Era 10 de octubre. De nuevo.
Se podía ver de lejos el humo gris de varias casas provenientes de la aldea oculta de la hoja.
Mis compañeros de equipo me avisaron que hoy no tenían el porqué vigilar al enemigo.
Me encontraba ahora mismo sentado en una gran rama mirando aquella aldea que una vez abandone en busca de poder.
Abandone todo. Mi hogar. Mis Amigos. Mis Senseis… Pero aun así no me importaba. Lo que si me arrepiento de abandonar… Era a un rubio hiperactivo que desde temprana edad se había llevado mi corazón.
Abandonarlo a la intemperie fue lo más difícil que pude hacer.
Ruidos de Cuervos y animales corrieron me sacaron de orbita.
A lo lejos, con mi sharingan pude ver como unos aldeanos y uno que otro Jounin arrastraban a un joven de ropa anaranjada.
Mi corazón empezó a latir rápido cuando la cabellera del joven se asomo entre tantos hombres.
Rubio…Amarillo como el sol..
Canela…Piel canela bronceada por estar bajo el sol entrenando sin parar.
Azules… Ojos azules como el mismísimo mar.
Mi compañero de pelo naranja, Jugö me informo que no me acercara. Que el chico estaba; además de mal herido, desbordando un chakra de mal augurio. Y Mi otra compañera pelirroja, Karin, lo confirmo.
Suigetsu, tan normal como siempre, se fue alejando por el miedo que le causaba sentir esa energía.
Aunque mi mente decía que me vaya. Mi cuerpo se movió solo.
De un segundo a otro ya estaba encima de esos pueblerinos metiéndolos en un genjuntsu.
El cuerpo del joven cayó al suelo dándose unos pequeños rasguños.
— Sasuke, no debías por que hacer eso.-Hablo La pelirroja Uzumaki.
—Sasuke, ¿Por qué lo hiciste?-Hablo Jugö
— Mmm..mm.-los ojos del rubio empezaron a abrirse. Una vez abiertos intento apoyarse con sus brazos. pero todo este estaba mal herido. No podía no levantarse. Cayo al piso de nuevo gimiendo por el dolor.
Lo tome entre mis brazos mirando su hermoso rostro.
Sus ojos parpadearon por el golpe que le daba los rayos solares, al acostumbrarse se enfoco en mi rostro abriendo los dos globos oculares como los de un plato. — ¿Sa…Sasu..ke?
Sonreí acariciando sus finos bigotes de kitsune. — Cuanto tiempo… Naruto.
Las lagrimas empezaron a rondar por sus mejillas iluminando su bella piel. La sonrisa que marco fue la más tierna que he podido ver. Todas sus sonrisas eran gloriosas pero esta.. Hizo que mi corazón se descoloque.
Aun así. El cansancio y el maltrato que tuvo hicieron que se volviese a desmayar.
Lo coloque bien apoyando su cabeza en mi hombro, pecho contra pecho.
— Vamos.- Dije empezando a caminar con dirección montaña arriba.
En la cima, mi equipo y yo teníamos una pequeña cabaña que era perteneciente a los Uchiha. No tenía miedo de que alguien viniese, ya que los animales salvajes solían rodear esta zona y la gente lo tenía como reserva natural en la que nadie se podía acercar.
Acosté el cuerpo de Naruto en un futón acariciando su frente sacando los mechones pegajosos que tenia.
— Karin.-llame.
—¿Que deseas, Sasuke-kun?
— Dame tu brazo.-levante mi mano para tomar su brazo sin desviar mi mirada de la del rubio.
Rechistando la pelirroja entrego su brazo sentándose de cuclillas.
Acerque su brazo a la boca de Naruto dejando que mordiese un poco. Tan solo una mordida de 3 segundos.
— Sasuke..No creo que se recupere con tan poca sangre que bebió.
—No te preocupes…El solo necesita eso.
Las heridas de Naruto empezaron a largar humo, y el típico manto del kyubi salía para curarlo.
Mis compañeros observaron con suma atención como el cuerpo del rubio se curaba. Para mí, ver esto del canela, era normal. Ya varias veces había visto a Naruto herirse y curarse.
Sus ojos parpadearon de nuevo abriéndose, dejando a la vista esos zafiros que tanto amaba.
—Sasuke…-dijo mi nombre sonriendo levantando ambos brazos rodeando mi cuello.
Apegue mi frente contra la de el sonriendo.
La mirada de Naruto empezo a recorrer el lugar notando, que no estaba en su casa. Ni siquiera en la aldea.
—¿Sasuke…Donde estamos?
—Montaña arriba… Cerca de un pequeño pueblo a las afueras de Konoha.
Por la puerta entraron mis 3 compañeros provocando que el rubio me soltara de golpe, cayendo de nuevo. — Aggh Me duele.
Solté una pequeña risita cerrando los ojos.
La cara de sorpresa de mis compañeros el escuchar y ver tal faceta mía, fue de chiste. El único que no se inmuto fue el rubio.
El sabia que solo con él podía estar de tal manera. El fue el primero al que le regale una sonrisa mía.
Recuerdo aquella vez, sentado frente a la pequeña laguna donde solía entrenar. No fue la primera vez que lo vi, Pero él, al pasar por el camino detrás de la laguna. Nuestras miradas simplemente conectaron y mi sonrisa salía sin que lo deseara. Cosa que el rubio me lo devolvió con una cálida sonrisa. Fue la primera de varias.
— Prepárense. Vamos de salida al pueblo.
—¿EEEHHH?-Gritaron el peliblanco y la pelirroja.
Me levante mirando atentamente a mi amigo rubio. — Prepárate, Dobe. Hoy vas a tener un gran día.
Sus ojos zafiros se iluminaron dándose cuenta que recordaba esta fecha.
Media hora después nos encontrábamos en la aldea vestidos con unos kimonos recorriendo varios puestos.
Naruto y yo íbamos a la delantera, mientras que los otros 3 miraban atentamente lo que hacíamos.
En un pequeño puesto había un Zorro anaranjado que me recordaba mucho al Kyubi de Naruto.
Me acerque sacando el monedero comprándolo por 500 yenes.
Sentí como alguien palmeaba mi hombro haciéndome girar 180 grados. El rubio extendió una pequeña bolsa blanca de plástico que contenía varios tomates que se podían notar desde lejos que estaban recién sacados de huerta. Su olor podía llenar me.
Un sonrojo coloreo mis mejillas desviando hacia un costado extendiendo el pequeño peluche. "Así que a Sasuke le gusta los tomates. No lo sabía." susurró Karin.
El rubio también se sonrojo entregándome la bolsa y tomando el peluche apretándolo contra su pecho.
Caminamos hasta un puesto que vendía ramen donde los 5 comimos tranquilamente.
Por suerte. Este pueblo no me reconocía, ni a mí, ni a Naruto.
— Son hermosas, ¿No, Sasuke?-Pregunto el rubio apoyándose contra el barandal de la azotea mirando las estrellas.
— ¿Sabes que es más hermoso?-Pregunte mirándolo mientras me acercaba acariciando su mejilla.
— No…-susurro inaudible.
Acerque mis labios contra su oído y susurre. —Yo.
—Maldito Teme…Le sacas lo cursi a todo.
— Perdón, tenía que hacerlo.-dije mientras no paraba de reír.
— Jajaja..Que gracioso. -Volvió su vista hacia el horizonte. —Se acerca una tormenta.-menciono.
— Así es. ¿Qué harás? ¿Te irás ahora…o más tarde?
—Sasuke… Aun es mi cumpleaños.
— Lo sé…
— ¿Te puedo pedir algo?-Sus ojos me observaron de determinación.
Mis ojos miraban el horizonte tragando saliva. — Todo depende de lo que sea, Naruto.
Este, lo único que fue es mirarme mientras sonreía.
Ya era hora de dormir. Mis tres compañeros ya lo estaba haciendo.
Su mirada no se despegaba de la mía.
No sé si podía cumplir su deseo ahora mismo.
Sinceramente. Yo también lo deseaba cumplir, pero no acá, en este lugar tan feo.
Le regale una sonrisa para que la ponga en su caja de recuerdos extendiendo mis brazos hacia él, el cual se acerco sin rechistar.
Lo envolví en mis brazos oliendo su pelaje.
— Sasuke…
—¿Mmm?
— Dime que al menos lo pensaras.
…. No podía, simplemente no podía… Pero no se lo podía decir en la cara.
—…Te lo prometo…
El rubio levanto su rostro mirando que aun faltaba minutos para que den la media noche.
Enredo sus brazos en mi cuello acercando su rostro al mío—Dilo…
— Naruto…
— Por favor Sasuke..Dilo…
Los ojos de Naruto brillaban y no por los relámpagos. Sus ojos se estaban aguando por las lagrimas. El deseaba que dijera esas palabras. Suspire envolviéndolo con mis brazos escondiendo mi rostro en el hueco entre su cuello y hombro.
— No sé por qué deseas que lo diga… Si ya lo sabes.
— Necesito escucharlo…Por favor Sasuke, Dilo.
Trague saliva levantando de a poco mi rostro mirándolo atentamente.
— Cumple este deseo que te estoy pidiendo ahora.-dijo subiéndose encima mío.— El otro puede esperar.
Lo abrace mas fuerte apegando nuestras frentes. — Naruto…Te Amo.
------------Ñaruto-----------
Mis ojos se abrieron y el refrescante viento me lleno las fosas.
Las suaves sabanas me abrigaron bastante dándome suficiente calor.
Tenía tantas ganas de seguir durmiendo. Que cuando mi cabeza empezó a pensar, Ahí recién me di cuenta que estaba en mi pieza. En mi casa. En la aldea.
Mis manos cubrieron mi rostro tapando las lagrimas que salían sin cesar.
Me abandono de nuevo. ¿O acaso fue un sueño? No, no lo fue.
Los pueblerinos me habían llevado al bosque. Y si Sasuke no hubiese llegado a tiempo, A saber lo que me hubiesen hecho.
Uno de ellos tenía tantas ganas de corromper mi cuerpo.. Que hasta ahora me daban ganas de vomitar.
Pero Sasuke.. Sasuke se volvió a ir.
------Flash Back-----
— Todo depende de lo que sea, Naruto.
Sonreí contemplándolo. De verdad Sasuke había cambiado. Su cuerpo era tan varonil. Y sus ojos rasgados me dejaban ver sus sentimientos claramente.
—Ámame… Ámame en cuerpo y alma… No me abandones.
— Eso es difícil Naruto..
—¿Por qué?
—Porque se me hará difícil amarte ahora mismo en cuerpo..-dijo mirando de reojo hacia adentro viendo como sus compañeros jugaban a las cartas.
La risa que contuve le hizo tanta gracia que el mismo la soltó.
—Entonces, eso puede esperar.
— Mas adelante tal vez…Cuando haya cobrado mi venganza.
—¿Volverás?
—Tal vez..No lo sé..
—Sasuke…
—¿Mmm?
—Te Amo Dattebayo.
----------Fin Flash Back-----------
Apoye mi cabeza contra la pared mirando por la ventana.
Como siempre, mis pensamientos estaban en el.
¿Qué estará haciendo ahora?
¿Dónde estará?
--------------Flash Back---------------
— Naruto…Te Amo.
Las lagrimas salían solas mientras me escondía en el pecho del azabache.
Sus brazos acariciaban mi espalda intentando calmar mi silencioso sollozo.
—Sasuke…Te Amo…Te Amo Dattebayo…
De un giro me dio vuelta poniéndome debajo suyo. Nuestros rostros estaban más que cerca.
—Te Amo Naruto.-dijo mientras rozaba mis labios.
Volví a rodear su cuello con mis brazos besándolo.
Nuestras lenguas bailaban al ritmo de una silenciosa canción.
—Naruto…Te prometo…que cuando termine con mi misión…Volveré.
--------Fin Del Flash Back.-----------
—¡Naruto! ¿Donde estuviste? No te encontramos por ningún lado. -Hablo mi amiga peli rosada.
—Hola Sakura-chan. Pase el día en las montañas.
—Maldito Idiota. Te teníamos una sorpresa y vos te fuiste.
—Jejejeje Perdón.- sonreí desviando mi mirada al cielo.
"Espero que cumplas tu promesa maldito Teme."
Meses más tarde.
Eran las 3:20 am y la puerta principal era tocada. Con somnolencia me levante yendo a abrir la puerta.
Bostece y al abrirlas mis ojos se pusieron como dos platos.
—Tu….
—He vuelto…Naruto.
Mis lagrimas caían como cataratas mientras saltaba encima suyo llenándolo de besos.
—Lo prometí, ¿No? Tenía que cumplirlo..-sonrió mientras entraba a la casa llevándome encima suyo.
—Si…Así es.- sonreí besándole tiernamente los labios. —Lo cumpliste… Mi teme…
—Te amo… Mi dobe.
Fin.