Como todas las tardes, después de clase, Sasuke y Naruto pasaban a la escuela primaria de la ciudad a recoger a sus hermanos pequeños, era una gran coincidencia que ambos, mejores amigos tuvieran a sus hermanitos en la misma primaria, los cuales eran su adoración a más no poder y deseaban lo mejor para ellos, siempre.
-¡Hashirama! -Naruto llamó al menor, quien estaba con el hermano de Sasuke, quien también fue llamado por su hermano mayor. -Te veo entonces mañana en la escuela Sasuke. -Se despidió el rubio con singular alegría mientras tomaba la mochila de su hermano pequeño.
-Si nos vemos -Hizo un ademán con la mano a manera de despedida, restándole importancia- ¡Madara! ¡Se nos hace tarde nos vamos!
Mientras Naruto y Hashirama caminaban directo a casa, el menor se veía un poco inquieto, no paraba de jugar con sus manitas, Naruto presentía que era lo que pasaba y eso lo llenaba de orgullo, pero no diría nada si no hasta que su lindo hermanito dijera algo.
Cuando llegaron a casa, Hashirama subió a su habitación y no salió de ahí si no hasta la cena, Naruto no pudo evitar ver que sus manitas estaban llenas de colores y pegamento, le pidió que se lavara, el pelicafé solo pudo sonrojarse y obedecer a su hermano. Sus padres casi nunca se encontraban en casa, por lo que Naruto era niñera de tiempo completo y le encantaba cuidar de su hermano, pero presentía que hoy sería un día particularmente divertido.
-¿Algo que quieras compartir con la audiencia Hashi-chan? -Le sirvió su plato y el pequeño niño solo respingo por la pregunta. Naruto no puedo aguantar a que su hermanito hablara, tomaría semanas, quizá.
-¡NO! Es decir...es que…-El día de hoy se lo veía especialmente nervioso- ¿Si te digo prometes guardar el secreto y no decirle a mis papis? ¡No quiero que sepan nada!
-Te escucho. -Con una sonrisa, se sentó frente a él y comenzó a comer para después escucharlo atentamente.
-Es que yo quiero…-Guardó silencio un momento para pensar de nuevo lo que quería decir- Toda la tarde yo...me gustaría…-Movía sus dedos y hacia caras para tratar de expresarse- Quiero hacerle una carta a alguien muy muy especial para mi, pero tengo mucho miedo y nervios y...no se que hacer…-Por un momento bajó su cabeza y se le veia bastante deprimido.
-Hermano… -Se acercó lo suficiente sin importar los alimentos de la mesa, para tocar el hombro del pequeño. -Es algo muy lindo que lo hagas, y más si lo hiciste con tus manitas, eso es adorable Hashi y más cuando es para esa persona especial, apuesto a que lo apreciará y aceptara tus sentimientos, no dudes de ello, tu hermano mayor te lo dice.
-Si me gusta mucho -Se mordía un poco el labio inferior y sonreía abiertamente de solo pensarlo- Entonces me esforzaré más y le escribí diciéndole tooooodo lo que siento y cuaaaaanto me gusta.
-¡Así se habla pequeño Guerrero! -Chocaron palmas. -Ahora, apúrate a comer y subimos a adornar esa linda carta. ¿Qué te parece?
-¡Gracias! -Al instante empezó a comer un tanto rápido y si hacía mucho desorden pero estaba motivado por lo que iba a hacer y no tenía tiempo para pensar en ser limpio o comer mas o menos bien.
Cuando ambos acabaron subieron cuales liebres en el campo, hasta el cuarto de Hashirama, era verdad que se esforzaba, tenía un montón de papeles, hilos, diamantinas y pegamento por todo el suelo.
-Veo que ya estás terminando… -Tomó la carta de Hashirama, medianamente grande y cuando la quiso abrir, Hashirama al instante se lo impidió. - ¿Qué pasa?
-¡Por favor no la leas por favor, por favor, por favor! -Abrazo la carta un momento y la escondió a sus espaldas- Es que me da mucha pena, no lo leas tú, quiero que lea esto mañana.
-De acuerdo, de acuerdo… Pero creo que a la portada le hace falta algo. -Saco de su espalda mágicamente un bote lleno de diamantina rosa. -Esto… ¡Le fascinara! -Tomó la carta y en la portada dibujó un corazón de pegamento, para luego vaciar todo el bote sobre ella. -¡Será perfecta!
-....Pero es rosa…¿No crees que es mucha diamantina hermano?
-Mucha, nunca es suficiente Hashi-chan.
-Esta bien yo creo en ti, si tu me dices que le gustara ¡Entonces te creo! -Volvió a emocionarse de repente- No puedo esperar para que la vea.
Mientras tanto, simultáneamente, sucedía algo en la casa Uchiha.
-Hermano mayor… -Madara se asomaba por la puerta de Sasuke, quien usualmente, solía estudiar en su habitación y Madara no era de esos niños que fueran a buscarlo muy a menudo a menos de que fuera algo verdaderamente importante.
-Si buscas a Itachi, de nuevo, te recuerdo que aún no vuelve de su viaje a Europa.
-No, no seas tonto, ya sé que no volverá si no hasta en un buen rato… Quiero hablar contigo. -Chocaba sus dedos índices una y otra vez en señal de vergüenza.
-Debe ser importante para que vengas conmigo y te comportes asi -Dejó por un momento sus libros y apuntes para ponerle atención- ¿Que sucede?
-Pues es que yo… -Se acercó hasta él y ocultó su rostro en el pecho de su hermano mayor. Madara era un niño serio, muy inteligente pero a la vez demasiado sensible, pero en esos momentos prefería buscar a alguien que lo mimara un poco, la familia Uchiha no era muy afectuosa, casi siempre era muy rígida y los hijos Uchiha debían ser pulcramente perfectos, Sasuke era quien entendía más los sentimientos de Madara y por eso el pequeño buscaba a su hermano mayor. -Me gusta alguien… -Susurraba por debajo de las ropas de Sasuke.
-Así que ya estas en esa edad...muy bien -Lo apartó un poco para sentarlo en sus piernas- ¿Que es exactamente lo que te molesta de eso? No me sorprendería que muchas niñas ya están detrás de ti, yo fui igual a tu edad y lo mismo con Itachi, es algo que está en nuestros genes no es que me sorprenda mucho, se que pronto serás un rompecorazones como nosotros.
-Bueno, Sasuke-nii, realmente no sé si yo le gusto, pero esa persona que me gusta y me molesta, es que es realmente estúpida. -Bajo la mirada, Sasuke muy en el fondo pensaba en lo adorable que se veía su hermano sonrojado, se preguntó si él se vio igual cuando le pidió ayuda a Itachi.
-Lo primero que te aconsejo es que no le digas asi o quiza se sienta mal, a las personas no les gustan mucho los insultos. Si de verdad te gusta solo deja que ella se declare primero, si también le gustas tarde o temprano lo hará...es como si...no pudieran resistirse, entenderás mejor eso cuando crezcas -Sonreía para sí mismo recordando todas las veces que una chica se le había confesado- Tú no te preocupes, estoy completamente seguro de que también se muere por ti, y usualmente nosotros jamás nos equivocamos.
-Y… ¿Si, si? -Lo miraba con ojitos llorosos. -Odio sentirme así Sasuke-nii, no quiero volverme estúpido y tener malas calificaciones como esa persona. ¿se contagia? ¡Papá me mataría!
-Por suerte para nosotros no, no se contagia -Lo abrazo fuerte en esos momentos- Si me equivoco yo mismo te ayudare con todo eso, pero veras como tengo la razón y si le gustas, no tienes de qué angustiarte.
-Bueno… -Bajo de las piernas de su hermano. -Gracias Sasuke-nii, te dejo con tus estudios. -Sin más que decir se retiró, no tenía mucho más de qué hablar después de haber recibido tan buenos consejos de su hermano mayor, después de todo tenía experiencia en el amor ¿no? Pero una interrogante paso por su cabecita. Si a la gente no le gusta que la insulten. ¿Por qué siempre insulta a Naruto, como él a Hashirama?
Al día siguiente, Hashirama al salir de la escuela, se lanzó a los brazos de su hermano cantando y gritando: ¡Dijo que Si!
Naruto, no podía estar más orgulloso.
Y claro, paralelamente los hermanos Uchiha se encontraron y Sasuke veía como su pequeño hermano tenía una cara extraña y hacía muecas mientras veía una y otra vez una carta que claramente se veía como una confesión de amor en extremo cursi y con demasiada brillantina.Eso solo indicaba una cosa, tuvo razón todo el tiempo y esa niña se le había declarado.
Sasuke, no podía estar más orgulloso.
Al día siguiente pero esta vez en la preparatoria de Sasuke y Naruto, como siempre ambos amigos conversaban cosas triviales, cotidianas y de sus novias, pero no podía faltar el orgulloso hecho con sus hermanos.
-Ayer, mi hermano le entregó una carta a la niña que le gusta y esta le dijo que si. -Le contaba Naruto bastante sonriente. -A pesar de sus 8 años, ya siente esa hermosa chispa del amor.
-Es muy curioso que lo digas, mi hermanito ayer también tenía una confesión de amor, su primera confesión, asi como yo a su edad.
-¡Qué lindo, nuestros hermanos tienen buena racha! ¿Y qué decía la confesión?
-No voy a invadir su privacidad solo vi una carta increiblemente cursi con un enorme corazón con brillantes en la portada, en parte no me sorprende que mi hermano siempre se refiera a esa persona como “estupida”.
-Espera… -Naruto reparó en algo muy importante que dijo su compañero. -¿Corazón en la portada? ¿Qué color era?
-Rosa, como lo haría cualquier niña a esa edad.
-... -Naruto no daba crédito a lo que escuchaba. -Sasuke… Mi hermano entregó una carta… Con un corazón rosa… Yo sé lo hice…
-Vaya...eso significa que tienes el pensamiento de una niña pequeña jaja -Se burlaba tranquilamente Sasuke.
-Sasuke… -Tomó a su amigo por el hombro. -Vamos por los niños… -Sin pensarlo dos veces ambos se levantaron de su asiento, salieron corriendo hacia la escuela de sus hermanos rogando a todos los cielos, que no fuera lo que estaban pensando.
Cuando llegaron, ambos se quedaron con la boca bien abierta, encontraron a Hashirama lanzándose a los brazos de Madara y diciendo: “Te quiero Madara”. Seguido de un tierno beso en el cachete.