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LAS CONSECUENCIAS DE UN SI por AliceDConcordia

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Notas del fanfic:

El primero que me animo a publicar, el primero de muchos espero. Luego de una noche de insomnio vino a mi cabeza y comencé a escribir, espero que sea de su agrado

Notas del capitulo:

Una breve y muy clara introducción de lo que va esta historia, con esto se origina todo, en poco corto pero ya nos da una visión del tema del fanfic ¡disfrutenlo!

Ya era domingo en la noche, en un departamento en el mágico Londres, la dueña del departamento estaba tirada en la cama con las sabanas revueltas, tenía poco de salir de la tina, usaba unos pequeños shorts y una camiseta, su cabello seguía húmedo, estaba tumbada boca arriba mirando la ventana en el techo, el cristal era lo suficientemente transparente y podía ver la profundidad de la noche, las luces estaban apagadas, algunas se colaban por las ventanas y el balcón que permanecia abierto, el ruido de la calle, los autos, la gente, todo parecía tan lejano, igual que las estrellas, era como si estuviese en estado de shock.
Leonora tenía 28 años, había estudiado leyes en una de las universidades de más alto nivel académico, había sido becada cuando salió del bachillerato, sus padres y su familia se sentían orgullosos de ella, los cuatro años que permaneció en Inglaterra no hubo un sólo día que no llamará a su familia, pero en esos años también se había enamorado de aquella mágica ciudad, su familia sin problemas y con un poco de ayuda de su parte pudieron instalarse, aún así ella buscó su independencia y hacia poco se había hecho de aquel departamento, cuando se tituló abrió un pequeño despacho junto con otros amigos, le iba bastante bien, además un año después la misma universidad le había pedido impartiera clases de Derecho, fue ahí donde todo se había ido al demonio.

No, no se había ido nada al demonio, había sido lo más maravilloso que le había pasado, sólo que ahora veía las cosas de distinta manera, quitaba ese color de rosa que hacia tres años se le había metido en los ojos y veía la verdad del mundo, las consecuencias que ahora le seguían a sus acciones.


Su teléfono comenzó a sonar, era la línea que estaba en la sala, así que dejó que sonara, si en verdad era importante llamarían a la línea en su habitación, aunque la verdad esperaba que no lo hicieran, no tenía muchos animos de levantarse y tal parece que la suerte no estaba de su lado en ese momento, el timbre ahora era en su cuarto, giro y gateo sobre la cama, dejándose caer nuevamente al tiempo que tomaba el teléfono.


-¿diga?- habló sin ganas


-Hola amor- se oyó la voz de la razón de sus conflictos- ¿te desperté?-


-Algo así- dijo soltando un suspiro- ¿pasa algo?


-Si, me olvide de unos papeles que tengo que llevar para la tesis, están en el mueble de chocolate junto a la televisión-


Leonora, se levantó y camino hasta la sala asomándose al mueble que le habían señalado donde estaba un folder de color.


-¿quieres que mañana lo lleve?- preguntó regresando a la habitación, topándose con una botella de vino tinto en el suelo.


-Solo si no te molesta, o yo podría pasar por el en la mañana-
-No es nada-


-Esta bien, dejaré que descanses, te amo-


-y yo a ti-


Valery era una joven de 22 años, había ya terminado la carrera y estaba haciendo los trámites para la tesis, su acesor era un profesor amigo de Leonora, si, era una alumna de la misma universidad donde ella daba clases, le había impartido cátedra el primer semestre y los siguientes Valery hacia lo posible por tomar clase otra vez con ella, su relación se mantenía en secreto frente a otros, aunque ellos lo sabían, esas miradas, las palabras, los tratos, no eran de una amistad entre profesor y alumna, aún así no intervenía en su trabajo, no había favoritismo o alguna otra situación, por ello los directivos no habían hecho nada, además que el hacerlo significaría problemas, pues se tacharía su llamada de atención como una discriminación, así que se mantenían al margen, después de todo no era la primera vez que sucedía y a la fecha no eran la única pareja de alumno y profesor, además de que cuando se dieron cuenta Leonora aceptó la responsabilidad, diciendo que si aquello estaba mal la despidieran a ella y dejaran a Valery continuar en la universidad, pero no hubo necesidad de ello, la directora simplemente le había pedido mantener un perfil bajo.


Colgó el teléfono llevándose una almohada al rostro para ahogar su grito, estaba ya muy estresada, tenía miles de cosas en la cabeza, ya miles de problemas y ahora le sumaba otro, el viernes pasado había cumplido tres años de relación con Valery, se habían emborrachado, el sábado por la mañana despertó enredada el las sabanas con ella, eso no era nada extraño, feliz comenzó nuevamente a besar su espalda desnuda, mientras su mano acariciaba sus pechos, bajando por su vientre hasta llegar al monte venus de su pareja, comenzaba a masajearlo al tiempo que besaba su cuello y jugaba con su oreja, la castaña se despertó gimiendo, abriendo más las piernas para darle paso a su amante, giro para verla a los ojos y unirse en un beso, que fue interrumpido por un nuevo gemido, Leonora ahora jugaba con su clítoris, daba masajes en movimientos circulares, dando algunos ligeros tirones, Valery abría más las piernas moviendo sus caderas pidiendo más de aquella sensación, pero su amante comenzó a subir y bajar su mano, desde su entrada hasta el clítoris, iba lento y profundo, pero la castaña deseaba que fuese más rápido, tomó su mano marcando el ritmo que deseaba, se besaron nuevamente hasta que Valery encontró en ritmo que le satisfacía, gimiendo con más ganas.


-¿Asi?- hablaba con una sensual voz Leonora.


-Si- dijo entre jadeos la menor- Más rápido- el ritmo fue en aumento, su respiración se estaba entrecortando, sufría de pequeños espasmos, pronto alcanzaría el climax-Espera- pidió a la otra pero no se detuvo, ya eran quejas, no la dejaba disfrutar de un orgasmo cuando ya estaba estimulando la para el siguiente, eso era algo que le gustaba de Leonora, la llevaba siempre más allá de lo esperado.


Toda la mañana estuvieron haciendo el amor, entre risas, caricias y palabras de amor, cuando se vieron saciadas Valery se dio una ducha, mientras Leonora buscaba algo de comer, camino por el apartamento descubriendo las botellas de vino que se habían acabado,los platos de la cena que se habían quedado en el comedor, abrió una soda de lata, mientras seguía inspeccionando el lugar, estaba en realidad hecho un desastre, la habian pasado bien anoche.


-Debo irme- escuchó a la chica salir del cuarto y tomar sus cosas de la sala, ella se había detenido frente a uno de los muebles, totalmente atónita observando esa pequeña caja, una pequeña caja de terciopelo negro con el fondo rosa pálido- le daré la buena noticia a todos- Valery la había abrazado por la espalda, de puntas recargando su cabeza en uno de sus hombros, entrelazando sus manos frente a su pecho, fue ahí donde Leonora lo vio, en su mano izquierda se asomaba una sortija de oro blanco con un diamante tallado en forma de rosa en la punta-Te amo, adios- le regalo un beso en la mejilla y salió corriendo del apartamento, mientras ella seguía de pie frente a la caja vacía.

 
Ahora relacionaba todo, las botellas de vino, el adorable humor de su novia aquella mañana, y el tremendo dolor de cabeza y resaca que comenzaba a sufrir ahora. 


-¿le pediste matrimonio?- 


El mismo sábado por la noche estaba en un pequeño bar que había abierto junto con sus amigos, los mismos con los que trabajaba en el despacho y la universidad, todos conocían de su relación y necesitaba de un consejo, un regaño o unos golpes, no sabía si había hecho bien.


-Eso creo- Respondia bebiendo de su cerveza.


-¿eso crees?-preguntaba Carmen, una mujer pelirroja de cabello ondulado, una de las personas más abiertas que había conocido nunca- Estabas ebria y le pediste matrimonio-


-¿y dijo que si?- preguntaba otra mujer, Diane.


-Bueno traía puesto el anillo-Seguían discutiendo mientras trataban de unir las cosas, de descifrar lo que había pasado. 


-¿que es peor que pedirle matrimonio a alguien estando borracho? -Maria era su mejor amiga, ella le habia ayudado a elegir el anillo, aunque no era precisamente para proponerle matrimonio a Valery, era un simple regalo que iba a hacerle por su tercer aniversario, nunca había pensado en casarse- Que la otra persona diga que si- Maria iba llegando a la reunión, tomaba asiento mientras Leonora se llevaba las manos a la cabeza, Valery y Maria se habían vuelto muy buenas amigas, seguramente ya se lo había dicho.


-¿hablaste con ella?- dijo cubriendo su rostro.


-Me llamó apenas salió de tu casa- ahora todos prestaban atención a la recién llegada, ella tenía información fresca de lo acontecido, de lo que ni siquiera Leonora recordaba- Esta toda emocionada, dijo que iba a casa de sus padres a hablar con ellos- la morena dejó caer su cabeza en el borde de la mesa, dando pequeños golpes, en verdad había cometido una idiotez del tamaño del mundo.
 

Notas finales:

Gracias por leer, el lunes continuará.

Saludos


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