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The story of us por SiluetaDeCera

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Notas del fanfic:

Ningún personaje me pertenece.

Notas del capitulo:

Me obsesiona la idea de que Alexy y Ken se conozcan antes de que éste último haga su súper cambio.

Alexy se había levantado con la cabeza hecha un lío. Sus padres le habían recordado la noche anterior que tendrían que ir averiguando sobre los institutos de la zona.

El plan había sido cambiarlos a su hermano Armin y a él a principios de año, pero por unos percances recién ahora tendrían que hacerlo.

Su gemelo y él les habían dicho que no había problema, pero Armin era demasiado perezoso para salir a caminar bajo el sol e investigar sobre los institutos que les habían recomendado.

Claro, pero tenía muchísima energía para jugar a sus videojuegos todo el día.

Se vistió y desayunó con una sonrisa en el rostro, luego se dirigió a su primer destino.

Ya era la hora del almuerzo cuando se dispuso a ver el último instituto.

El nombre no era el mejor, estaba claro, pero era bastante grande y decían que estaba lleno de gente agradable.

El Sweet Amoris no era el más cercano a su casa, no era el más lindo instituto que había visitado, y sinceramente tenía tanta hambre en ese momento que seguro se iría de ahí sin pensar siquiera en incluirlo en la lista de los institutos que le gustaron.

Pero algo le llamó la atención e hizo que no se fuera a su casa de inmediato.

Más bien "alguien".

En las escaleras de la entrada estaba sentado un chico con la cabeza baja. Sus hombros se agitaban violentamente. Estaba llorado al parecer.

Alexy no podía soportar que la gente llorara, tenía que hacer algo para consolarlo.

Se acercó al chico lentamente (ignorando el hambre) y se le quedó mirando un minuto. Tenía el pelo castaño y se veía muy pequeño. No le llegaría ni a los hombros. Parecía un niño, aunque tampoco podía asegurarlo.

Se sentó a su lado y el chico levantó la mirada, tenía unos enormes anteojos redondos tapándole los ojos.

El chico le produjo ternura inmediatamente.

- Hola - Le dijo - Soy Alexy.

El castaño volvió a bajar la cabeza.

- Ken.

Por la forma en la que lo dijo, a Alexy se le ablandó el corazón.

- ¿Por qué estás llorando?

Ken volvió a mirarlo y Alexy vio como lágrimas hacían recorridos en sus mejillas. El peliazul sentía que debía limpiarlas.

- ¿Porqué te importa?

Lo dijo suavemente, pero la voz no parecía la de un niño. Podría tener más o menos su misma edad.

- Porque te ves muy triste. Y odio que la gente esté mal - Le dijo simplemente - Anda. Puedes contármelo. No muerdo.

Ken se levantó un poco los anteojos para limpiarse las lágrimas, y en el proceso dejó ver unos hermosos ojos verdes.

Alexy pensó que eran el tipo de ojos que podrías ver por horas sin cansarte de ellos. También que si el chico estuviera feliz, estos preciosos ojos verdes brillarían.

- Unas chicas me robaron el dinero que traía.

Una escena muy común en las películas.

- Mi padre va a estar muy molesto conmigo.

Alexy entendió que eso sería lo peor de todo. Apenas si conocía a Ken. Mucho menos conocía a su padre. Pero pudo suponer que el castaño tenía miedo de decepcionarlo o algo así.

- No tienes que decirle.

Le ofreció la solución más sencilla.

No pudo ver bien su expresión, pero por su tono de voz intuyó que sería una mala idea.

- ¿Mentirle a mi padre?

- ¿Por qué no?

- No puedo mentirle. Soy muy malo mintiendo.

- Vamos. Cualquiera puede hacerlo.

- Yo no. Me pongo nervioso y tartamudeo. Digo frases sin sentido. No podría hacerlo, mucho menos a él. Puede oler mi pánico.

El peliazul podía incluso escuchar el pánico de la voz del castaño. Casi podía sentirlo.

- Supongo que no puedes pedirle a las chicas que te devuelvan el dinero ¿Verdad?

El castaño volvió a sollozar. Alexy de verdad no sabía que más decir.

- ¿Y le pediste ayuda a tus amigos?

- No tengo amigos realmente. Me acabo de cambiar de instituto y no conozco a nadie, salvo a una chica.

- Pídele que te ayude.

- M-me dijo que tendría que hacerles frente. Pero no soy bueno para eso tampoco.

El chico se sonrojó y se sacó los lentes de nuevo para limpiarse las lágrimas. Luego se los volvió a poner.

- Oh. Vamos. Si pusieras un poco más de actitud seguramente los tendrías a todos temblando.

Claro que Alexy solo lo decía para animarlo. De cualquier forma Ken se vería como un niño, y eso le daba tanta ternura que podría comérselo ahí mismo, mientras lo miraba con los ojos llorosos cubiertos por los anteojos.

- Claro que no.

- Necesitas más confianza - se levantó y puso en pie a Ken. Le arremangó el suéter - Veamos... Así está mejor - acto seguido le sacó los anteojos y dejó al descubierto sus ojos verdes. Ken trató de alcanzarlos, pero Alexy era demasiado alto para él.

- Devuélvemelos.

- Ken, trato de ayudarte ¿No es eso lo que querías?

El castaño se quedó quieto en su lugar y se rindió.

Alexy sonrió. Le tocó el pelo y se lo revolvió un poco hasta quedar lo suficientemente despeinado.

- Listo. Párate más derecho y habla más fuerte.

Ken trató de hacerlo, pero cuando intentó decir una frase la voz se le volvió más aguda de lo normal.

El peliazul rió.

- ¿Me veo mejor?

Alexy lo examinó. No se veía muy diferente, pero lo que más le llamó la atención fueron sus increíbles ojos verdes. Se le quedó mirando fijamente. Ken no era su tipo de chico, pero algo de él le gustaba tanto que no podía pensar en cuál era su tipo.

Tal vez eran sus intensos ojos verdes, o su timidez, o su inocencia.

La tristeza de su voz le había ablandado el corazón, le había revuelto el interior.

- Te ves muy guapo - le dijo al final. Sonrojándose y sonrojándolo.

Ken no sabía que le estaba pasando. Apenas si había entablado una pequeña conversación con el chico. No lo había insultado, era muy amable.

Incluso le estaba diciendo que se veía guapo.

Eso era totalmente nuevo, no sabía cómo reaccionar. Sus mejillas se volvieron escarlata y casi tartamudea al agradecerle.

Ese día fue diferente para ambos.

Alexy no paraba de hablar, Ken lo escuchaba, pero se ponía nervioso cuando le preguntaba cosas.

"¿Nombre completo?" "Kentin"

"¿Comida favorita?” "Las galletas, por supuesto"

"¿Eso siquiera cuenta como comida favorita?" "Claro que sí"

Pero ese no era el tipo de preguntas que lo ponían nervioso.

¿Que si tenía novia? Nop.

¿Le gustaba alguien? Una chica que no le prestaba atención.

¿Había besado a alguien? No, no, no. Claro que no.

¿Virgen? ¡Por supuesto!

- No puedo creer que nunca hayas salido con una chica - Alexy rió.

- Claro que lo crees. No puedes verme y pensar que atraigo a la gente.

- Solo digo que hay personas que se sienten atraídas a las personas tiernas.

- Claro que sí, los pedófilos.

Alexy volvió a reír. En parte por el comentario, pero más que todo porque las mejillas de Ken se volvieron tan rojizas como dos tomates maduros.

- No. Por ejemplo, yo no soy pedófilo, pero de vez en cuando le echo el ojo a los chicos así de adorables.

Le tocó la mejilla para acompañar su frase.

Ken parecía desconcertado.

Empujó suavemente el dedo índice de Alexy a un lado.

- ¿Dijiste "chicos"?

El peliazul primero no entendió a lo que se refería, hasta que recordó lo que había dicho.

- Oh, sí - dijo alejando la mano del rostro de Ken.

- Entonces ¿Eres ese tipo de persona?

- ¿Gay, quieres decir?

Ken asintió desarremangando su suéter. Se peinó un poco también.

- Bueno, si - guardó silencio esperando que Ken se alejara de él de una vez por todas - Supongo que me tengo que ir - Se levantó, pero la mano de Ken le sujetó delicadamente la muñeca.

Alexy se le quedó mirando. De verdad ¿Que encontraba interesante en ese chico? Parecía el típico nerd de las películas.

La mano de Ken bajó desde su muñeca hasta su mano, provocando una pequeña corriente eléctrica que le sacudió el cuerpo.

- ¿Porque te vas? - Le preguntó inocentemente, seguro sin saber siquiera lo que acababa de producir en el interior del peliazul.

- Bueno. Creí que no querrías juntarte con "este tipo de persona".

No quería que Ken se sintiera mal, no lo dijo con maldad. Solo fue sincero.

- No me importa eso - A lo que Alexy lo miró algo inseguro - M-me animaste y me sonreíste. Nadie nunca es tan bueno conmigo.

El corazón del peliazul se volvió a remover, esta vez por la ternura que irradiaba Ken.

Se volvió a sentar al lado del castaño.

Le sonrió de nuevo y le arremangó el suéter otra vez. También le revolvió el pelo.

- Te dije que te queda mejor así.

- Creo que me vería mejor con pantalones militares.

- Olvídalo. Ya pasaron de moda.

- No pueden pasar de moda. Son clásicos.

- Yo soy el que sabe de ropa aquí. Tienes que prestarme atención.

- Ya te robaste toda mi atención.

Tal vez Ken no lo notaba, pero hacía un montón de comentarios que le hacían sonrojar.

Siguieron hablando un rato más. Ken le compartió sus galletas favoritas y se acabaron el paquete en unos minutos.

- ¿Y porque te cambiaste al Sweet Amoris? - Le preguntó el peliazul.

Ken se sonrojó y miró a otro lado.

- Estaba siguiendo a una chica. La que me gusta pero me ignora. Ella solía defenderme hace mucho, pero parece que ahora solo le importan los chicos lindos y no me nota. A veces he pensado en cambiar un poco mi aspecto y ser menos pegajoso. Pero simplemente no me sale, parece que le molesto.

- Entonces no vale la pena ¿Acaso tienes que cambiar para gustarle? Si no le gustas como eres no tienes que complacerla. Busca a otra persona mejor.

- A nadie le gusta cómo soy. Todos creen que soy un estorbo.

- Claro que no, Ken. A mí me gustas.

El sonrojo se apoderó de sus rostros. Inmediatamente Alexy volvió a hablar.

- ...como eres. M-me gusta cómo eres. Eres un chico sensacional.

Ken agradeció con la cabeza gacha. El corazón le latió fuerte contra el pecho.

Alexy dirigió la mirada al cielo. Ya se estaba haciendo tarde.

- Me van a matar si no llego a casa ahora. ¿Te acompaño a la tuya?

- No, gracias. Tengo actividades en el club de jardinería.

Alexy le sonrió y le volvió a revolver el pelo.

- Nos vemos, Kentin - Le devolvió los anteojos.

Y salió disparado hasta su casa.

Ken se quedó viendo por el lugar en donde se había ido. "Kentin", nadie lo llamaba así más que su padre.

Le gustaba. Le gustaba como sonaba "Kentin". No parecía patético.

Le gustaba cómo sonaba en la boca de Alexy.

Fue al club de jardinería. El chico del club se quejó cuando comenzó a arrancar pétalos de unas flores.

Mientras tanto Alexy caminó hasta su casa con una bonita sensación en el pecho y el estómago.

Armin estaba jugando en el sillón cuando llegó a casa.

- ¿Y? ¿Viste un instituto interesante? - Le dijo con su increíble capacidad de prestar atención al juego y saber que era él el que acababa de entrar al mismo tiempo.

Alexy rememoró la conversación con Kentin al ver que Armin tenía un paquete de galletas vacío a su lado.

Sonrió de lado sentándose junto a su hermano.

- Encontré uno que es perfecto, pero no te dejes llevar por el nombre - No recordaba exactamente si le había gustado mucho aquel instituto, pero cuando evocaba el recuerdo la única imagen que se le venía a la cabeza era la cara sonriente de Kentin - "Sweet Amoris" Original ¿no?

Notas finales:

Espero que haya gustado.


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