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Solo admitelo por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

holaaa...

gracias por la oportunidad, esta es la primera publicacion que hago. espero que que sea de su agrado.

disculpen por los errores de ortografia que podria tener.

los dejo leer.

 


Keith era un chico que, por lo general, pasaba desapercibido. Con su cabello castaño rojizo, sus anteojos negros y grandes, artefacto que yo considero horrendo, ya que oculta esos bellos y grandes ojos verdes. Pero la verdad es que se ven bien, en él. O eso creo.


Tiene rostro lindo, a mi parecer, aunque para las chicas no es nada llamativo, al igual que su constitución física; su altura, si no me equivoco: 1.70 cm; El color de su piel, bastante clara, y tiene unas cuantas pecas en sus mejillas, aunque no son muy visibles a menos que las veas de cerca.  Para muchos puede considerarse extraño, pero a mí me gustan sus caminos superiores, pues estos son más largos de lo normal.


Incluso yo pienso algunas veces que, Keith no es nada especial.


Pero aquí estoy, a tres mesas de distancia de él, en la cafetería, observándolo mientras conversa con su mejor amiga: Harriet, una chica rubia y de ojos negros, casi de la misma estatura que Keith.


Lo veo sonreír ampliamente, dar sorbos a su jugo de cajita, y volver a sonreír, mostrando sus caninos. Sonrió de lado, lo cual es bastante estúpido de mi parte, aun así, continuo observándolo. He tenido este pensamiento tonto varias veces, de que me gustaría ser Harriet, para que me sonría de esa forma.


—Cierra la boca, Alan, o te entraran moscas — me dice una voz femenina, a mi costado.


—Cállate, Jemma.


Volteo a verla con el entrecejo fruncido. Jemma, es una chica de cabello negro, largo hasta la cintura, de ojos café y piel clara, mi hermana menor, ella está en su primer año. A diferencia de mi y Keith, que estamos en el ultimo.


Yo soy Alan, un chico de cabello negro, el flequillo levemente hacia arriba; ojos color miel o dorados, como suene mejor; estatura casi llegando al metro ochenta; tez blanca, aunque no tanto como la de Keith. No es que presuma, pero mis pestañas son negras, pobladas y dobladas, según dice mi hermana, las pestañas ideales y que casi toda mujer desearía tener.


—Deberías solo decirle y ya, o el muy tonto no se dará cuenta nunca — sugiere Jemma.


—¿Decirle que cosa a quien? — cuestiona mi mejor amigo y compañero de clases.


—A nadie, Vincent — Él es un chico rubio de ojos azules, de mi estatura y tez blanca.


Esta recién tomando asiento en la mesa, en la que nos encontrábamos mi hermana y yo.


—Oh, ya comprendo — me da un golpe con su pie, en la espinilla, por debajo de la mesa, luego de girar y observar en la dirección en la que yo estaba viendo. Sonríe de lado.


Ruedo los ojos y suspiro. No es como si yo se los haya dicho, pero al parecer soy bastante obvio, así que ellos lo notaron por su cuenta. Por suerte, Vincent no es homofóbico. Pero no soporto las bromas que me hace, respecto a Keith, así como las insinuaciones sexuales. Aprecio que acepte que su mejor amigo este interesado en un chico, pero se pasa de mente abierta.


Con mi hermana, ella parece encantada de la vida, es una especie de fan de este tipo de relaciones, así que soy como su material de fantasía, lo cual es escalofriante, si me preguntan.


—No es como si estuviera desesperado — digo, pero la verdad, no estoy tan seguro.


—No te hagas el interesante, Al — bromea Vince —. Aunque yo creo que también le gustas.


Arqueo las cejas y luego lo observo con los ojos entrecerrados; ahí va de nuevo. Otra de sus historias locas, en donde Keith está totalmente enamorado de mí.


—No quiero saber, a que se deben tus creencias —. Digo, desvió la mirada de mi amigo y vuelvo a dirigirla hacia el chico que me desconcentra en los exámenes sorpresa del profesor Thomas.


—Oh, vamos — sonríe —. Esta vez hablo enserio — Me cruzo de brazos y lo observo, le hago un gesto para que continúe. Vince sonríe —. Lo he descubierto observándote en varias ocasiones, y también he visto que se molesta cuando Tamara, Marcel, Emily o Karen, te hablan.


Sonrió escandalosamente ante lo dicho por mi amigo, noto la mirada de Keith sobre mí, elevo los ojos, y lo confirmo, sonrió avergonzado. Desvió la vista y sacudo la cabeza, frunzo el entrecejo y clavo mis irises en Vince.


—Así que según tú, Keith se pone celoso de ellas ¿cierto? — Mi amigo rubio asiente — No seas idiota — digo —.  No es de ellas, es de mí. Todos saben que me odia, por tener la atención de las chicas de mi salón y que a él lo hagan a un lado. Si hasta se le declaro a Scarlet y lo rechazo diciendo que si fuera yo, con mucho gusto, pero con él jamás, ya que está feo.


—Uh si, cierto, ese día te reto a una pelea, a pesar de que tenía todas las de perder — Vince sonrió al recordar —. Te odia, amigo — se carcajeo.


—Ya cállate.


Ese recuerdo, es algo que quiero borrar de mi memoria completamente. Él dijo muchas cosas hirientes, y yo me deje llevar por la frustración y le di un puñetazo, mandándolo a la enfermería.


Keith y yo somos vecinos, así que nos conocemos desde pequeños. Cuando éramos unos renacuajos, todo estaba bien, pero, todo cambio cuando, Ingresamos al bachillerato. Según me dijo él, me odiaba porque yo siempre tenía que intentar obtener la atención de todos, a donde sea que vaya… cosa que es completamente ridícula. Keith tiene ese tipo de odio irracional y no perdía la oportunidad para expresarme cuan profundo y fuerte era dicho sentimiento.


Él cree que a mí me gusta ser el centro de atención y tener a todas las chicas, vueltas locas por mí. Que tontos pensamientos los que pasan por su rojiza cabecita.


Suspiro pesadamente y dejo caer mi rostro contra la mesa.


He intentado recordar, en qué momento comencé a fijarme en él de esta manera, pero no logro hacerlo. Todas mis compañeras hablan de que Keith no tiene ningún atractivo físico, pero yo no le encuentro sentido, porque si bien es cierto que me he obligado a creer eso mismo, simplemente me parece ridículo, ya que con solo verlo sonreír, me parece ver destellos y flores, flotando alrededor de él, y pienso que Keith realmente es muy lindo.


Me levanto de mi lugar, sin decirle a Jemma o Vince hacia donde me dirijo, creo que no hace falta, pues saben que si quiero despejar mi mente, iré a la azotea. Según tengo entendido, el profesor que imparte la siguiente clase, no pudo asistir hoy, por no sé qué asuntos. Así que es perfecto, porque no habrá nadie que me moleste por saltarme la hora.


Abro la puerta, he inmediatamente siento el frio viento chocar contra mi piel. Suspiro por… ya ni sé que numero de suspiro es.


Camino hasta el barandal, observo por unos segundos hacia abajo y luego me recuesto en el suelo. El cielo nublado. Me quedo observándolo por varios minutos, sin pensar en absolutamente nada, hasta que escucho sonar la campana, que indica que el receso ha finalizado. Cierro mis ojos y me relajo, será mejor que duerma un rato.


Escucho el chirrido de la puerta al ser abierta. Genial.


—Tú y tú jodido pasatiempo de joderme la vida — abro los ojos lentamente, ni siquiera voy a molestarme en observar al dueño de la voz, sé de sobra quien es.


—Si esa es tu forma de decirme que me vaya, Keith, no lo hare… yo estaba aquí primero.


Es cierto que me gusta, pero cuando se pone en ese plan, es bastante fastidioso. Según él, yo solo existo para joderle la existencia, al igual que sus planes, como en este caso, en el que obviamente, pensó lo mismo que yo y quiso pasar la hora libre, durmiendo un poco en la azotea.


Comprendo un poco su rencor hacia mí, pues cada chica que le ha interesado, al mostrado interés solo en mi persona y no en él… por ello, solo abría la boca para repetirme que me odiaba. Pero luego de que al fin se decidiera a declararse por primera vez a una chica, y esta lo rechazo, no ha vuelto a dirigirme la palabra, ni para insultarme, de eso ya son casi dos meses. Claro, hasta ahora.


Lo entiendo, si, pero eso no significa que no me parece estúpido.


—No es como si fuera a rogarte para que te vayas. Eso haría que te sientas muy importante.


Ruedo lo ojos. Si sigue así, me voy arrepentir de lo que provocaran sus palabras.


—Entonces ya vete y déjame tranquilo.


—Eso quisieras — lo escucho bufar —. De seguro quedaste con alguna de nuestras compañeras, para enrollarte con ella. ¿Quién es esta vez? ¿Elissa? ¿Kristen? ¿Jessica? Oh, espera, ya se. Es Cheryl ¿cierto? He escuchado que te gustan las peli-rojas.


Me sujeto los cabellos y tiro de ellos con fuerza, este idiota ya me tiene harto. Oh, pero ahora me va a escuchar. Me pongo de pie, frunzo el entrecejo y camino hacia él, observo como su expresión cambia. Parece tener miedo, cree que voy a golpearlo, oohh voy a hacer más que eso.


Gira y trata de ir hacia la puerta, la abre pero yo la empujo con mi mano y la cierro fuertemente.


—Escúchame bien, Keith — susurro en su oído. Me encuentro de pie, detrás de él, arrinconándolo con mi cuerpo contra la puerta —. Ya estoy harto de que seas tan idiota.


—Solo bromeaba — Ríe nervioso — no te lo tomes a mal — Él sabe perfectamente que ni en sus sueños más locos, podría ganarme en una pelea, y más, si peleo enserio.


—Se que piensas que solo quiero joderte la vida, pero para que te quede completamente claro… — continuo hablando en su oído —, No es así. No es mi culpa que Scarlet no te correspondiera, y definitivamente no es mi intención captar la atención de nuestras compañeras.


—Eres un mentiroso, si hasta disfrutas que todas te rodeen e inviten a hacer cosas obscenas — susurra.


—No lo disfruto… solo me gustaría que dejaran de estar como sanguijuelas, y me dejaran tranquilo, porque ninguna de ellas me interesa.


—Si seguro — dice con sarcasmo.


—Quien me interesa es alguien más — digo, mientras cuelo mi mano por debajo de su playera, y acaricio su piel. Siento como se tensa inmediatamente —. No me gusta ninguna de ellas, Keith, me gustas tú.


No le doy tiempo a responder, poso ambos manos sobre su cintura y lo giro, al tenerlo cara a cara, observo su sorpresa e incredulidad; sonrió para mí. Lo sujeto de las mejillas y lo obligo a acortar la distancia que hay entre nuestros labios, y lo beso.


Él se queda inmóvil, asimilando lo sucedido, luego reacciona y se resiste, posa sus manos en mi pecho e intenta alejarme; yo le muerdo el labio inferior, gime de dolor y abre su boca, aprovecho la oportunidad y cuelo mi lengua dentro de su cavidad.


Aunque es un beso forzado, me permito disfrutar de el por unos segundos.


Hasta que horrible dolor se instala en mi ingle, y me obliga a que me separe de Keith y me coloque que rodillas, sujetando mi entrepierna.


—¡Eres un maldito acosador! — grita, abre la puerta de la azotea con brusquedad, y sale corriendo hacia dentro del edificio. Por mi parte, yo me dejo caer completamente en el concreto, sin dejar de sujetarme mis partes…


Ese tonto patea fuerte.


 

Notas finales:

hola de nuevo!!!

muchas gracias por haber continuado con la lectura hasta aqui, ojala y les haya interesado continuar leyendo, yo espero que si.

pueden hacermelo saber en un review, tanto si si, como si no. yo acepto todas sus palabras.

nuevamente gracias por haber leido.

Matta ne.


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