Le era difícil confiar en los demás, desde que se había unido a la marina, ¿cómo podía siquiera pensar en confiar si su propio padre le había usado de rehén para escapar? En quien más confiaba aun si era un dictador había sido su padre más después de aquel incidente evitaba totalmente el relacionarse con las personas, su único amigo era el peli rosa, aunque no podía negar que llegaba a desconfiar al inicio, después de todo le había amenazado con matarle en una ocasión y parecía no guardar ningún tipo de rencor, ¿era eso posible?
Las semanas pasaban mientras el entrenamiento se volvía más duro con el tiempo, pensó en rendirse en más de una ocasión pero las palabras de aliento de su amigo le hacían desistir de irse, aquella amistad se volvió un poco rivalidad para superarse el uno al otro, le agradaba luchar a la par y contra el peli rosa, le había salvado de haber terminado siendo un corrupto como su padre o muerto a manos de este.
Tras comenzar el entrenamiento con el legendario héroe de la marina Garp se dio cuenta de lo persistente que era su compañero y amigo, se veía que nada ni nadie le impediría llegar a su meta y cumplir su sueño, no podía negar que envidiaba la determinación del otro, tener una meta clara y luchar en busca de conseguirla, por su parte no tenía un sueño en particular, quería ser un mejor marine que su padre pero ¿después qué? Nada, no se le ocurría nada, no veía un real futuro en aquel lugar, solamente ser un marine, no buscaba siquiera un gran cargo. El tiempo paso y pudo ver el crecimiento que ambos tenían ante cada batalla y entrenamiento, el peli rosa se veía diferente, físicamente pero también mentalmente, no le veía miedo como cuando le conoció, alguna vez hubo un poco de duda en su mirada pero era suprimida de inmediato, le molestaba un poco el que fuese tan cercano a las demás personas, parecía que hacer amigos era fácil a su lado, podía reír con cualquiera, no lo entendía pero aquello le hacía fruncir el ceño sin notarlo, quizás solo era egoísta y quería que Coby fuese solo amigo suyo.
Ya era capaz de usar las espadas curvas pero le faltaba mucho que aprender pero seguía ese vacío en su mente sobre porque meta hacer aquel esfuerzo, era pelear contra la nada, si te detenías perdías pero no había forma de ganar, su objetivo seguía sin estar ahí, sin existir como un huevo sin nada dentro, solamente la cascara vacía que promete un premio dentro sin tener nada realmente. La guerra en marineford le mostro que no estaban listos para nada, ni para pelear ni para proteger, eran unos niños rodeados de hombres fuertes y con experiencia, hasta parecían sobrar en aquel lugar, la primera vez que Helmeppo sintió preocupación por otra persona fue en ese lugar, ver a su amigo tendido en el suelo hizo entender cuál era su meta de ahora en adelante, mientras lo abrazaba en el suelo esperando que no tuviese ninguna herida grave se hizo una promesa a sí mismo, se volvería fuerte con el único objetivo de proteger a su amigo, nada le era más importante, tras la guerra Coby había despertado en haki por lo que estaba aún por delante de él, no podía permitirlo, le alegraba que fuese fuerte pero ¿si seguía siendo más débil que el peli rosa como podría siquiera pensar en protegerlo?
El entrenamiento se volvió algo fundamental y obligatorio para sí mismo, no más jugar o saltarse los labores, trabajaría duro, no para ser un almirante, no para subir de rango o ganar fama, lo haría para proteger lo que le era más importante en su vida.
---------narra Helmeppo---------
Estar con él era divertido, a veces discutíamos por pensar de manera diferente sobre una misma cosa, sin embargo eran discusiones fugaces, peleábamos y teníamos duelos pero nunca hubo enojo real o rencor, siempre me ayudaba con mis espadas o al menos al inicio, investigo para saber cómo darles un buen cuidado y mantenimiento, siempre hacia cosas por mí y ahora intentaba hacer lo mismo, cuidaría su espalda hasta el día en que ya no estuviera aquí pero me sentía preocupado por los extraños pensamientos que había tenido desde un tiempo, comenzaba a notar demasiado a mi compañero, cada expresión, cada cicatriz en su cuerpo…cada cambio que tenía no pasaba desapercibido por mí, había comenzado a tener algo de molestia por Luffy , siempre me hablaba de él y cuando había nuevas noticias que tuvieran que ver con su tripulación o con él siempre era el primero en ir a contarme.
-¡¡mira Helmeppo!! Luffy sigue con vida- me dijo feliz y casi en lágrimas cuando vio su foto en el periódico tras la guerra en marineford
-pues felicidades- respondí de mala gana, no era realmente mi intención, me sentía aliviado de que estuviese vivo pero al mismo tiempo me habría gustado que estuviera muerto
-¿ah? ¿Qué te pasa últimamente?-
-no me pasa nada…es solo que parece que te gusta mucho-
-bueno…eso es verdad, me gusta mucho- aquellas palabras me dejaron un tanto choqueado, sabía que eran amigos desde que lo rescato de unos piratas pero no sabía que era tan fuerte
-…entonces ¿porque no mejor te haces pirata y te vas con él? – un puñetazo llego a mi mejilla haciendo mi rostro girar antes de regresarle el golpe, había comenzado otra de nuestras habituales peleas, solo que esta vez no estaba jugando, me sentía herido y no entendía porque pero sabía que el peli rosa se había molestado en serio conmigo también, sabía cuál era su sueño y aun así le decía que fuese pirata, no paso mucho tiempo antes de que nos separaran
-¿porque te comportas de esa manera? ¿Acaso no somos amigos?- grito molesto y parecía que algo herido al preguntar lo ultimo
-…tu no entiendes nada- dije tajante antes de irme, no quería estar cerca suyo, me sentía frustrado, ¿porque no podían ser las cosas como al inicio? Siendo buenos amigos sin sensaciones raras de por medio… no estaba acostumbrado a sentir nada por nadie, quizás por mi padre sentía amor y respeto pero por otras personas nada, pase el resto del día entrenando con las espadas, callo la noche y sabía que debía volver a la habitación, misma que compartía con él… no, no podía, quería aclarar mi cabeza primero por lo que seguí entrenando hasta que mis brazos dejaron de responder correctamente, me senté en el suelo jadeando por el cansancio mientras veía como el sol comenzaba a salir
-Helmeppo…- di un leve brinco al escuchar aquella voz tan familiar y me puse de pie de inmediato –¿entrenaste toda la noche?- no respondí a lo que continuo hablando –sobre lo que paso ayer…me gustaría que habláramos, si hay algo que te molesta dímelo-
-…tú-
-¿eh? No te escuche bien-
-¡TÚ!- le grite mientras me giraba para mirarlo – ¡tú me molestas!-
-pero ¿porque? ¿Te hice algo?- me quede pensando, en realidad nunca me había echo algo malo, sin embargo ahí estaba culpándolo por mi confusión y frustración
-solo déjame solo…-
-¡no lo hare!- me tomo del brazo jalándome un poco hacia él – ¡eres mi amigo!-
-¡no quiero ser tu amigo!- dije sin pensar soltando su agarre para salir corriendo, no me quedaría a escuchar su respuesta y aquello era lo mejor, si me alejaba de él dejaría de sentirme extraño o al menos eso creía.
Los días pasaban y seguía evitando a toda costa el peli rosa, había pedido cambio de habitación pero me lo habían negado por lo que volvía muy tarde tras entrenar y no le dirigía la palabra aun si me preguntaba algo, creía que eso sería suficiente…pero no era así, me sentía mal, quería hablarle pero mi orgullo no me dejaba hacerlo, con el tiempo dejo de seguirme para buscar hablar conmigo, había perdido la oportunidad de hablarle con excusa de que no me dejaba de molestar, tenía que acercarme a él, sin embargo en lugar de eso estaba de nuevo fuera de noche, miraba el cielo mientras las nubes se amontonaban hasta dejar de las gotas comenzaran a caer, debía entrar pero no tenía ganas de hacer siquiera un esfuerzo
-oye…está lloviendo- escuche al peli rosa mas no respondí y me regañaba mentalmente por ello, ¿que no buscaba una oportunidad como esta para volver a hablar con él? -…no me ignores- hablo de nuevo esta vez tras de mi antes de sentarse a un lado mío – ¿realmente no quieres ser mi amigo?...aunque quisiera saber porque…-
-no lo entiendo bien…- suspire antes de mirarlo de reojo -pero creo que…me gustas…-
-también me gustas pero ¿porque no quieres ser mi amigo?- ¿cómo podía ser tan malditamente inocente?
-¡no “ese” tipo de gustar!- dije algo molesto antes de subir una de mis manos a su cabeza jalándolo para unir nuestros labios en un casto beso -…este tipo de gustar…- me puse de pie y me aleje, ya no había vuelta atrás, si le parecía desagradable que era lo más seguro entonces me iría de ahí, era marine para protegerle y si llegaba a odiarme no podría seguir a su lado aunque seguiría intentando protegerlo, una mano sujetando mi muñeca me detuvo
-… ¿desde cuándo?- no quería sin mirarlo pero tenía que dejar de huir ¿no es así? Me gire para encararlo
-no lo sé realmente…pero no puedo verte como solo un amigo-
-…y…yo no sé de ese tipo de cosas pero…- apretó mi muñeca mientras notaba como se sonrojaba -…n…no me desagrado lo que hiciste…quizás estoy siendo cruel al proponer esto… ¿te gustaría intentarlo?- me había quedado choqueado y sorprendido en sobremanera, ¿lo decía en serio?
-p…pero a ti te gusta Luffy-
-Me gusta como amigo…además lo admiro mucho por haberme salvado y ayudado a seguir mi sueño, en realidad por él fue que nos conocimos…pero no lo veo de manera romántica…- desvié la mirada mientras cubría mis ojos con una de mis manos, ¿había estado celoso todo este tiempo por nada? El solo pensar que estaba celoso me hacía sonrojar con fuerza y avergonzarme, ¿qué tan tonto podía llegar a ser?
-… ¿estas s…seguro? – Lo mire dudoso -c…como algo mas intentare b…b…besarte y eso…- casi me lamentaba el preguntarle, podía hacer que se arrepintiera pero quería estar seguro de que no lo hacía solo por mantener nuestra “amistad”
-¡estoy seguro y puedes b…b…besarme!- su voz temblaba aunque no tanto como lo hacían mis manos
-¿puedo hacerlo ahora?- pregunte bajo mientras subía mis manos a sus mejillas, asintió con la cabeza y cerró los ojos, trague saliva nervioso y me acerque para besarlo, apenas y toque sus labios y me aleje un poco solo para unirlos de nuevo, moví mis labios para tomar un ritmo pausado el cual correspondió el otro, un hormigueo crecía en mi pecho conforme pasaban los segundos hasta que sus manos sobre mi pecho me alejaron un poco rompiendo el contacto, acaso lo había odiado?
-haa… lo siento, no puedo respirar…- me miro antes de bajar la mirada –no soy bueno en esto…es mi primer…ya sabes…-
-el mío también- respondí en automático sin dejar de mirarlo a lo que solo alzo la mirada sonriendo, aquella sonrisa por la que había caído tiempo atrás, lo abrace con fuerza buscando esconder mi vergüenza y felicidad
-jeje me alegra ser el primero- soltó una risa mientras correspondía mi abrazo apretándome un poco
-a mi también- susurre mientras sonreía.
Fin