Desde que soy muy pequeño todo ha sido igual. Recuerdo esos días en los que habría luna llena, todos desesperados, preocupados. ‘’Nadie debe salir esta noche’’, es lo que nos decían. Sino el lobo nos mataría. Aunque se tenía un acuerdo con él, nadie quería correr el riesgo. Era demasiado peligroso.
Cada luna llena se le dejaba al lobo un sacrificio animal para saciar su apetito, pero todos en el pueblo estábamos hartos de vivir así.
Vivimos al borde de un bosque oscuro, pocos conocen nuestra aldea, pero muchos saben las atrocidades que han pasado aquí. Mamá siempre me dijo: ‘’No hables con extraños, e por agua y ven directo a casa’’. Traté de ser obediente y hacerle caso. Créanme, lo intenté. Pero había un chico… A mamá no le gustaba que hiciera amistad con él, le disgustaba que saliera a jugar con el hijo de un pobre leñador, pero a mí no me importaba. Lo quería… ¿Cómo no aprovechar esas oportunidades para pasar un rato con él? A pesar de todo por lo que pasábamos en aquella aldea, estar con Taehyung me hacía feliz, aunque sea por un rato.
10 años después.
Sé que no debería cazar conejos, ni entrar al bosque solo, pero desde pequeños él siempre me hacía querer romper las reglas. Hoy como casi todos los días, decidí hacerle una visita. Así como su padre, él se convirtió en un leñador y claro, mi madre seguía negándose a que nos viéramos. Mi padre también es leñador, así que ella desea una vida mejor para mí, pero esas cosas no me interesan, yo sólo deseo estar con Taehyung.
Como siempre estaba ahí, en el bosque junto con otros hombres, trabajando. Pero vi mi oportunidad cuando anunciaron que sería la hora de ir a almorzar, podría ver a Taehyung sin que nadie se enterase de que estuve ahí. Decidí robar su hacha cuando estuvo distraído y me escondí detrás de un árbol. De pronto sentí unos pasos aproximándose, sabía que sería él. Siempre nos hacíamos alguna travesura. Di un salto a un lado para que me viese y liberé una risita, lo había asustado. Casi dejé caer el hacha cuando lo vi aproximarse hasta mi cuerpo, me sentí algo nervioso con su cercanía, siempre me pasaba.
— Dame eso.
— ¿Qué vas a darme a cambio? —Intentó arrebatarme el hacha de las manos, pero la escondí tras mi espalda y amplié la sonrisa.
— ¿No te dijeron?
— ¿Decirme qué? —susurré.
— Arreglaron tu boda con Park Jimin. —Quedé algo paralizado cuando lo escuché y bajé la vista mientras suspiraba antes de comenzar a caminar con lentitud hacia el árbol que estaba tras de mí.
— Mi madre al fin tendrá lo que quiere: fortuna.
— Jimin tendrá lo que siempre ha querido: a ti —comentó mientras me seguía.
— ¿Qué hacemos ahora?
— ¿Quieres ser su esposo?
— Sabes que no… —afirmé con seguridad y fui esbozando una sonrisa pequeña en los labios.
— Pruébalo. —Y mientras hablaba comenzó a retroceder teniendo una sonrisa traviesa en los labios, decidí avanzar hacia él mientras imitaba su sonrisa.
— ¿Cómo?
— Escapa conmigo.
— ¿Escapar adónde? —cuestioné entre risitas suaves a la vez que lo veía aproximarse a mí nuevamente.
— A donde quieras… Al océano, a la ciudad, a las montañas. ¿Tienes miedo?
— No. —Negué con la cabeza teniendo una la sonrisa en los labios, era una idea tentadora. Pero de pronto él me tomó de la cintura y consiguió hacerme caer al suelo con delicadeza, recostándome sobre el montón de hojas secas que se esparcían por todo lo que antes fue césped.
— ¿No? ¿En serio? ¿Dejarías tu hogar? ¿Tu familia? ¿Toda tu vida?
— Haría lo que fuera por estar contigo… —solté en un susurro al tenerlo sobre mi cuerpo.
— Sabía que lo dirías —dijo mientras se iba poniendo de pie, aunque no sin antes depositar un beso sobre mi nariz.
— ¿En serio? —Yo también le levanté y le di un pequeño empujón en el pecho entre risas.
— Hagamos algo al respecto —murmuró mediante volvía a acercarse a mí y llevó una de sus manos tras mi nuca. El nerviosismo volvió a mí de la nada. Después llevé la vista a un lado y visualicé un par de caballos que allí había; la tentación era grande.
— Pasaría medio día para que notaran nuestra ausencia… —Él miró los caballos teniendo aún esa sonrisa traviesa y luego me miró a mí. Fue acortando nuestra distancia y mordisqueó mi labio inferior con delicadeza.
— Te reto —murmuró nuevamente. El escucharlo fue suficiente y luego comencé a correr hacia los caballos mientras reía. Iba a hacerlo, sólo quería escapar con él. Taehyung comenzó a correr tras de mí luego de ello, ambos estábamos ansiosos por la idea, sólo queríamos huir juntos. Pero de pronto algo nos detuvo, unos campanazos comenzaron a escucharse y nos detuvimos al instante, paralizados.
— Es el lobo… —susurré con temor y Taehyung simplemente se mantuvo tras de mí, mirándome con algo de profundidad, me costaba descifrar lo que estaba pensando.
Para nuestra desgracia, tuvimos que regresar a la aldea. ¿Cómo huir si el lobo andaba rondando por ahí? Nuestros planes se habían arruinado… Me sentía demasiado frustrado y triste. No quería casarme con Jimin, yo sólo deseaba estar con Taehyung y me frustra que mi madre no entienda eso. ¿Por qué mi padre no me apoya? ¿Por qué no tiene opinión?...
Todos en la aldea comenzamos a caminar, otros a correr, hacia donde se escuchaban los gritos de algunos hombres. ‘’Rápido’’, ‘’aquí está’’, ‘’corran’’, era lo que se escuchaba. Mi respiración comenzó a agitarse de forma repentina, yo sólo seguía a la multitud, tenía miedo. A medida que caminaba escuchaba a algunos amigos conversar entre sollozos:
— Mató otra vez…
— Pero teníamos paz…
No me detuve a seguir escuchando, simplemente continué con mi caminata. ¿Quién había muerto? ¡Diablos! No entiendo qué sucedía, había un acuerdo. ¿Por qué había muerto alguien? ¿Será que ya nadie está seguro aquí? ¿Por qué debía ser precisamente cuando planeaba huir con Taehyung? Seguí caminando y más personas comentaban cosas, decidí aproximarme a ellos para saber qué había ocurrido.
— El lobo la… quebrantó… —Alcancé a escuchar, palidecí.
— ¿Quién es? —cuestioné—. ¡Díganme! —exclamé temeroso al notar que se quedaban callados todos.
— Es tu hermano… —Oír eso fue suficiente para decidir correr a verlo con mis propios ojos, ellos me siguieron.
Y ahí lo vi. Mis padres estaban abrazados tras un cuerpo y había un par de señores mayores alrededor. Fui caminando con algo de desesperación hacia ellos, tenía miedo de que lo que me habían dicho fuese real, pero ellos estaban allí… ‘’Padre’’, fue lo que dije para que notaran mi presencia y ambos voltearon dejándome ver el cadáver de mi hermano en el piso. Mi madre no dejaba de llorar, pero mi padre permanecía fuerte. Sin flaquear… Más bien, su semblante era indescifrable, serio y triste a la vez.
Ver el cuerpo de mi hermano me sorprendió, sentía que quería gritar y corrí hacia él mientras las lágrimas comenzaban a caer por mis mejillas. Me tiré al suelo y abracé su cadáver, temeroso, tiritando. Grité su nombre un par de veces y lo moví como si con ello fuera a conseguir que despertase. Pero, él seguía tirado ahí, pálido, frío y lleno de sangre. De pronto todos los aldeanos formaron un círculo alrededor nuestro y bajaron sus cabezas con respeto.
No podía creer lo injusta que era la vida conmigo. ¿Por qué? No le deseo ningún mal a nadie, pero… de entre todas las personas que habían en esa aldea, ¿por qué mi hermano? No podía tolerar el dolor.
Taehyung sólo me miraba con algo de seriedad, no decía nada y no agachó la vista como los demás, simplemente me miraba y suspiró. Él era así, indescifrable… Y sé que prefería darme mi espacio, pero en ese momento de verdad necesitaba de su apoyo. Me habría gustado que se haya acercado a abrazarme. Me sentía tan solo en el mundo.