Le mire calmadamente sin una pisca de duda en mi mirada aunque era obvia mi vacilación, me levante lentamente de la mesa sin pronunciar palabra alguna, mi acción en si daba respuesta a su pregunta.
Si bien el hecho estaba, en que tal vez yo no sabía cómo responderle o no deseaba hacerlo. Pero antes de retirarme su voz profunda y burlona se escuchó.
— ¿Y bien?—pronuncio lentamente como en un siseo infernal o por lo menos me lo parecía
—No tengo nada que decir— por fin había podido formularlo aunque mi voz se escuchó molesta y mostraba lo incomodo que estaba, di media vuelta dispuesto salir del comedor lo más pronto posible, era un intento de dar por zancada la conversación y más específico evadir aquella pregunta.
—Te acobardas entonces— no era una pregunta sino una afirmación, le mire de reojo, levanto su copa con delicadeza y bebió del vino tinto que contenía, relamió sus labios y poso su mirada sobre mí, sus ojos penetrantes no se movían de mi figura, esto comenzó a ponerme nervioso, cerré mis ojos evitando su mirada, ahora pensaba que seguro aquel hombre no tenía ni un gramo de compasión dentro de sí.
Respire profundo intentando no ponerme más nervioso— pues, si— conteste en un leve susurro, para que mentía si él ya lo había descifrado o por lo menos tenía la impresión de que así era, mi miedo iba acrecentándose doblegando de a poco el orgullo que tenía.
Oí un gruñido de su parte en total disconformidad, supuse que esperaba una negativa para poder seguir burlándose.
— entonces no contestaras—abrí mis ojos al oír su silla deslizarse con suavidad sobre el piso, estando de pie me parecía más atemorizante, era muy alto por lo menos unos 30 centímetros más que yo , su piel blanca seguramente suave al tacto, cabello largo color dorado y labios hermosamente enmarcados en una sonrisa socarrona, un hombre bien parecido pero eso no evitaba sin duda que su expresión me diera miedo.
De apoco se acercó a donde yo estaba sus pasos no hacían mucho eco en el lugar donde estábamos, hace no mucho que nos habíamos quedado solos, causa de la actual situación. Comencé a caminar, más por miedo que por otra razón, algo dentro de mí me decía corre, aun puedes sin embargo esa voz calló cuando él me tomo de la mano.
—No te iras tan fácil, pequeño Pine tree— temblé ante la afirmación, de un momento a otro me arrojo contra la pared, solté un quejido adolorido había usado mucha fuerza y había dolido mucho, le mire asustado, yo sabía que era peligroso, sin duda, todos mi sentidos gritaban que estaba en problemas y debía correr tan fuerte y rápido como pudiera, quise gritar y llorar aunque aún no había razón para hacerlo.
Tomo mi cuello con suavidad en una caricia lenta que se convirtió en un agarre fuerte que por momentos me cortaba la respiración, sujete su mano en un intento desesperado por soltarme, esto parecía complacerle de una manera enfermiza que no entendía.
—necesito repetírtelo o ¿no?— sonrió altaneramente sabía que tenía el control de todo y eso lo complacía, se relamió los labios disfrutando de mi terror, inesperadamente me soltó y se apartó de mí , tome una bocanada de aire y tosí un poco, sobe mi cuello que ahora tenía unas marcas
— bien pasare esta vez que no contestes a mi pregunta— musito de manera calmada, mientras parecía contener la risa , le mire sin entender su comportamiento tan errático, uno segundos de silencio en los que de apoco respire normal —pero…— dijo, en ese momento un escalofrió me recorrió.
—encontraré la forma de divertirme contigo— en un parpadeo ya estaba junto a mi nuevamente , gemí por la sorpresa, retrocedí unos pasos instintivamente para después comenzar a correr, no me detendría, si llegaba a donde los otros invitados estaría medianamente a salvo.
Conseguí alejarme con rapidez pero no fue suficiente, mi cuerpo se estampó contra el lujoso piso de madera haciendo un ruido seco al tocarlo, me di la vuelta pues había caído boca abajo, pero después entendí que era un error, él estaba sobre mi riéndose como un niño pequeño que ha ganado un juego, sin embargo, no se veía inocente como uno, me removí intentando liberarme para poder salir de ahí , solo un poco más me dije intentando darme aliento pues sinceramente ya daba por perdida esta situación.
Mis cavilaciones fueron interrumpidas al sentir una húmeda y cálida lengua en mi cuello, me sorprendí, la acción me provoco una sensación de asco que solo hizo que con más fuerza intentara sacármelo de encima
— ¡Detente! — grite con toda mi fuerza, me arrepentía de verdad, no debí haberle provocado así me hubiera evitado aquella pregunta que visiblemente para mí era delicada, los rumores sobre él ahora parecían pequeños, intente gritar pero ni un ruido salió de mi garganta, seguí luchando por liberarm.
—sí, sigue peleando vamos, suplica, arrastra tu orgullo— musito alegremente como si entonara una canción.
Mis ojos comenzaban a ponerse acuosos, era como un niño enfrentando a un monstruo imponente del cual huir era casi imposible
—basta— rogué, al diablo el orgullo, solo quería irme —por favor—suplicaría si era necesario, no pude contener más las lágrimas, poco a poco se resbalaban por mi rostro, su mano acaricio levemente mis mejillas secando alguna de estas, se sentía cálido y comprensivo pero su expresión era lo contrario demostraba cuanto disfrutaba verme llorar y humillarme.
Su mano se coló dentro de mi ropa, acaricio mi pecho con extrema precaución, esto solo me ponía más nervioso y asustado, me removí lo más que pude pero no podía sacármelo de encima, él se recostó encima mío, tapando mi cuerpo con el suyo.
—pareces una doncella a punto de ser desvirgada— rio cerca de mi oído e hizo más presión con su cuerpo, pensé que me rompería algo.
—Por favor…— mi voz sonó como un ruego apenas audible, se separó de mi acomodo su ropa, me miro serio
—espero hayas aprendido, a tener respeto, Pine tree— se levantó y camino a donde deberían estar los demás invitados, me quede estático, pensé que era una broma, estábamos a unos pasos de los demás, ¿Por qué nadie oyó nada? Como si hubiera leído mi mente contesto
—magia— no sé si era una burla o era enserio.
Solloce un tanto aliviado por estar bien, el me miro sonriendo complacido por mi reacción, por un momento mire sus ojos ahora parecían de un rojo intenso, parpadee confundido pero estos tenían ese tono color miel normal en é
l—mejor es que te vayas— asentí, ahora solo quería ir a casa a dormir y no dar más importancia a esto pero... aquella pregunta sin responder, quedo rondando en mi cabeza— ¿porque?— eso salió de mis labios, simplemente me retire de ese lugar sinceramente no quería volver a toparme con Bill Cipher de nuevo.