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Juegos por Kuro Kaori

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Notas del fanfic:

Hola a todos XD 

Como prometí, aca otro fanfic MelloxNear

o ¿NearxMello? 

(Los personajes no me pertenecen, son obra de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. )

XD

Espero que les guste.

Notas del capitulo:

Primer capi...

Muuuuuuuuy cortito (como los demás TT.TT )

Ojalá les guste

Todo olía al chocolate tan característico que consumía Mello, tal vez, eso se debiese a que el muchacho lo sostenía del cuello de su camisa y no respetaba su espacio personal, o quizás, era porque cada vez que lo tenía cerca no podía prestar atención a otra cosa que no fuese él.

Nunca le había gustado el chocolate, pero cuando se trataba de cierto rubio lograba hacer una excepción. Mello, siempre lo era, a todas sus reglas. Podía decirse que a pesar de la tan declarada rivalidad entre ellos, a Near no le desagradaba él -para nada- y tampoco lo odiaba. Eran otras las cosas que dicho rubio le hacía sentir, cosas mucho más vergonzosas y que no se atrevería -nunca- a decir en voz alta. Por esa razón, no le miraba a los ojos, cada vez que lo hacía su rostro se enrojecía abochornándole. Prefería centrar su mirada en su cabello o si no, en su cuello cuyas venas se hacían más notorias al enojarse.

En fin... ¿Qué había estado diciendo? ¡Ah! sí... Estaba recordándole lo repelente que le resultaba cada vez que lo superaba en los exámenes. Se sintió patético al reconocer que esa era la única forma que tenía de llamar su atención. Mello lo repudiaba y eso provocaba un ligero escozor dentro de él, que no se iba con nada.

— ¿Podrías olvidarlo de una vez, Mello? Estudia más para la próxima ocasión- dijo con desinterés al instante en el que enroscaba un mechón de su cabello entre sus dedos. La tirantes de la camisa al ser estirada con fuerza por él, estaba comenzando a incomodarle, creando una pequeña sensación de ardor sobre la piel.

Sabía que no debía decir algo como eso, que solo le provocaba. Pero si era odio lo único que podía hacerle sentir a Mello, aceptaría con gusto lo que él tuviese para darle. Sus puños no dolían tanto como el frío que siempre sentía en su corazón.

Near suspiro y se levantó del piso.

Pasarían varios meses hasta que los nuevos exámenes llegaran y Mello volviese a hacerle caso. Por ahora, retornarían a ignorarse, aunque en realidad, su explosivo rival lo haría; él nunca podía pasar de largo su presencia, no desde qué se sentía de esa forma, atraído hacia todo lo que tuviese que ver con su impulsivo ser.

No recordaba del todo en qué momento comenzó a observarle. Mello siempre le había resultado interesante, por el simple hecho de que cada una de sus acciones eran impredecibles y porque jamás se dejaba manipular por sus juegos mentales. Era por eso, que nunca se había dado cuenta de que no solo le miraba por la simple curiosidad de comprender como era que funcionaba su tan intrincado cerebro ¿Qué mecanismos eran los que llevaban a una persona tan inteligente como él, a actuar como un imbécil? Lo único que respondía a aquella pregunta era su efusividad. Mello era todo sentimientos, todo emociones, que lo movían de un lado a otro, como si se tratase de una pequeña barca en un mar embravecido. Tan diferente a él, que cada vez que sentía algo lo reprimía de manera casi automática.

Pronto se halló a si mismo fascinado por cada una de sus reacciones, por cada uno de sus gestos. Hasta el punto de ser conocedor de que solo había una marca de chocolates que a Mello le gustaba consumir, que antes de dejarse llevar por sus tan afamados impulsos, su cabeza se ladeaba casi imperceptiblemente hacia la izquierda o que cada vez que estaba por reír sus ojos se achinaban de manera graciosa haciéndole ver como si se tratase de un niño travieso. Era consciente que el saber esos detalles era algo infructuoso, sin embargo, no podía evitar acumular cada nuevo descubrimiento, como si se le fuese la vida en ello.

Lo que sentía le resultaba demasiado difícil de controlar. Las sensaciones le desbordaban cada vez que lo tenía cerca y eso le molestaba; no era él quien manejaba su cuerpo ni siquiera sus propios pensamientos, era como si algún tipo de intruso se adueñase de cada una de sus funciones haciéndole actuar de manera ajena a su personalidad.  A veces, se preguntaba si así se sentiría Mello todo el tiempo.

Near avanzó hacía su habitación a asearse. La sangre había comenzado a resecarse y le causaba una comezón que estaba comenzando a resultarle molesta.

Notas finales:

¿Qué les pareció?

Voy a tratar de actualizar día de por medio (Espero lograrlo XD)

Muchas gracias por leer

Saludos n.n/


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