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Tal vez no estamos hechos el uno para el otro por Yuroko

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Notas del fanfic:

FANFIC RESUBIDO

Notas del capitulo:

Hey~~~
Se acuerdan de Yuroko la ociosa?
No? Bueno...
Hace ya mucho tiempo yo subí mi primer fanfic titulado  de Homestuck. Ehh- al ser mi primer fic, estaba horrible, tenia errores industriales, cosas sin sentido y quedo sin final. Y cuando crei que esta cosa simplemente se llenaria de polvo y quedaria enterrado, una usuaria anonima me hiso darme cuenta de una cosa, asi que decidi mejorar los capítulos que ya están hechos, corregir los errores, y crear un final, después de tanto tiempo.

Asi que, le agradezco a todas las lindas personas que comentaron en el anterior fic, a pesar de que estaba escrito de la chingada xD los amo ♥ ♥ 

Y obvio tambien le agradezco a esta linda chica anonima por tomarse el tiempo de desenterrar este fic, y tambien perdón por la demora </3


Bueno, aquí esta el primer capitulo
La primera vez que lo subí, este capitulo contaba con solo 457 palabras, ahora me "enorgullese" decir que este es de 1671 palabras ♥

Karkat era solo un niño de 7 años en ese entonces, pero a pesar de su corta edad tenía una mentalidad diferente y madura (o eso creía el) a diferencia de los otros niños de la escuela. El siempre estaba solo, al principio no quería estarlo y siempre intentaba integrarse con los demás chiquillos, pero al ver que era inútil para alguien como él, poco a poco se volvió más y más misántropo. Debido a eso empezaron a tomarlo como objeto de burla, incluso inventaban rumores y cuentos de él. Su padre tampoco hacía mucho, con los problemas, el estrés y su reciente divorcio tenía demasiadas cosas en la mente, pensaba que como solo era un chiquillo esos asuntos simplemente pasarían con el tiempo. Pero la falta de atención no hiso más que empeorar el asunto, el pequeño empezaba a incorporar malas palabras en su lenguaje, al principio solo eran groserías inocentes, pero poco a poco empezaban a aumentar. Lejos de servirle de algo, solía llegar a casa con notas reprobatorias de conducta por parte de su maestra. En poco tiempo el niño se volvió intratable para los demás, hasta que un compañero nuevo se incorporo a la clase.

El patio escolar se encontraba bañado de un hermoso color anaranjado y mientras, las risas infantiles de los niños partiendo a casa al lado de sus padres se oían por todo el lugar. Karkat se encontraba sentado y sin mecerse en un columpio cercano de la escuela. Parecía que su padre había olvidado otra vez pasar por él. Cerca de ahí pasaron unos niños que en cuanto vieron a Karkat empezaron a murmurar, señalarlo y reír. El pequeño de cabellos revueltos solo bajo la mirada, no tenía demasiadas ganas de gritarla una sarta de groserías que ni siquiera entendía del todo. Estaba a punto de irse e intentar llegar a casa a pie cuando sintió que lo empujaban suavemente en el columpio. Cuando se dio la vuelta noto que era el niño nuevo, su cabello era tan negro como el de Karkat, usaba unos lentes cuadrados de armazón negro, y sus ojos, sus ojos eran de un color azul hermoso que incitaba a la tranquilidad.

- ¿Por qué tan solo? – Preguntó este niño.

- Yo... – Karkat no respondió, no dejaba de ver ese color tan pacifico – Solo... – Pero volvió a la realidad, gris y solitaria realidad – Ok niño, ¿Quién eres y que es lo que quieres?

- ¿En serio no recuerdas mi nombre? Me presente en la clase...

- Si te estoy preguntando es por algo, no? ¿Cuál es tu nombre?

- ¿De verdad no te acuerdas? – Cuestionó el otro pequeño, inclinando un poco su cabeza.

- Joder, ¿¡Vas a decirme o no!? – Karkat alzó la voz dejando notar su impaciencia.

- ¡Dijiste una mala palabra! – Exclamo el de ojos azules, llevándose ambas manos a la boca – ¡Ahora la bestia de las groserías entrara en tu cuarto en la noche y te llevara con él!

Karkat abrió un poco los ojos, ese niño era algo extraño.

- Esa mierda no existe.

- ¡Claro que sí! Me lo contó mi papá, por eso los niños no deben decir groserías – El pequeño se sentó en el columpio vacio que estaba al lado de Karkat – Solo hay una forma de hacer que la bestia no vaya por ti.

Karkat alzó una ceja, se preguntaba qué clase de problema podría tener ese chiquillo en la cabeza.

- Esa “bestia” no es real, ¿Enserio eres tan estúpido?

- ¡Ya van 3! Rápido, discúlpate para que la bestia no te haga nada.

El pequeño antipático puso los ojos en blanco. Estaba seguro de que si llegaba a escuchar otra cosa de la “bestia” iba a golpearlo.

- ¿Qué es lo que quieres? – Preguntó Karkat queriendo cambiar el tema.

- Hacerte compañía, te ves muy solo – Contestó, meciéndose despacio en el columpio – Me llamo John Egbert ¿Cómo te llamas tu?

- ¿Qué te importa?

- ¡Hey! Yo te dije el mío, ahora tu dime el tuyo, es lo justo – John seguía meciéndose más alto poco a poco – Dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo, dímelo..

- KARKAT, OK!? – Grito el antipático para que John se callara – Me llamo Karkat Vantas, ahora lárgate y déjame tranquilo de una maldita vez.

El de lentes se asusto un poco y dejo de columpiarse. Karkat pensó que por fin se iría pero su sorpresa fue que escucho como el más risueño reía.

- Eres gracioso – Comentó John entre risillas – Sin duda los otros niños estaban equivocados contigo.

- ¿Qué? – Eso ultimo había llamado la atención del Vantas – ¿Qué quieres decir?

- Ellos me dijeron que no me acercara a ti, porque eres muy malo y raro, que matas animales y te los comes – Explicó John tranquilo – Y que te comes tus mocos y-

- ¿Qué mierda? – Interrumpió Karkat, eso último era nuevo.

- ¿De verdad te comes los mocos?

- ¡Joder, no! Qué asco.

- Lo sabía, esos niños son unos mentirosos – John volvió a columpiarse – Apuesto a que ellos comen lodo. No te preocupes Karkat, no dejare que vuelvan a criticarte – Añadió esto último con una sonrisa.

Esto último hiso que Karkat se asombrara. ¿Había escuchado bien? ¿Ese niño tonto quería defenderlo? Nadie lo había hecho antes, ¿Por qué ahora?
Estaba a punto de preguntarle sobre eso pero el sonido de un claxon llamó la atención de John. El niño alegre se levanto y tomo sus cosas del suelo.

- Es mi papá – Comentó al momento de ponerse la pequeña mochila – Nos vemos mañana, Karkat – Se despidió corriendo hacia el auto blanco que lo esperaba.

El auto se alejó hasta perderse. El silencio gobernó en el patio y la luz del atardecer poco a poco iba desapareciendo. Pero a Karkat era lo que menos le importaba ahora. Se encontraba demasiado perdido, pensando en que John era el primer niño que se había acercado a él sin insultarlo en 5 meses, y lo más importante: dijo que no dejaría que lo molestaran de nuevo. Una presencia lo hiso despertarse de sus pensamientos, era su padre que después de una hora había llegado para llevárselo a casa.

Cuando llego la hora de dormir, Karkat se acomodo en su cama cubriéndose con la sabana. Pero de repente empezó a escuchar ruidos debajo de su cama, como si estuviera moviendo algo. El pequeño se empezó a inquietar, y en cuanto sintió que jalaban su sabana empezó a gritar. Cerró los ojos con fuerza aferrándose a la manta forzada. Recordó lo que John le dijo, la bestia de las malas palabras. Fue metiendo despacio su mano bajo la almohada para sacar la pequeña linterna que mantenía ahí. Se preparaba mentalmente para enfrentarse a esa. Con un movimiento rápido se sentó en la cama iluminando con su linterna el piso. Entonces vio que solo era su perro mordiendo la sabana. Suspiro tranquilo, tomo al perro, y se volvió a cubrir.

- La bestia de las malas palabras – Murmuró Karkat divertido acariciando el lomo del can.

 

Habían pasado varios días, John siempre se sentaba al lado de Karkat y permanecía junto a en la hora del descanso, jugaba con él, le convidaba de su almuerzo, lo escuchaba, contaba las groserías que decía al día, hablaba sobre cuentos de terror para niños. Poco a poco el malhumorado se fue abriendo y dejó pasar a una amistad.

Fueron amigos durante toda la primaria, secundaria. Se prometieron una amistad para siempre que parecía que se cumpliría. Hasta que ingresaron a la preparatoria. Aunque Karkat seguía con su actitud amargada, John no dejaba de ser sociable con casi todos. Dejaron de verse en los recesos pero el Vantas luchaba por mantener esa amistad. John empezó a hacerse más amigo de dos chicass: Jade y Rose. Karkat no podía mantener una conversación civilizada con ninguno de las dos, solo un cruce de palabras bastaba para que el chico misántropo empezara a insultarlas.
Es por eso que para evitar problemas se mantenía alejado cuando el de ojos azules se encontraba con ellos.


- La bestia de las malas palabras... – Susurró Karkat (quien ahora tenía 16 años) recordando ese momento.

- ¿Qué dijiste? – Preguntó el chico que estaba a su lado, que le prestaba más atención a su celular.

Este tenía el cabello café oscuro y usaba gafas con una lente roja y la otra azul. Su nombre era Sollux Captor y era un nuevo “amigo” de Karkat. Esa tarde había quedado con el para pasar el rato pero como siempre el Captor tenia cosas más “importantes” en sus aparatos electrónicos que atender.

- Nada que te importe – Se limitó a responder Karkat.

- Otra vez estabas pensando en el, cierto? ¡Carajo, hombre! Sé que eres marica, pero ¿Por qué tienes gustos tan malos? Egbert? En serio?

- Cierra la puta boca, quieres?

- Llevas enamorado de él desde primero de secundaria, te dedicas a observarlo todos los días como un puto acosador, ¿Ya deberías haberle dicho que te gusta, no? – Sollux dejó su celular de lado por un momento – No vaya a ser que alguna nena te lo gane.

- ¡Por favor!, 5 años en silencio no es mucho, ¿Oh si?

- Te quedaste estancado en la friendzone, amigo – Se burló Sollux.

- Eso es solo para idiotas, te aseguro que si le confieso a John mis sentimientos el los aceptara.

- No te atreverías – Lo retó el de hebras cafes – Eres una nena.

- Te lo demostrare, maldito estúpido.

Tras decir eso Karkat se puso de pie y camino directo a la casa de su mejor amigo, arrepintiéndose, queriendo regresar donde estaba pero no podía, o Sollux se burlaría de él hasta su funeral.

- ¡Después no quiero que estés llorando en mi casa con el corazón roto! – Grito en tono de burla Captor, llamando la atención de otras personas que estaba por ahí cerca.

Lo estaba humillando, Karkat lo sabía. Pero eso no importaba, lo importante era buscar las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos hacia su amigo de la infancia, esperando no arruinarlo todo.

Notas finales:

Ay, que recuerdos :') okno
Bueno, gracias por leer, debo dormir ya o mañana no podre levantarme para ir a trabajar
En la próxima actualización de Las malas influencias explicare el porque de mi ausencia nuevamente larga, créanme, esta vez si fue pesado :'v

Buenas noches, días o tardes~
Gracias por leer

 

- Yuroko


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