Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Cuándo me formé un harem? por Furia

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todos

Esta es mi primera historia original, así que espero que os guste y sea bien recibida :D  ^.^

Como siempre, si alguna falta de ortografía se me escapa, pido perdón, solo avísenme en los comentarios para que la corriga.

 

 

Todos los personajes han salido de mi loca cabezita, así que me reservaré los derechos de autor  🙋 xD

Notas del capitulo:

Esta historia contiene lenguaje obsceno.

 

Comencemos ~

* Beep, beep, beep * Abrí mis somnolientos ojos para buscar con mi mano el despertador y empezar a darle golpes a desgana hasta que dejara de sonar.

 

Hoy era otro día más de mi monótona y aburrida vida, siempre había querido sentir más emoción, salir de la rutina, tener algo que me hiciera pedir por más hasta no parar. Quería algo único y especial.

 

Me levanté de mi cama para dirigirme al cuarto de baño para lavarme la cara, en cuanto terminé, miré mi reflejo en el cristal. Mi nombre es Maikel Vedjawern, y soy un chico de unos 17 años, pelo liso y negro, y una estatura ni muy alta ni muy baja y de piel clara; en general, un chico del montón. Pero había algo que hacían mis ojos especiales, todo el mundo los veía de un color distinto, aunque yo siempre los había visto de color negro. Por el momento era el único que los veía de ese color...

 

Según mi madre son verdes, mi hermana los ve marrones, uno de mis amigos los ve azules, y así... 

Aún sigo buscando una explicación para eso, aunque según pasan los años voy desistiendo ya que no es de mucha importancia.

 

- ¡Maik! ¡Alex! El desayuno está listo - Gritó mi madre desde la cocina.

 

Debido a que mi padre nos dejó apenas yo nací, mi madre se encargó sola de criarnos a mi hermana y a mi, y trabaja muy duro para pagar los gastos del hogar, por lo que el hecho de que esté en casa es casi como un milagro. Mi hermana le ayuda a traer dinero a casa debido a su trabajo a tiempo parcial, por el cual también se paga la universidad.

 

Terminé de vestirme y me dirigí hacia la cocina, en donde estaba mi hermana Alejandra, una chica alta, ojos color miel, pelo marrón oscuro y medianamente largo, el cual, casi siempre llevaba recogido en una trenza hacia un lado; y mi madre, Serena, era un poco más baja que mi hermana, era morena y sus ojos eran azules.

 

- Buenos días - Saludé mientras me sentaba para tomarme el desayuno. 

 

- Buenos días mocoso - Me dijo alegremente mi hermana mientras la miraba con un ligero tic en mi ceja, odiaba que me llamase así - Mama se ha tenido que ir ya, tenía una reunión importante. Me ha dicho que no la esperes esta noche, se quedará en un hotel porque al día siguiente tiene otra reunión importante - 

 

- Está bien - 

 

- Oye - Mi hermana puso esa típica sonrisa pícara. La misma sonrisa que te hace pensar "huye mientras puedas" pero no, te quedas ahí como un idiota esperando a ver que de va a decir, aunque sabes que es algo que no te va a gustar - Ahora que no está mama, confiesa, ¿a cuántos te has follado ya? -

 

- Puffff - Dije escupiendo toda la leche del desayuno que acababa de meterme en la boca. Limpié un poco todo el desastre antes de hablar - Aún no lo he hecho con nadie - Dije en un tono molesto.

 

- Oh, mi hermanito aún es virgen, interesante - Puso la mano en mi hombro, y con la otra mano me hizo la señal de que todo estaba bien - No te preocupes, te traeré algún universitario y problema solucionado - Me guiñó un ojo y se dirigió a la puerta antes de dejarme hablar - Adiós -

 

- ¿Por qué no se meterá en sus asuntos? -

 

Había un dato que se me había olvidado mencionar, yo era gay, mi hermana lo sabía, porque fue la que me hizo darme cuenta de ello hace muchos años, en cambio mi madre no sabía nada. Por el contrario, en el instituto, yo era bien conocido por ello, y habían dos clases de personas, los que lo aceptaban, y los que no. Por suerte, los que no lo aceptaban no se metían conmigo porque yo ya puse las medidas de precaución en su momento. Una vez me quisieron golpear por mi tendencia sexual, pero acabó siendo de al revés; le debo esas lecciones de lucha a mi hermana. Desde entonces no se meten conmigo, aunque alguna que otra vez escucho críticas sobre mi, pero por un oído me entra, y por el otro me sale.

 

Aunque era cierto que me gustaban los chicos, yo buscaba ese tipo de persona especial, alguien que destacara entre el montón. Pero no había nadie que llamara mi atención, porque aunque habían algunos que destacan en ciertos aspectos, al final siempre era lo mismo. El típico cliché del chico con un cuerpo inigualable o aquel con una personalidad única, pero yo busco algo más, aunque todavía no se lo que es.

 

Terminé de desayunar y salí de mi casa para dirigirme a la parada de autobús, en donde mi mejor amigo Robert me esperaba todos los días. Era el típico chico peli rojo con el cabello rizado y de ojos azules, tenía una única peca debajo de uno de sus ojos, un rasgo algo peculiar, y su cuerpo estaba bastante ejercitado debido a que era un gran fan del deporte.

 

- Hola Rob - Saludé alzando mi mano, a lo que él contestó haciendo el mismo signo.

 

- Llegas tarde, un poco más y perdemos el bus - Decía a la vez que ambos subíamos al autobús y nos sentábamos.

 

- Hoy estaban mi madre y mi hermana, me han entretenido - Intenté excusarme.

 

- Wow, ¿estaba tu hermana? - Preguntó con un brillo en los ojos, a lo que yo solo asentí - Dime, ¿sus tetas son igual de grandes o le han crecido aún más? - Dijo mientras babeaba y hacia una mueca con las manos como si agarrara algo, mientras se acercaba lentamente a mi. 

 

Le puse toda mi mano en la cara para frenarle en seco, mientras miraba hacia un lado en un intento de hacer como que no lo conocía - Eres un pervertido, sabias - Dije cuando paró de hacer el idiota.

 

Nos bajamos del autobús, y nos fuimos a la puerta del instituto donde nos cruzamos con Mark, un chico de ojos turquesa, pelo castaño y liso, su pelo llegaba hasta los hombros, pero a él le gustaba recogérselo siempre con una cola alta. Con él, el trío de amigos estaba completo.

 

- Hey tíos - Nos saludó.

 

- Buenas - Saludamos el peli rojo y yo al unísono.

 

Nos dirigimos hacia nuestra clase mientras hablábamos de cosas triviales, Mark nos contó que su nueva novia lo había dejado, apenas habían durado dos semanas.

 

Al llegar a clases continué mi rutina, a primera hora tuve lengua, por suerte hoy no vino el profesor y se les olvidaron mandarnos un sustituto, así que fue divertido, pero eso se acabó a segunda hora, tocaba matemáticas. No es que la materia no me gustara, si no que el profesor parecía un muerto viviente entre esa voz de ultra tumba y la lentitud que tenía al hacer cualquier cosa, era desesperante. Menos mal que sacó a algunos alumnos a corregir, porque si dependiera de él, no acabábamos nunca.

A tercera hora inglés, nada del otro mundo.

 

Llegó la hora del patio, los tres nos dirigimos a un árbol que había en el instituto, era el típico árbol viejo y robusto que parece que plantaron cuando comenzaron con la construcción del edificio.

 

Nos gustaba subirnos a él, las vistas eran mejores que las que había desde la azotea. Además, sus ramas eran fuertes y anchas y contábamos con un nivel de privacidad que otros no tenían, este árbol era nuestro pequeño secreto.

 

No tardamos mucho en subirnos, se podía decir que eramos todo unos expertos, una vez allí, nos recostamos en las ramas más anchas y comenzamos a tomarnos el almuerzo.

 

- Dios - Mark mordió su bocadillo y continuó hablando con la boca llena - Ndo pduedo con ese hombde - Hizo una pausa, y tragó - ¿Soy el único que se duerme en las clases de mates o qué? -

 

- Yo me las paso pensando en mis cosas - Incluí

 

- Tu y todos - Dijo Robert algo molesto - Lo peor es cuando te saca del trance mandándote a corregir en la pizarra, es un cabrón, seguro que tiene un radar o algo para saber cuando comienzas a dormirte -

 

Comencé a reírme - Eso lo dices porque hoy te ha sacado a ti - Dije en un tono de burla en cuanto mi risa paró.

 

- Jajaja, ya ves, era en plan, estaba comenzando a cerrar los párpados, él te mira y dice - Mark se acomodó para imitar la voz del profesor de matemáticas - "Roberto, sal" - Dejó de imitar la voz para comenzar a reírse.

 

- Joder, y encima me dice Roberto, ¡es Robert! ¡Ro-bert! - Bufaba cada vez más indignado - Hay diferencia, pero como sabe que me jode, pues ahí sigue diciéndolo - Cruzó los brazos mostrando lo molesto que estaba.

 

- Sería algo así como que me dijeran Marcos - Puso una mano en el hombro de su amigo - Te entiendo tío, pero... - Puso una sonrisa burlona - A mi no me tienen tanta manía como a ti -

 

- Serás hijo de puta - 

 

- Bueno, pensemos que hoy la primera hora la hemos tenido libre - Dije en un intento de liberar tensión y cambiar de tema.

 

- Hmm, es cierto - Me apoyó Mark

 

- Tch, algo es algo - Rob miró la hora en su reloj - Será mejor que comencemos a bajar de aquí si no queremos que llegar tarde -

 

Cuando ambos chicos estaban en el suelo, desde lo alto del árbol vi un fuerte destello de luz caer desde el cielo, junto con "algo" que había caído junto con ese deslumbrante destello.

 

Bajé rápidamente del árbol, viendo como no había sido el único en verlo, al parecer, todo el mundo estaba viendo en la misma dirección en donde había caído, solo que yo había tenido mejores vistas.

 

- ¿Qué coño ha sido eso? - Pregunté

 

- Ni idea tío, pero joder, que mal rollo - El peli rojo miró al cielo y estaba todo despejado, ni una sola nube - ¿Un rayo? Pero, no hay nubes... Que raro -

 

- Oye, sabes que en aquella dirección esta tu casa, ¿no? - Dijo Mark, mirándome un poco preocupado, a lo que yo solo levanté ligeramente los hombros, como si no me importara demasiado.

 

- Venga chicos, regresen a clases y dejen de darle importancia a algo tan insignificante - Dijo un profesor que nos mandó a todos los que estábamos aún en el patio, mirando en la dirección donde acabábamos de ver el destello, de vuelta a nuestras clases.

 

Al parecer, nadie vio esa otra "cosa", ya que nadie comentó nada respecto al tema, aunque ni yo mismo estoy seguro de lo que vi, dado que apenas fue un segundo.

 

En fin, mejor vuelvo a estar atento en clases. Mis notas no es que sean de las mejores, pero tampoco quiero suspender ninguna materia así que más me vale prestar atención lo que queda de día, bastantes distracciones por hoy.

 

Las clases transcurrieron con normalidad, cuando finalizaron, me reuní con Mark a la salida, ya que a Robert lo había citado una chica que al parecer llevaba un tiempo colada por él.

 

- Maik, yo de ti no le esperaría, ya sabes lo indeciso que es. De aquí a que terminen de hablar, habrá pasado como una hora, y tu perderás el bus -

 

- Ya lo se, pero me da pena dejarlo tirado -

 

- No te preocupes por eso, conociéndolo, seguro que aprovecha la vuelta a casa para correr un poco - Dijo con una ligera risa.

 

- Jajaja, tienes razón - Me despedí de él y fui a la parada de autobús.

 

Para mi sorpresa, al llegar a la parada me encontré un cartel que decía: "Suspendido temporalmente por fallos técnicos, el servicio estará abierto nuevamente mañana a su correspondiente hora. Sentimos las molestias."

 

Al final, al que le tocaba hacer el camino a pie era a mi. 

 

Me encontraba algo indignado, porque hoy era el típico día donde necesitas llevarte más libros a clase, y tenía que cargar todo ese peso. Se podía decir que fue una coincidencia algo, oportuna.

 

Vivía cerca de las afueras de la ciudad, pero por suerte, el instituto no me pillaba demasiado lejos, aún así, tardaría un buen rato en llegar a mi casa. Tal vez hasta me cruce con Robert corriendo, pero no creo tardar tanto, eso espero...

 

Iba sumido en mis pensamientos, planeando qué era lo que tenía que hacer hoy, hasta que una irritante voz femenina me devolvió a la realidad.

 

Al parecer, en un callejón se estaban peleando unos chicos, pero una mujer rubia detuvo la pelea y auyentó a los otros chicos, quedándose a solas con un azabache de ojos verdes.

 

- ¡Pero, pero Leonard! ¡No puedes ir por ahí retando a peleas a los humanos, va contra las reglas! Suficiente con que has bajado aquí, ¿qué pasa si te ve algún humano en tu verdadera forma? O peor aún, ¡que venga algún cazador! -

 

No pude evitar a quedarme a escuchar la conversación, ¿humanos, verdadera forma y cazadores? Me pregunto si estarían locos o algo por el estilo.

 

- Tch, ¿quieres callar la puta boca de una vez? Eres irritante y molesta, me tienes hasta las narices -

 

- ¿Acabas de usar un insulto? Rezo porque no te hayan escuchado ahí arriba, o acabarás como Lucifer -

 

- A lo mejor quiero acabar como él; siempre siguiendo reglas, buscando actuar de la manera más adecuada posible e intentando que todo sea perfecto, eso me aburre -

 

- Leo, por tu bien tengo que- -

 

- ¿Llevarme de vuelta? Ven y oblígame -

 

Entonces lo vi, al peli negro le salieron dos enormes alas negras de la espalda y sus ojos jade desprendían un brillo que no era normal. Fue ahí cuando comprendí, que él no era humano.

 

De la impresión que me llevé me caí de culo, haciendo un ruido que no fue ni medio normal, provocando que esas dos personas se voltearan a verme.

 

- Mira lo que has hecho Leonard, has involucrado a un humano - Una especie de portal apareció en el cielo, provocando un destello de luz similar al de esta mañana.

 

A la chica, le aparecieron otras enormes alas blancas y comenzó a ascender hacia el portal, mientras yo seguía ahí estático, mirando la escena surrealista de seres que escapaban a la comprensión humana. 

 

Creo recordar que había un ser que encajaba en la descripción, un ángel; así es, me encontraba ahí viendo a dos malditos ángeles. No se que demonios le habría metido esta mañana mi madre al desayuno, porque aún no conseguía distinguir si todo esto era real o solo un mero producto de mi imaginación.

 

La mano de la chica comenzó a desprender una luz amarillenta - Si tanto deseas quedarte aquí - Entonces me miró - Por lo menos aprenderás tu papel de ángel guardián - Entonces la luz que acumuló en su mano salió disparada hacia el oji verde, el cual intentó evadir su ataque pero resultó en vano - Chico, te lo encargo - Dijo antes de desaparecer por aquel portal.

 

No entendí muy bien lo que quería decirme, ¿cómo que me lo encarga? Se ve que tengo cara de niñera o algo por el estilo.

 

El chico volvió a su apariencia humana, en la que llevaba una sudadera gris, unos pantalones vaqueros y unos tenis blancos; yo en cambio, llevaba el triste uniforme, aunque he de decir, que me quedaba bastante bien.

 

Me levanté del suelo, habiéndome recuperado un poco del shock, y vi como el azabache me miraba con el ceño fruncido, mientras volvía a mirar por donde se había ido la chica.

 

- Será cabrona - Dijo en un tono molesto mientras murmuraba algo que no llegué a escuchar.

 

- ¿Eh? - 

 

- Esa tía, me acaba de vincular a ti - Dijo mientras me miraba cada vez más molesto - Por su culpa no me podré separar de ti -

 

- ¿¡Quéee!? -

 

- ¿Dónde vives? Ahora tendré que vivir también contigo -

 

- ¿¡Eeeeeehhhhh!? -

 

Dios mío, en qué clase de lío me acabo de meter.

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, ¿qué les ha parecido? 

En el capítulo siguiente pondré una imagen de cómo se ve Leonard (más o menos), verla es opcional, claro está.

 

También quiero avisar que esta historia es secundaria por el momento, tiene prioridad la de Fairy Tail que llevo en marcha, así que por el momento actualizaré cada dos semanas.

 

Un saludo y un besazo a todos ~♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).