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Fondue de chocolate por XXIIIYamikoXIII

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Notas del fanfic:

De nuevo he escrito un OS BaeRi para el cuarto festival con temática de San Valentín ^^

 

Bueno, es la primera vez que me animo a escribir en primera persona. Por lo que no sé si quedó bien xD

Como algunas niñas del grupo opinaron, es tierno y chocolatozamente hard 1313

Es bastante largo, espero no las aburra :/

 

Sin más que decir, ¡a leer!

 

 

 

 

Nos conocimos de casualidad. Todo comenzó cuando en mis tiempos de secundario, tuve que mudarme a Seúl debido a que mi madre consiguió un buen empleo y nos debíamos trasladar de Japón a Corea. No me opuse ya que necesitaba un cambio, solía aburrirme debido a que no tenía amigos y sólo vivía la mayor parte del tiempo estudiando.

Una vez que llegamos a Seúl, pude inscribirme en una escuela de gran reputación. Todo gracias a las ganancias de mi madre.

Como mi padre había fallecido cuando era pequeño, podía arreglármelas solo cuando ella trabajaba y yo llegaba de la escuela.

En mi primera semana estudiando, he conocido a un simpático y sonriente chico llamado Kang Dae Sung. Nos hemos vuelto muy amigos desde nuestro primer saludo. Y luego, he conocido a sus dos mejores amigos de los cuales me he hecho amigo, también. Ellos eran muy populares entre las personas por su belleza y por la perfecta combinación que lograban al estar juntos. El mayor, un joven varonil muy apuesto llamado Choi Seung Hyun y el otro un año menos que él, Kwon Ji Yong. También era apuesto pero su forma de ser y su cuerpo, lo hacían ver demasiado femenino.

Como lo supuse con solo verlos, ellos eran pareja. Mi amigo Daesung me lo ha contado en secreto. Aunque con notar la forma en la que se miraban y sonreían, se podía notar un aura llena de amor que emanaban al estar juntos.

 

 

Pasaron los meses y nuestra amistad fue creciendo cada vez más, realmente estaba muy feliz. Aunque sentía que aún me faltaba algo para llenar mi pequeño espacio que aún quedaba para completar mi felicidad…

 

-¡Auch!- me quejé ya que un duro cuerpo chocó contra mí mientras iba camino a la escuela.

 

-Lo siento, no te he visto- se disculpa un joven de cabello rubio, piel un poco morena y de cuerpo bien ejercitado.

 

-¿Llevas a todo el mundo por delante? ¡Maldición!, debo recoger estos papeles si no me matarán- suspiro intentando calmarme ya que había olvidado de entregarle a mi amigo Dae, una carpeta con ejercicios matemáticos y una leve pero entendible explicación que debía de anotar ya que había faltado ayer y seguramente le costaría entenderlo con facilidad.

Pero por culpa de este sujeto, mi carpeta cayó logrando que varias horas se esparcieran por el suelo.

 

-¡Realmente lo siento!, iba apresurado porque llego tarde al trabajo- suspira el rubio y se agacha para ayudarlo.

 

-Entonces vete- gruño y sin poder evitarlo, frunzo el ceño.

 

-¡No!, fue mi culpa. Déjame ayudarte-

 

Iba a negarme de nuevo pero insistió en ayudarme. Era más rápido que yo juntando las hojas que se habían salido de la carpeta.

No pude evitar mirarlo de reojo. Su perfil era lindo. Y sus labios… me dieron unas terribles ganas de probar si eran cálidos…

Me levanté en un salto ante mi extraño pensamiento. Nunca me habían llamado la atención los hombres…

 

-¡Listo!. Realmente lo siento por esto- se disculpa nuevamente el rubio, con algo de timidez.

 

-No importa, me has ayudado rápido. Gracias por eso- al ver lo tímido que era, no pude evitar sonreírle.

Él me miró y sonrió. ¡Su sonrisa era preciosa!. Tan única que no pude evitar sentir mis mejillas arder.

 

-Dong Young Bae- extiende su mano hacia mí.

 

-¿Eh?- frunzo el ceño al no comprenderlo.

 

-Me llamo Dong Young Bae- vuelve a sonreírme.

 

-Soy L-Lee Seung Hyun- estrecho mi mano con la suya y no pude evitar sentir una calidez recorrer todo mi cuerpo.

 

-Mucho gusto Seung Hyun-

 

-Dime Seungri-

 

-De acuerdo, Seungri. Puedes decirme Taeyang- mira su celular que comenzaba a timbrar y no pudo evitar exaltarse.

-¡Me matarán!. Lo siento, debo irme. Espero verte en otra ocasión, Seungri- sonríe comenzando a irse al notar que no podía articular palabra. Sólo atiné a asentir.

 

YoungBae caminó unos pasos pero luego volteó a verme.

 

-Por cierto, eres muy lindo- dijo tímido y huyó corriendo.

 

-¿Me dijo lindo?- no pude evitar sonrojarme completamente. Ese chico era interesante. Espero poder verlo de nuevo, si el destino lo desea…

 

 

Caminé hacia la escuela, por suerte estaba a sólo dos cuadras de llegar. Eran las cinco de la tarde y mi mejor amigo estaba esperándome apoyado contra la pared de la entrada.

 

-Llegas tarde, Ri- finge enojo.

 

-Lo siento, hyung. Tuve un inconveniente en el camino- suspiro y no pude evitar sonrojarme al recordar la bella sonrisa de Taeyang.

 

-Está bien, lo importante es que llegaste con la carpeta para que pueda estudiar. ¡Gracias maknae!- sonríe amplio acariciando mis oscuros cabellos.

 

-De nada, Dae- sonrío.

 

-Vamos a mi casa, Seung y Jiyong vendrán-

 

-¿Ahora?-

 

-Sí. Es viernes y podemos pasar el rato juntos, los cuatro. Jugaremos videojuegos y de paso me enseñas sobre Historia que no entiendo lo fundamental para el examen del lunes-

 

-Siempre debo ser tu profesor fuera de clases, eh. Te cobraré por mis servicios- bromeo.

 

-¡Es que tú eres muy bueno explicando! De acuerdo, te recompensaré cuando llame a un nuevo delivery que comenzó a trabajar hace poco. Traen chocolates, de cualquier gusto y forma- sonríe.

 

-¡¿De verdad?! ¡Con lo que amo el chocolate!- lamo mis labios ya que era un adicto al chocolate, principalmente al chocolate con leche.  

 

-Compraré todos los que quieras como pago por enseñarme lo que necesito. ¿Aceptas?-

 

Sonrío de lado y finjo ser difícil de convencer por unos momentos.

-Acepto-

 

Ambos sonreímos y caminamos hacia la casa de mi amigo ya que por suerte, vivía a pocas cuadras de la escuela.

 

 

**

 

 

-¡Llama ahora, hyung! ¡Quiero chocolate!- hago un puchero ya que estuve alrededor de dos horas explicándole a Dae lo que necesitaba mientras Seung hyung y Jiyong hyung jugaban videojuegos, muy juntos…

 

-Ok, llamaré- sonríe llamando al delivery.

 

Sonrío ansioso por probar de esos deliciosos chocolates que Dae dijo que son los mejores que ha probado.

 

-En cinco minutos llegarán los chocolates. Suele ser rápido el chico que trae los dulces. Es muy simpático también- sonríe dejando su teléfono sobre la mesa.

 

El timbre sonó y Daesung me miró.

 

-¿Lo ves? Ese joven es una flecha a la hora de entregar pedidos-

 

Asiento al notar que tenía razón y mi amigo se dirige hacia la puerta a atenderlo. Por curiosidad, camino detrás de él para ver cómo era el chico veloz.

Al llegar a la puerta, mis ojos se abren como platos. No podía creerlo…

 

-¿Taeyang?- empujo sin querer a mi amigo quien había tomado la caja de chocolates.

 

-¡Seungri!, al parecer el destino quiso que nos volvamos a ver-

 

Me sonríe y en ese preciso momento, mis pies me temblaban. No pude evitar sonrojarme ante lo increíblemente cautivante que era su sonrisa.

 

-¿Se conocen?- pregunta divertido Daesung ya que por mi parte, no podía hablar.

 

-Hace unas horas nos cruzamos intencionalmente- responde Bae.

 

-Todo por tu choque brusco conmigo- frunzo el ceño aún sin poder bajar la tonalidad rojiza de mis mejillas.

 

-Fue sin querer. Realmente lo siento… para remediar mi error, todos los viernes vendré a tu casa con chocolates. No te preocupes por la paga, correrán por mi cuenta- sonríe el rubio.

 

-Pero esta no es su casa, vive a unas veinte cuadras de aquí- se mete Daesung y yo lo fulminé con la mirada.

 

-Oh… entonces ten mi tarjeta y llámame cuando quieras chocolates. Iré a tu casa y te los entregaré en menos de cinco minutos-

Me extiende su tarjeta y con lentitud ya que mis manos temblaban y no quería que lo notara, la tomé.

 

-D-de acuerdo- fue lo único que salió de mi boca.

 

-Que disfruten de esos deliciosos chocolates, mi madre los hizo con mucho esmero- sonríe el rubio y se despide de Dae agitando su mano pero conmigo fue distinto…

Se acercó a mi oído, susurrándome algo que no pude evitar sonrojarme nuevamente. Acarició mis cabellos y salió rápidamente del lugar.

Daesung sonrió travieso e ingresamos a la casa.

 

-“Eres hermoso, como un tierno panda”- cita Daesung.

 

-¿Lo has escuchado?- lo miro sorprendido.

 

-No, leí sus labios. Aunque estaba muy cerca de tu oído. Por un momento pensé que te besaría-

 

Bajé mi mirada ante mi vergüenza. Nunca me he puesto tan nervioso por alguien, mucho menos por un chico.

Miro la tarjeta que YoungBae me había dado y leo detenidamente el nombre.

 

-¿Chocolatería Dong?- miro a mi amigo.

 

-Sí, lo que tengo entendido es que el chico que vino es el hijo de los dueños. Así que si te haces su novio, tendrás chocolate de por vida, Ri- sonríe bromeando.

 

-No digas tonterías. No me gustan los hombres, Dae-

 

Daesung quedó en silencio, sólo sonreía. Cuando él sonreía de esa manera, es porque no creía en lo que estaba diciendo.

Dejamos de lado el tema y probé uno de los chocolates. ¡Realmente era delicioso!

Luego fuimos hacia donde la pareja popular estaban aún jugando y nos integramos con ellos…

 

 

**

 

 

Cuatro años han pasado desde el incidente con Taeyang y los deliciosos chocolates que su familia preparaba.

Me he graduado, conseguí un trabajo en una cafetería que por suerte quedaba a unas cuadras de mi nuevo departamento del cual, lo compartía con alguien especial…

 

-¡Estoy en casa, Bae!- sonrío ingresando a mi hogar. Dejo mis zapatos en la entrada y cuelgo mi gran saco negro ya que el clima era frío.

 

-Bienvenido a casa, pandita-

Sonríe mi novio, envolviéndome en un cálido abrazo del cual correspondí al instante.

 

-Te extrañé mucho, mi oso polar- olfateo su cuello, sintiendo la mezcla de aromas que me volvían loco. Su fragancia varonil combinado con el olor a chocolate.

 

-¿Me extrañaste a mí o a la torta de chocolate que espera ser probada por ti?- bromea.

 

-Obviamente que a ti- hago un adorable puchero, logrando que mi novio me bese delicadamente mis labios.

 

-Te amo, Seung- susurra cerca de mi boca.

 

-Te amo mucho, Bae- lamo sus labios, sintiendo un dulce gusto a chocolate.

 

-Te he preparado el baño. Puedes tomar una ducha mientras preparo la mesa para que cenemos- acaricia mi rostro.

 

-¿No puedes bañarte conmigo?- finjo inocencia.

 

-Lo haría pero sé cómo terminará todo. Lo que menos haremos será bañarnos y prometimos aguantar un mes hasta San Valentín. Sólo faltan tres días, Ri- susurra acariciando mi mentón.

 

-De acuerdo, me ducharé solo- rendido, suspiro frustrado.

Aunque él tenía razón. Esa regla de aguantar hasta San Valentín la ha inventado Bae ya que, luego de nuestra primera vez, me he vuelto adicto a él. Dejando en segundo lugar mi amor por el chocolate.

Al principio me enojé pero tenía razón ya que para estas fechas sus padres y él deben trabajar demasiado y necesitaba descansar un poco. Y yo, un adicto al sexo… o mejor dicho a él, lo agotaba logrando que se le dificulte trabajar con la rapidez con la que él era conocido en la cuidad.

 

Camino hacia el baño pero sus musculosos brazos rodean mi pecho.

 

-Solo debes aguantar tres días y te prometo que para nuestro San Valentín será especial y único- susurra besando mi nuca.

 

-Aguantaré y espero que la espera valga la pena- sonrío divertido y giro mi rostro para poder besar sus adictivos labios.

El beso con el pasar de los segundos, comenzaba a subir de tono. Al parecer, no era el único que luchaba por contenerse. Por lo que decidí deshacer nuestra dulce unión y me metí rápidamente al baño.

 

-Tres días, espera solamente tres días Seungri y luego podrás hacer lo que desees con tu delicioso novio- susurro bajo, suspiro intentando calmar mis ganas.

Me quito la ropa, dejándola en el canasto para lavarla al día siguiente ya que por suerte no trabajaba. Ingreso a la bañera que mi novio había preparado para mí.

Las sales que Bae había mezclado en el agua, me ayudaban a relajarme. Aunque no pude evitar pensar en las cientos de veces que hicimos el amor aquí, por lo que mi instinto natural me llevó a masturbarme con necesidad…

 

 

**

 

 

Los tres días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Era San Valentín y, como era de esperarse, mi novio estaba sumamente ocupado.

Suspiré recostándome sobre el sofá. Eran las cinco de la tarde y estaba esperando que Bae me contestara el mensaje que le envié en la mañana para saber si tendríamos una cena afuera o debería de preparar algo especial ya que gracias a su madre, he aprendido un poco más sobre cocina.

Ahora que lo pensaba, podríamos tener una cita cualquier día. San Valentín sólo es un día comercial donde las personas se acuerdan que deben de regalarles presentes o chocolates a sus parejas.

Nosotros afortunadamente, nos amamos mucho y no hace falta que nos recuerden un día como hoy para regalarnos presentes.

Sonrío al recordar un pequeño oso de chocolate que Bae me regaló cuando cumplí mis 18 años.

 

De pronto, mi celular comenzó a timbrar. Era un mensaje, por lo que con tranquilidad corroboro quién era.

 

-“Llegaré en la noche. ¿Puedes preparar la cena, pandita? Tengo algo que seguramente te gustara cuando lo veas”- cito el mensaje y sonrío al leer la palabra “pandita”.

Pero mi ansiedad comenzó a apoderarse de mí. Primero le respondí su pregunta de manera positiva y no pude evitar preguntarle lo que tenía para mostrarme.

Me levanté del sofá para comenzar a preparar la cena para luego tener tiempo suficiente para relajarme en la bañera. Rápidamente recibí la respuesta de mi novio.

-“Es algo que me costó conseguir pero quiero que lo veas tú mismo. No quiero arruinar la sorpresa. La única pista que te daré es que lleva chocolate”- cito su respuesta.

 

¿Lleva chocolate?, tal vez sea un postre con decoraciones por el día que es hoy…

Suspiro, rendido y le respondo que lo esperaré con ansías con la cena preparada.

Caminé hacia la cocina para preparar todo lo necesario para cocinar una deliciosa cena para mi osito polar y yo.

Sonrío al recordar el apodo que decidí bautizarlo ya que, como Bae me dice panda, él es un osos polar por su cabello rubio claro. Ambos formamos una hermosa pareja de osos.

Con un leve sonrojo, coloco mi delantal para empezar a cortar algunas verduras…

 

 

**

 

 

-Estoy en casa, pandita- ingresa mi novio con una caja en su mano y una preciosa sonrisa que lograba cautivarme al instante.

 

-Bienvenido a casa, mi osito polar- sonrío besando sus dulces y adictivos labios.

Pero me intrigaba demasiado lo que tenía para mostrarme, por lo que mi beso duró unos segundos.

 

-¿Cuál es el misterio? ¡Muero por saber qué es, hyung!- hago un adorable puchero, sabiendo que mi novio era débil a mis encantos.

Él sonríe, acaricia mis cabellos y me deposita un tierno beso en mi frente.

 

-Siempre tan impaciente, eh- bromea, colocando la caja sobre el sofá.

 

-Así y todo me amas-

 

-Obvio, pese a tus defectos siempre te amaré-

 

Ambos sonreímos y camino hacia él para observar de cerca la caja mientras Bae comenzaba a sacar como una especie de vajilla o fuente. No podía ver bien.

 

-¿Qué es eso?- frunzo el ceño al no conocer el objeto.

 

-Es para preparar Fondue. Puede ser de queso o chocolate. Obviamente, haremos Fondue de chocolate. ¿Te gusta?-

 

-¿Podremos comer cualquier fruta con chocolate?- mis ojos brillaban al imaginar degustar un trozo de banana o frutilla con chocolate.

 

-Por supuesto, Ri- intenta colocar el objeto dentro de la caja pero lo detengo.

 

-No lo guardes, ¡probémoslo ahora!-

 

-Primero cenemos, muero por probar la deliciosa cena que habrás preparado con mucho amor- sonríe, besando mi mejilla.

 

-De acuerdo pero… ¿puedes dejarlo preparado? Así sólo nos quedaría preparar las frutas para comerlas con el chocolate-

 

-Todo lo que mi panda quiera, lo haré-

 

Sonreímos acortando la distancia para volver a unir nuestras bocas en un dulce y tibio beso.

Luego, mientras me dirigía al comedor para servir la cena, mi novio preparaba el Fondue sobre la pequeña mesa que había en el living…

 

 

**

 

 

-¡Estuvo deliciosa la comida! Serás un excelente esposo-

 

-G-Gracias mi oshitoo- Al escuchar los halagos de Bae y esa palabra, mi corazón comenzó a latir con fuerza y un gran calor se apoderó de mis mejillas. Además, habíamos bebido tres botellas de Champagne. Ese detalle, lograban que una mezcla de timidez con ideas sucias se me vinieran en mi mente.

 

-Estás un poco ebrio. ¿Vamos a dormir?- me sonríe dulce. Lo peor que podía hacerme en estos momentos.

 

-¡No! ¡Quiero probar el Fondue!- hago un puchero logrando que mi novio sonría y se levante, tomando mis manos para ayudarme a levantar.

 

-También quiero probar. Pero si te sientes muy mareado, me dices. ¿Sí?- preocupado, me sostiene de mi cadera para poder caminar sin tambalear.

 

-De acuerdo, mi amor- susurro en su oído y sin poder evitarlo, muerdo suavemente el lóbulo de su oreja.

Bae sonrió de lado y caminamos hacia el living. Me sentó en el alfombrado suelo ya que la mesa era ratona y estando en el suelo, sería más fácil derramar el chocolate sobre las frutas.

Mientras tanto mi rubio sexy, fue rápidamente a la cocina en busca de las frutas que había cortado minutos antes de cenar. Toma la bandeja y vuelve hacia donde estaba con el Fondue de chocolate que no podía dejar de mirarlo al ver la deliciosa catarata del dulce.

 

-¿Vas a observarlo toda la noche? ¿O vas a probarlo?- sonríe mi novio, sentándose a mi lado mientras probaba un trozo de banana con el chocolate.    

 

Sonreí divertido y tomé una frutilla colocándola con cuidado sobre la catarata de chocolate. Miré de reojo a Bae, notando lo sensual que se veía degustando de la fruta. No pude evitar que pensamientos impuros se apoderen de mi sucia mente, por lo que sonreí de lado.

Pero primero quería probar la fruta con el chocolate, por lo que miro el Fondue y una vez que se untó bastante del dulce, lo llevé a la boca.

¡Era delicioso!, pero había un inconveniente…

-¿Es chocolate amargo, verdad?- termino de tragar el bocado de fruta y frunzo el ceño.

 

-Sí. Sé que no es muy de tu agrado, pero me dijeron que con ese chocolate sabría mejor. ¿No te gusta?-

Mi rubio hizo un puchero, desilusionado al ver que no me gustaba del todo esa clase de chocolate. No pude evitar sonreír al verlo así, se veía tan tierno.

Pero una nueva idea surgió por mi traviesa mente. Acaricié su rostro sonriendo de lado, logrando que me mirara sin comprender.

 

-Me gusta el chocolate pero hay uno en especial que amo, ¿recuerdas cuál, hyung?- ronroneo acercándome a su rostro.

 

-S-Sí-

Noto cómo se tensaba y al ver y sentir mi mano escabullirse sobre su abdomen, bajando hacia su entrepierna, no pudo evitar jadear suave.

 

-¿Y cuál es, hyung?- ronroneo cerca de su cuello, depositando besos por su dulce piel. Sin dejar de masajear su duro bulto sobre su pantalón.

 

-Mmh el chocolate con leche-

Mi novio jadea aún más ya que logré abrir la cremallera de su pantalón, meter mi mano dentro de su ropa interior y así sacar de esa prisionera tela, su gran y erecto pene.

 

-¿Qué planeas, Seungri? mmh-

Me mira, sus ojos comenzaban a dilatarse ante la excitación. Ante su pregunta, no pude evitar sonreír de lado.

 

-¿No es obvio? ¡Quiero mi chocolate con leche!- hago un puchero, fingiendo inocencia.

Noto que mi rubio muerde su labio inferior, cerrando sus ojos ante mi experta mano masturbar su miembro.

 

-¿Me dejarás?- susurro sensual sobre su oído y sin poder evitarlo, muerdo suavemente su oreja.

 

-De acuerdo mmh- asiente, aún con sus ojos cerrados para sentir más placentero mis caricias.

 

Sonrío triunfal y, en un rápido movimiento, logro deshacerme de su molesto pantalón y polera. Decidí dejarle su bóxer puesto, sólo por capricho y porque parte de la tela ahora estaba húmeda. Lo único que hice con esa única prenda fue bajarla un poco.

Mientras lo masturbaba con firmeza, Bae me jala de mis cabellos hacia su boca. Me mira y sonríe travieso. Eso significaba que su lado salvaje estaba despierto. Lamió mis labios como si de un dulce se tratase, y luego mordió mi mentón. Lamió esa zona y miró mis labios. Acortó la distancia y me besó.

Pero su beso no era para nada tierno, fue directamente agresivo y necesitado. Apretó mi nuca para profundizar más, realmente me estaba excitando el doble con solo ese caliente beso.

 

No supe en qué momento, pero estaba completamente desnudo. Poco me importó ya que seguía devorando una y otra vez aquel dulce manjar. Sus labios eran deliciosos, pero ahora quería probar ese caliente y goteante pene que era acariciado por mi mano.

Dejamos de besarnos y dejo de masturbarlo. Ante esa acción, Bae no pudo evitar fruncir el ceño.

 

-Tranquilo, mi sexy oso. Es hora de degustar mi chocolate con leche- susurro y tomé una cuchara que habíamos dejado sobre la bandeja por si se nos complicaba comer las frutas, que seguro ahora se echarían a perder.

Como sabía que el chocolate se endurecería rápido, unté el dulce sobre la cuchara y lo esparcí sobre el pene de mi novio, el cual gimió bajo ante la sensación del ahora tibio chocolate.

Sonreí y repetí la acción tres veces más. Amaba el chocolate y si untaba gran cantidad sobre el miembro de mi rubio, mucho mejor.

Dejé la cuchara en su lugar y me agaché entre las piernas de Bae, acaricié sus musculosas piernas y luego lo miré a los ojos. Él me estaba mirando con suma atención. Le guiñé un ojo, relamiéndome los labios.

Mi vista volvió hacia aquel pene cubierto con chocolate y sin delicadeza ni paciencia, comencé a lamer el dulce. Mi lengua siempre fue experta y más cuando para complacer a mi semental se tratase.

Al no agradarme del todo el chocolate amargo, lamí la parte del glande para encontrarme con el líquido pre-seminal que salía con más frecuencia. Succioné la punta con entusiasmo, logrando que Bae jadeara más. Luego sentí mis cabellos ser jalados nuevamente.

 

-M-Me vendré mmh- jadea ronco, embistiendo mi boca una sola vez.

 

Solo atiné a asentir mientras seguía con mi labor de succionar la punta con fervor.

Bae por su parte, embestía mi boca. En varias estocadas, lograba que hiciera pequeñas arcadas debido a su gran pene pero lo soporté sin dejar mi labor por conseguir lo que tanto deseaba.

 

-¡AH!-

 

Gimió alto, viniéndose en mi boca. Rápidamente comencé a mordisquear suavemente los pedazos donde aún quedaba del chocolate, mezclándolo con el semen de Bae. Trago la mezcla que logré hacer y sonrío, volviendo a enderezar mi cuerpo, frente a mi novio.

 

-¡El chocolate con leche es tan exquisito!- lamo la comisura de mis labios donde yacía algo de chocolate.

Observo a Taeyang, quien estaba completamente sonrojado.

-Más si la leche viene directamente de mi novio-

 

-¿Cómo puedes hablar tan abiertamente sin avergonzarte?- susurra ya que aún se estaba recuperando de su reciente orgasmo.

 

-Porque eres tú y no me avergüenza hablar tan sucio cuando se trata de ti, mi delicioso osito polar- ronroneo besando desde su pecho hasta su cuello.

 

-¿Quieres ser sucio y desvergonzado?. Veremos si ahora dirás lo mismos-

 

Su voz era ronca, por lo que logré mirarlo a los ojos. Me sonrió de lado. Ante esa fuerte mirada, no pude evitar sentir mis mejillas arder.

Sin darme cuenta, me dio un empujón, haciendo que caiga sobre la alfombra y Bae se colocara encima de mí.

 

-Date la vuelta- ordena.

 

Ante su tono de voz tan excitante, obedecí. Pero él me colocó para que estuviera en cuatro.

 

-Quédate quieto-

 

Asentí mirando hacia abajo, ansioso por sentir lo que tramaba mi novio.

 

-¡Ah!- no pude evitar gemir al sentir dos dedos de Bae en mi ano, pero al parecer el calor no sólo era de sus dedos.

 

-También quiero probar el chocolate en este delicioso agujero- sonríe de lado.

 

No me dio tiempo a pensar ya que abrió mis glúteos y su lengua se escabulló cerca de mi entrada. Lamió alrededor unos segundos y luego comenzó a saborear mi ano con chocolate.

 

-Aaah! Bae mmh- ante la caliente sensación, apoyé mi cabeza sobre la alfombra, levantando más mi cadera. Entregándome completamente a él.

Mi novio lamía con entusiasmo. Su lengua se introducía dentro de mí hasta donde podía y viboreaba en mi interior logrando que me excitara completamente. No pude evitar masturbarme ante esa exquisita sensación que estaba experimentando.

 

-Mmmh Bae me v-vengo aah- avisé, masajeando la punta de mi goteante pene mientras movía mi cadera hacia atrás en busca de más contacto.

Él no me respondió, sólo seguía entusiasmado en lamer y masajear sin descaro mis nalgas.

Ya no podía más, me masturbé un par de veces más hasta que mi esencia se derramó en mi mano y cuando sentía que iba a ensuciar la alfombra, con mi mano libre, logra ensuciarme completamente sin arruinar el suelo.

Apoyé mi pecho, sin tocar el alfombrado para evitar mancharlo con mis manos llenas de semen, mientras intentaba recuperarme de mi reciente orgasmo.

Bae dejó mi trasero y sujetó mi cuerpo, volteándome para que recostara mi espalda en el suelo. Lo miré, sus ojos seguían siendo felinos y sonreía de lado. Aún quería más.

 

-Eres delicioso hasta con el chocolate, mi panda- susurra y toma mis manos, observándolas.

Al notar mi esencia en ellas, extendió su mano para tomar la cuchara. La colocó sobre el Fondue y luego esparció el chocolate sobre mis manos.

Yo lo miré atento y no pude evitar sonrojarme al sentir su boca lamer mis manos con la mezcla de mi semen y el chocolate.

Mi novio lamía y chupaba cada dedo y rincón de mis manos. Una vez que las notó completamente limpias, besó mis palmas y me miró.

 

-Delicioso chocolate con leche de panda- bromea de manera coqueta y me roba un beso.

 

Pero su beso no era para nada delicado, era agresivo, hambriento. Era difícil de seguirlo ante la intensidad de su beso y su lengua recorrer dentro de mi boca.

Me sorprendí ya que siempre pude seguir sus fogosos besos, aunque la mayoría de las veses yo tomaba el control. Pero ante esa nueva sensación, no pude evitar excitarme nuevamente. Por lo que lo abracé por el cuello y elevé mi pelvis, logrando que ambos miembros se frotaran. Él estaba duro también y muy caliente.

Por falta de aire, nos separamos pero mi rubio capturó mi labio inferior con sus dientes. Le dio un leve tirón y me soltó sonriendo de lado.

 

-¿Vamos a la cama? ¿O prefieres ensuciar nuestra costosa alfombra?-

Ante su pregunta, comenzó a besar mi cuello. Lamía y mordisqueaba mi hombro logrando que no pensara con claridad.

Al no obtener respuesta de mi parte, frotó rudamente su miembro contra el mío mientras mordía fuerte mi pecho, dejando una gran marca.

 

-¡AH!, vamos mmmh- gemí alto y lo miré desafiante.

Tomé de sus rubios cabellos y tironeé con fuerza. Sabía que al hacer eso, lo encendía completamente.

-Pero lleva el Fondue- ronroneo, soltando su cabello.

 

-Por supuesto, quiero probar cada parte de tu cuerpo con chocolate- sonríe travieso.

 

Tengo el presentimiento que hoy utilizaremos todo el chocolate…

 

 

**

 

 

-Ahh Bae mmmh apresúrate y termina de lamerme- gimo desesperado.

 

Estábamos sobre la cama y yo estaba cubierto por chocolate desde mis pezones hasta mis muslos internos.

Anteriormente, mi novio no me dio tiempo a caminar hacia la cama ya que me abrazó por detrás, besó y lamió mi nuca. Sentí una nalgada y en un abrir y cerrar de ojos, estaba rebotando contra el colchón.

¿Realmente está muy entusiasmado con el chocolate o es por mi cuerpo?. No puedo evitar pensar pero la excitación del momento, me hace desearlo dentro de mí.

 

-Bae entra en mí aah mmh- gimo, desesperado y jalo de sus cabellos para que dejara de lamerme.

-Está limpio, no hay más c-chocolate mmh- jadeo, abriendo mis piernas para que se acomodara mejor entre ellas.

 

-Pero me es imposible no saborearte. Eres mi delicioso panda- susurra sobre uno de mis pezones, capturándolos con su boca, succionándolo suavemente.

 

Ante sus palabras, no pude evitar sentir mi corazón latir con fuerza.

-Aaah Bae, hazme el amor… por favor- ruego, lo necesitaba dentro de mí. Necesitaba su calor.

 

YoungBae dejó de saborear mi cuerpo y me miró, me dedicó su más radiante y dulce sonrisa. Esos cambios de estado, de mi novio lujurioso a dulce, me excitaba de sobremanera…

Acarició mis piernas, las elevó hacia sus hombros mientras se acomodaba mejor entre ellas. Colocó sus manos alrededor de mi rostro y se acercó quedando a pocos centímetros de mis labios.

-Te amo, Seung Hyun-

No me dio tiempo a responder cuando dio una estocada, entrando en mí.

 

-¡Ah!, Bae mmmh muévete- me sostengo de sus antebrazos jadeando ansioso por sentirlo. No era necesario esperar, ya estaba dilatado por sus deliciosas lamidas.

 

-Tan caliente mmh- jadea ronco, penetrándome sin contenerse.

Sus embestidas eran duras y certeras, daban en mi punto G una y otra vez. Bae conocía a la perfección cada parte de mi ser.

 

-Aaah más, rómpeme hyung- ronroneo gimiendo.

 

-Di mi nombre. Quiero escucharla de tu dulce voz- susurra dándome solo una embestida dura para luego detenerse y comenzar a masturbarme.

 

-Aaah Bae mmmh YoungBae aah ¡más! ¡Quiero todo de ti!- gimo descontrolado y desesperado muevo mi cadera para que retome sus embestidas.

 

-¡Por dios, Ri! ¡Eres tan excitante! Mmh aah- un gemido sale de sus labios, logrando encenderme por completo.

 

Al sentir que me masturba lento pero vuelve a penetrarme salvajemente, mis piernas que descansaban sobre su hombro, se deslizan a cada lado de su cadera para poder enredarme y así sentirlo más profundo.

Me deja de tocar ya que lo abracé, atrayéndolo hacia mí para poder devorar sus carnosos y deliciosos labios. De por sí, mi miembro ante las embestidas de mi novio, rozaba exquisitamente sobre su duro abdomen, sin necesidad de masturbarme.

 

-Bae mmmh no creo aguantar máaaah mmh- sentía mi erección a punto de estallar sobre el caliente abdomen de mi novio.

Sus penetraciones eran perfectas. Veía nublado ante la dulce sensación ¿o acaso era el cielo del placer?

 

-Y-yo tampoco aguantaré. Vengámonos juntos, Seungri- jadea y me abraza fuerte ya que mi espalda estaba levemente levantada.

Sentí la embestida más dura seguida de su cálida esencia esparcirse dentro. Y como si estuviéramos conectados, me vine sobre nuestros abdómenes.

 

Su cuerpo cayó sobre el mío con sumo cuidado a no aplastarme. Por mi parte, sentí mi cuerpo pesado, por lo que dejé caer mis piernas a cada lado de su cadera.

Intentábamos recuperar la respiración ante la intensidad de nuestros orgasmos.

Sentí unas leves caricias sobre mi cabellos, seguido de un beso sobre mi hombro donde había una gran marca de hace un momento atrás. Sonreí ante las cálidas caricias.

 

-Fue increíble- Bae me mira, levantando un poco su cuerpo y sonríe mostrando sus hermosos ojos en forma de medias lunas.

 

-Nunca creí cumplir esta fantasía, aunque sólo por mi mente pasaba lo de la mamada con el chocolate. Tú también te las ingeniaste para hacer con el chocolate, el mejor sexo de este San Valentín. Gracias, amor. Te amo, mi oso polar- sonrío y acaricio su rostro, seguido de un tierno beso.

 

-Tú me incitas a probar nuevas formas de hacerte el amor, mi panda. Te amo- acaricia mi sudorosa frente y la besa, seguida de mis labios.

 

De pronto, sale con cuidado de mi interior. No pude evitar jadear al sentir su esencia esparcirse entre mis piernas.

Se levantó con cuidado y fue hacia su bolso que estaba sobre un mueble bajo. Rebuscó hasta sacar una bolsa color rojo.

 

-Ten, ¡feliz San Valentín!- me sonríe.

 

Lo miro sorprendido y abro ansioso la bolsa. Eran dos osos de tamaño mediado de chocolate negro y blanco, formando obviamente un panda y un oso polar. Cada uno tenía un corazón con distintas palabras, las cuales formaban un dulce “TE AMO”.

Sonreí y sin importarme que la esencia de mi novio siguiera saliendo de mí, lo abracé.

 

-¡Gracias, Bae! ¡Son hermosos! ¡¡Y seguramente deliciosos!-

 

-De nada, mi pandita- sonríe pero hace un puchero.

 

-¿Qué sucede?- lo miro, confundido.

 

-¿Y mi regalo?-

 

Sonreí y golpeé suavemente su hombro. Obviamente tenía una sorpresa para él, por lo que dejé la bolsa sobre la mesita de luz y estiré mi mano debajo de la cama.

Bae me miraba sin comprender.

Una vez que logré atrapar el paquete, lo saqué con cuidado.

 

-Este regalo es sumamente delicado hasta el momento de usarlo. Ten, ¡feliz San Valentín mi osito!- sonrío y le extiendo el paquete.

 

Él me sonríe y abre con cuidado el paquete. La sorpresa estaba envuelta en un nylon. Él notó lo que era y me miró sorprendido.

 

-Sí, es lo que piensas. Es ropa interior de chocolate y si quieres, me iré a duchar para estrenarla ahora- sonrío travieso.

-¿Te gusta la idea, hyung?- ronroneo, guiñándole un ojo.

 

-Me parece una deliciosa y excitante idea- se acerca a mis labios y ambos sonreímos de lado ante la gran noche de pasión que recién comenzaba…

 

 

 

 

Fin.

 

 

 

 

               

Notas finales:

¿Qué les pareció? lol

Espero que ninguna haya quedado traumada(? xD


Pido disculpas si hay faltas de ortografía.

 

Fue un placer volver a participar en el grupo BaeRi ^^

 

Espero les haya gustado y gracias por leer!  ~


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