Capítulo 1
Convencimiento.
– ¿En serio es necesario?
Lavi está sentado en una silla de algún restaurante, mientras que va tomando el café que pidió, siente como esta conversación se va a poner incómoda, inconscientemente ve a Kanda, que está a su derecha, intentado hacer caso omiso a lo que acaba de oír. Aun así, con el poco interés que tienen ambos, Lenalee no hace más que endurecer la mirada, lista para reñirles.
– Claro que sí.
– Yo no lo veo necesario. ¿Tú lo ves necesario Yu?
– No, no es necesario, deja el tema Lenalee.
– ¡No, Kanda!, es muy necesario, ustedes dos están equivocados.
– Entonces, dime Lena ¿Por qué es necesario?
– Bueno, ¿Tú quieres a Kanda?
– Sí, lo quiero.
– ¿Tú lo amas?
– Em…
– Lavi…
– Ya, sí, sí, lo amo –acaba diciendo con algo de rubor en sus mejillas–.
– ¿Y tú Kanda amas a Lavi?
Hay un momento de silencio, donde Lenalee fija su mirada al japonés, Allen hace lo mismo y Lavi… él solo intenta no reír, aunque está interesado por la respuesta que va a dar Yu, pero parece que no va a ver ninguna, después de todo Kanda no responde a ese tipo de preguntas a pesar que él insiste casi cada día para que le dé una respuesta. Conoce a Kanda, así que no le culpa, aun así no hace nada para detener la insistencia que da Lenalee.
– Kanda…
– ¿Por qué tengo que responder?
Lenalee se enoja, ya que por el momento no hay respuesta y ella quiere una, así que solo se queda viendo al azabache, sin querer perderle de vista.
– Porque es importante, ahora responde, por favor o si no voy a tener que preguntarle a Tiedoll.
– ¡¿Y ese imbécil qué tiene que ver con mi respuesta?!
– Tú no quieres responder –argumento ella– así que no tendré otra opción más que llamar a Tiedoll.
Kanda sabe que Lenalee tiene celular y así mismo el número del hombre que le adopto, además que con la mirada de la chica, está seguro que ella está dispuesta a hacerlo. Solo se le ocurre maldecir en su mente por un rato, maldiciendo al francés, un poco a la china y otro poco al pelirrojo, ya que este no hace más que tomar su estúpido café.
Pasa unos cuantos minutos, en donde el silencio abunda en la mesa, cuando Lenalee se está por rendir o Lavi se está por aburrir del silencio y estaría listo para intervenir, es cuando Kanda solo señala que se vaya Moyashi, lo que significa que está cerca de una respuesta. Allen se va de mala manera, ya que tanto Lenalee como Lavi le insisten de irse. Luego que se fue el estorbo, hubo otros minutos de silencio… el pelirrojo piensa que es una pérdida de tiempo, que no va a ver nada, así que vuelve a tomar su café, Lenalee desvía un rato la mirada para ver donde esta Allen, mientras que sus manos sacan su celular, con el simple propósito de ver la hora.
– Sí… –es un pequeño susurro, parece que nadie lo escucha, así que solo desvía la mirada, sabe que se ha vuelto colorado– lo… amo.
Lavi sonríe mientras toma su café, Lenalee no lo ha escuchado.
– Oh, Lena, deja en paz a Yu, él solo ama a Alma y a mí –acerca a Kanda poniendo su brazo alrededor de sus hombros– Me amas ¿cierto? –el rubor en las mejillas de Kanda aumenta y solo desvía la mirada–.
– Ya cállate idiota –es lo que responde y luego se enoja con Lavi, ya que a éste recién se le ocurre intervenir, solo desea que no haya escuchado lo que hace poco dijo–.
La china pestañea un poco intentando asimilarlo, ya que estaba distraída y por un momento se le olvida de que hablan, así que para asimilarlo y pensar un poco, toma tiempo haciéndole señales a Allen para que regrese.
– Bueno –dijo ella, ya entendiendo lo que pasa– ambos se aman y han estado juntos por cinco años… ¿Así que no creen que es hora de pasar a otro plano?
– No –niega Lavi– Mira Lena, porque tú has estado saliendo con Allen por tres años y ahora están por casarse, no significa que yo y Yu seamos iguales a ti.
– No digo que se casen, solo digo que vean la posibilidad de hacerlo, porque Lavi ustedes no nos dijeron cuando empezaron a salir hasta que les descubrí… –Lenalee se pune roja, mientras que Lavi y Kanda solo desvían la mirada– tú entiendes, así que al menos yo quiero saber si va a pasar algo así.
– No Lena, lo que quieres es vernos casados, ya que temes que Yu se quede soltero hasta su muerte y que yo no tome una relación en serio, ¿verdad?
– No –niega a pesar que Lavi le leyó completamente– no es cierto, solo… ya sabes, quiero verlos felices.
– Aja, sí claro Lena, ahora dime… ¿Qué hay de bueno en el matrimonio?, es solo un título dado por la sociedad, en donde ahora un persona es legalmente tuya y si pasa algo para que termine la unión, puedes tú quitarle a la otra persona la mitad de sus cosas, además que con las relaciones de largo plazo, en muchas ocasiones se muere la chispa y se muere el matrimonio, así que viene luego las infidelidades, peleas y demás. La verdad Lena, yo no veo lo bueno que hay en el matrimonio.
Acaba de hablar y luego nota que ya no queda más café en la taza, vuelve a ver a Lenalee que parece no saber qué hacer, si enojarse o aceptar lo que él dijo, ella parece poyarse en Allen, ya que lo ve intentando hacer que él le dé una respuesta, el albino tampoco sabe qué hacer, pero después de un momento, el chico suspira.
– ¿Lavi no crees que exageras las cosas?, haces ver al matrimonio como si fuera algo feo, pero en verdad es una cosa muy bonita, ya que ambas personas se quieren mucho y quieren vivir una vida juntos desde el momento en que se casa hasta que se mueren. En el mismo matrimonio no un “tuyo” o “mío”, ya que ahora es un “nuestro”, no debe haber secretos y tampoco hay que desconfiar en la otro persona, es la unión de las dos personas que se aman y si se separan, es porque así lo quiso Dios.
Lavi lo ve, por un momento piensa que Allen es muy obstinaste y estúpido, tal vez por eso quiere casarse con Lenalee; luego ve a la chica, que parece que ahora está decidida con eso de casarse y hacerlos casar, así que solo suspira, pensando que ahora viene la verdadera charla de casarse.
– Tú eres muy optimista Allen, lo único bueno de casarse es que puedes acostarte con tu pareja sin que lo vean malo. Yo lo sé Allen, sé que quieres casarte solo por la noche de bodas ¿cierto?
– ¡No! –exclama totalmente rojo–.
– ¿Entonces por eso no quieres casarte Lavi? –interrumpió la china–.
– ¿De qué hablas Lena?
– Tú dices que lo único bueno del matrimonio es que puedes... hacer el amor ¿cierto? –Lavi traga saliva sabiendo a lo que quiere llegar– así que no quieres casarte porque eso ya lo hiciste, digo, lo haces con Kanda.
– Ese no es el punto –agrega el pelirrojo algo incómodo– Además dije que lo único bueno era que no lo ven malo, pero cuando tú nos viste, era la peor cosa del mundo. Y sigo recalcando que ni yo ni Yu vemos que es necesario casarnos o algo así, entonces Lena ¿Nos dejas en paz con ese tema?
– ¿Pero no creen que sería bonito vivir juntos en una casa?
– Em… Lena… tú no sabes donde vivo ¿cierto?
La chica abre grandes los ojos, al igual que Allen. Kanda prefiere hacer como si ahí, no existiera él.
– ¿Vives con Kanda?
No hay respuesta, solo una sonrisa pícara de Lavi.
– ¿Desde cuándo?, ¿Cómo sucedió eso?
– ¿Cómo Bakanda lo acepto?
– Bueno… técnicamente Yu propuso la idea.
Kanda le da un codazo al pelirrojo, para indicar que se callara, mientras que les dejan impactados a Lenalee y Allen. Lavi sonríe un poco más y susurra un “ups” que solo es escuchado por Kanda, el japonés revuelve los ojos algo molesto, sabiendo que el parchado es muy boca suelta para su gusto de él o de cualquiera.
– ¿Cómo? –Allen se sobresalta–.
– ¿Qué pasó?
– Nada, nada –agita la mano– no hagan caso chicos. Yo fui el que insistió para ir a su casa ¿Verdad Yu?
– Imbécil.
– Eh, no ayudas –le susurra en el oído–.
– Y tú tampoco, boca suelta.
Lavi hace una mueca medio molesta, pero ahí mismo se da cuenta que aun las miradas de los otros dos, están fijas en él y en Kanda, solo sonríe.
– No, Lavi, ¿Cómo que Kanda te propuso la idea?
– Em… dejemos eso, ¿No que hablábamos del matrimonio?, ¿Cuánto falta para el suyo?, ¿Tres semanas?, yo creo que deberías estar pensando en eso, y no en mí y en Yu.
Ella suspira, sabe que Lavi no quiere tocar el tema, que no le va a decir más de lo que le dijo, así que antes que se pierda el tema, ella solo dice:
– ¿Alguna vez te pusiste celoso Lavi?
– ¿Y a qué viene eso Lena?, quieres decir que ahora mismo sientes celos o acaso…
– Solo responde Lavi.
– Bueno, aquí está la respuesta clara: no. Creo que ya debería decirte que… mi relación con Yu no es como la tuya con Allen, tú, Lena, sabes mejor que nadie que a mí me cuesta mucho mantenerme fiel, así que yo y Yu tenemos una relación… abierta, en donde no importa si yo voy a acostarme con una chica, mientras que no tenga nada fuerte con ella, Yu lo acepta y por si alguna razón a Yu le gusta una persona y quiere tener algo con él/ella, yo también lo acepto, aunque esa opción no creo que sea muy posible, a menos que Alma vuelva a la vida. De igual manera, es así, por eso yo no siento celos y Yu tampoco los siente.
Kanda revuelve los ojos, piensa que a pesar de lo que dijo Lavi es cierto, eso de no tener celos no era algo que en la práctica fuera totalmente… verdad, al menos de parte del pelirrojo, ya que él nunca sintió celos.
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No está con el pelirrojo o al menos en ese momento no lo está, él camina hacia su casa con la típica actitud dominante de tiene su caminar, pero antes de siquiera poder ver el edificio donde vive, escucha una voz, algo similar por cierto, era un simple “hola Kanda” que se notaba la sorpresa y algo de felicidad en el hablante. Voltea para ver quién es y se encuentra con la sonrisa algo picara que tiene Deisya, él solo suspiro en su interior, ya que ver a su hermano adoptivo significa que su “padre” está en la cuidad. Se sorprende de no ver a Froi por ahí.
– Deisya, ¿Qué haces aquí?
– ¿Así tratas a tu hermano?, oh, hombre, tú nunca cambias.
Revuelve los ojos, cansado de esto.
– ¿Por qué estás aquí?
– Por nada, solo pasaba por aquí, no me esperaba encontrarte, así que no te preocupes, Tiedoll hoy no va a ir a visitarte.
Barry pone su mano en el hombro de Kanda, puesto que él está acostumbrado a hacerlo para molestar al japonés, sabe que a su hermano no le agrada el contacto físico, pero Kanda no hace nada, no se molesta por el tacto, puesto que está algo feliz porque Tiedoll no molestara por ese día, así que parece algo aliviado y deja que el contacto siga por un rato más.
– ¿De qué hablan? –viene otra voz, era más feliz–.
Ve a Lavi que aparece de la nada, él sonríe y pone sus manos en los hombros de Kanda y Deisya.
– Hola, yo soy Lavi, el novio de Yu.
Kanda abre los ojos de inmediato, se sorprende, ya que nunca antes el pelirrojo se había presentado así, además que Kanda había especificado de mantener su relación en secreto de su familia, sobretodo de Tiedoll, sabe que si alguien se entera… si Tiedoll se entera, va a ser un dolor de cabeza. Así que luego de su sorpresa viene el enojo, aunque sabe que el conejo no conoce a Barry y así mismo no puede culparle totalmente. Bota ambas manos que estaban en sus hombros y ve al pelirrojo que aún sigue sonriendo. Puede preguntarse qué es lo que le sucede al idiota esta vez.
– ¿El novio de “Yu”?, bah, y yo que recién me entero –Barry parece sorprendido, divertido y algo… algo le dice que esto va a acabar mal– oh, bueno, Lavi, yo soy Deisya, el hermano adoptivo de Kanda.
Al fin el conejo se da cuenta de su error, solo parece algo pálido y nota la mirada fría –enojada– que da el azabache. Lavi sonríe más, sabiendo que al llegar al piso en donde viven, ambos van a tener que hablar de esto.
– Oh…, el hermano de Yu, es un gusto conocerte.
– No, el gusto es mío, dime… ¿Desde cuándo sales con mi hermano?
Ríe un poco, algo nervioso. Kanda no hace nada, solo intenta no matar a Lavi.
– No, eso es mentira, solo soy su amigo, pero me gusta molestarlo así, ¿Verdad Yu?
– Tú, tan imbécil como siempre, vuelves a hacer eso y te corto la cabeza.
Parece que lo cree Barry, ya que ríe con Lavi. De igual manera, Kanda no está satisfecho con este resultado, ha creado una duda y eso es suficiente para que Tiedoll haga un lío. Después de eso, Deisya se va, diciendo que iba tarde a un partido, Lavi se despide, Kanda no dice nada.
Cuando llegan al lugar en donde viven, Kanda se enoja, Lavi sabe que esto es por su descuido.
– ¿Por qué te presentaste así?
La voz de Kanda se nota enojada, el pelirrojo no contesta de inmediato, ya que no tiene una respuesta clara.
– No lo sé… –habla despreocupado, pero luego sonríe un poco más de lo normal– solo lo hice y lo siento, no sabía que era tu hermano –levanta las manos– nunca más va a suceder.
A pesar que Lavi es un gran mentiroso, Kanda lo conoce lo suficiente para saber cuándo miente y en ese momento lo estaba haciendo, así que solo frunce el ceño y le manda al diablo, sabe que Lavi no le dirá la verdad del por qué de su actitud rara.
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Después de recordar lo que había pasado hace una semana, solo gruñe despacio. Lo que no sabe es que Lavi es el único que escucha ese gruñido, el pelirrojo quiere reír, ya que parece que Kanda piensa que él ha tenía celos y eso es mentira… mentira, el único que tuve celos fue Kanda, él nunca.
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La chica es bonita, le habían roto el corazón muchas veces así que ella cae fácilmente con algunas palabras bonitas y promesas falsas, el pelirrojo para comenzar con lo quiso desde un principio, le roba un beso que ella acepta gustosa. En medio del beso él abre los ojos, solo para ver de nuevo a la chica que besa, ahí, justo ahí, puede ver una figura que los ve, algo impactado y medio asqueado, aquella figura se queda viéndoles por lo menos unos segundos, Lavi no puede decir quién es, solo piensa que es algún mirón que no tiene mejor cosa que hacer más que verlos besarse, pero una vez que esa persona decide irse y pasa muy cerca de ellos, nota dos cosas, una: que el tipo está cerrando los ojos, dos: esa persona es Kanda.
Casi de inmediato tiene ganas de seguirle, no sabe por qué, pero piensa que Kanda está molesto. La chica se da cuenta que el pelirrojo deja de corresponder y solo se queda sin moverse, se aleja de él y lo ve por un rato, pregunta qué le pasa; Lavi no sabe qué decir, no sabe qué hacer, puesto que Kanda estaba molesto… pero luego de quedarse callado por un rato, sonríe y piensa que eso es su imaginación, después de todo no cree que Kanda puede enojarse con él por algo así.
Después de acostarse con la chica y dejarla sola, Lavi regresa a donde vive con Kanda, al estar en la puerta se da cuenta que de nuevo se le había olvidado las llaves, así que la toca intentando hacer que Kanda lo escuche. Pero parece que Kanda no está o que no quiere abrir la puerta, así que él solo suspira y va donde el conserje del lugar, para que le preste la llave de repuesto. Él anciano conoce a Lavi, así que solo ríe y le entrega la llave sin ningún problema.
Una vez adentro, se encuentra con Kanda recostado en la cama, con la mirada fría, por lo que indica que no quería abrirle. El parchado se acerca, el azabache parece molesto, no sabe por qué.
– Hola Yu… ¿Pasa algo?, he estado tocando la puerta por un largo tiempo… ¿No me escuchaste?
Kanda no responde, lo único que hace es ponerse de pie y pasar cerca de Lavi, sin siquiera darle importancia a su existencia. El pelirrojo se siente muy confundido, a lo que recuerda no había hecho nada malo, así que… solo lo sigue para tener alguna aclaración.
– ¿Estás enojado? –de nuevo no hay respuesta– Yu, joder, al menos responde algo.
– No.
La voz de Kanda es más áspera de lo normal, parece que ahora si estaba molesto… aun así, no sabe por qué.
– ¿Me puedes decir… qué es lo que niegas?
– No estoy molesto.
Yu es un caso grave, puesto que es muy evidente el enojo que tiene, pero como es… Yu, lo va a negar hasta su muerte. Lavi está algo cansado, siente como esta charla no lleva a nada y antes que el japonés decida volver a ignorar su existencia, decide agarrarle de la mano, evitando que se vaya a la cocina.
– Bien… lo siento, sé que estás enojado, pero si hice algo malo… lo siento.
El azabache se suelta del agarre, parece más molesto que antes.
– Yu me estoy cansado, si estas molesto al menos habla, grítame, no sé, haz algo, pero no te quedes callado.
Los ojos azules lo ven por un rato… ahí Lavi recuerda que ayer, Kanda le había encontrado con aquella chica y que ahora que lo pensaba, desde ese momento que lo siente molesto, por un rato no cree posible que este molesto con eso, ya que hicieron un trato en donde no pueden tener… celos. Intenta negarlo, pero no puede evitar pensarlo. Vuelve a la realidad cuando escucha un leve suspiro dado por Kanda.
– Tsk, no estoy molesto, estoy cansado de abrirte siempre la puerta, no entiendo como no llevas tus llaves si dices que tienes memoria fotográfica.
De nuevo piensa que es imposible, pero nota el pequeño aun notable enojo que tiene el azabache, aun así decide seguirle con el juego y solo ríe.
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Solo suspira un poco, ya que ese recuerdo de dos semana atrás aun lo sigue, ahora está seguro que eso eran celos, de igual manera no piensa decir eso a Lenalee. La chica que está enfrente de él lo mira por un rato, ella está enojada y Lavi, que por un momento divago, piensa que Lenalee y Kanda se parecen mucho, ya que justo ahora, no sabe de qué estaba molesta la chica.
– ¿Una relación abierta?
Tanto Kanda como Lavi tragan saliva, no es porque le tienen miedo, solo es auto-reflejo, ya que esa pregunta… era obvio que Lenalee se molestó y mucho, además que gracias a eso ambos serían gravemente reñidos.
– ¡¿Entonces no se toman su relación en serio?! –ella grita, olvidándose que se encuentran en un lugar público–.
– No es eso lo que quiero decir Lena, así que… ¿Podrías bajar el volumen de tu voz?
– ¡No!, esto es inaceptable, ¡¿Kanda cómo puedes estar tan tranquilo con eso?! eso quiere decir que Lavi te va poniendo los cuernos cuantas veces quiera y para colmo tú debes aceptarlo. Estoy segura que no se han puesto de acuerdo, si no que tu Lavi… tú –Lavi está listo para escuchar el grito de Lenalee, pero ella se contiene, porque Allen se acerca y la calma lo suficiente para que su reñida, sea en… algo parecido a voz baja– tú eres el colmo, Lavi me has decepcionado… pensé que… en serio querías a Kanda, pero parece que simplemente lo ves como un juego.
Antes que siquiera Lavi pueda articular alguna palabra, Lenalee decide que es hora de irse, agarra a Allen de la mano y se lo lleva, dejando así solos al pelirrojo y al azabache. Ambos sienten esa aura incómoda, el silencio abundante y… Lavi ríe, intenta hacer que todo esté mejor, menos incómodo; lo único que consigue es la mirada de Yu.
– Vaya… Lena está muy molesta.
– Es tú culpa.
– ¿Qué?, ¿Por qué?
– Tú le contaste acerca de… tú sabes.
– Ah, pero eso fue para que nos dejara en paz, ¿Acaso querías que Lena nos obligara a casarnos?
– No, pero ahora ella está molesta, sabes que eso va a ser peor que su intento vano.
Lavi suspira, de alguna manera… Kanda tiene razón.