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Cheerleader por Yewooki

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Notas del fanfic:

La idea general de este fic es de Levelia del grupo AoKaga 5x10~

Notas del capitulo:

Espero que sea de su agrado, sinceramente no tengo idea de cuantos capítulos vaya a tener, pero trataré de actualizar pronto~

(Por cierto, si hay errores ya sean ortográficos o gramaticales lo siento, juro que lo reviso hasta tres veces antes de subir pero igual se me pasan ;A;)

Kagami Taiga era un niño como cualquier otro, bueno no tanto, desde muy pequeño mostró un gusto por las porra, por esa razón al entrar en secundaria decidió entrar en la porra de la escuela, las chicas estaban encantadas de tener a alguien como él en el equipo, era alegre, divertido y adorable, el problema eran los otros chicos, específicamente los de los equipos de básquet y futbol americano, ellos hacían que la vida de Taiga fuera un infierno, pero él nunca perdió la sonrisa o el ánimo para continuar con las porras.

 

Pero en su último año, las burlas y las bromas pasaron a mayores, hasta el punto que unos chicos terminaron golpeándolo a la salida de la escuela, preocupados sus padres lo enviaron de regreso a Japón, donde fue inscrito en Tōō, el primer día era el difícil, se decía a sí mismo mientras caminaba hacia la entrada del instituto.

 

El recinto era enorme, tragando nervioso se adentró en aquel lugar, siendo rápidamente rodeado por los reclutadores de los equipos deportivos, nervioso negó a cada uno de ellos, avanzando rápido hasta perderlos de vista.

 

-Que insistentes- murmuró suspirando cuando las vio, las chicas de porra estaban realizando una rutina, la gracia con la que se movían, su agilidad, sus sonrisas, la fuerza en sus voces al gritar la porra, eso lo emocionó de inmediato al alto pelirrojo, quien se acercó sin duda a ellas.

 

-Mo, casi no tenemos reclutas este año- se quejó una rubia, quien traía su cabello atado en una coleta alta con un moño azul marino, su uniforme era de negro con delicadas líneas rojas  a través de las tablas de su falta.

 

-Disculpen- habló Taiga atrayendo la atención de todas las chicas, quienes se intimidaron un poco, entonces una chica castaña con el cabello corto, se adelantó a todas ellas y lo vio desafiante- quisiera unirme al equipo de porra.

 

- ¿Enserio?- preguntó la chica con los ojos brillando en emoción, antes de que su mirada se volviera molesta- es una broma, ¿no? ¿Fue idea de Imayoshi?, ese maldito zorro me las pagara- comenzó a refunfuñar la chica cruzándose de brazos, dejando a Kagami confundido.

 

-N-No es ninguna broma, quiero formar parte de la porra- dijo algo inseguro, atrayendo la atención de la castaña, quien elevó una de sus cejas.

 

-Bien, si quieres formar parte de este equipo, haz tu mejor demostración- lo retó, Taiga sonrió, no había cosa que amara más que los desafíos, sobre todo si tenían que ver con hacer porras.

 

Dejó de lado su maletín, se quitó el sacó y aflojó su corbata, sonrió y estiró, soltó el aire y se relajó, entonces corrió y dio una perfecta vuelta en el aire tras brincar, cayó de forma perfecta en el suelo,  corrió de nuevo brincando tocando con sus manos sus pies, para después caer con gracia, entonces y cuando estaba a punto de continuar con su presentación la castaña se paró frente a él sonriendo.

 

-Bienvenido al equipo de porras de Tōō- dijo la chica- soy la capitana Yuriko Fujigawa, el primer entrenamiento es después de clases detrás del gimnasio de básquet, te esperamos…

 

-Kagami Taiga- se presentó con una brillante sonrisa que hizo suspirar a más de una de sus futuras compañeras, tomó su sacó y se lo colocó, reajustó su corbata y agarró su maletín- nos vemos más tarde entonces- dijo haciendo una pequeña reverencia antes de desaparecer de sus vistas.

 

- ¿Cómo esperas que nos concentremos si lo dejaste entrar en el equipo?- se quejó una peli rosa haciendo un pequeño puchero.

 

-Oh vamos Satsuki, ¿Qué tan malo puede ser?- dijo Yuriko sonriéndole.

 

Taiga entró ahora en uno de los edificios, buscando de inmediato su salón, cuando lo encontró se sentó cerca de las ventanas, le gustaba distraerse con las nubes cuando las clases se tornaban demasiado tediosas y aburridas, casi de inmediato sintió a alguien sentándose detrás de él, era un chico bajito de cabellos azul claro, sus ojos eran del mismo color, dejando de lado su timidez se dio media vuelta regalándole una sonrisa.

 

-Hola, soy Kagami Taiga- se presentó el chico solo lo vio fijamente, poniéndolo nervioso, al punto de sonrojarse un poco.

 

- Kuroko Tetsuya- murmuró apenas lo suficientemente alto, cuando Taiga estaba a punto de decir algo más la puerta se abrió intempestivamente dejando ver a un moreno alto, sus ojos azul profundo combinando con su cabello, dejaron a Taiga paralizado en su lugar.

 

-Tetsu- dijo alto y sonriendo de forma altanera- ¿Por qué no dejaste solicitud en el equipo de básquet?- le reclamó caminando hasta ellos, ignorando a Taiga quien no podía quitarle la mirada de encima.

 

-Porque me pienso unir a porra esta vez- dijo como si nada, logrando que una fuerte carcajada escapara de la boca de su amigo de la infancia.

 

- ¿Es enserio? ¿Piensas unirte a porra?- dijo burlonamente, secándose las lágrimas que le habían salido por la risa.

 

-No veo lo malo- dijo el peli-celeste con tranquilidad- además Kagami-kun estará conmigo- dijo como si nada atrayendo la atención del pelirrojo, ¿lo había visto inscribirse en porra? ¿Por qué nunca lo notó?

 

- ¿Tú también te unirás a porra? ¿Qué diablos?, tienes el cuerpo como para ser un jugador de básquet, ¿Por qué no te unes al equipo?- le dijo inclinándose un poco, intimidando a Taiga, quien se hizo hacia atrás chocando con la ventana.

 

-No soy muy amante de los deportes- dijo sincero sin poder apartar la mirada de aquel imponente moreno y sus ojos hipnotizantes.

 

Una mueca extraña adornó los labios del  moreno, antes de sonreír altaneramente.

 

-Oh ya, son todos unos pervertidos- dijo riendo un poco justo cuando sonó el timbre anunciando el inicio de clases- me voy, si no Satsuki me matara- se despidió escuetamente saliendo del salón.

 

Taiga soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo cuando Daiki desapareció de su vista, detrás de él oyó una suave risa, volteó viendo mal a Kuroko quien cubría su sonrisa con su mano.

 

-No fue gracioso, pensé que me golpearía- le reclamó frunciendo su ceño.

 

-Aomine-kun es un poco bruto, pero dudo que te llegue a golpear- le dijo sincero, conocía al moreno.

 

El profesor entró en la sala y de inmediato comenzaron las clases, la mitad del día le pasó terriblemente lento a Taiga, quien estaba luchando contra sus ganas de quedarse dormido, a pesar de ser un buen alumno solía aburrirse con facilidad.

 

Cuando fue hora del almuerzo, sonrió levantándose, cuando sintió la mano de Kuroko sobre su espalda, curioso volteó viendo al bajito.

 

-Comamos juntos- propuso, y el pelirrojo asintió.

 

- ¿Traes almuerzo o iremos a la cafetería?- preguntó, viendo como el peli celesta le mostraba un pequeño bento, sonrió y asintió, mostrándole las tres cajas de bento que traía él.

 

- ¿Todo eso para ti solo?- le cuestionó un poco sorprendido, aunque sin demostrarlo en su voz o rostro.

 

-Tengo un gran apetito- dijo como si nada, entonces se encaminaron hacia la azotea, pero cuando estaban por llegar comenzaron a oír reclamos al otro lado de la puerta, entonces oyeron la voz de Aomine al otro lado de la puerta, por lo cual Kuroko abrió la puerta viendo al moreno recostado en medio de aquel lugar, mientras una peli-rosa le reclamaba por no haber atendido sus clases durante el primer periodo.

 

-Ya Satsuki, cállate- se quejó el moreno, descubriéndose el rostro ya que tenía su brazo cubriéndole del sol- ni que hubiéramos hecho algo importante hoy.

 

- ¡Daiki!- le gritó y antes de que pudiera amenazarlo con cortar sus preciadas revisas de Mai-chan, Kuroko apareció en su campo de visión- ¡Tetsu-kun!- gritó con completa emoción, notando entonces al pelirrojo detrás de su amigo- ¡Kagamin!

 

El pelirrojo se sorprendió un poco cuando lo llamó de aquella manera, él no la recordaba, y estaba seguro que no estaba en su clase, y antes de que pudiera formular su pregunta la chica le sonrió divertida.

 

-Estaremos juntos en el equipo de porra- le avisó y el pelirrojo asintió regresándole la sonrisa- ¡Oh, qué lindo eres!- le dijo haciéndolo sonrojar.

 

-Ugh, que ruidosos son- se quejó Daiki sentándose, viéndolos, notando de inmediato los bentos que cargaba Kagami, sintiendo entonces su estomago rugir- Eh, Kagami, dame uno- dijo señalando las cajas.

 

El ceño del pelirrojo se frunció un poco, ¿Por qué diablos le hablaba así?

 

-No- dijo firme, sorprendiéndolos a todos, antes de sonrojarse al notar todas las miradas sobre él- si te doy me quedaré con hambre.

 

-Oh vamos, hombre, se que puedes compartirme un poco- dijo parándose, para  caminar tranquilamente hasta quedar frente al chico, quien retrocedió un par de pasos, chocando contra la pared, quedando atrapado entre ella y el cuerpo caliente y duro del moreno- vamos Kagami.

 

Kuroko y Satsuki veían sorprendidos el comportamiento de su amigo, él no era así, no dejaba que nadie se le acercara y mucho menos se acercaba con tanta  soltura a alguien que apenas conocía.

 

El pobre Taiga apenas recordaba que el oxigeno era de vital importancia para el normal funcionamiento, perdiéndose en los oscuros ojos de Daiki terminó asintiendo, el moreno le regaló una enorme sonrisa y sus mejillas se calentaron en reacción.

 

-Vamos a comer entonces- dijo alejándose de Kagami, quien entonces volvió a respirar, Satsuki y Kuroko sonrieron volteándose a ver, antes de caminar todos a una de las esquinas, donde Taiga le entregó reticentemente uno de sus bentos, después de dar el primer bocado los ojos de Daiki se abrieron, antes de voltear a ver al pelirrojo quien también comenzaba a comer- ¿lo hizo tu madre?

 

- ¿Eh?, no vivo con mis padres- dijo bajito rascándose la cabeza.

 

- ¿Eso quiere decir que tu prepararse esto?- dijo curioso inclinándose hacia enfrente viendo fijamente a Taiga, quien asintió torpemente- debes cocinarme más seguido, esto esta delicioso- le alabó, el pelirrojo frunció su ceño, pero no pudo evitar sonreír, nunca lo habían felicitado por su habilidad para cocinar.

 

-No cocinare para ti- dijo con seriedad, logrando que Aomine frunciera el ceño.

 

-Bakagami, cocina para mi- le dijo.

 

- ¡Por supuesto que no!, mucho menos llamándome de esa manera, Ahomine- le contestó frunciendo su ceño.

 

- Oh vamos, no seas llorón- le criticó antes de seguir comiendo.

 

- No soy llorón, solo que apenas y te conozco como para que te tomes tantas libertades conmigo- se quejó Kagami con las mejillas suavemente rosas.

 

- ¿Qué quieres saber de mi?- le dijo después de comer, dejando el bento vacio a un lado, recargándose contra la pared.

 

Kuroko sonrió discretamente, mientras Satsuki casi se ahoga con su jugo, preocupando a Kagami, quien caballerosamente sacó un pañuelo de su pantalón y se lo pasó a la chica.

 

-Tu nombre, para comenzar, solo se tu apellido y eso gracias a Kuroko- dijo abriendo su segundo bento.

 

-Aomine Daiki, tengo 16, soy hijo único, soy la estrella del equipo de básquet, fue estrella de Teiko y Kuroko era mi sombra, aunque el traidor me abandonó para irse a porra, me gustan las chicas de pechos grandes- mencionó como hablando del clima, y la vista de Kagami viajó hasta Satsuki quien al notar su mirada de inmediato comenzó a negar.

 

-  ¡No somos nada!- dijo apresurada, causando una sonrisa divertida en Kuroko.

 

- ¡No con Satsuki! ¡Dios es como mi hermana!- dijo Daiki cuando comprendió el ambiente, formando una mueca de asco.

 

-Es que se ven muy unidos- se justificó Taiga sonrojado.

 

- Ahora yo quiero saber de ti- dijo Daiki, sonriéndole al pelirrojo, quien se paralizó un par de segundos.

 

-Kagami Taiga, también tengo 16, también soy hijo único, aunque tengo un hermano “adoptivo”, me gusta cocinar, las porras y las cosas lindas.

 

- ¿Las chicas lindas?- preguntó Daiki limpiándose un oído.

 

- Cosas lindas- dijo frunciendo su ceño- aunque también las chicas lindas.

 

- Así que tengo una oportunidad con Kagamin- dijo Satsuki, como quien no quiere la cosa, viendo que su amigo de la infancia fruncía su ceño, confirmando sus sospechas.

 

- ¿Eh? Ah, pues yo no… digo eres muy linda… pero no…. Yo… es decir…- comenzó a tartamudear Kagami sin saber cómo explicarse poniéndose del color de su cabello.

Notas finales:

Gracias por leer~!, espero sus comentarios, criticas, recordatorios de progenitora(?)


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