**Sanji**
Una vez más, rumbo a otra casa. A comenzar de nuevo... Debo admitir que no es nada agradable mudarse constantemente.
Tokio, es mi ciudad natal, pero papá consiguió un empleo en Francia, y tuvimos que viajar cuando era pequeño, hoy a mis 17 años me encuentro en camino hacia allá, me pregunto ¿Cómo se verá la ciudad?
-“Atención señores pasajeros, les informamos que aterrizamos exitosamente en la ciudad de Tokio”
-Por fin…-suspiró el rubio- estoy cansado
-Yo también Sanji, en estas 14 horas de vuelo no pude pegar ni un ojo
-¡Papá! ¡Ni bien tocaste el asiento y te dormiste!
-Jajaja, creo que tienes razón
Cuando bajamos del avión, no pude evitar mirar el cielo, las estrellas… Siento como si todo en este lugar me transmitiera… no sé, ¿Tranquilidad?
-Listo, creo que ya tengo todo el equipaje
-¿Señor Akagami?
-Sí, soy él ¿En qué puedo ayudarlo?
-Su vehículo está esperando, debe estar cansado, así que seré su chofer -dijo con una cálida sonrisa- Mi nombre es Iceburg, mucho gusto
-El gusto es mío ¿Nos vamos?
Una vez dentro del vehículo seguía ensimismado en mis pensamientos, viendo con detalle cada luz encendida en la oscura calle, viendo como las gotas de lluvia caían suavemente en el asfalto.
-Es aquí
-Gracias ¿Cuánto le debo?
-Absolutamente nada, su amigo pagó por todo –le guiñó el ojo- Bienvenidos y hasta luego!
Aquel comentario hizo que el pelirrojo se sonrojara, y que suelte una pequeña sonrisa pícara que no pasó desapercibida por Sanji.
-Es un bonito lugar
-¿Así? Pues no más que mi hijo
Lo que causó que el rubio también se ruborizara, observaron aquella casa de 2 pisos unos segundos más y decidieron entrar.
La casa estaba totalmente amueblada, con un estilo algo rústico y acogedor, Sanji vió con detenimiento la sala, con una chimenea en la esquina, un comedor para 4 personas, pero hubo algo que lo dejo sin aliento...
-Pá… pa, n-no me d-digas que e-eso es…
-Pues si hijo, es nuestra cocina, mejor dicho tú cocina
-…¡¡Gracias!! Eres el mejor ¿Te imaginas todas las delicias que podré preparar?
-Si, si, lo hago, ahora ¿Qué te parece si vamos a descansar? Tengo otra sorpresa para ti pero te la diré mañana…
-Está bien- bostezó – buenas noches
Una vez el rubio se encontraba en su habitación, hubo algo que llamó su atención, a través de su ventana se podía observar claramente otra habitación, en la cual una luz estaba encendida. Sanji se asomó para ver con más claridad
-Oh Dios…
Lo que vio lo dejó sin palabras, a través se podía ver con suma claridad, como un chico de pelo verde, levantaba unas pesas enormes, sin esfuerzo alguno; Además de que este se encontrará solo con una toalla alrededor de la cintura.
Cuando se dio cuenta de que se quedó embobado con aquella situación, Sanji decidió ir a dormir inmediatamente, pero era demasiado tarde… Ya tenía una notable erección bajo su pijama.
-Joder- dijo con un tierno sonrojo – duerme, duerme, duerme
Y fue así como después de una hora de intentar dormir lo consiguió, no sin antes darse una pequeña "ayuda".