las manos temblorosas del menor, quien apenas y podía mantenerse en pie.

 

Tetsuro sonrió arrodillándose para sin pena alguna tomar en su boca el pene ajeno, que ya estaba completamente erecto, el ligero sabor a ocre llenó sus papilas pero poco le importó, sus ojos estaban enfocados en el rostro desfigurado por el placer del menor, sus mejillas y cuello completamente rojos, sus ojos vidriosos, su cuerpo entero sacudiéndose por las miles de descargas que le estaba provocando, sonrió un poco antes de comenzar a moverse  a todo lo largo de su tronco, succionando al llegar a la punta, los gemidos de Kei lo estaban excitando más de lo que alguna vez hubiese creído.

 

Sin previo aviso y en medio de un gemido agudo Kei se corrió obligando al pelinegro a tomar entera su simiente, apenas siendo capaz de mantenerse en pie, trató de disculparse, pero la sonrisa de satisfacción que le dio Tetsuro lo dejó completamente mudo, le dio media vuelta dejándolo de cara contra las baldosas, antes de sentir algo húmedo y escurridizo abriéndose lentamente paso en su entrada, una de sus manos lo ayudó a sostenerse, mientras con su otra mano cubría su boca impidiendo que los gemidos y pedidos por más escaparan, pero siendo aún así bastante audibles.

 

Uno de los dedos de Tetsuro acompañó a su lengua en su búsqueda por abrir aquel húmedo y cálido lugar, alejó su lengua e introdujo otro dedo, comenzando a moverlos en tijera, luego introdujo un tercer dedo, cuando entraban y salían sin mayor complicación los sacó recibiendo un quejido y una mirada molesta por parte del rubio, le sonrió con coquetería antes de entrar lentamente en él, era tan estrecho y caliente que sentía que perdía la cabeza.

 

Esperó paciente a que Kei le dijera que podía moverse, lo último que deseaba era lastimarlo, por eso cuando sintió que movía lentamente sus caderas, las tomó con firmeza y cuidado comenzando a salir y entrar, de forma lenta, calmada, poco a poco aumentando la velocidad, hasta que las embestidas eran duras, fuertes y certeras, golpeando a cada movimiento la próstata de Kei haciéndolo gemir alto, sus manos se entrelazaron con las del pelinegro sosteniéndose contra la pared.

 

Oía los gruñidos y gemidos graves de Tetsuro contra su oído excitándolo aún más si es que eso era siquiera posible, el cosquilleo en su vientre bajo le avisó que estaba a punto de llegar de nuevo al orgasmo, pero Tetsuro salió por completo de él, contrariado lo volteó a ver, sintiendo como soltaba sus manos y obligaba a voltear para quedar frente a frente.

 

-Quiero ver tu rostro cuando te corras- le dijo con simpleza, antes de besarlo con fuerza haciéndolo gemir, sintiendo como nuevamente se deslizaba con firmeza dentro suyo, sus caderas chocaban con fuerza y sin poder contenerse más, se corrió gimiendo el nombre del capitán de Nekoma, mientras él se corría dentro suyo.

 

Sus encuentros en los baños continuaron hasta el final del campamento, para entonces no cabía duda alguna en el corazón del pelinegro que el rubio lo amaba, pero también sabía que a pesar de ello, Kei coqueteaba sin pena alguna con Bokuto, poco después del campamento, tuvieron un encuentro con Fukurōdani, donde al terminar resultando como ganadores los búhos, Kotaro le comentó que se vería con Kei ese fin de semana,  su corazón se oprimió pero no dijo nada al respecto.

 

El lunes por la mañana recibió una llamada de Akaashi que lo sorprendió, le comentó de forma casual, pero oyéndose en su voz el dolor, que Kotaro se había acostado con Kei durante el fin de semana.

 

Con el pasar de los meses lentamente Kei se adueñó del corazón de Kotaro importándole muy poco herir a Keiji con ello, siendo que ambos habían formado una buena amistad, a pesar de ahora haberse convertido oficialmente en pareja de Kotaro sus encuentros no terminaron, esas pocas horas donde tenía a Kei entre sus brazos, era cuando recordaba porque estaba perdidamente enamorado de él, y ni siquiera el dolor asfixiante de su traición podía hacer que lo tratara de olvidar.

 

La ambición había carcomido el corazón de Kei, las mentiras a su alrededor lentamente comenzaron a consumir su alma, en este punto Kuuro estaba más que seguro que le dolía más el propio dolor de Kei por no estar con él que la traición a sangre fría que le había hecho.

 

Un día de primavera temprano por la mañana alguien tocó su timbre, curioso se movió hasta abrir la puerta encontrándose frente a él a Kei, quien le sonrió suavemente, se movió dejándolo  pasar, para después aprisionarlo entre sus brazos, dándole un beso rudo y cargado de dolor, un beso donde compartieron sus penas y amor, fue entonces que lo aceptó, él había nacido únicamente para amar con locura a Kei, sin importar si él se iba, siempre lo amaría, de eso no tenia duda alguna.

 

- Entonces, básicamente Kei no es de nadie, pero es de todos, te duele amarlo, pero estas dispuesto a entregarte por completo a él a pesar de que te rompa en mil pedazos, además de ser in ingrato- murmuró Kenma sin mucho interés realmente, pero Kuuro era su amigo, y como tal debía oírlo, porque al final de cuentas por él ahora estaba con Shoyo.

 

Tetsuro sonrió enigmáticamente antes de darle un largo sorbo a su tarro de cerveza oscura, para después volver a enfocar su mirada en su rubio amigo.

 

-Pero sé que no me olvidara aunque se vaya de mi vida para siempre- dijo en tono seguro.

 

El tiempo voló desde que Kei y Kotaro habían comenzado a salir, Tetsuro aún conservaba dentro de su cartera una foto desgastada de Kei, donde le sonreía a la cámara, fue poco antes de que terminaran el campamento de verano, sonrió con nostalgia acariciando la fotografía, ahora Kei estaba en la universidad, un suspiro agotado escapó de sus labios mientras se recargaba en su silla, el rubio sin duda alguna era su mayor fortuna, y su mayor desdicha.

 

Aquella noche lo había citado en aquel bar, era noche de novatos, cuando lo vio llegar subió al escenario, con guitarra en mano, los años le habían sentado bien al rubio, se veía más hermoso de lo que recordaba, se paró frente al micrófono y comenzó a tocar, lentamente las palabras comenzaron a deslizarse fuera de sus labios, materializando su dolor de tantos años.

 

Es un descarado

Por el más hermoso

No tiene casi nada, pero le gusta la vida cara

Y a mí me gusta él

Y se cuanto me ama, se que sueña conmigo

Pero amanece en otra cama

El dinero le robó su corazón

Las mentiras le desarmaron el alma

Y me duele su dolor, mucho más que su traición

Yo nací para quererlo aunque se vaya

Hombre de nadie, hombre de todos

Hombre que mata, hombre que duele

Hombre que entrega y te arrebata

Hombre tan caro, hombre ingrato

Sé que no me olvidaras aunque te vayas

En mi cartera guardo su foto desgastada

Es mí mayor fortuna y mí desdicha, el descarado

Yo seguiré mi rumba el mundo no se acaba

Esta vida es muy corta, te cobra y te paga

Sé que no me olvidaras aunque te vayas

 

Terminó de cantar viendo siempre aquellos ojos miel, los cuales reflejaron tantas cosas juntas, se bajó del escenario y dejó la guitarra de lado, vio a Kei acercarse y tomó aire, necesitaba darle un fin a todo eso, así se desgarrara por dentro por ello, cuando por fin estuvieron frente a frente, Kei le sonrió suavemente antes de bajar la mirada.

 

-Sin duda me va como anillo al dedo la canción… ¿no?- murmuró bajito, antes de levantar el rostro, viendo como la madurez había llegado a Tetsuro, el lo había roto y le dolía saberse causante de ello.

 

-Kei- le llamó más por costumbre que por necesitar que fijara su atención en él- Kotaro o yo- le dio a escoger.

 

El silencio se formó duro y tenso, Kei lo veía a los ojos, pero no podía leerlos, su corazón latía desbocado y sentía que moriría si le decía que se quedaría con Kotaro, pero respetaría su decisión, por más que esta le doliera.

 

Una sonrisa altanera se formó en los delgados labios del pálido, antes de rodear con sus brazos el cuello de Tetsuro.

 

-Espero que ganes muy bien como Arquitecto, Tetsuro- le dijo antes de besarlo.

Notas finales:

Gracias por leer~


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