Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Susurro De las Almas Enlazadas por Stig Al-sayf

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bien aqui Espero que ya este leido Malos Despertares y paso a explicar que hare lo posible por sacar esta historia adelante. quiero crear un universo por no decir varios. pero un paso a la vez. Pues quien quiere mejorar escribiendo tiene que escribir.

 

Me tomare el tiempo para cada capitulo. pero la idea es hacer capitulos largos cada mes. es mi proyecto y mi placer.

 

Notas del capitulo:

Naruto no es mio

Al ser invierno era lógico que hubiera nieve por todas partes, que no importaba cuan gruesos eran sus guantes, al final terminaría con la sensación de entumecimiento y húmeda. El caminar era difícil pese a que la zona por donde se encontraba era la que menos tenia nieve.

No podía llevar en su tarea más que unos segundos, si no tenía la munición suficiente y a mano el resultado final sería una derrota que no se podía permitir. En el poco tiempo que había estado en ambos bandos, había luchado valientemente y perdido épicamente.

Una pequeña cobertura de nieve era su escudo, su fortaleza, cada vez faltaba menos. El silencio era la cuenta atrás, el sol se mostraba débilmente entre las gruesas nubes, no había viento y no muy lejos podía ver el espeso principio del bosque.

— ¿crees que tu hombro resistirá Minato?

—solo una vez más, además si le dejo quieto perdería movimiento ¿y tú estás preparado?

El hombre a su lado asintió, aquel hombre no hablaba demás. Sus palabras tendían a ser precisas para cada situación. para el resto del tiempo considera que los gestos y el tacto le eran más que suficientes para comunicarse. Así que Minato sintió como su mano enguantada era envuelta por el calor de la mano de Fugaku y no tardo en retirar su mano mientras volteaba su rostro lejos de aquella sonrisa arrogante.

—venga estamos a unos segundos de enfrentarnos al peligro, lo mínimo que podemos hacer como lo seres que somos es besarnos o dejar una promesa de “Fugaku si ganamos nos besaremos”

Minato sentio sus mejillas arder más allá del frio. Movió un poco su hombro izquierdo que aún le faltaba mucho por sanar pero iba por buen camino, lo que no parecía ir por ningún camino era la actitud de Fugaku. No sabía ni por donde comenzar a explicar el comportamiento de ambos en aquellos momentos de intimida. Minato parecía olvidar con frecuencia que el Uchiha era peligroso, que el mismo era un peligro. Pero nunca se había sentido tan seguro y desde hace mucho no se divertía y era feliz porque había nieve.

—no creo que este sea el momento.

—Perderemos.

Por otro lado la mayoría de las veces Minato solo quería darle un golpe a Fugaku por manipulador, por ser tan él.

—si ganamos hago de postre manzanas acarameladas.

—Ganaremos.

Minato había comprendido rápidamente que una forma fácil de logar que el Uchiha hiciera lo que él quería, tenía que ver con la mención de comida.

Para cuando Minato se percató que al final había terminado cogido de la mano con Fugaku, el grito de guerra estallo.

—si perdemos es tu culpa Uchiha.

Y sin decir nada mas Minato tomo dos bolas de nieve y salió de su cubierta para darle de lleno en la cara a Kakashi quien cayó al instante soltando una que otra maldición, acompañado con un pequeño grito de triunfo de Minato. Al instante varias bolas de nieve salieron disparadas en su dirección y pese a que logró esquivar la mayoría con gran rapidez, dos certeras bolas de nieve le dieron en el pecho. La guerra de bolas de nieve era cruel y más cuando tu propio hijo reía sin parar mientras te cubría la cabeza con nieve.

Itachi llego corriendo al lugar donde estaba tendido Minato mientras que Sasuke siguió de largo hacia la cercana fortaleza.

— ¿estás bien Minato?

Pregunto el joven mientras retiraba un poco de nieve del rostro del adulto.

—el frío congela de a poco mi herido orgullo.

Riendo Itachi volvió a correr hacia donde estaba su hermanito, quien miraba rápidamente en todas direcciones.

— ¿nada de papá?

—Escapo.

Ambos niños con grandes bolas de nieve en sus manos volvieron a correr a su base. Itachi había tenido un mal presentimiento desde que su padre había formado los últimos equipos. Cuatro contra dos era una locura pero su padre era un jugador táctico temible, lo cual quedo demostrado cuando alcanzo a ver Jiraiya en el suelo con una gran bola de nieve estampada en la cara. Segundos después tres certeras bolas le impactaron haciéndole resbalar en la nieve. La tercera no fue lanzada en su dirección sino en la de Sasuke, como hermano mayor nunca se perdonaría no proteger a su hermanito. Sasuke por su parte seguía con una bola de nieve en la mano, pero ya no importaba su padre había vencido.

—Sasuke como tu padre te ofrezco unirte a mi lado, si bajas esa bola de nieve.

Era una oferta tentadora, el pequeño vacilo un poco mientras miraba a su padre y a su hermano. Así que acto seguido Sasuke lanzo la bola de nieve hacia su padre, quien la esquivo sin dificultad y con rapidez tomo al pequeño en brazos para hacerle cosquillas.

—bien Sasuke no se abandona a la familia. ¡Minato ganamos! ¡Quiero mis manzanas acarameladas!

— ¡púdrete Uchiha me utilizaste como cebo idiota!

Las risas no tardaron en surgir e Itachi se encontró haciendo un ángel de nieve mientras veía las sonrisas de su papá y hermanito y del resto de su familia. Él también quería manzanas acarameladas.

____

El invierno no daba tregua, por lo que se podía apreciar abría otra tormenta de nieve. Cada estación tenía sus pros y sus contras. La nieve traía la quietud del frio a la rutina, había momentos esporádicos, donde el solo hecho de tomar algo caliente hacia reunir a todos en casa para terminar hablando de todo un poco. Los niños eran quienes más le sacaban provecho aquella estación con sus juegos. Aunque dada las últimas temperaturas era una locura salir pero igual los niños no dejaban de ser niños incluso uno que otro adulto se les unía en algún juego.

Algunos trabajos por no decir la mayoría se hacían un poco más difíciles, los invernaderos requerían total atención, cada casa necesitaba más calefacción y ni hablar de los animales del establo.

—maestro.

Dejando de lado su café, Orochimaru se fijó en la joven Rin, una de sus aprendices.

— ¿ya hirvió todo?

—sí, y ya puse las infusiones de menta y sauco a fuego bajo.

—cuando no son las alergias de primavera, son los resfriados del invierno.

Rin sonrió y Orochimaru no pudo evitar suspirar, cuando su madre le había enseñado todo sobre las hiervas y plantas le había dicho que tal conocimiento le serviría para toda la vida, lo que no le alcanzo a decir fue que ese conocimiento era más que todo utilizado para el bien de los demás que para uno mismo, haciendo del conocimiento toda una responsabilidad. Al menos a hora no era el único con tales capacidades.

—bien dejando de lado la queja del día, Karin y tú pueden encargarse de llevar el resto de infusiones y ungüentos a Tsunade.

La joven asintió con entusiasmo pero se le quedo mirándole con sus brillantes ojos marrones, esperando una respuesta a una pregunta frecuente. Orochimaru se cruzó de brazos y dirigió su mirada dorada hacia la ventana donde se podía apreciar la gran montaña.

—sé que estamos dos días retrasados, pero habido mucho trabajo y ni hablar del clima. Pero dudo que la estén pasando mal allí arriba.

—aquella herida era terrible y aun me preocupa la infección.

—es de lo que menos debes preocuparte, puede que esos tres no pasen de perros guardianes pero no son idiotas además les dejamos buenos medicamentos.

Rin asintió. Pero le fue difícil no evitar preocuparse, en especial por Kakashi. Esperaba que no se siguiera culpando y en cuanto aquel hombre rubio esperaba de corazón que estuviera mucho mejor no quería que aquel bebé quedara huérfano como el resto de ellos.

—pero si nos seguimos retrasando mandaremos a alguien adelante ¿de acuerdo?

—si maestro.

____

Alrededor del medio día el sol salió un poco y aunque la nieve se había empezado a reblandecer un poco, El viento aún seguía con su fría presencia recordando la siguiente tormenta. En la casita del montaña siempre había algo que hacer para mantener a sus habitantes lo suficientemente ocupados y pese a toda advertencia o persuasión, Minato se fue incorporando de a poco a la rutina de tareas diarias; entre ellas encargarse de la cocina donde solía improvisar comidas sencillas pero riquísimas, que lograban saciar al resto y por sobretodo menguar un poco el mal humor del inexpresivo y raro ser llamado Fugaku Uchiha.

Cada día que pasaba Minato iba fundiéndose en aquel ambiente hogareño, donde jugaba con los niños, aprendía a jugar cartas con Jiraiya y reía ante las ocurrencias de Kakashi mientras estaban ocupados en alguna tarea doméstica. Cada día se le hacía más borrosa la imagen de Fugaku como aquel ser de pesadilla, aunque por la noche cuando el Uchiha salía a empezar su guardia podía ver por la ventana aquella silueta con grandes extremidades. Verle de aquella forma era algo que le había empezado a tranquilizar.

“yo no soy el único monstruo aquí”

Aun le faltaba mucho por comprender, aun admitía sentir miedo y por sobretodo aún no se había decidido sobre marcharse o quedarse.

—no creo que a estas alturas Sasuke y Naruto pueden vivir separados, esos diablillos son todo un dúo. Además Itachi y yo ya no nos aburrimos tanto, desde que estas aquí.

Esas habían sido las palabras de Kakashi mientras tomaban un descanso de sus tareas diarias entre chocolate caliente y un desayuno tardío. Minato no pudo evitar mirar aquel jovencito de quince años que pese a ver vivido la crueldad de aquel mundo fue aparar aquella aldea conservando gran parte de su cordura y sentimientos. Le inquietaba un poco que para aquellos niños tan felices, él se estuviera convirtiendo en una especie de líder o guía.

Aunque era muy gracioso que los peques le empezaran hacer más caso a Minato que a Fugaku.

“—los malcrías y me haces parecer el malo.

—si por mal criar llamas el que los deje dormir con nosotros durante la siesta no estoy de acuerdo, por otra parte déjame voy a mi lista de grandes logros y tacho el punto que dice: Revelar el gran villano que es Fugaku.

—Minato…

—es broma gruñón…en realidad toda la lista gira en torno a molestarte.”

Y si por ese el lado de los más jóvenes sentía una gran responsabilidad, por el lado de los otros dos hombres sentía que no merecía tanta comprensión por una situación que Minato había avivado hasta el límite más peligroso.

—me recuerdas un poco a mi cuando llegue a este lugar, después una buena parte de mi vida donde lo más seguro era moverse. Mi madre tomo la decisión de no seguir más con tal estilo de vida nómada. Unos cuantos le apoyaron más que todo porque no podían seguir tal ritmo por la edad o enfermedad. Llegue a desconfiar de Fugaku y Orochimaru pese a que nos acogieron sin mayores inconvenientes. Sentía que este mundo me iba a devorar si me quedaba en un solo lugar, y que si no llegaba a pasar seria yo quien terminaría por hacerlo. Pensé en marcharme, pensé mucho.

Mientras el silencio se fundía con la dura corriente del rio de la montaña. Minato observo un solitario cuervo que estaba no muy lejos de ellos, posado en un viejo tronco muerto. Jiraiya era un hombre fuerte más allá de su físico, justo y pese a tener diferentes actitudes, sus creencias e ideas no diferían mucho. Era raro para Minato estar en una conversación donde sus palabras eran apoyadas por otra persona, por Jiraiya.

—ahora está es mi teoría, para quitar la nieve del otro camino como mínimo se necesitarían de cinco a seis personas. Eres el hombre con más suerte que conozco pero también hemos de aceptar que en cuanto a físico  te falta un buen año de comida. Por lo tanto el rio es una locura pero dado que suele congelarse casi que por completo de noche y eres un hombre con suerte, creo que pisaste en el lugar adecuado.

Minato volvió a mirar el rio Helado, los bordes volvían a estar con una fina capa de hielo. El cuervo alzo vuelo dejando el tronco para posarse sin temor en aquella parte congelada del rio que acaba de mirar.

—me trajiste hasta aquí para hablar del tal cosa, eres un pésimo detective.

— ¿Qué es un detective?

—pues ya sabes un tipo que resuelve misterios y le pagan.

—joder es un buen trabajo, lástima que en estas tierras el misterio escasee.

Mirando de reojo a un sonriente Jiraiya, Minato también correspondió su sonrisa mientras empezaba a tomar el camino hacia la casita de la montaña y sentía el graznido del cuervo sobrevolándole.

_____

Pese a lo que todos pensaron la tormenta no llego aquel día y para cuando fue de noche, lo único que había recrudecido era el frío.

Una vez termina la cena. Jiraiya y Kakashi partieron rumbo a la cocina con los platos sucios y los niños, acepción de Naruto quien tenía algo de fiebre y lloraba entre los brazos de su papá.

—supongo que la guerras de nieve se suspenden.

—creo Uchiha que lo dices más por mí que por Naruto.

Fugaku se paró de su silla con una pequeña sonrisa y fue abrir un poco la ventana para que el aire entrante calmara un poco el niño. Quien solo tenía sus calcetines y ropa interior.

—eres malísimo para ese juego, ganas porque me hago en tu equipo.

—tengo un hombro lastimado y no voy a decir por qué. Pero mi potencial se ve frustrado… Y ni se te ocurra torcer los ojos.

Evitando con fuerza aquel gesto Fugaku tomo en brazos a Naruto quien estaba más calmado pero su temperatura seguía en aumento. Era algo típico que los niños enfermaran por aquel tiempo.

—comió muy poco.

—era de esperarse, tendré que darle mucho líquido durante la noche.

— ¿necesitas algo Minato?

—creo que con agua, sal y azúcar tendré para preparar algo. Pero el odia el sabor de ese remedio. Ojala hubieran pétalos secos de girasol, me es más fácil dárselos en una infusión con miel, pero es invierno.

—sabes mucho.

Sonriendo ante la cara de asombro del Uchiha, Minato sonrió. Que ese idiota le alabara le ponía feliz.

—no es la primera vez que pasa, al menos ahora tengo a mano muchas cosas para evitar que empeore.

Fugaku no era bueno con las personas enfermas, más allá de la paciencia que parecía necesitar lidiar con alguien enfermo. Su olfato le hacía notar la gravedad y el tiempo de la enfermedad algo molesto si consideraba que la mayoría que enfermaba salía morir, ya había pasado y seguirá pasando.

—estará bien. Tal vez pueda conseguir algo cuando salga de guardia, puedes acompañarme unos minutos si quieres.

— ¿no volverás a tu cortejo extraño? ¿Estaré bien?

—Para que más cortejo si se te nota que te traigo loquito, por otro lado si no te toca defenderte con bolas nieve estarás bien.

Tomando a Naruto de nuevo en brazos, Minato de paso le jalo una oreja al Uchiha.

—empieza a organizarte.

—será una buena noche.

Dejando los niños en la cama al cuidado de sus capacitados amigos. Fugaku y Minato salieron a la oscura y fría noche. Y pese a lo bien abrigado que se sentía Minato no podía evitar temblar un poco y mirar con cierta envidia a Fugaku, quien pese a su simple abrigo no parecía molestarle nada, parecía estar en su elemento.

—sígueme, el lugar donde vamos solo esta a diez minutos.

Hombro a hombro se adentraron el bosque, Minato pensó en llevarse una lámpara de petróleo. Pero Fugaku le cogió de la mano y sin decirle nada Minato supo que le guiaría sin problemas en aquella gran oscuridad. De vez en cuando el Uchiha le hablaba para avisarle sobre algún obstáculo, de resto Minato se sentía caminando en la nada. Esperaba sentir miedo, pero a medida que avanzaban cogidos de la mano por aquella absoluta oscuridad, no pudo evitar sentirse seguro y sonreír.

—sonríes.

Aquello se sentía como un sueño demasiado real, podía sentir que el frío se alejaba de su cuerpo, que los sonidos se ajustaban a un perfecto equilibrio y que sus azules ojos comenzaban adecuarse a la oscuridad.

—es muy diferente correr en la oscuridad que caminar en ella. Creo que me has trasmitido un poco de tu calma o fascinación por este entorno.

— ¿te gusta?

—podría encontrarle el gusto.

—entonces déjame proponerte algo.

Minato no tuvo tiempo de preguntar cuál era la propuesta del Uchiha, porque en cuanto voltio a verle, aquella presencia de mil formas estaba a su lado dejándole sin habla. Sintió el aire escapar de sus pulmones y que el latido de su corazón en vez de aumentar disminuía rápidamente. No era temor, la presencia del cazador era nula, podía hacerse pasar por un árbol y ante sus ojos vio como las ramas y cortezas propias del árbol sobresalían como una piel en aquel Ser.

—deja me calmo un poco, creo saber de qué va esto, solo me hubieras avisado de que lo ibas hacer.

Sin parpadear ni un solo instante unos grandes ojos blancos sin pupilas, le miraban hasta hacerle sentir mareado. Ya no podía respirar, algo en Minato se había quedado inmóvil. A semejante ritmo se desmayaría.

—venga ya todo está bien, no te desmayes Minato respira.

Fugaku había vuelto a cambiar en un parpadeo y le sostenía entre sus brazos con cariño.

—por lo general me puedo guiar con el sonido de la respiración agitada y el latido acelerado del corazón para dar con la mayoría de personas. Aquella noche como hoy tuve que hacer uso de mis otros sentidos para lograr sentirte. Cuando te sientes amenazado tu corazón se empieza a detener junto a tu respiración pero sigues vivo. Buen truco no lo niego.

—no…no sentía miedo.

—no, pero reaccionaste ante mi fuerte presencia. Toma esto.

En las manos de Minato fueron depositados varios pétalos de girasol secos. Dejándolo aún más confundido.

—en primavera este es el lugar donde suelen crecer la mayoría de girasoles,  esta es una tierra donde brota lo impensable si uno sabe cómo hacerlo.

—creo que eres el único que puede hacer tal cosa… ¿hablaste de proponerme algo?

—dentro de poco vendrá alguien, te preguntara si quieres quedarte y quiero que le digas que sí.

Frotando su nariz contra el cuello de Fugaku, tomo aire y hablo.

— si digo que no ¿me convertirás en abono?

El Uchiha rio y le abrazo con más fuerza.

—si sigues tu camino hay dos bases militares. Una a tres días y las otra a cinco. La primera no creo que sea un problema pero la segunda pese hacer más pequeña está controlada por sádicos, comerciamos con ambas más que todo para evitar disputas. Pero si quien te persigue esta tan desesperado y tiene tanto poder, tendrá contactos. Te estarán esperando.

—entonces la solución es que tu gente muera por defender a alguien que no conocen y que no merece que le ayuden.

—yo te conozco, mis hijos te quieren, Kakashi y Jiraiya confían en ti.  Y algo me dice que le caerás bien a la mayoría. Quédate lo suficiente para tomar una decisión acertada. Si al final de toda esta locura no quieres quedarte yo mismo te llevare hasta un lugar seguro para que puedas seguir tu camino.

— ¿Quién trae loquito a quién?

—define locura.

—acto de encontrarse con Fugaku Uchiha.

Volviendo a sonreír se quedaron otro poco de tiempo abrazados. Solos en la oscuridad estaban los suficientemente cerca.

Notas finales:

Gracias por leer


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).