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Día de San valentín por Eliann

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Notas del fanfic:

El resumen es corto por que tengo hambre... 

Notas del capitulo:

Bueno sé que san valentín fue ayer pero no tuve tiempo de subirla por que salí pero hoy si tengo tiempo

Mientras buscaban nuevamente los pedazos de la perla de Shikon, Kagome se encontraba hablando de una tradición que estaba ocurriendo en su época.

 

-¿San Valentín? –Pronunció Sango curiosa por lo de esa festividad –

 

-¡Así es! –Dijo Kagome emocionada –Se regalan chocolates y dulces a la persona que te gusta, desde rosas también y peluches siempre se da un regalo

 

-Oh… se ve muy interesante dicha festividad –Contestó Miroku –

 

-Así es… ah siempre recibo una caja de chocolates ese día –Pronunció Kagome emocionada –

 

-¿Y cuándo es ese día? –Pregunto Sango de igual forma interesada, tal vez cierto monje pudiera regalarle al menos siquiera un ramo de flores –

 

-dentro de dos días –Contestó Kagome –

 

Todo eso ocurría a los atentos oídos del mitad-demonio, aunque se mostraba desinteresado por lo que hablaba Kagome en realidad lo estaba ¿regalar un dulce o un chocolate a alguien que te gusta? Pensó en un momento a quien querría darle algo así y rápidamente se le vino a  la cabeza la imagen de Sesshomaru, suspiro, hace tiempo que ambos mantenían una relación en secreto, por varias razones, una, cómo reaccionarían sus amigos, eran hermanos, así que para ellos que estén en una relación estaba mal, dos ellos no confiaban mucho en Sesshomaru de seguro le dirían que estaba intentado ponerle una trampa para quedarse con Colmillo de acero, tres Kagome estaba enamorada de él, por lo tanto al decirle que estaba en una relación con su medio hermano mayor, además de estar muy ofendida por preferir a un hombre que es su hermano antes que ella, también terminaría con el corazón destrozado y lo que más odiaba era ver llorar a una mujer. 

 

Esa misma tarde Kagome se marchó a su hogar dejando a Inuyasha con esa duda. ¿Cómo podía obtener chocolate para darle a Sesshomaru? ¿Para demostrarle que lo quería? Y solo pensó en una cosa la madre de Kagome, ¿ella debería saber? ¿Ella ha de ser buena? ¿No? No podía contarles esto a sus amigos, menos a la anciana Kaede era mancillar su mismo orgullo.

 

Ese día sabiendo que Kagome se había marchado a su instituto decidió ir a su mundo, para hablar con la madre de esta, ella reacciono muy feliz y normal a su presencia después de todo su hija estaba enamorada perdidamente de él.

 

-¿Cómo obtener un chocolate para San Valentín? –Dijo la mujer, se sentía avergonzando por ello pero… quería hacerlo –

 

-Si –Respondió –

 

-Sabes algo Inuyasha, los mejores regalos son los que uno hace –Dijo la mujer –

 

-¿los que uno hace? –Pregunto a lo que ella sintió –

 

-porque, a quien vayan sabrá que lo haces con todo tu corazón para hacerle feliz –Dijo ella, Inuyasha se quedó pensándolo un momento –

 

-¿me ayudaría a hacerlo? –Pregunto observándola a lo que ella sonrió –

 

-Claro –Fue su respuesta –Y no te preocupes no le diré nada a Kagome

 

-Muchas… gracias –Contestó aunque su regalo no iba hacia ella –

 

Aunque le costó mucho hacerlo, demasiado casi se incendia la cocina y él mismo se quema, término quemándose la mano con la estufa y sobre toda las cosas, no sabía cómo utilizar varios de los utensilios de cocina. Y quedo esa sustancia pegajosa en su cabello. Soltó un suspiro cuando apenas tenías unos tres chocolates en forma de corazón.

 

-Vas… mejorando –Musitó la madre de Kagome, observo los ojos ambarinos de Inuyasha que se mostraban como lo de un cachorro triste al lograr apenas esas tres piezas y sobre todas las cosas que sabían horribles –Verás que saben bien

 

-¡No la pruebe! –Vocifero Inuyasha, pero era demasiado tarde ya lo había hecho, la madre de Kagome puso cara de haber chupado un limón demasiado asido –

 

Pero es que ¿Cómo era eso posible? Que el chocolate que le dieron dulce, sabía amargo tirando a lo asido, se te empalagaba tanto en la boca que quedaba pegado en tu paladar además luego de ese sabor tan amargo, estaba uno dulzón que se te quedaba atorado en la garganta y ni con la misma agua lo podías pasar. Sinceramente, era un desastre en la cocina.

 

-Sabe horrible –Pronunció Inuyasha para que la madre de Kagome solo le diera unas palmadas en la espalda… realmente no podía sacarse ese sabor de la garganta ya había tomado tres vasos de agua, un vaso de soda y hasta leche, pero con nada se quitaba ese sabor de la garganta –

 

La madre de Kagome lo obligo a bañarse tenía que quitarse todo el chocolate que se le había pegado en el cuerpo y aunque no quería lo tuvo que hacer. Le era extraño estar en una bañera, tener que utilizar jabón y champú además le quedo un olor a vainilla luego de haber utilizado ese jabón de baño líquido. Antes de que llegara Kagome él ya se había ido, intentado probar al día siguiente, se llevó la receta de la madre de Kagome, estudiándola para intentar hacerlo mañana mejor no perdería su ahínco en ello.

 

-¿qué tienes allí? –Esa voz lo saco de su letargo, observando el semblante magnánimo de su hermano mayor –

 

-n…nada –Dijo escondiendo la pequeña receta en su manga derecha –

 

-Me parece que es algo ¿Por qué no me lo dices? –dijo Sesshomaru quedando sentado a un lado de su hermano, de repente sintió ese aroma a vainilla en el cuerpo de Inuyasha, no solo eso había otro olor dulce en su cabello también –Hueles…deleitable –Pronuncio Sesshomaru ya sin importarle mucho lo que Inuyasha le escondía –

 

-Sessho…Maru –Musito sintiendo como los labios del nombrado pasaban a morder su orejas de perro, Inuyasha se sonrojo intentado apartar a Sesshomaru de él – ¡Cálmate por favor!

 

-Hueles demasiado bien –Contestó el mayor observando los ojos ambarinos del menor tan parecido a los suyos pero tan diferentes a la vez, beso los labios del menor, probando otro sabor dulce en esos carnosos labios –

 

Esa noche Sesshomaru no le dejo escapar, prácticamente se lo había devorado entero. Lamiendo, besando y mordiendo, distintas parte de su anatomía que lo llevaban al delirio. Al día siguiente recordando aquello sus mejillas se tornaron rojas. Jamás había visto a Sesshomaru tan hambriento y tan deseoso de hacerle el amor ¿tanto pueden hacer simple jabones de baño? ¿Alterando todo los sentidos del Yokai? Saco esas imágenes de su cabeza, para levantarse de donde estaba, que bueno que su cuerpo sanaba al menos un poco rápido porque de seguro tendría una muy notable cojera.

 

Nuevamente se fue a la casa de Kagome a preparar aquellos chocolates, que quería entregarle a Sesshomaru por ser día de San Valentín… al menos por esa festividad. Y esta vez sí lo hizo mejor aunque no pudo estudiarse mucho la receta anoche por cierto demonio de cabello blanco armiño que no le dejo ni descansar bien. Nuevamente esas imágenes vinieron a su cabeza ocasionando que se sonrojara.

 

-No puedo creer que Mokomoko pueda ser utilizada de esa manera –Pronunció aunque era más un pensamiento que le salió en voz alta –

 

-¿Qué es Mokomoko? –Pregunto la madre de Kagome curiosa que había escuchado el Mascullo del joven mitad-demonio –

 

-¡Nada! –Dijo rápidamente sus orejas habían quedado levantada sus hombros tensos –“¡Demonios no lo pensé lo dije!” –aquella mujer solo río ante la actitud del joven para que este solo suspirara –

 

Nuevamente su cabello y su cuerpo habían quedado impregnado de la sustancia y reiteradamente lo hicieron bañarse otra vez,  recordó lo que le hizo Sesshomaru por solo sentir esos aromas en su cuerpo y se sonrojo hundiendo su cara en el agua.

 

-“¿Será que debo llevarme un poco de esto?” –Pensó para sí mirando el jabón de baño con el olor a vainilla –

 

Se lo quedo pensando por un rato, pero aun así saco esos pensamientos de su cabeza. No, no debía además estaba planeando entregárselos y emprender la huida. Por qué ese día tenía que continuar con su viaje por los fragmentos de la perla y no lo haría bien, si tenía una cojera por ser devorado por su hermano mayor. Dejo los chocolates enfriando antes de que Kagome despertara planeaba buscarlos.

 

Y así mismo hizo al día siguiente 14 de febrero decidió ir por los chocolates que había preparado para su amante y hermano, esta vez le habían quedado mucho mejor, aunque los hizo con forma de media luna, como la que Sesshomaru tenía en la frente. Pero cuando estaba cerca del pozo.

 

-¿Inuyasha? –Pregunto Sango viéndolo salir – ¿Qué es lo que traes? –Dijo observando la bolsa blanca que tenía en su mano con formas de media luna en color morado y un lazo que la ataba en rojo –

 

-¡Nada! –Dijo escondiendo la bolsa en su manga – ¡No debes andar curioseando en las cosas de los demás! –Vocifero alterado para irse rápidamente de allí –

 

-“¿Será algo para Kagome?” –Pensó Sango observando como Inuyasha se marchaba – “no estoy segura si a veces es demasiado ingenuo torpe o tierno” –Con eso decidió marcharse –ah… pero yo también quisiera un regalo –Murmuro sabiendo que el monje pervertido no le daría nada al menos eso pensaba –

 

Mientras tanto Inuyasha llegaba al lado de su hermano, quien al detectar nuevamente el olor de Inuyasha igual que la vez pasada solo sonrió, pensando en que tan deliciosa podía estar la piel de su hermanito menor ahora.

 

-¿señor Sesshomaru? –Pronuncio la pequeña Rin observando la sonrisa de aquel hermoso demonio, pero claro ¡No podía tomar el cuerpo de Inuyasha si estaba la pequeña Rin!, no le importaba si otros miraban, pero no quería traumar a la pequeña quien siempre acataba sus órdenes le seguía y le sonreía de una tierna manera –

 

-Sessho –Emitió Inuyasha llegando a su lado observo a la pequeña Rin, quien le observaba, después de todo ella si sabía de la relación que mantenían ambos hermanos –

 

-Inuyasha que bueno verte –Pronuncio la pequeña quien se abrazó a él –hueles rico –Inuyasha solo se sonrojo al observa la mirada de su hermano, con ansias de devorarlo –

 

-¡Esto lo hice para ti!–Dijo entregándole la bolsita a Sesshomaru –Es bueno también verte Rin –Dijo a la pequeña alborotándole el cabello –eh…–Sesshomaru solo se encontraba mirando curioso la bolsa que le había dado Inuyasha de tan precipitada manera –me tengo que ir…. Pasa… feliz… San Valentín –Dijo para luego marcharse a toda prisa de allí con sus mejillas completamente rojas –

 

-¿Qué es eso Señor Sesshomaru? –Pregunto Rin, observando como desataba la bolsa dejando a la vista aquellos chocolates en forma de media luna tenía el mismo olor dulce que el cabello de Inuyasha –

 

-No lo sé –Pronuncio bajo al nivel de Rin quien tomo uno para probarlo, lo cual también hizo el Yokai primero oliéndolo y luego llevándoselo a la boca –

 

Era dulce como cuando probo los labios de su amado la vez pasada, realmente no era fanático de esta clase de cosas.

 

-“Esto lo hice para ti” –Ese recuerdo de Inuyasha completamente sonrojado entregándole la bolsa le hizo sonreí feliz, pero le intrigaba algo ¿Qué era eso de San Valentín? Comenzó a comerse los chocolates después de todo lo hizo quien amaba para él y no iba a desperdiciar tal cosa –

 

Observo a la pulga que brincaba rápidamente alejándose de allí, de seguro se cayó de una de las hebras níveas de Inuyasha, tomo a la pulga Mioga.

 

-Dime ¿Qué es eso de San Valentín? –Dijo de manera fría y sería a la pulga quien se asustó por ser sostenido por alguien tan peligroso como Sesshomaru que fácilmente podía matarlo –

 

-E…es una festividad… del mundo de Kagome –Dijo la pulga alterada –

 

-“¿del mundo de esa humana?” –pensó frunciendo las cejas –

 

-E…en este día, se le regala cosas a las personas que amas, desde rosas, chocolates, dulces o peluches… eso fue lo que oí de parte de ellos –Dijo la pulga para luego salir huyendo del agarre de Sesshomaru –

 

-¡oh! Señor Sesshomaru Inuyasha debe amarlo mucho –Pronunció Rin emocionada – ¿no le dará algo?

 

-¿Pero que le puedo dar? –Respondió el nombrado –

 

-¿Por qué no le da dulces? ¿Cómo él a usted? ¿O flores? –Contestó la pequeña –

 

-Está bien –Profirió Sesshomaru para que la pequeña fuera dando pequeños saltos a su lado a buscar un regalo para Inuyasha –

 

Al caer la tarde cuando Kagome regresaba, Sango le dijo lo que había visto de como Inuyasha llevaba consigo la bolsa, esto ilusiono al corazón jovial de Kagome quien estaba enamorada del mitad-demonio, pero aunque espero por la bolsa esta no se le fue entregada Inuyasha lucia derivativo metido en su mundo.

 

-Inuyasha –Pronuncio Kagome sacándolo de su letargo –

 

-¿eh? –Fue a mirarla, completamente normal, Kagome se encontraba esperando ¿Por qué no le entregaba nada? Sango había recibido flores de Miroku, e incluso Sshipo le había dado unas a esa chica de la que se había enamorado, aunque claro tuvo que viajar mucho – ¿Qué quieres? –Fueron sus palabras molestando a la joven –

 

-¡Siéntate! –Profirió enojada con él, haciendo que cayera de un golpe muy fuerte a la tierra –

 

-Ah –soltó adolorido por ese golpe – ¡Pero qué te pasa! –Le grito sobresaltado intentado levantarse pero en cambio recibió más siéntate de la joven, hasta dejar un cráter e irse molesta – duele…

 

-Tonto…Inuyasha –Pronunció Sshipo mirándolo sumido en ese cráter –

 

-Siempre tan pesado –Dijo Sango cruzada de brazos –

 

-Rompiendo el corazón de la señorita Kagome –Dijo Miroku esto altero a Inuyasha más de lo que ya estaba –

 

-¡Y que rayos quieren que yo haga si no estoy enamorado de ella! –Le grito de manera fuerte a los demás – ¡No estoy enamorado ni de Kikyo ni de ella! ¡Con un demonio déjeme en paz con eso! –Con eso se levantó de allí yéndose enojado –

 

-¿entonces? ¿Para quién eran los chocolates? –Pronuncio Sango –

 

Kagome había escuchado eso después de todo no se había marchado tan lejos de allí, al escuchar que no estaba enamorada de ella ni de Kikyo se quedó estática.

 

-“entonces…te he estado molestando con mis sentimientos”…”perdóname Inuyasha” –Pensó con una lágrima resbalando de su mejilla, realmente se sentía triste al no ser correspondida pero al ser también tan ingenua para no darse cuenta que el mitad demonio no le correspondía… y sobre todas las cosas que le estuvo molestando con que estaba enamorado de ella cuando nunca fue así –

 

Comenzó a seguirlo para intentar pedirle perdón pero Inuyasha se movía demasiado rápido, además que tener los ojos cristalinos y acuosos no le ayudaba en mucho. Al llegar hacia donde estaba con la respiración agitada noto que a su lado estaba Sesshomaru.

 

-Recuerdo… que cuando niño te gustaba esto –Dijo sacando una pequeña bolsa que tenían unos dulces, los cuales comía Inuyasha en su infancia pero llevaba años que no los probaba –

 

-Si –Fue su respuesta su corazón latía con velocidad, en ningún momento se esperó un regalo del mayor –

 

-También te traje esto –Mostro un ramo de hermosas flores de distintos colores y aromas, algo que logro obtener con ayuda de la pequeña Rin –

 

-Sesshomaru –Musitó Inuyasha para abrazarse del cuello del Yokai sosteniendo en ambas manos los regalos mientras que en las manos de Sesshomaru aun se mostraba la pequeña bolsa de chocolates que le había dado su amado –Estoy feliz

 

-Feliz San Valentín Inuyasha –Profirió Sesshomaru –

 

Kagome se encontraba mirando aquella escena que le destrozaba el alma, al observar que en la mano del Yokai estaba la bolsa que le describió Sango sobre todo que este también le había regalado eso significaba que Inuyasha le amaba y era correspondido por Sesshomaru, las lágrimas brotaban con más fluidez de sus ojos alejándose de aquella imagen de los dos amantes besándose.

 

En aquel día de amor… se encontraban dos amantes entregando toda su pasión… y un jovial  corazón destrozado.

 

Fin…

Notas finales:

Como siempre espero les haya gustado. 


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