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Trabajo peligroso por TrazandoYaoi

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Notas del capitulo:

Aquí les presento mi primer fanfic sobre esta serie.

Ojala les guste un poco y puedan dejar un comentario para expresar su opinión.
¡Gracias!

Agosto del 2016.

 

Takaba Akihito era un fotógrafo freelance de tan solo 23 años de edad, había renunciado a su antiguo trabajo, la razón había sido los trabajos de poca o nula importancia, el quería formarse profesionalmente y no deseaba quedar estancado, en su anterior trabajo se sentía el último mono, nadie le prestaba atención y cada vez se sentía peor.

Después de dos meses sin empleo al final consiguió una entrevista para un diario importante, tenía buenas referencia y sobretodo tenía ganas de conseguir ese trabajo. Su primer encargo fue algo inusual, algo peligroso, muy peligroso.

No tenía ganas de regresar a casa, a pesar de haber conseguido un trabajo importante no se encontraba de buen humor, se sentía desanimado pero sobretodo preocupado. Miró su reloj, marcaba las ocho en punto de la tarde, aún era temprano, podía ir y tomarse un par de copas por ahí. Pero en lugar de eso, sus pies lo guiaron de regreso a su casa.

Al llegar encontró todas las luces apagadas, su pareja y compañero de piso todavía no había regresado, suspiró con cierto alivio, Ryuichi Asami no era alguien fácil de tratar, siempre le gustaba tener todo bajo control, su control. Se quitó los zapatos, debía preparar la cena para los dos. Pensó en una cena occidental, pero desechó esa idea y se decidió a preparar una cena al mas puro estilo japonés.

Encendió el fuego de la cocina y empezó a calentar un guiso hirviendo algunas verduras, pero su mente se encontraba en otro lugar, su mayor preocupación era decirle a su pareja que debía viajar a cientos de kilómetros de distancia, ir a un país en guerra y tomar fotos de la misma. Seguramente lo ataría en la cama para evitar que se fuera, la idea era tentadora, pero no podía permitirse desechar esa oportunidad.

“Esta es mi oportunidad”, pensó Akihito interiormente. Siempre había soñado con ser un buen fotógrafo, no deseaba ganar reconocimiento, ni fama, ni millones, solo deseaba superar sus propias metas, quizás estaba siendo demasiado inconsciente, pero así era su carácter. Se sentía excitado y emocionado.

Cuando volvió a la realidad, se dio cuenta que la olla estaba chorreando el caldo del guiso, con rapidez apagó el fuego, si seguía comportándose así, su pareja sospecharía, debía mantener una actitud menos sospechosa. Terminó de preparar la cena, pero los nervios le impedían comer. Era extraño, nunca había sentido ese tipo de emoción ni ansiedad, casi tenía ganas de gritar.

“Cálmate, cálmate, cálmate”, se repitió mentalmente, pero una cosa era pensarlo y otra, hacerlo. No podía calmarse, había conseguido un buen trabajo, necesitaba proclamarlo a los cuatro vientos.

El ruido de la puerta cerrándose lo sobresaltó, supuso que se trataba de su pareja, corrió a recibirlo, puso una falsa sonrisa en su rostro intentando aparentar falsa normalidad.

- Llegas temprano... - dijo Akihito sin atreverse a mirarlo a los ojos.

- Sí, no tenía demasiado trabajo – respondió el moreno restando importancia al asunto.

Akihito siguió a su pareja hasta el interior del apartamento, debía controlar sus nervios, tomó los platos pero sus manos sudaban aunque por suerte aún no había llegado al extremo de temblar. Tomó una fuerte bocanada de aire y lo soltó con suavidad, intentando con eso relajar un poco la tensión de su cuerpo.

Regresó al salón-comedor que había adyacente a la cocina cargando los platos y cubiertos que se utilizarían en la cena.

- ¿Estás nervioso? ¿Ocurre algo? - preguntó el moreno dirigiendo una mirada inquisitiva al joven.

- Nada – respondió con rapidez.

Asami no estaba del todo convencido pero dejó apartado el asunto, miró la olla que reposaba encima la mesa, olía muy bien.

- Parece que esta vez te has lucido con la cena – bromeó el moreno.

- Siempre lo hago, además, creo que exageras, es solo un guiso – fue su respuesta mientras se encogía de hombros divertido.

La cena transcurrió en un ambiente tranquilo, no conversaron demasiado. Al terminar de cenar, Asami se ofreció para lavar los platos pero Akihito rechazó el ofrecimiento temiendo que notase su incomodidad y nerviosismo si estaba cerca.

- Algo te preocupa... - Asami se impuso con su cuerpo bloqueando al joven fotógrafo.

- ¡Dejame en paz! No me ocurre nada.

El moreno lo tomó del mentón para que lo mirase a los ojos, de inmediato supo que el muchacho mentía, pero sabía que tampoco conseguiría sonsacarle nada, decidió optar por hacerlo hablar de otra forma, primero le robó un beso.

- No te permito que me hables así, mantén un respeto, niño – lo regañó como un padre regaña a su hijo.

- Y tu no te metas en los asuntos de los demás – se defendió intentando apartar su mirada.

Asami volvió a besar sus labios introduciendo su lengua en la húmeda cavidad del joven, una “pelea” de lenguas dio comienzo. Akihito se colgó del cuello de su amante para atraerlo aún más a sus labios, los dos sentían que les faltaba el aire pero no les importaba, solo querían seguir con ese fogoso y caliente beso.

- Hoy estás demasiado colaborativo...- insistió extrañado el empresario.

El rubio no respondió, saltó de nuevo para atacar los labios de su pareja, necesitaba distraer a su amante y así dejase de inmiscuirse en sus asuntos. Asami lo cargó en sus brazos como una joven doncella, el joven se dejó cargar. Ambos llegaron a la amplía habitación con cama king size del empresario.

Akihito sintió que era lanzado encima de la mullida cama, esa noche se entregaría por última vez antes de irse, pero su entrega esa noche sería completa y absoluta, no solo estaba dispuesto a entregar su cuerpo sino también su corazón, amaba a ese atractivo hombre, quizás no tuviera el valor de gritarlo a los cuatro vientos, pero al menos intentaría transmitirle esos sentimientos que sentía a su amante.

- Tus mejillas están rojas, hace mucho tiempo que no veo ese semblante tan avergonzado, ¿intentas provocarme? - le preguntó el adulto besando su cuello con dulzura.
- ¡Eres un idiota! ¡Idiota! - chilló enojado el rubio tiñendo sus mejillas con una mezcla de enojo y vergüenza.

Los dos se abrazaron con fuerza y desesperación, Asami olía con fuerza el cuello de su joven amante, en verdad ese “niño” lo enloquecía, lo desesperaba. El joven sintió sus ropas ser rasgadas y brutalmente destrozadas. Asami volvió a atacar los labios del rubio, lo sentía distinto, no comprendía por qué su pareja no se resistía como era costumbre, en cambio, el joven parecía estarse entregando por completo, el adulto se sentía desconcertado y confundido.

Pero no desperdició la oportunidad, al menos por esa noche conseguiría y conservaría el corazón de su pareja, pero decidió cambiar el rumbo de la situación, no sería tan brusco, le haría el amor, sería suave y se dedicaría a complacer al joven, así es como debía hacerlo.

Akihito también se extrañó, su pareja no lo trataba con la acostumbrada brusquedad, al contrario, se dedicaba a acariciarlo suave y amorosamente. Esta noche fue todo muy extraño por parte de ambos y por primera vez hicieron el amor, entrelazando no solo sus cuerpos, ni sus manos, también unieron sus corazones y almas.

Era de noche cuando el joven fotógrafo despertó, miró el despertador digital que reposaba encima la mesita de noche y marcaba apenas las cinco y cincuenta y nueva de la madrugada, le dolía las caderas, pero no se arrepentía de la noche que había pasado con su amante. Caminó despacio y sin hacer ruido hasta el baño, necesitaba tomarse una ducha.

Dejó correr un poco el agua hasta que la sintió caliente, pero por alguna razón, el agua se mezclaba con las pequeñas gotas de sus lagrimas, se sentía mal y culpable por irse sin atreverse a decirle nada a su pareja, pero si le decía estaba completamente seguro que no le permitiría irse del país, no podía permitirse perder esa oportunidad, necesitaba con urgencia ese trabajo.
Terminó de ducharse y regresó a la habitación de su pareja, Asami aún seguía durmiendo, Akihito lo contempló dormir, para cuando despertase el ya no estaría. Salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

En su habitación preparó sólo una bolsa deportiva con varias piezas de ropa, guardó dos tipos de cámaras cada cual en una funda protectora distinta, guardó también varios carretes de fotos, miró su bolsa, aún estaba a tiempo de arrepentirse o recapacitar y rechazar ese trabajo, pero eso era algo que no sucedería, estaba decidido a irse.

Abrió el armario y se vistió con lo primero que encontró, soltó un suspiró cuando terminó de vestirse, tomó su bolsa deportiva y cerró la puerta de su habitación despacio para no hacer ruido.
Caminó hasta el comedor, no tenía el valor de despedirse, pensó entonces en escribir una breve nota de despido. Tomó una servilleta de papel y en ella escribió rápidamente.
“Regresaré pronto”.

Escuchó a su pareja levantarse o moverse en la cama, seguramente despertaría pronto, debía apresurarse y marchar antes de que se levantase. Se dirigió a la puerta del apartamento y giró la llave, cuando se abrió dudo por un segundo en esa decisión, pero rechazó nuevamente la idea de quedarse.

Salió del apartamento, tomó el ascensor y apoyó su espalda en del mismo. El elevador se detuvo y Akihito salió de el, miró su reloj el cual marcaba las seis y media de la mañana, caminó fuera del portal del edificio, pensó en tomar un taxi hasta el aeropuerto para ahorrar tiempo.

El tiempo en la calle era caluroso pero húmedo, así era el tiempo en Tokyo. Caminó unos pasos hasta el margen del arcén y alzó la mano para detener un taxi. Pasaron varios autos hasta que cinco minutos después un vehículo se detuvo frente a el, Akihito se subió al taxi y le dio las indicaciones.

- Aeropuerto de Narita, por favor – pidió mientras se sentaba.

Miró por la ventanilla mientras se alejaban del apartamento que había sido su hogar todos esos meses, por alguna razón quería gritar, se sentía como una mierda al no tener el valor de enfrentar a su pareja y decirle la verdad.

Cerró con fuerza los ojos, necesitaba despejar su mente de esos pensamientos tan negativos, había tenido la oportunidad de arrepentirse antes de salir del apartamento no lo haría ahora, era un fotógrafo periodista, eso era lo que era, necesitaba ganarse el pan de cada día, no iba a ir a un lugar tan peligroso para pasar el rato o divertirse.

Tanta reflexión lo estaba dejando exhausto, el suave zarandeo del auto en movimiento terminaron por dormirle.

- Señor, ya hemos llegado – dijo el taxista intentando despertar al joven.

Akihito abrió sus ojos con pesadez, bostezó para desperezarse aunque eso podría ser maleducado no le importaba, estaba realmente cansado y tenía sueño. Miró al taxista, sacó su billetera de su bolso y le pagó el trayecto, tomó su equipaje y bajó del auto.

- Gracias – dijo Akihito antes de cerrar la puerta del coche.

Se dirigió al interior del aeropuerto, podía escuchar el sonido de aviones aterrizar y despejar, era un ruido muy fuerte y sin apenas haber dormido le parecía molesto. Utilizaría la aerolínea America Airlines, viajaría hasta España y de España a Marruecos, en Marruecos tomaría un auto o un bus para atravesar el país, bueno, eso lo pensaría después.

- Necesito un billete para España – pidió Akihito pensando que quizás podría comprar el vuelo en ese momento pues se había olvidado de reservar con antelación.

- Tenemos un par de asientos disponibles, pero son en cola y en pasillo – respondió el chico mientras consultaba en su computadora.

- Es igual, acepto – dijo el joven aceptando ese pasaje hasta España.

- De acuerdo, pero no es vuelo directo, tendrá que hacer transbordo en Amsterdam, ¿sigue interesado? - insistió el chico.

- Si, si, necesito tomar un vuelo hoy hasta España – le respondió con el mismo interés que antes.

El joven formalizó el vuelo con los datos personales de Akihito Takaba. Akihito miró su billete de avión, saldría tres horas después, debía hacer tiempo.Apagó su celular, no quería que su pareja lo localizara. Decidió tomar un café bien cargado en el propio aeropuerto.

Esta vez ya no pensaba en arrepentirse, había dejado apartado esos pensamientos, solo podía pensar ahora en su llegada a Marruecos y Siria, sería como una aventura, quizás estaba siendo demasiado kamizake e insensato, pero que importaba, nunca antes le habían encargado un trabajo tan importante, por unos momentos pensó en su regresó a Japón, podría refregarle su éxito a su pareja, ganaría una suma importante de dinero, eso era lo único que importaba en ese momento.

Su cuerpo tiritaba de impaciencia, quería sentarse ya en el avión y ver la ciudad de Tokyo por última vez desde el cielo, miró su reloj y aún faltaban dos horas y media, parecía que el tiempo se había detenido o quizás pasaba más despacio.

No sabía que hacer para matar el tiempo, era aburrido esperar y esperar, pensó en varias cosas que podría hacer pero se decantó para hacer una pequeña siesta, se dirigió a la zona de asientos, colocó la bolsa deportiva a su lado, echó la cabeza hacía atrás y durmió.

***

Asami despertó a las diez de la mañana, miró a su lado pero ahí no había nadie, sospechó algo, normalmente Akihito no era madrugador, se rascó la cabeza pero estando recién despertado sus facultades motoras aún no funcionaban al cien por cien.

Se levantó con gran pesadez y caminó hasta el baño, se mojó el rostro, debía tomar un baño, pero eso lo haría después, se dirigió al comedor pero allí tampoco estaba su pareja, un gran interrogante flotaba en el interior de su cabeza, ¿donde había ido tan temprano?, se preguntó sin hallar respuesta. En la mesa central había un pequeño pedazo de papel con un simple “Regresaré pronto”. Volvió a preguntarse donde había ido su amante, ni siquiera en el papel lo ponía y eso lo estaba poniendo demasiado nervioso, no tenía el asunto bajo control y era molesto, muy molesto.

Estaba decidido a buscarlo después, por ahora intentaría despertarse completamente y pensar en claridad en el siguiente paso.

***

Akihito sentado ya en el avión sintió el temblor inicial del aparato mientras trotaba por la pista hasta el final y despegaba, su corazón palpitaba nervioso, asustado, intrigado y emocionado. Había tomado un camino que lo separaba de su pareja, pero lo acercaba más a su propio sueño, ¿había tomado la mejor decisión o se había equivocado?.

Notas finales:

Puede parecer que transcurre un poco lento al principio, pero poco a poco el ritmo irá cambiando.

Gracias por leer.


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