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Entre tus Alas por AranzaCrow

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Notas del fanfic:

Este fic se me ocurrió en un momento de locura y depresión :v escuchando música se me vinieron varias cosas a la mente y en ellas me imagine a esta pareja así que me apresuré a escribir antes de que la inspiración abandonase mi cuerpo.. 

Notas del capitulo:

Donde la historia comienza.. 

‘’No sé cómo pude caer bajo el hechizo de tu mirada, pero sé que nunca olvidaré lo que aquella noche sucedió’’

*

(***)

*

Dégel  Montier era un hermoso joven  de cabellera larga con un tono verdoso, su piel lechosa indicaba la pureza en el alma de aquel hombre además de aquellos ojos amatistas. Ya a sus 22 años edad que aparentaba era conocido en aquel reino como el maestro en el arte de utilizar las armas que en aquel entonces eran las herramientas para los combates y no solo eso también era tachado de demonio, Los aldeanos pensaban que el hombre de cabellera verde no era más que un demonio ya que Dégel era el único hombre que volvía de la zona de combate sin ninguna herida en su cuerpo mientras que los otros volvían con cortes y heridas además de que a algunos les faltaban alguna parte de sus extremidades, lo que no sabían era que Dégel no era lo que ellos indagaban.

Kardia Antares. Orgulloso rey de Francia, hombre de muchas ambiciones y deseos uno de ellos era ver caer bajo sus pies la capital de Londres Inglaterra y todo aquel reino que  atreviese a rebelarse en su contra. Aquel hombre quien con solo una mirada logra doblegar a las personas. Muchos de sus seguidores lo ven y veneran como un dios por otro lado otros solo lo aborrecen por las pérdidas en la guerra pero a él no le importa las palabras de aquellas personas pues solo quiere seguridad y triunfo para su nación sin importar cuántas vidas se vayan en ello.  Su origen no es del todo parisino y se puede notar por su aspecto su tez es morena y su cabello enmarañado le cae hasta las caderas como una cascada azulina al igual que sus ojos. Kardia fue el fruto de la unión del rey de dicho país y una mujer extranjera con quien contrajo matrimonio y años después tras la muerte de su padre quedó a cargo del reino.

 

---------------------------- Francia, año 1792 era de los 9 reinos celestiales -------------------

 

Unos pasos resonaban sobre el gélido suelo de mármol pulido, por el ruido que hacía el calzado se podría decir que eran zapatos de tacón el vestido negro con detalles daba hasta los talones del calzado y por la forma de caminar se podía deducir que se trataba de una mujer aquella que llevaba en sus manos una bandeja de plata sobre la que reposaba una taza de porcelana de la mejor calidad acompañada por una jarra que hacía juego con esta y un plato en el que descansaban algunas galletas. La mujer de más o menos cuarenta años se detuvo delante de la puerta de madera pulida la cual empujó con suavidad para que esta se abriese y así pudiese entrar al lugar donde se encontraba aquel hombre de más o menos unos treinta años sentado sobre un sillón de lana frente al gran ventanal delante suyo. Sin mucha espera se acercó al hombre y colocó la bandeja sobre una pequeña mesa que se encontraba no muy lejos del peliazul quien ignoraba su presencia y quizás así era mejor para ella, tomó la pequeña jarra entre sus manos y la inclinó sobre la taza para que así saliese el líquido de la infusión que había preparado especialmente para él.

 

— Alteza, su té está servido —Habló la mujer  acercándole la taza al aludido, este solo giró un poco su cabeza y la miro de reojo luego miró la taza y la tomó entre sus manos para así ver su reflejo en el líquido que rara vez formaba hondas con cada movimiento que hacía el hombre—

— Gracias —Contestó con desgano y volvió su mirada al ventanal—

— ¿Se le ofrece algo más? —Preguntó una vez más aquella mujer pero el hombre no respondió nada cosa que le hizo sentir preocupada por el estado en el que el joven rey había caído luego de la pérdida de su padre en batalla pero no quiso incomodarlo y Salió de la habitación dejando a Kardia solo en aquella enorme habitación.

— Juro que me las pagarás Unity Van Drijk —Gruñó por lo bajo y apretó la taza entre sus manos—

*

(***)

*

Su rodilla estaba sobre el blanco suelo de mármol y su otra pierna flexionada a su lado y el resto de su cuerpo gacho ante aquel hombre delante suyo este tenía una mirada tan verde como las esmeraldas y un cabello tan rubio como los rayos del sol, sus labios color carne estaban curvos en una sonrisa cálida la cual dedicaba para aquel ser celestial a su frente.

— Mi querido Dégel…  —Llamó, el aludido alzó por primera vez su rostro para ver al hombre a su frente— ¿Has de saber el porqué de tu llamado? —Cuestionó dándole la palabra al peliverde—

— Creo saberlo mi señor, pero preferiría que fuese usted quien me lo dijese —Contestó el galo manteniendo su posición como forma de respeto para el hombre que le miraba con ternura—

— Tengo una misión para ti —De la nada y al lado del hombre apareció una especie de espejo, el objeto llamó la atención del menor y sorprendió la imagen que se reflejó en este— ¿Ese hombre te es familiar? —Preguntó el mayor—

— El… es el primogénito del reino parisino en la tierra mi señor —Contestó con aceptación Dégel el otro borró su sonrisa de sus labios—

— Su padre fue asesinado por un reino enemigo hace un par de semanas atrás —

Esto sorprendió a Dégel quien nunca se esperaba que el rey del país más próspero de ese continente hubiese caído en manos del enemigo pero lo que no entendía era por qué el gran Zeus le daba esa noticia después de todo habían pasado ya muchos años desde aquel encuentro.

.

FLASH BACK

.

Sniff…. sniff  En algún lugar de aquel frondoso bosque lloraba un niño de más o menos 7 o 8 años de edad, parecía perdido pues buscaba con angustia algo– Mamá!! ¿Dónde estás? No me dejes….

Caminaba y caminaba perdido buscando la manera de regresar pero con cada minuto que pasaba terminaba más hundido dentro de los árboles. Ya al caer la tarde el infante cayó al suelo parecía cansado y de tanto llorar sus ojos estaban hinchados, a la vista pudo divisar las ramas caídas de un sauce llorón sus pies entonces volvieron a la andanza introduciéndose así bajo la sombra del frondoso árbol donde luego de sentarse se recostó del tronco. Sus ojos se fueron cerrando a causa del cansancio hasta quedarse dormido por un largo rato.

Una luz brillante provocó que abriese sus ojos lentamente, encontrándose así mismo en la oscuridad plena de la noche y como única compañía una luciérnaga se posó sobre su nariz, con sus manos tomó al pequeño insecto dejando separados sus dedos para mantener al animal luminiscente como única luz o eso creyó cuando a lo lejos divisó una luz blanca resplandeciente moviéndose de un lado a otro, pensando que se trataba de alguna persona se apresuró a levantarse del suelo para ir al encuentro de aquella persona. Nuevamente para su sorpresa la luz desapareció y quedó solo en aquel oscuro lugar donde la luz de la luna no llegaba.

Estoy nuevamente solo… solo… Murmuró con los ojos llenos de lágrimas que amenazaban con escapársele, camino hasta una roca de gran tamaño y se sentó sobre ella hecho un ovillo, sus lágrimas entonces se desplomaron de sus ojos y sollozos volvieron a escucharse en aquel solitario lugar Mamá… Murmuró con el rostro hundido entre sus brazos

 

No estés triste Una suave voz se escuchó en el lugar alertando al menor quien por temor no levantó la mirada para ver de quien se trataba pero su curiosidad era más fuerte que él y separó la cabeza de sus manos cuando sintió una mano sobre su hombro derecho. Sus ojos se desenfocaron cuando miro que la luz de antes era real pero ¿Por qué esa persona emanaba una luz tan brillante de sus ropas?

¿Qui… quien eres tú? Cuestionó con los ojos llorosos el ser a su lado rompió un trozo de la tela de sus ropajes y se lo extendió para que limpiase sus lágrimas, como todo un caballero acepto la intención del de mirada angelical y limpió sus ojos eliminando todo rastro húmedo de lágrimas

Todo estará bien, es bueno encontrarte príncipe Kardia…  El hombre cerró sus ojos y mostró sus blancos dientes en una sonrisa cálida que hizo ruborizar por un momento al menor que luego se sorprendió por lo escuchado ¿Cómo sabía alguien a quien nunca había visto en su vida su nombre?

¿Cómo sabes quién soy?Preguntó el menor una vez más esta vez sentándose mejor quedando de frente hacía el otro

Es momento de que le lleve con su padre, deben de estar preocupados por usted Habló el mayor ya levantándose de su lugar para extender su mano diestra hacía el infante Kardia solo la tomó y se levantó también aunque sentía curiosidad por aquella persona lo que más anhelaba era volver a los brazos de sus padres

Si no me vas a contestar, al menos dime ¿cómo te llamas? El de cabellos azules se estaba hartando de los esquivos de aquel hombre y tenía tanto que preguntar Dime quien eres, ¡ordeno que me lo digas!  Las palabras del chico provocaron que el galo se riese divertido pero luego le dedico la mirada con una sonrisa

Mi nombre es Dégel…

Ya complacido con la respuesta del otro Kardia solo sonrió y siguió su camino de la mano de Dégel, minutos más tardes ambos llegaron al palacio parisino en donde dejó al pequeño en la entrada este acto extraño al Greco/Francés quien le halo de la mano para que prosiguiera.

— ¡Vamos! Mamá y papá tienen que verte para que sepan que fuiste tú quien me encontró y te recompensen Dijo efusivo el menor pero el galo negó con su cabeza y se colocó en cuclillas quedando del tamaño del peliazul

No hay recompensa más grande que salvar una vida, no hace falta que tus padres me vean para saber que estas bien Mencionó el galo y con su izquierda acomodó un mechón de cabello tras la oreja del francés

Pero… no quiero que te vayas al menos déjame recompensarte yo…  espera... yo por aquí tengo algunas monedas

El de cabellos verdes suspiró y colocó su mano sobre la coronilla del menorNo hace falta, el que estés a salvo vale más que el dinero para mí  Sin más se acercó a los labios del menor depositando un tierno beso en la comisura de estos Se un buen rey Kardia... yo te estaré cuidando siempre… Y así el menor quedó solo en aquella solitaria calle con tan solo una pluma plateada entre sus manos

 

.

FIN DEL FLASH BACK

.

 

— Dégel —La voz masculina le sacó de sus pensamientos haciéndolo volver en sí y mirar al rubio—

— Lo siento mi señor... yo me distraje —

— Las distracciones no son buenas Dégel pero como veo que no estabas aquí te explicaré nuevamente  —El de cabellos dorados suspiro para nuevamente informarle lo que haría su más preciado ángel— Debes proteger a ese chico tanto como de enemigos como de sí mismo, debes convertirte en su sombra, capa y espada de ser posible —Dicho esto Dégel supo lo que debería de hacer en ese instante, luego de la plática  e instrucciones se incorporó e hizo un ademan hacía el dios y girando sobre sus talones salió del salón—

Fuera del palacio celestial se encontró con su viejo amigo y compañero Asmita Leroug mejor conocido como el ángel de la medicina del alma quien era muy apegado al peli verde tanto celestial como humanamente.

— Hola mi estimado Dégel —Saludo el rubio con una sonrisa de oreja a oreja. Dégel al oír su nombre buscó con la mirada al rubio y le sonrió amable—

— Hola Asmita —

— ¿Qué el viejo te mando a otra misión?  —Preguntó el galo asintió— ¿A dónde es esta vez?

— Tengo que cuidar y proteger a un rey —Explicó el galo sorprendiendo al otro quien de inmediato comenzó a invadirlo con preguntas—

— ¿Quién es? Apuesto a que es un crío que está haciendo y deshaciendo con su vida —Dégel suspiró pesado y le miro, su entrecejo estaba fruncido y sus labios tenían una mueca extraña—

—Es Kardia…

— KARDIA!!!?  —El de procedencia Hindú casi se cayó para atrás tras escuchar al mencionado— Pero ese no es el chiquillo que encontraste en el bosque?

— Sí y ya no es tan chico, ahora tiene treinta y algo de años —Una vez mas explicó para el otro quien se sostuvo de un pilar de mármol para no caer—

— ¿Cu… cuantos años han pasado? —Cuestionó con una sonrisa falsa, el otro volvió a fruncir el ceño—

— Desde aquella vez hasta ahora han pasado unos veinticinco años más o menos

— Entonces no es tan pequeño ahora —Esta vez fue la voz de Albafica D’ la Rose quien les acompañó en la plática.

— Noo... lo peor es que ya es un hombre y… Dégel, ¿a él le darás tu pureza? —Preguntó Asmita nuevamente sorprendiendo al galo a quien se le subió un carmín a sus mejillas—

— N-no…  ¿cómo crees? Yo… mi misión es protegerlo no convertirme en su musa —Explicó negando con sus manos cosa que hicieron reír a sus acompañantes—

— Te creemos.. bueno querido Dégel suerte con tu misión —Mencionó el sueco con una amplia sonrisa al igual que el rubio, ambos tomaron sus rumbos nuevamente dejando a solas a un nervioso galo—

— Hace ya mucho que no te veo… me pregunto si… ¿te acordarás de mí? —Murmuró para sí mismo siguiendo su camino rumbo a su palacio—

 

Continuara… 

Notas finales:

Disfrutenlo, trabajaré para actualizarlo lo mas pronto posible al igual que el de ~Amor Bandido~ ^^


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