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Síndrome De Launch por Lawli Bemma

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Notas del fanfic:

Hola :D !!

Aqui les traigo esta idea nueva que tuve :3 se me ocurrio cuando vi de nuevo Dragon Ball cuando todos son pequeñitos, gorditos y bonitos :v vi a Launch y recorde que dejo de aparecer en la Z porque podría confundir al publico por la transformación en Super Sayajin u.u 

Y pues... de ahí mi imaginación se encargo de todo xD y es lo mismo aqui :3 solo deben imaginar a Kakarotto cuando esta en Super Sayajin *u* y a Goku.. pues normal xD

Eso es todo :3 en verdad espero les guste.

Notas del capitulo:

Este apenas es el prologo :3 para que entiendan mi idea porque creo que no me se explicar Dx y es bastante cortito lo siento u.u  los dialogos siempre los pongo junto a texto, cuando son varias personas hablando los simbolitos los diferencian -...- y "..." y estos son pensamientos o recuerdos ~...~ :D

a leer :D !!

Despertó malhumorado por la alarma y se apresuro a detener el escándalo apretando con cierto enojo el reloj de la mesita de noche a su lado, se talló los ojos para aclarar su visión y se estiro aun recostado intentando despejarse del sueño; miro a su lado y vio la cama vacía, suspiro entre aliviado y agobiado de saber lo que le esperaba, era fin de semana y debía hacer las debidas compras y limpieza de la casa, de lo contrario… muchas cosas podían pasar con tan solo una pizca de pimienta en la comida, con solo una pequeña nube de polvo Kakarotto podía pasar a ser Goku y viceversa, aquello no estaba mal, de hecho ya se había acostumbrado a sus cambios desde hacía un buen tiempo. Sin embargo, no podía negar que en los fines de semana prefería que fuera Goku quien tomara el control ya que de lo contrario Vegeta no saldría de la cama en todo el día.

Se burlo de sí mismo al pensar que un joven de 20 años que ya casi terminaba sus estudios debía hacer de ama de casa los fines de semana y casi siempre de cocinero, pero prefería eso a los problemas que podían dar los estornudos de cualquiera de los dos. Se levanto, tendió la cama y vistió unas ropas cómodas; se acerco a la puerta del baño y pudo escuchar el ruido de la regadera, toco levemente y sintió cierto alivio de escuchar el tono cantarín del azabache contestarle, -iré por las compras- aviso y se marcho sin esperar respuesta.

Se aproximo lo más rápido posible al auto y se marcho pensándose libre, condujo por unos minutos hasta llegar al centro comercial, estaciono y al entrar sacó una larga lista de todo lo que necesitaba mientras se adentraba en los largos pasillos de productos, listo para empezar a leer multitudes de etiquetas para asegurarse de que nada de lo que comprara contuviera algo que le diera alergia a cualquiera de los dos, una cosa era un estornudo, pero las alergias implicaban estornudos y cambios de personalidad constantes que terminaban por afectarlo más que la alergia en sí y debía evitar eso o pasaría el día dando mimos al azabache que como un niño pequeño pedía cuidados… o dependiendo del enojo que eso provocara en el rubio se despediría de sentarse. Palomeo unas cuantas cosas de la lista y avanzó con el carrito de compras a los alimentos, soltó un suspiro y miro a su alrededor, guardo la lista en su bolsillo para tener disponible ambas manos y comenzó a llenar su carro con montañas y montañas de comida.

La gente que realizaba sus compras se detenía a ver al joven tomar frutas, verduras, carne… de todo un mucho y sin esfuerzo alguno empujaba sus víveres lejos de ellos, algunos incluso miraban de lejos como abotargaba su carrito aun más con productos de limpieza y alguna que otra chuchería. Se acerco a la fila que vio más corta para la caja mientras vigilaba su montaña de productos cuidando que ninguno callera, se cruzo de brazos mostrando su ceño fruncido y espero su turno ignorando a la gente y sus miradas. Llego su turno y ocultó que le divertía ver al empleado de la caja y el empacador apurados con sus compras, cuando al fin terminaron con ellas y las colocaron de vuelta en el carrito, esta vez en bolsas, estiro su tarjeta de crédito.

En un instante sus compras tranquilas se alteraron completamente, su espalda se helo después de ver como el cajero le dedicaba una mirada poco propia de un empleado a un cliente y escucho tanto en su mente como en voz la pregunta “¿Qué demonios crees que miras?”, deseaba enormemente haber cometido el error de pensar en voz alta pero ese deseo desapareció cuando se giro y pudo ver como Kakarotto tomaba agresivamente del cuello al empleado. Se lanzo en su ayuda y apenas pudo evitar una estúpida pelea al separar a gritos al rubio del cajero que decidió terminar con el trámite de la tarjeta de crédito rápidamente y exigir que ambos se marcharan.

~Estupendo, otro centro comercial al que no puedo volver~, metía de mala gana sus compras al auto mientras ignoraba las palabras del oji celeste, cerró la cajuela de golpe y dio un portazo cuando entro al asiento del conductor, encendió el auto y casi no espero a que Kakarotto entrara al auto también con su gesto enojado, vio de reojo como sacaba algo de su pantalón y lo lanzaba frente al volante; -Tu “amiguita” ahora te manda regalos- maldijo de todas las formas que conocía al ver que se trataba de una tarjeta pero no una cualquiera, una que lo más probable es que hubiese llegado por correo junto a flores… polen… estúpidas flores y estúpida Bulma.

Camino de vuelta a casa intentaba analizar qué tan furioso se encontraba, prefirió mantener la vista al frente cuando vio una sonrisa llena de maldad por encima de su gesto de ira, ahora cada acción era decisiva y prefería tener cuidado en medio del trafico. Trago saliva con trabajo cuando a lo lejos pudo distinguir su casa, estaciono y rápidamente salió del auto comenzando a tomar varias bolsas que se apresuro a llevar dentro; apenas entrar a la cocina pudo ver las flores en el bote de la basura y prefirió ignorarlas e ir directo a las alacenas; apenas pudo dejar las bolsas encima de la estufa y abrir una de las alacenas de la pared cuando una mano la cerro con la misma fuerza que uso para tomarlo y empotrarlo contra la pared.

En segundos su camisa se quedo sin botones cuando Kakarotto tiro de ella para abrirse paso y Vegeta comenzó a despedirse de los sillones, paseo en bicicleta y en especial de la comodidad cuando poco después perdió algo más que los pantalones y sus piernas estaban tomadas fuertemente alrededor de la cintura del menor aun contra la fría pared.

-

 

Salió con trabajo de la tina cuando el agua paso de tibia a helarlo, con cuidado se vistió y en silencio salió del cuarto de baño esperando no encontrarse con Kakarotto, aunque si lo pensaba daba igual donde se lo encontrara, siempre serian los mismos resultados. Hizo caso al crujir de su estomago y bajo a preparar la comida; como si fuera un regalo, agradeció cuando pudo escuchar el ruido de la tele alcanzando a distinguir que se trataba de caricaturas, ~¡Goku!~, fue corriendo a la cocina y reprimió un grito cuando no vio las flores en el cesto, fue a la sala y vio con terror como Goku las acomodaba en la mesita frente a la tele.

-¡Hey! Vegeta ¿por qué has tirado unas flores tan lindas?- otro grito interno surgió cuando comenzó a sacudirlas para arreglarlas un poco y fue a arrebatárselas "¡Idiota! Sabes lo que te pasa con el polen", vio como Goku se reía y lo miraba de forma dulce, en verdad un día de estos moriría por su culpa –Por cierto ¿Dónde has estado? ¡Me estoy muriendo de hambre!- fue seguido por el crujido de ambos estómagos y el más alegre de los azabaches comenzó a reír mientras el otro se marchaba a la cocina con una sonrisa, metió las flores a una bolsa y las lanzó al cesto de basura, ya después se arreglaría con la peli azul.

No reprocho ni menciono nada de lo ocurrido, casi nunca lo hacía con “ninguno de los dos” ya que no se agradaban, a Kakarotto le desquiciaba su contrario y hasta donde sabía Kakarotto es lo único aparte de las inyecciones que Goku odia; prefería no decir nada o de lo contrario ambos enfermarían… si es que se podía aun más. Las lagunas mentales que ambos tenían eran perfectas para mantenerlos desconectados. Tomó algunas cosas de las bolsas que después ordenaría y comenzó con la comida; casi da un salto cuando sintió dos manos alrededor de sus caderas pero estas solo le acariciaban con delicadeza, además pudo sentir como Goku se agachaba un poco y hundía su rostro en su cabello en punta, aspirando su aroma. -¿Te ayudo en algo Vegeta?- se mostro aliviado y negó con la cabeza "Para nada, la última vez que me ayudaste terminamos pidiendo comida a domicilio y tirando tus rarezas" hizo un puchero y se acerco más.

-Mi sazón es exótico- se rió por lo bajo y continuo con su labor cuando Goku se marcho “Mejor ayúdame a poner la mesa”, solo cedió ante esa petición y luego continuo mirando la tele. Cuando al fin termino de hacer un banquete para dos lo llamo a comer haciendo uso de todas sus fuerzas para sentarse y no mostrar la incomodidad. Terminaron la comida y Goku arrastro a Vegeta al sillón a ver juntos la televisión, se resigno al saber que terminaría durmiéndose y el menor en lugar de cargarlo y llevarlo a la cama se acurrucaría con él a dormir de la misma forma; en cambio, se estremeció cuando a media película la mano de Goku comenzó a viajar por debajo de su ropa.

Inmediatamente vino a su mente cuando Goku paso toda una semana con un cubre bocas con el propósito de nunca más estornudar cuando descubrió marcas de rasguños en la espalda de Vegeta que él no había hecho sino “él”. No quería pasar por eso una vez más así que se relajo y se fue dejando hacer, después de todo si se atrevía a comparar, estar con Kakarotto era gozar en el infierno mientras que con Goku se llegaba al cielo.

Notas finales:

:D qué les parecio? >w< review? 

Gracias por leer (^u^)7 Saludos~


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