Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crónicas de un ángel caido por Lucky13

[Reviews - 84]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta historia está basada en Devil Beside You

Notas del capitulo:

Una carta, y es que todo puede cambiar por una simple carta. La carta en sí no es lo peligroso, más bien el misterio que esconde en su interior.

Las letras escritas a mano de una persona que esconde un gran secreto, y si cualquier persona se enterase, podría arruinarlo todo.

Es curioso el poder que tiene una carta.

Capítulo 1: Toda historia tiene un comienzo...

No puedo mirarlo a los ojos. Me siento tan avergonzado, es la primera vez en mi vida que le confieso a un chico mis sentimientos hacia él.

Pero este chico, no es un chico cualquiera. Es uno de los varones más cotizados de toda la universidad. Las chicas y donceles babean por él, y yo, para variar, soy uno de ellos. Pero claro, nuestra hermosa universidad, nótese el sarcasmo, esta subdividida a la hora de relacionarnos, por lo que esta es la primera vez que hablo con él tan directamente.

Por un lado, están los chicos populares, son como la Jet set de aquí. Son chicos con dinero que son admirados por la mayoría. Además, suelen ser capitanes de los equipos. Por ejemplo, capitán de rugby, o capitana de animadoras.

Él es capitán del equipo de baloncesto.

Por otro lado, están los empollones, son los típicos frikis que no salen de su ámbito, que normalmente suele ser la biblioteca. Mi mejor amiga es una de ellos.

Luego, también podemos encontrar a los macarras o rebeldes, son gente muy rara con los que apenas he tratado en todo lo que llevo en esta universidad, que no es mucho. Y así, nos encontramos con muchos tipos de grupos divergentes.

Si yo tuviese que clasificarme, supongo que me pondría en el grupo de las personas que son del montón. No destaco lo suficiente para ser capitán de algo, o tampoco soy un rebelde sin causa. Soy un doncel normal y corriente.

Sus ojos me escrutan de arriba abajo. Noto como está nervioso, al igual que yo.

Levanto la mirada y la enfoco en la suya. Sus ojos aguamarina no se mueve ni un centímetro.

Yo… me gustas, ttebayo.- Le digo apretando levemente los puños y sintiendo como mis mejillas se llenan de un fuerte color rojizo.

No puedo creer que hayas dicho eso…- Mi corazón que hasta ahora latía con fuerza se paró un segundo. Gaara no corresponde mis sentimientos… Tuve que suponerlo.- Porque debí decírtelo yo primero.- Un alivio inmenso recorre mi cuerpo pero aun no puedo creérmelo.- Creo que… antes de que te fijases en mí, yo ya lo hice en ti.- Una enorme sonrisa empieza a formarse en mi cara poco a poco, siento que todo parece tan irreal, quiero lanzarme encima de él y besarlo. Gaara es perfecto.- Sé mi pareja, Naruto…

Sigo mi primer impulso que es abrazarlo, él me rodea al momento con sus fuertes brazos. Quiero, o mejor dicho, necesito estar abrazándolo algún tiempo. El tiempo suficiente para creerme que esto real.

¡Naruto! Venga arriba.- ¿Qué? No puede ser cierto.

Todo el prado verde de nuestro alrededor empieza a desaparecer, y lo que es peor, Gaara también desaparece.

¡No!

Intento aferrarme a él desesperadamente, ya sé que es un sueño, pero después de haber soñado con él, necesito al menos besarlo en sueños.

Pero pronto todo se vuelve oscuro, y mis ojos poco a poco empiezan a abrirse de nuevo. Delante de mí y con los brazos cruzados se encuentra mi profesor, Iruka. De nuevo me quede dormido en una de sus aburridas clases. Pero, no puedo evitarlo.

La persona que me llamaba antes para despertarme me mira preocupado ahora.

Es mi mejor amigo doncel, Sai Shimura. Al principio, me pareció un chico extraño y con una actitud un poco falsa. Pero con el paso del tiempo se ha convertido en un gran amigo.

¿Te aburres mucho en esta clase?- Me pregunta poniendo su brazos en sus caderas de forma amenazante.

Yo niego enérgicamente con la cabeza y vuelvo a mis apuntes. Siento muchas miradas sobre mí ahora mismo. Indiscretamente, busco con la mirada si Gaara me mira. Y ahí está él, con esa sonrisa y esos hermosos ojos clavados en mí. Yo no puedo evitar devolverle la sonrisa. Pero pronto volvió a sus apuntes.

Durante toda la clase estuve atento intentando coger el máximo de apuntes posibles, por lo que la hora restante me paso volando. Y mi hora de receso llegó justo a tiempo para poder volver a observar a Gaara. Casi todos se fueron a la cafetería, y Gaara es uno de ellos. Mis amigos y yo nos quedamos en clase.

Al girarme Sai me mira negando con la cabeza, mientras mi mejor amiga, y casi líder los frikis, se ríe. Hinata siempre se ríe tímidamente de estas cosas, probablemente es la persona más tímida que conozco.

Soñabas con él, ¿Verdad?- Me pregunta Sai cuando me acerco a ellos y me siento a su lado. Una risilla se me escapa.- Cada vez estás peor, Naruto.

¿Y qué soñabas, Naru?- Hinata me pregunta curiosa y algo sonrojada.

Pues… ya saben que soñé.- Digo un poco apenado haciendo un puchero con mis labios.- ¿Creéis que puede ocurrir de verdad?

Si no lo intentas desde luego que no.- De nuevo una pullita de parte de Sai, y es que desde que le conté lo que siento por Gaara ha sido muy directo diciéndome que cuanto antes me declare mejor. Pero me veo incapaz de ello.

No es tan fácil…- Bufo, mientras me remuevo mi pelo rubio con mi mano.- No soy bueno expresando mis sentimientos,  seguro tartamudearía o algo…

¿Quién ha dicho que tiene que ser hablado?- Miro a Hinata sin entender, y Sai hace lo mismo.- No es tan difícil, Naru.- Para ser una inexperta en la práctica, Hinata sabe mucho sobre el amor. Creo que directamente es porque lee demasiados libros románticos.- Escríbele una carta.

Sai giro la cabeza hacia mí como si estuviera poseído.

Oh, no…

 

 

Me siento idiota, estoy aquí parado en la puerta de la escuela desde hace una hora. Quería llegar pronto para poder darle la carta que escribí anoche a Gaara. No sé cómo me he podido dejar convencer por ellos.

Llevo toda la noche escribiendo para él. Espero que no se sorprenda mucho. He venido tan temprano porque sé que él viene a practicar baloncesto una hora antes de que comiencen las clases.

Mi teléfono vibra, y me meto en el Whatsapp. Tengo mensajes de nuestro grupo en común.

Hinata: Ánimo, Naru.

Sai: No la cagues.

Puto Sai, puta Hinata y puta carta. Siento que mi corazón va a mil, no puedo parar de moverme. Los nervios me carcomen. No les contesto, y guardo el teléfono, Gaara tiene que estar por salir, y no me lo quiero perder.

De pronto, lo veo de lejos caminando hacia la puerta. Cada vez está más cerca de donde estoy de pie.

No puedo. Estoy muy nervioso, mi corazón late muy rápido, y no puedo respirar.

¡Tal vez no deba hacerlo!

¡No!

Tengo que decirle lo que siento, no puedo estar para siempre callado.

Está tan cerca, que cierro los ojos y le extiendo la carta sin decir absolutamente nada. Siento que por un segundo, todo se congelara.

No escucho respuesta por su parte, y eso desde luego es malo. No le gusto.

Abro los ojos, y no veo lo que espero ver. No está ese pelo pelirrojo ni eso ojos aguamarina, más bien, en su lugar, unos ojos negros como la tinta me miran profundamente. No conozco a este chico, y nunca lo he visto. Busco con la mirada a Gaara, y veo que no ha entrado porque al parecer lo han llamado por teléfono y se alejó del edificio para buscar silencio.

Fijo mi mirada de nuevo en el chico frente a mí. Cabellos negros, tirando para azabache, peinados de una extraña manera, liso por delante y en picos por detrás. Sus ojos negros siguen clavados en mí, me miran de una forma en la que nunca me han mirado. Me siento inquieto.

Sonríe de medio lado, por la chaqueta de cuero casi puedo adivinar de que grupo pertenece. Los rebeldes.

Todo mi mundo se va abajo. Le he extendido mi carta de amor a un completo desconocido. Rápidamente reacciono.

¡No es para ti, ttebayo!- Le grito bastante fuerte, debido a los nervios.- Yo… esto…

No lo dejo hablar, ni a mí explicarme. Sin más echo a correr hacia fuera de mi facultad. Sin importar nada, ni siquiera la mirada de diversión que me echó al ver que salí corriendo. Parece un teme.

Cuando doblo una esquina y ese teme ya no puede verme, paro e intento recuperar el aliento. Cojo mi teléfono y les escribo corriendo.

Venid cuanto antes.

 

Estoy en una cafetería del complejo universitario, no tardaron ni media hora en llegar desde sus respectivas casas. Creo que pensaban que Gaara me había rechazado, por lo que les hice sentarse y les conté todo con lujo de detalles.

Ambos se mantuvieron en silencio hasta que acabe mi explicación.

¿Cuánta gente hay en este enorme mundo que se declare a una persona equivocada?- Dice rodando sus ojos.

Estaba muy nervioso, ttebayo.- Le digo defendiéndome, seguro que a más gente en el mundo le ha pasado. ¿Verdad?

¡¿Cómo puedes ser tan… baka?!- Me insulta Sai, le intento reclamar pero Hinata me interrumpe.

¿Sabes a quién te has declarado?- Niego con la cabeza, ahora es cuando Hinata me dice que es un mafioso, o peor un violador, o…- Es Uchiha Sasuke.- Mi mente se queda en blanco mientas Hinata se ríe un poco ante mi ignorancia.- Está en primer año de arte.

No me importa quién es, la verdad es que parecía muy arrogante.- Seguramente pensará que soy algún loco fan enamorado de él. Más quisiera…

Deberías escuchar a Hinata, yo ya sé quién es.- Me indica Sai y por su rostro serio, parece que es alguien importante.- He oído que es el único hijo del director de todas las universidades.

¿Qué?

Es imposible que un chico tan arrogante fuera hijo del director, y más con esas pintas de macarra.

No puede ser…- Ambos deben de estar gastándome una broma.

Sí, lo es. Con el apoyo de su padre hace todo lo que quiere.- Me informa Sai, que al parecer está muy puesto en el tema.- Implantaron la carrera de arte aquí, gracias a que él se lo pidió a su padre. Además, es el líder de los rebeldes, por así decirlo.- No puedo creer que nunca haya escuchado hablar de un chico como él.

Escuché que, cuando estaba en el instituto, siempre faltaba a clase y causaba problemas.- Decía Hinata asintiendo como si eso le diera más veracidad a sus palabras. Siempre pensé que la pasividad no implica bondad, al igual que la rebeldía no implica salvajismo, pero parece que me equivoqué.- ¡Ah! Y estuvo arrestado, creo.

Y lo peor de todo, es que todos le persiguen. Ya sean donceles, mujeres o varones.- Sigue añadiendo Sai, parece que le gusta torturarme, porque cada vez mi rostro se descompone más.- En internet lo apodan el príncipe.

¿Cómo puedo tener tan mala suerte?- Digo apoyando mi cabeza contra la mesa.

Piensa el lado bueno, Gaara no te ha rechazado.- Intenta animarme Sai, aunque desde luego no es lo suyo.

Aún puedes darle la carta.- Hinata me toca el hombro en señal de apoyo.

Sí, tiene razón, aún puedo darle la… ¡¿La carta?! ¿Dónde demonios está mi carta?

Levanto deprisa mi cabeza y busco por mis bolsillos desesperadamente.

No está por ningún lado.

¡¿Qué te pasa?!- Me pregunta Sai al ver mi comportamiento alterado.

¿Y mi carta? Intento recordar todos mis pasos, ¿En qué momento se me ha caído? ¿Qué voy a hacer? ¿Dónde se me habrá caído?

Además, está puesto mi nombre y el de Gaara… Oh no, como la lea o llegue a manos indebidas.

Me levanto deprisa sin dar ninguna explicación y echo a correr hacia la puerta. Aún no ha comenzado las clases por lo que no ha llegado la multitud aún. Pero pronto lo harán.

Hoy nada está a mi favor. Una llovizna cae sobre mi paraguas transparente, al menos me lo he traído, y parece que va a llover más fuerte, las nubes se vuelven cada vez más negras. Llego a la puerta de donde estaba, no hay nadie. Al menos, ese tipejo extraño se ha ido.

Busco por todos lados, incluso en los cubos de basura. Pero nada de nada, la llovizna cada vez se intensifica más y siento que cada vez me hundo más en la desesperación por encontrarlo.

Por los alrededores, solo hay cimientos y poco más. Miro un parque que usamos de área de descanso, puede que haya volado hasta allí con el aire. Voy corriendo y comienzo a rebuscar por la hierba.

Escucho unos pasos detrás de mí, ya deben de estar llegando la gente, yo simplemente sigo buscando.

Compañero, ¿Buscas algo?- No tengo tiempo a entretenerme, no lo he mirado y sigo buscando la dichosa carta. Asiento con la cabeza.- ¿Qué es? Te ayudo a buscarlo.

Estoy buscando…- Levanto la cabeza desesperado, cualquier ayuda es buena. De todas las personas, no esperaba encontrarme a esos ojos aguamarina mirándome fijamente. ¿Qué le digo ahora? Cualquier cosa…- ¡Un trébol de 4 hojas, ttebayo!

Sonrió un poco mientras me rasco la nuca, de todas las cosas, he dicho la más estúpida.

¿Un trébol de 4 hojas?- Repite él queriendo ver si me ha entendido bien. ¿Qué le digo ahora? Seré baka. Yo sólo me limito a sonreír y asentir cual estúpido. Entonces, él me sonríe con esa sonrisa que cautivaría a cualquiera.- Soy Sabaku No Gaara, vamos juntos a clase de economía de la empresa.

Eso ya lo sé de sobra, me encanta observarlo, esa es por sobre excelencia mi clase favorita.

Sí, lo sé, ttebayo.- A él parece que le hace gracia mi muletilla pero se agacha y empieza a buscar algo.

Él sabe, tan bien como yo, que es casi imposible encontrar un trébol de 4 hojas aquí. Ya sólo me queda fingir en que lo busco, es necesario. Sino, descubrirá lo que siento por él.

Al cabo de un rato me levanto y suspiro. Ni rastro de la carta ni del trébol de 4 hojas, cosa predecible. De pronto veo como Gaara también se ha levantado y camina hacia mí.

Está serio y tiene la mirada fija en mis labios. Mi corazón late deprisa, en verdad si lo pienso esta es la escena perfecta de un beso. Él para a centímetros de mi rostro. Todo el mundo tacha a Gaara de ser serio, pero hasta el desierto más árido esconde en su interior el más puro pozo de agua.

Sus ojos chocan con los míos, me siento tan inquieto. Casi cierro los ojos, pero no lo hago al ver como su mirada se desvía a mi hombro.

No te asustes, tienes un gusano.- ¿Un qué? Él extiende su brazo y lo tira de mi hombro, por el rabillo del ojo veo que simplemente es una oruga. Un pitido se escuchó.- Se está haciendo tarde, las clases van a comenzar.

Yo asiento y veo como camina para clase. No puedo perder la oportunidad.

Gaara…- Lo llamo al ver como se aleja con su paraguas, él se gira a mirarme.- Me llamo…

Uzumaki Naruto.- Se sabe mi nombre, y con esa sonrisa perfecta hace que mi corazón se revolucione. Mis amigos tienen razón, debo declararme cuanto antes.

Nos vemos, entonces, ttebayo.- Le digo con una enorme sonrisa que me va a costar quitar de mi rostro.

¡Sabe mi nombre! Casi me dan ganas de dar botes de alegría.

Pero, desde hace rato pasa algo. Es una sensación, como si alguien me observara.

Posiblemente sea mi imaginación.

 

 

Todo el día se pasó volando en la facultad, he tenido que realizar muchos trabajos y prácticas. Apenas he podido ver a Sai e Hinata, debido a ello.

Una vez fuera de clase les explique todo lo ocurrido. Aunque por la lluvia lo hice deprisa, no quiero perder el metro.

Una vez sólo en el metro, me siento y comienzo a hablar con ellos por el teléfono.

Naruto: Que día tan intenso.

Hinata: Y que lo digas…

Sai: Oye Naruto….

Naruto: ¿Qué?

Sai: ¿Encontraste la carta?

Mierda, ¡¿Cómo se me ha podido volver a olvidar?!

Naruto: ¡Todavía no!

Hinata: ¿No?

Sai: No te preocupes, mañana te ayudamos a buscarla, baka.

Dios, por favor, llévate la carta hasta argentina si es preciso. Aunque no pasa nada, si no hubiera vuelto, no habría hablado con Gaara.

Es el destino.

Salgo del metro y me dirijo a mi calle. Vivimos debajo de un pequeño restaurante de Ramen, donde trabaja mi madre. Entro para ver si está allí, pero sólo está su jefa, Rin. Es una mujer joven bastante amable.

Bienvenido, Naruto.- Me dice con alegría.

Vengo a buscar a mi madre, ¿Está por aquí?- Le pregunto aunque a simple vista no la veo.

Fue a hacer una entrega por aquí cerca.- Me explica, lo que veo normal, ella se esfuerza al máximo por mantener este trabajo. Es lo que nos da de comer día a día.- Le dije que cuando lo entregara se podía ir a casa.

Entonces, la buscaré, ttebayo.- Me propongo a irme pero Rin me toca el hombro, veo que sigue sonriéndome pero veo preocupación en sus ojos.

Naruto… últimamente parece que tu madre tiene la cabeza en otro sitio…- Eso se me hace raro, y entiendo la preocupación de Rin, cuando mi madre tiene la cabeza en otro lado puede llegar a ser muy despistada.- Por favor, estate más pendiente de ella.

Vale, entiendo.- Me despido con la mano, y salgo de allí deprisa.

Ya ha dejado de llover, pero un aire fuerte se arremolina por las sombrías callejuelas que conforman este barrio. Un escalofrío me recorre el cuerpo. Busco por todos lados y nada. No la encuentro.

Corro, viendo lo tarde que se está haciendo.

De pronto la veo, bajando unas escaleras que comunican con otro barrio. Su pelo rojizo y largo se mueve al son de las escaleras. Sus ojos grisáceos miran a la nada, como si su mente estuviese divagando por diferentes estancias.

¡Mamá!- Ella me mira y me sonríe.

Es hermosa, sin duda no sé qué haría sin ella. Me acerco a ella y le quito las bolsas que lleva en las manos, parece que ha ido a comprar.

¡Hoy comemos pollo!- Me dice sabiendo que es uno de mis platillos favoritos. Asiento energético.- ¿Qué tal las clases de hoy?

Bien, lo normal supongo…- Si lo normal es querer declararme a Gaara y acabar declarándome a un futuro mafioso, pues sí. Hoy ha sido un día la mar de normal.- ¿Y tú el trabajo?

Bien, como siempre.- Noto su mirada inquieta, y esto me da mucha tristeza, ¿Desde cuando no nos contamos todo?

Sé que últimamente estás despistada en tu trabajo…- Le suelto y ella me mira algo inquieta y desconfiada sin saber qué decirme.- ¿Por qué?

Yo…- La noto que duda que decir, entre cierro los ojos y me acerco a ella.

¿No dijimos que nunca tendríamos secretos?- Le pregunto intentándola hacer sentir culpable, pero es que realmente me tiene preocupado, ¿Y si un cliente se ha obsesionado con ella y la acosa? No es la primera vez que pasa, y siempre tengo que espantarlos.

Ella mira al suelo. Está cohibida, casi no sabe que decir.

Naruto, no puedo…- La interrumpo, no la voy a forzar a contarme nada.

Me acuerdo que cuando papá murió, no teníamos ni un euro.- Ella se sorprende, pocas veces hablo de Minato, y es que no es uno de mis temas favoritos. Quise a mi padre, tanto, que a veces me asfixiaba.  Aún lo sigo queriendo, pero es una herida que ya he cerrado.- Ni si quiera podíamos pagar mi viaje de estudios, ¿Recuerdas?- Ella asiente, viendo qué le quiero contar.- Durante ese tiempo, hubo un robo y todos me echaron la culpa. Sin ninguna prueba.- Trago saliva de forma brusca.- No me creyeron, así que empezaron a meterse conmigo.- De sólo recordar esos días me entristece. Destrozaban mis deberes y tiraban mi mochila a la basura.

Pero no me dijiste nada para que no me preocupara.- Dice con una gran sonrisa.- En lugar de eso, faltabas a clase e ibas a un parque abandonado.- Aun sigo yendo a ese lugar, muy pocas veces en comparación de cuando murió Minato.- Cuando un día me avisaron de tus faltas, salí a la calle y pasé horas buscándote. Cuando te encontré, seguías sin decirme nada.

Recuerdo que me dijiste… Naruto, no importa que pase, no quiero que haya secretos entre nosotros. Porque sólo nos tenemos el uno al otro, porque yo me preocupo por ti, y viceversa.- Recuerdo ese maldito día llovioso como si fuese ayer.

También te dije que quiero ser tu mejor amiga, porque tú eres mi mejor amigo en el mundo.- Asiento dándole la razón, Kushina es la mejor madre del mundo.

De pronto, ya llegamos a casa, Kushina abre la puerta y guarda las bolsas. A partir de aquel momento, hace ya un par de años, y hasta ahora, cuando tenemos algo que no queremos decir,  vamos al parque.

La veo en la cocina guardando cosas en el refrigerador, y no puedo evitar sentirme mal al verla. La ayudo a guardar todo.

Lo siento, por forzarte a contármelo.- Le digo rascándome mi mejilla, encima de estas marcas que tengo desde nacimiento.- No te obligaré a contármelo.

Me he enamorado…- Esas tres palabras nunca las he oído de los labios de mi madre… ¡¿Enamorada?! ¡¿De quién?!

¡Tú secreto es que te has enamorado!- Grito y ella se gira a mirarme con los tomates en sus manos y se ríe un poco de forma apenada.

Te he engañado y he salido con él en secreto.- ¿Quéééééé? No quiero creérmelo, esas salidas con sus amigas, todo mentira. Nunca me hubiese imaginado que estabas saliendo con alguien.

¿Está casado?- Es lo primero que le pregunto ella me mira sorprendida por mi deducción.- ¿Arruinaste su matrimonio, ttebayo?

¡No! Está divorciado.- Me explica deprisa poniendo la bolsa de tomates frente a mí para que la ayudara a hacer la cena. Yo me dispongo a lavarlos y a cortarlos, mientras ella va al frigorífico por más verdura.

¿Cómo os conocisteis?- Le pregunto curioso.- ¿Cuánto tiempo lleváis juntos?

Vino al restaurante de Rin…- Murmura, así que le atendió ella.- La primera vez que lo vi, le di sin querer un bandejazo en la cabeza. Él se puso hecho una furia, totalmente, recuerdo que me dijo de todo, y que haría que me despidieran, recuerdo que me puse a discutir con él por horas.

Que romántico…- Digo con ironía.

Pero al día siguiente volvió, y pidió un té.- Me explica troceando la lechuga, es un as cocinando. Una sonrisa enorme adorna su rostro, hace años que no la veo así.- Estaba tan nerviosa que le tire por encima el té.

¿Cómo puedes ser tan patosa?- Le pregunto negando con la cabeza.

Tú también lo eres, dame gracias por tus genes.- Dice victoriosa. Bueno, a ella en lo físico no me parezco en nada, me parezco más a Minato. Pero es cierto que de personalidad, al menos por lo que ella me ha contado, somos iguales.- Y así día tras día volvió, y siempre pasaba algo. La más graciosa fue cuando se dejó la cartera, quise devolvérsela y el agarre de la manga, estire tan fuerte que le partí su camisa, ¡Deberías haber visto su cara!

No sé cómo Rin no te despide.- Digo negando pero no puedo evitar imaginarme la situación. Ella se ríe a carcajadas y yo le acompaño.

Era amiga de tu padre.-Me sorprendo al saber eso, no lo sabía. Bueno tampoco me he imaginado nunca la vida de mi padre, ni se me paso por la cabeza que tuviese amigos.

Quiero conocerlo, pero lo acepto.- Porque nunca he visto a mi madre sonreír tanto desde la muerte de Minato. Ella para de cortar y me mira.

¿No estás enfadado ni en contra?- Me pregunta sorprendida, casi pareciera que yo soy un monstruo, haber es cierto que soy muy sobreprotector con  ella pero es porque de verdad la quiero y no quiero que vuelva  sufrir.

Si es tan bueno como dices, porque lo estaría. Suficiente paciencia se le ve al hombre, y contigo le va a hacer falta, ttebayo.- Me río y ella también, hoy casi parece un día mágico, repleto de felicidad.

Ella suelta todo y me abraza.

Naru… He quedado con él esta noche.- Vale eso ya es extraño la abrazo con más fuerza.

Antes de las 2 de la mañana te quiero aquí, y nada de toqueteos raros, si se quiere propasar…- Ella me interrumpe besándome la frente.

Lo sé, papi.- Bromea un poco, y es que en ocasiones pasa eso. Yo parezco su padre y ella mi hija adolescente.- Me vestiré muy sexy.

Ella siempre va arreglada y elegante con cualquier cosa.  Ella se saca el delantal y corre a arreglarse, yo sigo haciendo la cena pero esta vez con una sonrisa en los labios. No me había dado cuenta de que mamá volvía a salir con alguien. Desde que papá murió no la había visto tan feliz.

 

Después de cenar mi madre se fue, la acompañe hasta el portal de la casa. Se ve tan hermosa con ese vestido blanco ajustado, le beso la mejilla con cariño, mientras ella me besa a mí en la frente. Es una de sus manías.

La veo como se aleja feliz y guapa, todos los hombres que pasan a su lado se giran a mirarla.

Pero de nuevo esa inquietud en mi pecho. Es como si alguien nos estuviese observando, como un cuervo que observa a su presa. Busco con la mirada a ver si hay alguien alrededor mirándonos pero nada.

Vuelvo a casa y echo la llave.

 

 

Hoy me he levantado temprano, para variar. Después de comprobar que mi madre vino bien de su cita me preparé un desayuno delicioso y sano. Algo también raro en mí.

Las universidades hoy están vacías, y aunque no llueve hace un frío que cala hasta los huesos. Me ajusto la bufanda y suspiro viendo el vapor que sale de mis labios. Entro por un pasillo vacío de mi universidad, pero en la esquina hay alguien apoyado con los ojos cerrados y una sonrisa en sus labios.

Es el mismo chico de ayer, el hijo del director.

Pienso si girarme o no pero abre sus ojos negros y se enfocan en mí.

¿Has perdido algo?- No entiendo a qué se refiere, ¿A caso está siendo borde conmigo?

No sé de qué hablas.- Le contesto igual de borde, él se abre la chaqueta y saca algo de sus bolsillos, en las pelis ahora es cuando saca un arma. Doy un paso para atrás.

Para Sabaku No Gaara de Namizake Naruto. -Tiene la carta, es eso lo que ha sacado de su bolsillo. Mi cara se descompone un poco, pero intento volver a parecer indiferente, es más, me obligo a sonreírle amablemente.

Me acero a él sin quitar la sonrisa, él sonríe también. Venga Naruto unos pasos más y la carta será tuya…

Esa es mi carta, muchas gracias.-  Es una cabeza más alto que yo, y eso que es un año más pequeño. Intento coger mi carta, y digo intento porque el muy desgraciado al ver mis intenciones la levanto alto para que no pudiese llegar.

¿Por qué me agradeces, dobe?- Me ha insultado, este teme idiota me ha insultado y encima me sonríe de medio lado con un orgullo que me están dando ganas de bajar a golpes.- No seas dobe, no he madrugado tanto para darte tu carta.

¿Entonces qué demonios quieres, teme?- Le pregunto cruzándome de brazos perdiendo los papeles.

Te ordeno desde este momento que seas mío.- No puedo evitar sonrojarme por el comentario, pero me obligo a que se me pase.- Serás mi esclavo.- Mi mente se pone en blanco, ¿Habla en serio?

No tiene gracia, tu bromita, teme.- Le digo pegando un salto e intentando coger mi carta, pero no puedo.- Devuélvemela.

No creo que tu mente te deje entender la situación…- Las ganas de golpearle en ese níveo rostro, van en aumento.- Si yo hiciera copias de esta carta, y las dejase caer desde la azotea… Unas 1000 copias estaría bien, ¿Qué crees que pasaría?

De solo imaginármelo me da escalofríos. Sería la comidilla de la universidad durante toda mi carrera. No quiero ni puedo permitirlo, pero ¿Sería capaz de hacerlo? Seguramente sí.

Eres….- Aprieto los puños, frustrado, y él pone su mano sobre mis cabellos dorados, yo me aparto raudo. Parece que le hace gracia.

Soy Sasuke, estudio en el primer año de arte.-Me contesta y me coge de la muñeca con fuerza.- Y a partir de ahora soy tu dueño.

Tras decir eso comienzo a caminar tirando de mí, intento soltarme o al menos que apriete menos, pero nada. Sólo puedo dejarme llevar hasta donde me quiera llevar, lo peor que llevo es la incertidumbre. La incertidumbre de no saber por qué hace esto y que quiere de mí.

De todas formas, creo que este teme se ha equivocado de persona. No sabe lo que es extorsionar a un Namizake.

Ojo por ojo.

Y diente por diente.

Notas finales:

Gracias por su lectura, espero ansiosa sus comentarios. ^.^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).