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Wish List [2Min] por Aandrea

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Notas del fanfic:

Esta es una adaptacion del libro de Silvia Day espero que les guste

Notas del capitulo:

Bien aqui esta el primer capitulo

Choi Minho, el hombre mas caliente del planeta estaba desnudo con el culo al aire y con un lazo cubriendole el pene.

Taemin jadeo, y no cualquier tipo de jadeo, sino del tipo de ojos saltones y boca abierta atrapamoscas. Antes de que pudiera pensarlo dos veces, le dio la vuelta al lazo rojo y luego babeo a lo que estaba abajo.        

 Oh Dios Mio.

- Jesus, Taemin - murmuro su asistente legal Sulli, trayendolo bruscamente de regreso a la festiva sala de conferencias y a los sonidos de Frank Sinatra cantando villancicos. - Tu regalo de Santa Secreto no puede ser asi de malo. Anda dejame verlo - Ella le extendio la mano y le hizo señas con los dedos, mostrando sus largas uñas de acrilico con muñecos de nieve pintados con aerografo. 

Abrazando el cuadro de papel plateado contra su pecho, Taemin empujo el certificado de regalo de restaurante que habia ocultado la foto de debajo; la foto con el pequeño lazo ubicado estrategicamente con suficiente dependencia para permitirle un vistazo. - Ohhh agradable, me encanta Dominico - la boca de Sulli pintada de rojo se curvo en una sonrisa - Me debes llevar. Todas mis citas son demaciado tacaños como para llevarme alli.

- Eh - volviendo la cabeza, Taemin busco en el atesado salon de conferencias al hombre desnudo de sus sueños. Por supuesto Minho no estaba desnudo en estos momentos.

No en la fiesta de navidad de Mitchell, Jones y Cline. No, en este momento llebaba unos pantalones muy bien ajustados en azul oscuro, una camisa blanca con corbata azul y chaleco de seda blanca. A el le encantaba que llevara trajes de tres piezas. De alguna manera la urbanidad de su ropa solo servia para acentuar el primitivo poder masculino de su cuerpo. 

Era soltero y guapisimo, y como la mayoria de los hombres solteros y magnificos, llebaba una vida activa que lo mantenia en buena forma. Justo el tipo de hombre por el que cualquiera se sentia inmediatamentr atraidos. El, sin embargo, lo evitaba como la peste. Habia a prendido la leccion la primera vez. Se quedo sin aliento. Alli estaba el. Por la puerta. Dificilmente se lo podia pasar por alto. No cuando el era tan algo y de hombros anchos. Su cabello oscuro brillaba bajo el resplandor del las parpadeantes series de luces de Navidad. Cuando inclinaba su casualmente su desgarbada figura contra el marco de la puerta.

El lo estaba mirando con una media sonrisa maliciosa. Luego le hizo un guiño. La comprension lo golpeo con fuerza y lo hizo jadear. De alguna manera el habia encontrado su lista de deseos. La de la fantasia. La estupida y tonta lista traviesa de deseos. 

¡Oh. Dios. Mio!

~~~

Minho supo el momento exacto en que Taemin lo comprendio. El rubor se extendio desde la baja V de su polera de verde azulado y despues coloreo sus mejillas. 

¡Por fin!

Después de casi un año de coqueteo del que no obtenía nada más que la inconveniente erección ocasional, estaba recibiendo lo que realmente quería para Navidad: la oportunidad de demostrar que él era el hombre para Taemin. Ojalá pudiera decir que fue su encanto el que persuadió a Tae, pero ese no era el caso.

No, él había tenido que esperar a que el destino interviniera y deslizara el nombre de el en su mano para el sorteo anual del Santa Secreto de su bufete de abogados. Había abierto la hoja de papel doblada, visto Lee Taemin y sonreído como un idiota.  

Por alrededor de un segundo.

Entonces se dio cuenta de que no sólo tendría que salir con un gran regalo, sino un gran regalo que el tendría que compartir con él, y no con uno de los otros babosos putos de alrededor de su firma. Había caminado a través de interminables centros comerciales abarrotados, navegado por un centenar de sitios de compras en línea, interrogado a cada uno de sus ex novios; todo fue en vano. Ellos no podían entender por qué simplemente no le pedía salir a Taemin, en lugar de tratar de planear algo complicado para hacer su punto.  

La respuesta era muy simple. Tenía la reputación de ser un puto.

El había oído hablar de eso y no quería tener nada que ver con él a causa de ello. Así que ir directo a pedir una cita no iba a funcionar.  

Tenía que demostrarle primero que hablaba en serio.  

La reticencia de Tae no era una experiencia nueva para Minho. La mayoría de los hombres que eran amigos estrictamente platónicos eran los que habían dejado en claro que estaban buscando al Sr. Perfecto.  

No al Sr. Ahora Mismo. Empezando en la secundaria, Minho había aprendido a dar la imagen de “no voy a sentar la cabeza” bastante bien.  

No es que no hubiera tenido relaciones comprometidas.  

Las tuvo. Simplemente no del tipo de compromiso de para siempre. Así que había tratado de respetar el obvio desinterés de Tae, pero la insistente ansia en sus entrañas no se iba. Lo quería; quería ese cabello largo y oscuro alrededor de su puño, quería a esos ojos castaño oscuro ardiendo con lujuria, quería ese cuerpo exuberante y curvilíneo fuera de los trajes de negocios y arqueándose desnudo debajo de él. Y a pesar de que sabía que nunca iba a suceder, Minho no podía dejar de soñar con eso.

Taemin era precioso, con una hermosa constitución, seguro e inteligente. Conocía sus activos y los mostraba. El también conocía su valor y quería a un hombre que lo hiciera. ¿Qué le había dicho a él una vez?  

Cualquier hombre que tiene un pie firmemente plantado en la puerta en realidad nunca entra.  

Pero él no era un novio del tipo casquivano. Él cuidaba malditamente bien de las personas con las que salía.   Prestaba atención a lo que les gustaba y a lo que no. No era tan difícil.   Sólo requería de un poco de esfuerzo, y Minho disfrutaba haciendo ese esfuerzo. Disfrutaba viendo su sorpresa cuando se acordaba de su autor favorito, su canción favorita, sus lugares favoritos para ser tocado y acariciado.   Debido a esto, la mayoría de sus ex novios todavía eran sus amigos.  

—Estás mirando fijamente —bromeó una suave voz a su lado. Apartó la mirada de los ojos abiertos como platos de Taemin para mirar al hombre a su lado.  

—Parece que le gustó tu regalo —dijo Key con una sonrisa cariñosa—. ¿Por qué yo nunca obtuve fotos de ti desnudo cuando estábamos saliendo?  

—Nunca las pediste.   Taemin tampoco lo había hecho, al menos no en el sentido verbal.

Él se había estado quedando a altas horas de la noche trabajando en sus horas cobrables. El objetivo era doble: conseguir un amortiguador decente para el tiempo de vacaciones del trabajo y también para olvidarse de cómo no podía encontrar ni una maldita cosa para darle a Tae que metiera su pie en su puerta. La estratagema no funcionaba, por lo que se había puesto de pie y comenzado a pasearse por el pasillo que formaba un anillo alrededor del escritorio central de la recepcionista y los ascensores. Fue entonces cuando eso le llamó la atención. La pequeña bola arrugada de papel perdida o dejada caer por el equipo de limpieza nocturna. Estaba acuñada junto a la pata de madera pulida de su sofá de la sala de espera. La había recogido con la intención de tirarla cuando un poco de rojo y verde le llamó la atención. Taemin había estado usando una linda libreta pequeña con forma de calcetín desde el primer día del mes. La Navidad era, obviamente, una de sus fiestas favoritas, si el pequeño árbol adornado en su escritorio era alguna indicación. Él supo al instante que el trozo festivo de basura una vez le había pertenecido a el y tuvo un nuevo significado sólo por eso.  

Así que sintiéndose un poco culpable, pero incapaz de ayudarse a sí   mismo, Minho abrió el trozo de basura...   Y él le había estado dando las gracias a sus estrellas de la suerte desde entonces.   En la parte superior del papel de rayas estaban las palabras Lista de Deseos, en una letra diseñada para parecerse a los garabatos de un niño. Debajo de eso estaban las letras hermosamente formadas que reconoció como la letra de Tae..  

Mamá: nueva panificadora  

Papá: pesca en alta mar  

Sam: tarjeta de regalo  

Y entonces ella había tachado esa lista y comenzado una nueva.  

Mi lista de deseos: (traviesa)  

Choi Minho desnudo y envuelto en un lazo.  

Minho besándome hasta dejarme sin sentido.  

Minho cocinándome la cena desnudo (así puedo mirar su culo)  

Chupándosela a Minho. (Mmm)

Minho chupandome. (Doble mmm)  

Follar a Minho hasta que ya no pueda caminar. (¡Oh Dios mío!)  

El impacto de esa lista lo había golpeado tan fuerte que había tropezado con el sofá cercano.   Había entendido entonces que Taemin le había estado engañando todo el tiempo, al igual que lo haría con un jurado. Actuando como si no le afectara cuando el estaba realmente tan caliente por él como él lo estaba por el.   Ningun hombre tenía esos detallados pensamientos sexuales acerca de un chico del que no estaba totalmente interesado. Obviamente, el había estado pensando en él durante un tiempo.  

Imágenes inspiradas en sus palabras llenaron su mente. Su polla se hinchó y él se preguntó cómo iba a lograr volver a su oficina y mucho menos al garaje, dieciocho pisos más abajo.   No tenía que haberse preocupado. Su siguiente línea temblorosamente escrita le quitó todo el calor y lo dejó frío.  

Mi lista de deseos: (Buena)  

Olvidarme de Choi Minho  o transferirme.  

En ese momento había descubierto dos cosas. Uno, no importaba lo mucho que el quisiera su cuerpo, el todavía no quería tener nada que ver con él. Hasta el punto en que estaba considerando la posibilidad de transferirse a otra oficina de su empresa al otro lado de la ciudad.  

Dos, la idea de no verlo casi todos los días lo golpeó como un puñetazo físico. Demasiado doloroso como para que su interés fuera meramente casual. Se había dado cuenta entonces de lo que el nudo en sus entrañas estaba tratando de decirle.  

En algún lugar a lo largo del camino, el deseo puramente sexual que sentía por el se había convertido en algo más. Tal vez había pasado cuando habían trabajado en ese último caso juntos y el se mantenía maravillándolo con su cerebro. O tal vez fue cuando el había llorado durante un veredicto y no había intentado esconderse de él.   Fuera lo que fuera, estaría condenado si su pasado se interpusiera en el camino de lo que ambos querían.  

Esta Navidad, el no tan santo Minho se estaba asegurando de que todos los deseos de Lee Taemin se hicieran realidad.  

 

Notas finales:

Espero que les gustara y lamento si hay algun error ortografico.

 


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