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Lo más importante por BlueMoon

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Notas del fanfic:

¡Hola!

Bueno esta historia se me ocurrió viendo los desafíos que hay en Slasheaven y me gustó. Me puse a escribir y voilà aquí está ^^. Espero que guste y al autor/a del desafío todavía más.

¡Enjoy it!

Notas del capitulo:

Antes de empezar a leer...

Disclaimer: Desgraciadamente, no soy Rowling, o al menos hasta esta mañana que me vi en el espejo no lo era por desgracia, así que nada de lo que aquí pueda reflejarse es mío, salvo el último hijo de Draco y Harry y el otro bebé.

Aviso: En este fic hay Mpreg (Embarazo masculino) y es Draco el gestante. Si alguna de las dos cosas te desagrada, retrocede, por favor^^.

Ahora sí, disfrutad :)

Había acabado de acostar a los revoltosos Albus y Scorpius, sus dos preciosos gemelos y en ese instante se dirigía a la sala de su mansión. No era muy grande, nada que llegara a la inmensidad propia de Malfoy Manor, pero su esposo así lo había querido y para no contradecirle, lo había dejado estar.

Miró el reloj, que en ese momento marcaba las doce de la noche y un suspiro se escapó de sus labios. Hacía días que Harry volvía más tarde del habitual y que estaba como más arisco. Solo llegaba a dormir, ni tan siquiera un beso, ni una caricia le daba. Y por las mañanas estaba más arisco, al punto que casi ya ni se hablaban. Al principio pensó que era culpa del horario que tenía en el Cuartel de los Aurores, que se pasaban mucho, pero después supo por lo que Blaise pudo descubrir, que fue el propio Potter el que pedía quedarse más horas en las oficinas, salir lo más tarde posible y entrar lo más antes que pudiera.

 Y suponía que podía dar las gracias con que les daba una mínima atención a los niños, pero hasta con eso parecía estar más frio, más distante. Era como si hiciera las cosas por inercia más que porque las sintiera realmente.

No quería enfrentarse a su marido, no quería que Harry, su Harry le dijese que lo suyo ya no tenía futuro, que lo mejor era dejarlo…

Volvió a suspirar algo que se le había hecho muy común últimamente. En ese momento, las llamas de su chimenea se encendieron, Harry estaba volviendo a casa. Con parsimonia se sentó en el sofá. De hoy no pasaba que el moreno Gryffindor le diera una explicación de todo lo que estaba ocurriendo con ellos esos días.  

—Buenas noches, Potter.

Harry se tensó y miró con incredulidad hacia el origen de la voz encontrándose a un Draco con los labios fruncidos y los brazos plegados. No esperaba encontrarse a su marido despierto a esas horas en lugar de dormido, después de un largo día con los niños. No que estuviera ahí despierto esperándolo para hablar con él, al  parecer.

— ¿No dices nada? —preguntó Draco incrédulo al ver que Harry solo se había quedado de pie ante él como un tonto.

—Hola, Draco.

—Nada de “hola Draco”. ¿Se puede saber por qué vienes a estas horas?

—Ya te dije que el Ministerio me había puesto ese horario y que no podía hacer nada para eso…

—El Ministerio nada, Blaise me ha dicho que fuiste tú el que pediste este horario. ¿Por qué Harry? ¿Acaso te da igual no estar con tu familia? ¿Te da lo mismo no estar conmigo o estar con los niños? Albus y Scorp no paran de preguntar dónde está su padre, aquél que antes les dedicaba todo el tiempo que tenía libre y ahora es imposible por qué nunca estás en casa. ¿Por qué? Y James se piensa que ya no lo estás por algo que ha hecho mal. ¿Por qué Harry? Dime, ¿qué te hemos hecho, nosotros?

—Draco, déjame explicarte, no sé cómo James puede pensar semejante cosa…

—Entonces dime de una maldita vez, Potter. Dímelo.

—Harry dime la verdad. Sabes que odio que me mientas —susurró levantándose del sofá donde estaba sentado—. Sea lo que sea, lo superaré. Lo superaremos, juntos siempre juntos como lo hemos hecho desde siempre, desde la derrota de Voldemort.

Harry suspiró y  se armó de valor, al fin y al cabo llevaba posponiendo esa conversación demasiado tiempo. Necesitaba decirle a Draco lo que estaba pasando, lo que pasaba con su familia…

—Quiero que lo dejemos. —Las palabras de Harry resonaron vacías, frías e impersonales en el momento en el que dejaron sus labios.

Draco abrió la boca en una perfecta “o”. No, eso no podía ser verdad. No podía ser posible, no creía que Harry pudiera llegar y decirle esto, decirle semejante atrocidad, ¿verdad?

—No, no puede ser posible, Harry. No me puedes dejar, no. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué me dices eso? ¿Acaso te he hecho algo mal?

—Las cosas entre nosotros hace tiempo que van mal, Draco —intentó explicar con paciencia—. Es todo tan monótono entre nosotros. Y creo que ambos merecemos ser felices y divertirnos, no morir en una relación que no nos lleva a nada en un futuro. Te quise, Draco Malfoy, créeme que sí y es por eso, por el cariño que pude tenerte que te estoy siendo tan franco ahora. —A Harry parecía que le dolían las palabras que estaba diciendo en estos momentos—, no me desocuparé de los niños, si eso es lo que te preocupa, pero entiende que tal y cómo estamos no podemos continuar y lo mejor será que lo dejemos. Además, tampoco creo que tú me ames de la misma forma que yo, quizás confundiste amor con gratitud…

Ante esa sarta de lo que él creían que eran palabras teñidas de mentira, Draco calló. Calló porque no estaba muy seguro de cómo reaccionar o tan siquiera de lo que debía decir. Él todavía amaba a su Harry, a esa persona bondadosa y cariñosa que vivía con él en el Mundo Muggle porque tan solo deseaba un poco de paz… 

Se dejó caer al suelo y lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas ante la asombrada mirada de su hasta ahora marido.

No puedes estar hablando en serio. —La voz de Draco había sido más un susurro entrecortado  que otra cosa—, me niego a creer que después de diez años de matrimonio me dejes de esta forma, pero lo que más me cuesta de creer es que después de todos estos años, de lo que hemos pasado juntos, aún te atrevas a cuestionar mis sentimientos por ti. Y que decidas dejar de luchar así como así por nosotros, por nuestra familia. ¿Tan poco me quieres? ¿Tan poco nos quieres?

—Lo siento Draco —Harry parecía incómodo al decir aquellas palabras que tanto le romperían a su amado dragón y a él mismo—, pero es lo mejor, somos dos extraños que solo comparten casa, ya. ¿Hace cuánto que no hacemos el amor? Y no es solo eso, ¿cuándo fue la última vez que nos miramos con verdadero cariño? ¿Qué simplemente dormimos abrazados? ¿Cuándo fue que la pasión que un día tanto nos profesamos no esté ya presente?

A Draco esas palabras le dejaron helado. ¿Qué…? Entonces, entonces, ¿las últimas veces que habían hecho el amor, que eran? Él creía, creía que todo estaba bien, ¿entonces? Sí que era cierto que últimamente no lo hacían tan a menudo y era más frío, ¿pero…?

—Eres un… maldito, Potter —explotó con rabia conteniendo las ganas de llorar—, ¿me estás diciendo que me has dejado de amar, así, de repente? ¿De la noche a la mañana? O, ¿es que las comadrejas han tenido algo que ver?

Harry boqueó sorprendido. Nunca había entendido porque Draco siempre se ponía en ese plan con los Weasley, cuando ellos se habían comportado tan bien con ellos y sus hijos…

— ¡No hables así de los Weasley! —exclamó con vehemencia—. Te recuerdo que ellos te han acogido con cariño, Ron y Hermione han sido los padrinos de James y Arthur y Molly además de acogerte a ti como un hijo más, desde que dejaste de seguir los ideales de tu familia sí aquellos que te dieron la espalda justo en el momento en el que decidiste dejar de servir a Voldemort, ellos han actuado con amor con nuestros hijos, han sido los mejores abuelos que han tenido…

Ante esas palabras, Draco apretó los puños y su ceño se frunció. Sabía que intentar razonar con Harry acerca de los Weasley era imposible. Siempre se cerraba en banda y no le dejaba explicarse, creyéndose que era que Draco aún no había aprendido de la guerra y continuaba pensando lo mismo que anteriormente y siempre acababan discutiendo acerca de eso.

Sí, los Weasley se esforzaban por ser cariñosos con sus hijos y James, Al y Scorp siempre volvían encantados de la casa de sus “abuelos”, pero solo lo hacían porque eran hijos de Harry; pues a él solo le hacían el vacío e incluso habían llegado a insultarle alguna que otra vez siempre cuidándose que Harry no los viera…

—Escucha, Draco… —intentó razonar Harry al ver que el otro no decía nada.

—No escúchame tú pedazo de imbécil —le dijo de repente levantándose y apuntándole con la varita en el pecho—. Me estás diciendo que abandoné todos mis ideales, que me aleje de todo lo que un día había creído como válido, que abandoné a mi familia solo por ti, por tu amor, porque creía que nos amábamos, solo para que tú ahora vengas con tu maldita vena Gryffindor y me sueltes que lo nuestro ha sido un error. ¡Después de once jodidos años! ¡Once años y tres jodidos hijos en común!

—Draco…

Harry intentaba hablar, pero creía que Draco tenía razón, en el fondo lo sabía, no debía dejar a Draco, pero había algo que parecía estar mal, algo que hacía que no quisiera estar con Draco más. Su mente, su corazón luchaban entre si y de momento no podía escoger.

—Vete, Potter. Ahora mismo estoy intentando controlarme para no lanzarme sobre ti y enviarte un crucio. Bien, que te lo mereces.

—Solo quiero que los dos seamos libres y felices. —Fue lo último que murmuró el moreno antes de desaparacerse de la que hasta hace escasos minutos había sido su casa y de la vida de su esposo e hijos.

—Maldito Potter —masculló Draco en cuanto supo que el otro no lo vería—. ¿Felices? ¿Libres? Parecía que el cara – rajada estaba siendo egoísta por una vez en su vida y había tenido que ser con él precisamente—, ¿tendrá a alguien más? Merlín, espero que no, no me lo perdonaría…

Se dejó caer en el sofá con descuido. Y de repente, lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas.

— ¿Cómo puede ser que me haya dejado? ¿Por qué? ¿Acaso no tenía suficiente con mi amor? ¿Conmigo? ¿No fue suficiente? ¿No lo fui yo? Joder, ¿por qué se ha tenido que ir?  Merlín, ¿qué haré ahora? ¿Qué les diré a los niños? ¿Qué haremos ahora sin Harry?

—Papi, ¿qué pasa? —le sacó de sus pensamientos su pequeño, James el mayor de sus hijos se había despertado y había bajado al oír el llanto de su padre. Con la cabellera revoltosa de Harry y frotándose un ojito, abrazando a su peluche favorito, un hurón blanco, estaba preocupado.

—Mi niño, ¿qué haces despierto a estas horas? —pregunto intentando limpiarse las lágrimas sin mucho éxito.

—Me ha parecido oír la voz de papá y parecía enfadado. ¿Es por algo que hemos hecho Al, Scorp o yo?

Draco suspiró. Debía contarles lo que había pasado a sus hijos, pero eso sería otro día. No podía entender como Harry se había ido y quería hablar con él para que este se lo dijera… Merlín, no se veía con la fuerza suficiente para decirles a sus pequeños lo que iba a pasar.

—Mi niño, ven aquí —le dijo con voz suave—, vuestro padre ha tenido que irse, pero no porque tú o tus hermanos hayáis hecho algo mal —le consoló pasándole una mano por su revoltoso pelo—, es solo que papá ha tenido que ir a un viaje muy largo y no sabemos cuando volverá…

— ¿Es por eso que estás triste? —James preguntó con voz inocente. Drsaco asintió aún con lágrimas en sus mejillas. —No lo estés papi, mis hermanos y yo estaremos aquí para ti, ¿sí? Para cuidar de ti —le abrazó—. No te dejaremos nunca. Lo estaremos hasta que vuelva papi y volvamos a ser la familia de antes…

<<Si solo fuera tan fácil>> pensó Draco intentando que de sus orbes no bajaran lágrimas.

—Venga, hombrecito, vamos a la cama, que tú no deberías estar despierto a estas horas y yo tampoco, así que venga, vamos. Mañana será otro día.

— ¿Puedo dormir contigo, papi?

Draco no pudo menos que sonreír. Sí, aún tenía a sus hijos con él y con su amor, los cuatro podrían salir adelante.

—Anda vamos. —Cogiéndole de la mano, se fueron a la habitación a pasos lentos.

Llegaron a la habitación y con un pase de varita, Draco encendió la chimenea y arropó a James en la gran cama de matrimonio. Con un suspiro y lágrimas en los ojos decidió él también cambiarse de ropa y dormir. Ese sin duda había sido un doloroso día y lo peor había sido la noche.

Debía dejar de pensar en Harry, debía tragarse las lágrimas y mirar para adelante, por sus niños, por sus pequeños. Ellos no debían saber lo que de verdad sucedía entre sus padres, no lo necesitaban y no creía que lo pudieran llegar a entender. Aún eran demasiado pequeños.

Bufó y con un pase de varita cambió su ropa normal por un pijama de seda negra. Se acostó en la cama rodeando con sus brazos a James quien tranquilo dormía ajeno a lo que había pasado con sus padres. Cerró los ojos e imágenes de su vida junto a Harry le inundaron y con ellos, lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas mientras sollozaba bajito intentando no despertar a su hijo.

No durmió en toda la noche.

 

 

(*) (*)

Harry por su parte se había aparecido en una pequeña y destartalada casa a las afueras de Londres y empezó a andar por el camino lleno de helechos que se presentaba ante él. Iba a ese lugar porque lo que menos quería y necesitaba era pensar, ahora solo quería hundirse en sus brazos y oler el aroma a canela que desprendía la persona que más amaba en ese momento.

No quería que su relación fuera publica hasta que él se hubiera divorciado de Draco, no creía que esa persona se viera en medio de ese barullo que se armaría cuando al día siguiente El Profeta anunciara en primera página su divorcio.

Y ella estaba de acuerdo con eso, debían mostrarse discretos ya podría vanagloriarse de ser la escogida del niño-que-venció-a-Voldemort, ya habría tiempo de salir en portadas, de recibir lechuzas felicitándole por haber reconducido al niño de oro…

—Hola Harry —dijo en cuanto el chico entrara por la puerta—, hoy sí has venido temprano.

—Hola querida —saludó a la chica que estaba en la cocina sentada esperándolo con la cena—, hoy no teníamos mucho trabajo en la Central. He traído un pastel, hoy me apetecía.

— ¿Celebramos algo? —preguntó coqueta.

—Solo lo mucho que te quiero, princesa —respondió besándole los labios y abrazándola.

Entre los brazos de su amor, la chica sonrió complacida. Había ganado. Lo sentía, ahora Harry era de ella.

 

Notas finales:

¿Ha gustado? *nervios*. ¡Espero que sí!

¿Un review? ¿Tomates, lechugas, maleficios? Avadas no por favor.

Saludos~~.


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