Ahora mismo eres "una princesa".
Te encuentras recostada en una enorme cama, en una enorme habitación, que obviamente no debería pertenecerte.
Te levantas con pesadez del lugar e inmediatamente entra una sirvienta en la habitación. Su nombre es Jade, es tu sirvienta personal, ella es quien te ayuda a parecer una "princesa" hecha y derecha.
Mientras te ayuda a vestirte, observas tu reflejo en el enorme espejo frente a ti. Tus cabellos, largos y de color azabache, caen sobre tus hombros. Tu anatomía en sí muestra claramente la figura perfecta para una mujer... Pero no lo eres.
No tienes idea de tu verdadero nombre.
No tienes idea de quién se supone que deberías ser actualmente.
Pero si tienes claro, que no eres una princesa.
Tu pseudonimo es Princesa Johann Egbert de Prospit... Ese es el nombre de otra persona.
Ya hace bastante tiempo que te has enterado de que la vida como la conoces hasta ahora no es más que una farsa.
Pero tu historia ya se irá conociendo más adelante.
Ya estás vestido, llevas un vestido largo y de tonos dorados, encajes de oro y brillos de a montones adornan la prenda. Sobre tu cabeza llevas una tiara, aquella tiara que te da a reconocer tu actual título.
Agradeces a Jade y sales de tu habitación.
Vuelves a seguir tu rutina.
Saludas a todo sirviente que te encuentres hasta llegar al gran salón en que se te darán tus típicas clases.
En todas y cada una de ellas te enseñan a comportarte como una princesa digna de su puesto.
Te aburres e ignoras cada una de las llamadas de atención de parte de tu tutor, preferías quedarte observando al cielo que estaba cruzando la ventana. En las noches de insomnio amabas quedarte mirando los brillantes luceros del manto color carbón, en ocasiones pasaban estrellas fugaces, cada vez que esto sucedía, tu pedías un deseo, para muchos será una estupidez, pero tu creías firmemente en que algún día, todo lo que pediste se volviera realidad.
Lamentablemente no podrías contar ninguno de tus más profundos anhelos aquí, según Jade, si cuentas un deseo a alguien, este no se cumplirá.
Despegas tu vista del azul cielo, algo ha llamado tu atención... ¿Ese no es...? ¡Es Jake! ¡Tu guardia personal y mejor amigo!
Jake es la única persona en todo el castillo con la cual puedes establecer una conversación sin que te llame ''alteza'' o ''majestad'', aun que algunas veces lo haga simplemente para fastidiarte, pero, por muy amigos que sean, frente a el tienes que seguir comportandote como una chica.
Ojalá el tiempo pase rápido... No quieres hacer más que hablar con el y perder el día juntos.
b19;b19;b19;
Al fin pudiste librarte de esas aburridas clases, actualmente estás corriendo a toda velocidad buscando a Jake.
Preguntaste a sirvientes y a los pocos guardias que estaban por castillo si habían visto pasar a Jake por ahí, ninguno fue de mucha ayuda, todos estaban ocupados con una u otra cosa. Finalmente, Jade volvió a salvarte, Jake había hablado con ella hace poco, te indicó donde estaría y rápidamente te pusiste en marcha.
Cuando pudiste divisarlo, una gran sonrisa se formó en tu rostro.
- ¡Jake! .- Gritaste a todo pulmón estando a algunos metros de el.
- ¿Johann...? - El también volteó a verte. Pareciera que se le haya contagiado tu carisma, pues apenas te vió correspondió a tu sonrisa, pero esta no duró mucho en el rostro del oji esmeralda.
- ... ¿Sucede algo...?- Preguntaste una vez estuviste a su lado.
- Ah... Ahora mismo no tengo mucho tiempo para hablar, alteza...- Frunciste el ceño por el apodo.- Si no me equivoco, usted no está informada... Para hoy teníamos programada una visita de parte de los gobernantes del reino de Derse... -
- ¿Derse?... Oh no, nadie me había hablado sobre ello...- Mentira. Habías escuchado hablar sobre lo de la visita por tu tutor, pero preferiste seguir en las nubes.
Ibas a decirle algo más a Jake, pero una de las sirvientas que estaban por ahí cerca, te pidió que le acompañases a verte más ''presentable''.
Mientras eras prácticamente arrastrado hasta tu alcoba, ves a Jake correr apresuradamente para llegar al lado de sus compañeros que ya hace un tiempo le estaban llamando.
Algo tienes claro y eso es que tendrás que volver a sobreactuar tu papel de princesa.