Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una noche nada más. por deep desire

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hey, bueno, esto fue algo que escribí en una sola noche, me sentí inspirada y quiero compartirlo con ustedes, sé que no tiene lo que acostumbro a escribir, pero espero que sea bien recibido c: como siempre les agradezco la oportunidad, si se la dan, y espero que nos leamos en futuros proyectos... besos <3 ;)

Notas del capitulo:

Esta historia consta solo de un capítulo c: por lo que espero les guste <3

"Todo perfecto".


 


El ruido ensordecedor de la música me mantenía alegre dado a que no debía hablar nada. Los gritos para hacerse escuchar requerían de la energía que ya no disponía, por lo tanto me relajé escuchando las personas haciendo karaokes a mi alrededor. Algunos eran bastante buenos, otros no tanto, pero de igual modo entretenían al resto de las personas que buscaban pasar un buen rato.


Acepté acompañar a algunos amigos en su juerga nocturna solo porque no tenía nada más que hacer por la noche, y aquí estábamos, en nuestro tercer bar de la noche, pronto dirigiéndonos al cuarto… eso si es que lográbamos salir de pie. Lo que es yo, no he tomado nada, solo un par de bebidas gaseosas para mantenerme lúcido y disfrutar de la experiencia.


Esta noche tengo como meta flirtear con alguno que otro muchacho bien parecido, de vez en cuando sirve para subir el ego y alegrar el día, así que hoy es ése día en que quiero sentirme deseado. Tengo tan solo dieciocho años, pero tengo más experiencia de la que debería a mi edad. Consecuencia de tener amigos bastante fiesteros.


– Sed, deberías de tomar algo de esto –dijo mi compañero sacándome de mi sondeo visual del bar– Está de muerte.


– No lo dudo –digo mirando el trago con desagrado– Pero no por ahora. Quiero echar un vistazo y luego quizá tome algo, no te preocupes por mí. Tú disfruta –.


Le sonrío alentándolo a seguir emborrachándose para olvidarse de los problemas. El pobre chico está hasta el cuello de preocupaciones y problemas del trabajo, realmente lo compadezco, pero no hay nada que pueda hacer por él, más que apoyarlo y ayudarlo en lo que me pida. Le doy una palmada en la espalda y me levanto para ir a los baños.


Estoy a punto de dar un paso cuando una voz ronca y sensual me detiene enviando escalofríos de placer por mi cuerpo. Detengo mi acción y trato de buscar el origen de la voz atractiva, pero solo veo a personas hablando alegremente en sus mesas. De pronto la música vuelve a subir de volumen hasta que se debe gritar para hacerse escuchar. Me doy por vencido con mi búsqueda y vuelvo a encaminarme hacia los baños.


– Buenas noches, jóvenes amigos –saluda la voz nuevamente– Hoy día estamos aquí… para… ¡Emborracharnos y hacer ricos a este bar! –grita y las personas lo alientan con aplausos y aprobaciones– Y bueno… como siempre, debo ser yo quien los haga entrar en calor… si saben a lo que me refiero –guiña un ojo a una mujer joven y le sonríe arrebatándome la respiración. Malditos hombres que saben cómo utilizar sus encantos– La primera canción, va a ir dedicada a… a ver… aun no sé a quién se la voy a dedicar ¿algún voluntario esta noche? –niego con la cabeza por su descarado coqueteo pero admito que el hombre tiene personalidad y sabe cómo manejar a una audiencia– ¿Nadie quiere ser voluntario? –dice ignorando todas las manos y gritos constantes para llamar su atención– Bueno, entonces tendré que elegir –abro la puerta del baño y me meto dentro antes de que al chico se le ocurra señalarme a mí. El sonido es inexistente en este lugar, por lo tanto no puedo escuchar nada de lo que ocurre afuera.


Me tomo mi tiempo en hacer mis necesidades y para cuando salgo nuevamente, la música atronadora está presente junto a unas voces desafinadas cantando desde sus respectivos puestos.


El chico que hace de animador está tomando agua de una botella y me quedo embobado observando el movimiento de su manzana de Adán al tragar. Por mi parte, trago duro y quito la vista de su persona para enfocarme en llegar a mi mesa sin chocar con alguien.


Tomo asiento nuevamente y tengo la privilegiada suerte de que a mi lado se encuentra el lugar del DJ, por lo tanto, el hombre animando está junto a él cuando las personas comienzan a cantar el karaoke.


Disimuladamente, le doy un vistazo de reojo al hombre y observo sus facciones. Duros rasgos de mandíbula, labios llenos a la perfección, barba de unos días, cabello corto, cuerpo esculpido con buenos músculos, según lo que se puede ver a través de la camisa blanca que se le pega al cuerpo… sus antebrazos son de un suave tono dorado probablemente por los rayos del sol, lleva la camisa doblada hasta los codos y los primeros botones desabrochados… y el pantalón que lleva… oh, por dios, le quedan de maravilla.


Dejo de mirarlo tan descaradamente y vuelvo mi atención a la conversación que mis amigos tratan de llevar contra el volumen de la música. Hasta que después de unos minutos lo dejo porque hablan cosas sin interés para mí. Le doy un sorbo a mi bebida mientras que por el rabillo del ojo le echo un vistazo al chico que habla efusivamente con el DJ.


La canción termina y el chico sale a hacer un par de bromas, no puedo evitar reírme de cada una de ellas y de paso aprovecho para poder echarle otro vistazo a su cuerpo… gimo interiormente al observar sus rasgos fuertes… pero todo su ser me dice “heterosexual” por todos lados. Aunque fantasear no tiene límites, así que me permito vivir la pequeña fantasía de que sea homosexual.


– Y ahora… ¿Quién quiere deleitarnos con su dulce voz? –pregunta al público mientras camina entre las mesas.


Se detiene en la nuestra pero pego la mirada en la madera para evitar el contacto visual, tenerlo cerca de pronto me ha llenado de energía nerviosa y sexual, estoy seguro de que si le echo un vistazo a su rostro y entablamos contacto visual, él va a saber absolutamente lo que pienso.


– ¿Alguno de ustedes quiere ser voluntario, amigos? –pregunta mirando a mis amigos, siento su mirada en mí por unos segundos y sostengo el aliento para evitar ofrecerme voluntario.


– De seguro que Sed acepta –dice Tom, uno de los chicos.


– Sí, a Sed le encantan estas cosas –lo apoya Dennis, otro de los chicos que me acompañan.


– Vamos, Sed, demuéstrales a todos lo que sabes hacer –dice Harry, el chico de los problemas en el trabajo y las preocupaciones.


Levanto la cabeza lentamente para negarles con entusiasmo, pero todos sonríen sin malicia, por lo que no lo dicen por molestar. Suspiro tomando un trago de mi bebida y fingiendo que es tequila puro, que me infunde el valor suficiente para cantar siendo visto por este guapo animador.


– Vaya, vaya, parece que tenemos un participante –dice el hombre en su micrófono, me observa unos segundos y sonríe– ¿Cuál es tu nombre?


– Sedric –digo acercándome a su lado y aprovechando para inundarme de su olor… debo decir que el hombre sabe cómo conquistar los sentidos de una persona. Si no hubiera caído colado por su físico, de seguro lo hacía por su olor. Huele como el paraíso, el olor que siempre soñé.


– Bueno, Sed –dice abreviando mi nombre como si fuera un íntimo conocido, lo que me hace sonreír complacido– Te lo dejo todo a ti. Tú eres el jefe ahora –.


Me entrega un micrófono y nos miramos a los ojos unos segundos hasta que sonrío y niego con la cabeza para eliminar las ilusiones de mi tonta mente. Solo vine a coquetear un poco, no a enamorarme.


Escojo una canción que conozco y comienzo a cantar. A medida que pasan los versos me dejo invadir por la emoción y hago la canción mía. Para cuando se termina, tengo un coro de acompañantes y miles de aplausos por todos lados. El chico de la animación se acerca con otro micrófono mientras aplaude con fuerza.


– Wow… eso fue… impresionante, Sed, realmente me sentí muy atraído, creo que me conquistaste –me guiña un ojo y yo pongo los ojos en blanco riendo. Le entrego el micrófono– ¡Un aplauso más fuerte para Sedric! –pide gritando.


Estoy a punto de irme cuando me sujeta de la muñeca y se acerca a mí oído disimuladamente.


– Deberías de ir al baño en un par de minutos, Sed –murmura y muerde levemente el lóbulo de mí oreja con una lentitud tortuosa.


Trago saliva con dificultad y lo miro a los ojos para vislumbrar la seriedad de sus palabras. Vuelvo a mi asiento y mis amigos aplauden con fuerza mientras me golpean la espalda y desordenan mi cabello.


De un trago me zambullo toda la bebida y me abanico el rostro que ahora me arde un poco. Veo mi reloj y observo cómo transcurren los segundos que parecen eternos, finalmente, cuando veo al hombre saliendo de su lugar para tomar un descanso, lo sigo al baño discretamente.


Acomodo mis cabellos los mejor que puedo y trato de frenar los nervios en mi estómago atenazando con estremecerme de anticipación. Entro al baño y apenas la puerta se cierra tras de mí, soy empujado contra la misma con una brutalidad única de los hombres, lo que me encanta.


Entrecierro los ojos y observo el rostro de mi atacante. Sus ojos están cargados y oscuros de lujuria, nuestros rostros tan cerca pero no lo suficiente para sentir sus labios, solo su respiración por el momento.


– Sedric –susurra mirando de mis labios a mis ojos– ¿Crees que no sentí tus miradas recorrerme?


– Sí, lo creí –respondo estirando el cuello para morder sus labios pero él se aleja y me tortura sujetando mis muñecas a la pared.


– Pues estabas equivocado, aquí está la prueba –se presiona contra mí y siento la dureza de su excitación presionando contra la mía que se estimula más, compitiendo con la suya.


Logro tocar sus labios solo un poco y se aleja, entonces me quejo y él desata su hambre contra mi boca, magullándome y mordiéndome, marcando el ritmo de un beso que yo no tengo oportunidad de seguir. Sus labios son tan deliciosamente suaves y a la vez duros que envían chispas por mi cuerpo. Se me escapa un gemido que es ahogado por su boca y presiono mi cuerpo contra el suyo arqueando mi espalda.


El gruñe y baja sus manos a mi cintura, soltando mis muñecas y así puedo acariciar su cabello. Me desabrocha el pantalón y baja toda mi ropa de la zona inferior dejándome desnudo y a su merced. Toca mi miembro con su manos fuertes y ásperas, con una de ellas sostiene la base de mi pene y con la otra se desliza arriba y abajo por mi longitud que despierta con cada toque. Gimo con más fuerza cuando mezcla su caricias con mordiscos en mi cuello, mordiscos fuertes que rozan lo doloroso, pero solo me estimulan más si es posible.


Me aferro a su cabello con fuerza y abro su camisa para poder tocar su cuerpo. Entonces deslizo mis uñas contra su piel, dejando cuatro pares de líneas sangrantes de sus pectorales, él gruñe y muerde mi cuello con fuerza.


Golpeo mi cabeza contra la pared para controlar mi placer sino voy a correrme antes de siquiera disfrutarlo, sin embargo él me suelta y yo protesto porque estaba tan cerca del orgasmo.


Su boca se adueña de la mía, demandante, y yo bajo las manos por su cintura hasta que llego a sus pantalones y trato de desabrochárselos, pero él lo hace por mí sin dejar de besarme. Se baja la ropa interior, me quita la camiseta para tirarla al suelo y me gira de cara contra la puerta.


Sujeta mi cintura entre sus manos, inmovilizándome para evitar que adelante los hechos. No necesito de previa dilatación porque realmente estoy listo para recibirlo, y él lo sabe con tan solo introducir un dedo dentro de mí. Ahogo un gemido de placer cuando retira su dedo, pero luego siento la punta de su miembro presionando contra mi entrada y entonces dejo escapar un ronroneo de placer que es correspondido por un ronco gruñido de él.


Lentamente se introduce dentro de mí, deteniéndose cuando su longitud entra por completo, para darme tiempo a acostumbrarme, pero yo no quiero tiempo, yo quiero sentirlo moverse por lo que empujo contra su cuerpo y arqueo la espalda para recibirlo con fuerza.


Sus dedos se enroscan en mis caderas, clavándose en mi carne y dejando marcas de seguro. Su boca va a mi cuello y muerde tirando de la piel entre sus dientes, lo mismo hace entre mis omóplatos y va bajando dejando marcas por todo mi cuerpo. Araño la pared cuando ya no puedo soportar más tortura, pero no puedo moverme o él no seguirá con lo que quiero, ya entendí que a él le gusta dominar la situación, así que espero que me dé lo que quiero pronto o voy a tener que invertir los papeles. A mí también me gusta dominar a un hombre.


Gimoteo pidiendo su compasión, a sabiendas de que eso los vuelve locos, y entonces él se mueve lentamente, torturándome de seguro.


– Por favor –suplico gimiendo– Más rápido. Más duro. Por favor.


– ¿Eso es lo que realmente quieres?


– ¡Sí! –grito cuando entra duramente contra mí– Así. Así, sigue así… –entonces caigo en la cuenta de que no sé su nombre… pero bueno, eso no es tan importante.


Arqueo más la espalda para recibirlo más profundo y el sonido de nuestros cuerpos chocando inunda el lugar. En pocos segundos estoy a punto de venirme y trato de avisarle al extraño, pero él lo siente y cuando el orgasmo me alcanza, él se viene dentro de mí a la par conmigo. Ahogo mi grito contra mi puño y el ahoga su gruñido de satisfacción contra mi espalda, mordiéndome tan fuerte que estoy seguro que quedaran marcas por varios días.


Me apoyo contra la pared ya que las piernas me tiemblan y él me sostiene para no caer. Recoge su camisa que en algún momento se la quitó, y la estira sobre el lavamanos del baño. Sale de mí y me levanta entre sus brazos para dejarme sobre su camisa, de espaldas al enorme espejo y frente a su hermoso rostro.


Le sonrío satisfecho y relajado y él me corresponde besando mis labios tiernamente. Ahora lo hace tierno cuando hace unos minutos quería comerme. Sigue besándome, dejando rastros húmedos por todo mi rostro y cuello. Me sorprende con su fase tierna, creía que se iba a ir luego de joderme contra la puerta como todos los otros tipos hacen siempre, pero se queda aquí conmigo mimándome, cuando tiene un trabajo al que volver.


– ¿Cuál es tu nombre extraño? –murmuro sonriendo cuando sus labios alcanzan un punto sensible en mi garganta.


– ¿Tienes sexo sin saber el nombre? –interroga frunciéndome las cejas como tratando de regañarme.


– No. Usualmente no. Pero tú fuiste rápido, así que no hubo tiempo –respondo tirando de su cabello con mis manos en puño.


– Caleb, ese es mi nombre.


– Bonito nombre –respondo sonriendo divertido– ¿Y no tienes un trabajo al que volver? –.


Sus ojos se agrandan de sobremanera y observa el reloj en su muñeca. Se pone la ropa nuevamente y luego le echa un vistazo a su camisa que está debajo de mí.


– Mierda.


– Sí… –sonrío– No vas a poder usarla de nuevo, de seguro está manchada con tu esencia –murmuro excitándome nuevamente– Puedes usar mi camiseta. Somos de la misma talla creo, así que no habrá problema.


– ¿Qué hay de ti?


– Conseguiré ropa del próximo hombre que cruce esa puerta –respondo apuntando a la puerta con la barbilla, me bajo del lavamanos y me limpio con un poco de papel del expendedor.


– No vas a pedirle nada a nadie, Sedric –ordena poniéndose la camiseta sobre la cabeza– Vas a ir a mi habitación y esperaras allí. Después de esto, creo que me he enamorado de ti y si no es eso, pues entonces estoy de camino allí.


– ¿Ah, sí? ¿Y esperas que lo crea? –respondo divertido. Me pongo la ropa interior y los pantalones nuevamente.


– No, pero planeo demostrártelo en un par de minutos. Solo espera –me guiña un ojo y se acerca a besarme nuevamente– Te llevaré a mi lugar y me esperaras allí.


– Está bien –respondo sonriendo– Pero la próxima vez me tocará a mí dominarte, Caleb –.


Él me mira a los ojos, luego recorre mi cuerpo con su mirada y vuelve a mi rostro. Gira la cabeza hacia un lado y entrecierra un ojo mientras su sonrisa de infarto me ataca directo en la zona baja. Una sonrisa y ya estoy listo. Impresionante.


– Creo que puedo hacer una excepción por ti y tu belleza –responde.


Me toma de la mano y me guía por los pasillos del lugar desconocido. La música se escucha nuevamente y lo agradezco porque de otra forma quizás todo el mundo hubiera escuchado mis gemidos de placer, y mis amigos me hubieran fastidiado con ello por meses.


Entrelazo los dedos con los de Caleb y sonrío complacido imaginando lo que me depara la noche, sin duda entré a este lugar buscando un par de coqueteos, pero nunca pensé llegar a esto. Esto, superó todas mis expectativas, más todavía con un hombre como Caleb. El espécimen perfecto. El sexo perfecto. Todo perfecto… para una noche nada más.

Notas finales:

¡Nos leemos pronto y besos! Espero les haya gustado c:


https://www.facebook.com/DeepdesireFic


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).