Trabajos de oficinista, de arquitecto, de médico o de ese estilo, no eran cosas que le interesaran a Baekhyun quien ya se había graduado de la preparatoria hace dos años. No, su trabajo era uno no muy peculiar pero que tampoco podría ser considerado “común”.
- ¿Qué tal le parece su merienda, señorita? ¿No desearía compartirlo conmigo? – Dijo el chico de cabello castaño con un toque grisáceo, de una manera muy encantadora junto con una sonrisa. A su respuesta, una chica se sonrojaba mientras las que estaban a su alrededor soltaban pequeños gritos sordos.
El local era un poco amplio, lleno de mesas y sillas con decoraciones simples, las paredes eran de un color blanquecino donde podías ver fotografías de los empleados. Más bien, fotos en las que solamente los “meseros” se encontraban, cada uno muy bien distinguido.
– Baek, ya es tu hora de salida – Le avisó un chico rubio de rostro apacible, que también atendía las mesas.
– Oh, gracias Sehun – Respondió el chico y enseguida voces de descontento provenían de las chicas.
– No te vayas aún Baekhyun – Una hizo pucheros.
– Si~, queríamos pasar un momento más contigo – Dijo otra con descontento.
– No se preocupe señorita – Tomó a una de las adolescentes de la mano y se inclinó para poder mirarla mejor a la cara – Me encanta pasar mi tiempo con ustedes – Sonrió – Mañana estaré aquí también, si son gustosas de venir – Al finalizar, dejó un beso en el dorso de la mano y mientras se alejaba con una sonrisa, las chicas empezaron a hacer un coro de gritos.
“¿Meseros?” bueno, se podría decir que lo eran, pero para ser más específicos, el lugar del que acababa de salir Baekhyun, era su trabajo soñado. Un Host Café.
¿Por qué era su trabajo soñado? Bueno, pues desde que era joven, lo único que se le ha facilitado siempre, es el habla. En realidad era por bocafloja, pero de ahí aprendió a obtener lo que quería por medio de palabras y un toque de manipulación, y ¿Qué más le vendría perfecto a una persona así?
– Oh, Baekhyun, no lo olvides – Un chico de cabello negro y bastante alto, irrumpió en los casilleros mientras el chico se cambiaba a su ropa habitual – Mañana debes ayudar al nuevo host, así que tienes que venir una hora antes.
– ¿Una hora antes? Lo puedo entrenar en quince minutos.
– Baekhyun… Recuerda que el que da las reglas aquí, soy yo
– Oh, vamos Chanyeol – Su palabrería ya había entrado en acción – ¿Acaso olvidaste quien se hizo cargo del café solo, mientras todos los demás les surgieron exámenes finales? – Lo miró con un toque burlón mientras se ponía su sudadera, pero no lo suficiente como para que se diera cuenta y se ofendiera.
– Ah… vale, pero entrénalo de una manera en la que incluso me consiga más clientas
– ¡A la orden, jefe! – Le hizo un ademan un tanto relajado, mientras este se salía del cuarto con una leve risa a la broma del castaño.
Subió el cierre de su sudadera y enseguida tomó su mochila para poder salir del lugar.
Baek trabajaba en aquel lugar de tiempo completo, pero siempre pedía salir dos horas antes los miércoles por razones que nunca le ha explicado al dueño o algún otro empleado, y por su persuasión, siempre logra zafarse de responder aquella pregunta, ya que a pesar de ser manipulador y persuasivo, no le gustaba mentir.
Mientras el chico caminaba despreocupadamente por las calles, su celular comenzó a vibrar. Sacó su celular de manera tranquila de su bolsillo, y al darse cuenta de quien se trataba, soltó una pequeña sonrisa, mas no con tan buenas intenciones.
Yo… Me di cuenta un poco tarde de tu mensaje en aquel papel, esto… no es una broma ¿verdad? Porque de ser así, me encantaría verte y pasar contigo todo el tiempo que gustes… aún si terminamos en casa de alguno de nosotros…
De: XXX-XXX-XX-XX
El chico le respondió el mensaje de texto, marcándole un lugar de encuentro. “No, no es una broma, me gustaría pasar esta noche contigo”.
Así es, cada miércoles elegía con quien de sus clientas dormir, a pesar de que iba estrictamente en contra de las reglas de Chanyeol. Las chicas estaban muy conscientes de esto, por eso lo guardaban en secreto y esperaban impacientes por ver a que chica elegiría esta vez.
¿Cómo se daban cuenta de esto? Oh, es bastante sencillo en realidad. Siempre a minutos de irse, Baek tomaba la mano de alguna chica y en ese momento les dejaba una nota en su mano junto con el número de su celular, el cual el chico se tomaba la molestia de cambiar cada semana para que esto no se tornara aburrido y molesto.
Las chicas llamaban a todo esto en secreto “XO Day” (Referencia a la abreviación en ingles de “besos y abrazos”) y aunque existiera este día, habían algunas veces en las que Baek no elegía a nadie por alguna razón, llamándolo entonces “0 Day”.
– Taeyeon… ¿Cierto? – El chico ya había llegado al lugar acordado, cerca de una estación de tren en un lugar no muy iluminado para que no reconocieran sus rostros.
– Si… Baekhyun – Respondió apenada y con el rostro volteando al suelo.
– Y bueno… ¿Nos vamos? – Le prestó su brazo como invitación. La chica asintió apenada y temblando un poco, después lo tomó de su brazo para así irse juntos a un lugar donde Baekhyun lograría su propósito.
El sol ya había comenzado a salir y parecía que lo tenía en su naturaleza, pero sabía cuando despertarse al quedarse con una chica para poderse ir sin despertarla.
Con mucha cautela pero a su vez con rapidez, se vistió y tomó su mochila para salir de aquella habitación de hotel e irse a su departamento para descansar un poco más y después darse una ducha.
Ya algunas horas habían pasado y Baek no llegó a la hora que prometió ya que se le borró de su sistema al haber tenido tal noche.
Entró por la parte trasera del local, como usualmente hace. El jefe de tan alta estatura lo estaba esperando en los vestidores con una cara muy molesta, pero a Baek ni siquiera le preocupaba, siempre tenía alguna escapatoria.
– Acepté que vinieras 15 minutos antes cuando te había dicho que fuese una hora, y ni siquiera así lo cumples – Lo regañó mientras el castaño se comenzó a quitar la playera para usar el traje del local – ¡Préstame atención Baekhyun! – Lo acorraló poniéndole los dos brazos a los lados del chico de baja estatura.
– Lo sé, y lo siento – Lo miró a los ojos de manera despreocupada – pero ya sabes que siempre tengo un plan, solo preséntame al chico y verás que haré magia – Chanyeol se alejó de golpe, refunfuñando y tocándose la frente con la mano derecha, como pidiéndole paciencia a toda deidad existente.
– En verdad me molesta que no seas puntual y que no cumplas con lo que te pido – Le recriminó – Que seamos amigos desde hace años no hace que esto me moleste menos – Suspiró – pero ya hiciste lo que hiciste – Se talló un poco los ojos e hizo un quejido inentendible – Vístete y ahora cumple lo que dijiste.
El jefe salió del vestidor y Baekhyun solo sonrió, victorioso como siempre, a la puerta que cerró.
El chico terminó de vestirse y se dirigió a la entrada mientras se terminaba de abotonar los botones del cuello de la camisa.
– Baek, él será nuestro nuevo host – Comentó el chico alto, mientras Baek seguía distraído acomodándose la corbata que se acababa de poner – Kim Jong-in.
– Ah, mucho gusto – el chico se acercó para darle la mano al distraído de Baek.
– Oh, hol… – Por fin lo miró a la cara –…a
“Es bastante guapo” pensó “Enseñarle será pan comido”
De pronto 2 grupos de tres y cuatro chicas, respectivamente, entraron al lugar y dos host que se encontraban justo en la entrada, las recibieron
– Me hace mucha falta otro host, ya que Luhan y Kris se han ido – El chico alto le susurró al castaño mientras lo tomaba del hombro – Si haces que él también se vaya, te mato – Lo amenazó y se dirigió a la cocina, no sin antes dedicarle una sonrisa cortes al nuevo empleado.
– Bien… – Baek lo miró con la boca cerrada y entrecerrando sus ojos, como si tratara de recordar algo.
– Jong-in, pero puedes llamarme “Kai”, es un apodo que me dieron mis amigos de la universidad.
– Bien… Kai – Lo señaló más seguro – Esta será otra forma para que puedas entender cómo se siente una chica y así puedas llegar de la manera que mas le gustaría – Le indicó sentarse en una de las mesas libres – Y es el mas efectivo ¿Eh? – Presumió un poco y Kai le obedeció con un rostro ligeramente confundido.
– Buenas días, amo – Se inclinó para poder saludarlo en su papel de host – aquí tiene el menú – le entregó uno hecho con el mejor material de aire – pero si no le molesta, me gustaría recomendarle un helado de té verde, es dulce y bueno para la piel, eso lo haría ver más atractivo de lo que ya es – Kai lo miraba un poco sorprendido y con un toque de vergüenza.
– Disculpe mi atrevimiento, pero sus ojos son en verdad hermosos, podría mirarlos todo el tiempo que usted me dejase – El castaño grisáceo lo observaba con unos en verdad penetrantes, Kai no tenía otra opción que evadirlos, pues no soportaba tanta intensidad – ¿Oh? ¿Acaso no le agrada? Es una lástima, me hubiera gustado mucho pasar mi tiempo con usted, pero si gusta puede cambiar de host, después de todo, usted es nuestro amo – Inclinó la cabeza un poco de lado, para mostrar un ángulo un tanto seductor.
El moreno se había metido un poco enserio en su papel como cliente, que había olvidado que esto era una práctica. Agitó su cabeza para salir de ese papel y volver un poco a la realidad, pero aún así le daba vergüenza el hablar, por lo que optó negarlo simplemente con la cabeza.
– Oh, ¿Entonces yo soy suficiente para su estancia aquí? – Le sonrió expectante, no tanto por saber que respondería, sino como lo haría.
Al chico moreno le volvió un poco la vergüenza, y asintió sonrojado mientras miraba sus propios dedos, que movía por los nervios.
– Eso me halaga bastante, amo – Hace una pequeña reverencia – Ahora, si tiene un poco de apetito, podemos prepararle un omurice – le sonrió – en el que su host, en este caso, yo, escribirá lo que usted guste – lo miró de una manera más picara, y enseguida tomó su mano, masajeándola levemente con su pulgar – como “Me gustas”, “Te amo” – en cada frase, su tono se iba volviendo cada vez más y más seductor, y a su vez su rostro se iba acercando al oído del “cliente” – “Me atraes”… “Hagámoslo” – Susurró. Se retiró un poco y lo tomó de la barbilla para verlo a los ojos.
Kai dio un sobresalto un poco tardío, volviéndose rojo como un tomate. Enseguida el host se alejó del chico con una sonrisa.
– Lo último es obviamente una broma – Soltó una risita con un aura un toque prepotente – lo puedes decir, claro, si quieres ser despedido y recibir una bofetada de la clienta.
El chico de cabello castaño oscuro seguía sin palabras y con los ojos realmente abiertos por no saber cómo reaccionar ante ello, pero de pronto, gritos ahogados de las chicas lo sacaron de su trance. Cierto, las demás clientas los estaban observando y cuando se dieron cuenta, había el doble de chicas que antes. Al parecer, todas se pusieron a compartir el asunto vía internet en cuanto vieron al chico, mas no se esperaban lo siguiente, pero ya saben, las noticias en la red se transmiten de una manera en verdad rápida, así que en un parpadeo, ya había miles de descripciones del asunto en varios blogs de las seguidoras de Baek.
Baek volteó su cabeza hacia Chanyeol que se encontraba en la entrada de la cocina observando todo. Le sonrió como si le dijera “Te lo dije”, porque incluso le trajo nuevas clientas en muy poco tiempo.
Por otro lado, Kai estaba sorprendido, confundido y sonrojado por esa actitud.
– Bien, ahora es tu turno– Baekhyun le soltó una sonrisa.