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Sanando Heridas por Ojou_Sama_F

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Notas del fanfic:

Es necesario leer los fics:

Bésame

Chocolate

Chocolate, Pâtissier

Notas del capitulo:

Este es el inicio de una nueva historia...

 

 

- - - - - 

 
La lluvia era torrencial, la ciudad estaba sumida en esa tormenta desde hacía un par de días por culpa de un fenómeno natural y, posiblemente, duraría un par de días más. En el centro de la urbe, a pesar de ello, la actividad no se detenía.
 
En uno de los edificios más lujosos, uno de los departamentos estaba completamente a oscuras, incluso, no parecía que nadie lo habitara; de no ser por la mujer que iba a limpiar todos los días, podía decirse que era un departamento vacío.
 
Un joven de cabello castaño estaba en la habitación principal, sentado en el piso, recargando su frente contra el ventanal; se encontraba absorto, observando y escuchando, las gotas de agua golpear el cristal, así como los relámpagos que cruzaban el cielo. Estaba en pijama, pues había regresado de su viaje un par de semanas atrás y no salía más que para ir con la psicóloga que lo atendía.
 
Un año se había ausentado, dejando todo atrás, la escuela y su vida; se quedó sin amigos y, aunque no quisiera admitirlo, eso también le dolía. Sus padres decían comprenderlo, pero, él sabía que era una vil falacia; divorciados, y tan distantes de su hijo, solo optaron por tratar de olvidar lo sucedido.
 
Él se fue con su padre a Europa, pero, como sabía, el hombre ni siquiera le ponía atención, andando con su nueva novia; su padre no había vuelto a casarse desde que se había divorciado de su madre, pero, cada año, se buscaba una nueva pareja, pues, tenía dinero para no necesitar hacer nada más que divertirse en esa vida y quizá, otras dos más. Su madre, por su parte, mantenía la empresa de publicidad familiar, negocio que se suponía el menor iba a heredar algún día, pero, con lo sucedido, ella no parecía tenerle tanta confianza; aún así, en vez de ayudarlo y apoyarlo, decidió hacerse la desentendida, alejándolo para que se acabaran los chismes y habladurías.
 
Él se quedó en completa soledad. Se había alejado de su vida cotidiana; volvió a ser el chico retraído y serio que había sido, cuando era más pequeño. Nunca más volvió a encender su celular; dejó de usar redes sociales y evitó, en lo posible, enterarse de las noticias. Ahora que había vuelto, debía retomar sus estudios; reingresar a la universidad y tratar de volver a empezar.
 
Suspiró.
 
Seguía sintiéndose vacío; desde hacía mucho que se sentía de esa manera.
 
¿En qué momento se había perdido? Por más que trataba de sacar su frustración y encontrar la raíz de su problema, su psicóloga le decía que no iba a avanzar, si no le decía todo lo que sentía, pero ni él mismo sabía lo que le sucedía.
 
Años atrás, había sido feliz, alguien lo quería y apreciaba, tanto como para no forzarlo ni dañarlo; pero, todo eso cambio, cuando conoció a un chico que, le empezó a hablar y mostrar interés por él. Nunca antes le había sucedido, el único que le había hecho sentir atractivo era su pareja y, sintió emoción, curiosidad y, ¿por qué no?, algo de orgullo. Ese fue su error; pensar que otras personas valían la pena, justo como ese chico que lo había cuidado y tratado con paciencia.
 
Y fue cuando cometió el error más grande de su vida; alejar a la persona que en verdad lo quería, solo por tratar de satisfacer su propia vanidad. Un capricho que le costó más de lo que había pensado.
 
Cuando se dio cuenta de su error, era muy tarde; ya había cometido una locura con su pretendiente y, nada bueno surgió de ahí. Entonces, tampoco podía volver con su ex novio, pues él no quería ni verlo; aún así, mantenía la esperanza de que todavía lo quisiera, así que, intentó otra cosa. Si no podía acercarlo por las buenas, podría darle celos, los suficientes para que, por él mismo, volviera a acercarse; aceptó tantos chicos como le fue posible, paseándose con ellos frente a su ex pareja, fingiendo ser feliz, buscando una reacción favorable. Pero, nada funcionó; al contrario, lo alejó tanto que, terminó perdiéndolo completamente.
 
“…solo te quería, el amor es distinto y ya no siento absolutamente nada por ti, ahora tengo a alguien a quien amo de verdad, así que, por favor, no te ridiculices, ¿qué van a pensar tus amigos? y, por última vez, ¡déjame en paz!...”
 
Recordó esas palabras que lo habían llevado a intentar la locura más grande.
 
Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas y las limpió con rapidez. Su mano se movió instintivamente a un pequeño cuaderno que tenía a un lado, agarró la pluma que colgaba del mismo con por un cordón, buscó con dificultad, por la falta de luz, la siguiente hoja que estaba limpia y solo puso una frase: “me siento solo…”
 
 
- - - - -
 
 
Al otro lado de la ciudad, un hombre estaba en la sala de su casa, recostado en el sillón más grande; Wolf, su mascota, estaba echado en la alfombra, completamente en silencio.
 
El castaño tenía más de ocho meses que había empezado a fumar; era lo único que le había quitado la ansiedad y, en ese momento, no sabía si eso le funcionaría el siguiente semestre, especialmente, porque en las aulas no podía encender un cigarrillo. Le habían dado los horarios para las siguientes clases que impartiría en la universidad y le tocaba dar una clase en el área de mecatrónica, y, eso solo significaba una cosa; volvería a ver a esa persona de quien se había enamorado tiempo atrás.
 
Se había resignado casi seis meses antes, en enero, a no tenerlo con él, pero sentía que aún le dolía haberlo perdido; desde que se separaron, un año atrás, no había vuelto a tener pareja, ni siquiera una relación fugaz de simple sexo, nada podía quitarle el vacío que sentía y, sabía que, él mismo, era el único responsable. Si él no lo hubiera herido, si él no lo hubiese alejado, podía tenerlo ahí, con él, sin importar si no podía estar como docente en la universidad; pero, lo hizo, tomó decisiones incorrectas y ya no podía echarse para atrás.
 
Ahora, aquel que aún no podía apartar de sus pensamientos por completo, a pesar de que le había dicho ‘adiós’ tranquilamente, estaba con una persona que lo amaba y él, solo podía tratar de ver hacia adelante, encontrar a alguien más y esta vez, no debía ser un idiota. En realidad, quería encontrar una pareja, pero, aunque había tenido oportunidades, no las había tomado.
 
Desde el semestre anterior, y, debido a lo ocurrido con la confrontación de ambos y los otros profesores, todos sabían que era gay, pero, la gran mayoría, no lo creía, pues no lo demostraba en ningún sentido; aún así, algunos otros profesores, de otras áreas, empezaron a buscarlo y, aunque no le agradaba, también algunos alumnos se acercaron más a él, pero, prefirió mantener su distancia. Lo que menos quería, era meterse en problemas.
 
Suspiró.
 
Dejó la colilla del cigarro en el cenicero y se incorporó. Su mascota levantó la cabeza, observándolo con curiosidad; el ojiverde le acarició la cabeza con cariño y fue a apagar las luces, para subir a su habitación. Necesitaba descansar; al día siguiente, aún con la lluvia, debía presentarse, tanto en la universidad, como en la empresa familiar, a la cual, ahora tendría que acudir en las tardes. La siguiente semana, iniciaban las clases y debía estar preparado para todo.
 
Cuando llegó a su habitación, primero se aseó y después, aún con el cabello húmedo, se recostó en la cama.
 
-Me siento solo… – susurró y cerró los parpados.
 
Poco a poco, el sueño lo invadió.
 
 
* * *

 

 
Notas finales:

Como dije en las notas del fic

 

Esta historia la empecé a publicar en mi pagina y tengo un desface de dos capítulos, es decir, aquí empiezo con el prologo y allá, ya voy en el segundo capítulo. Pueden leerla en: http://ojousama.weebly.com/sanando-heridas.html

 

Y, los invito a darle like a mi página de FB: https://www.facebook.com/FantasiasOjouSamaOficial


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