Mi nombre es Do Kyungsoo, diecinueve años… Siempre me consideré una persona enfocada, con la mente en mi carrera y en mi futuro.
Nunca tomé un momento para una relación, incluso si en algún momento salí con alguien en el pasado, aquello siempre estaba destinado a no ser duradero.
Compartía un pequeño, pero muy lindo y acogedor, departamento con Byun Baekhyun, un estudiante de música.
Yo estudiaba artes visuales y, definitivamente era más sencillo compartir un pequeño hogar cerca de la universidad; ahorraba tiempo y dinero.
Conocí a Baekhyun gracias a un pequeño anuncio pegado en algún lugar de mi facultad. Él necesitaba un compañero de cuarto y yo un lugar donde quedarme, así que no dudé y llamé inmediatamente a aquel número en grande que estaba sobre esa hoja de papel.
Ese chico era un verdadero personaje; alocado, extrovertido, una persona con ondas musicales propias.
Mi plan nunca habría sido crear una amistad con él y mucho menos porque éramos tan opuestos, él era de esas personas con las que jamás, jamás me juntaría.
Baekhyun tenía sus propios amigos y yo los míos, pero a pesar de eso nosotros nos convertimos en buenos amigos al comenzar a vivir juntos, incluso si nos veíamos en pocas ocasiones.
Pero allí estaba, en el piso veinte de un gran edificio, a quince minutos de la universidad, teniendo una charla con mi compañero y con el que al parecer, era su amigo.
□
Era un agradable viernes por la tarde y sorpresivamente Baekhyun había llegado a casa alrededor de las siete con treinta minutos.
Por primera vez en meses, nuestros horarios coincidieron y me hallé preparando algo para cenar, mientras él hablaba y hablaba sobre muchísimas cosas que en su mayoría, ni siquiera entendía.
Me mantuve asintiendo y dando comentarios sin importancia de vez en cuando, hasta que el timbre de nuestro apartamento sonó.
Inmediatamente lo miré. Por qué ¡Oh no!, yo definitivamente no esperaba a alguien; pero Baek lució un rostro confundido, lo que me hizo suponer que él tampoco.
Se apresuró a abrir la puerta y noté a un chico saltando a sus brazos exclamando un fuerte “¡Baekhyun!”.
Apagué la estufa y me quité el delantal blanco que siempre utilizaba para no ensuciar mi ropa mientras cocinaba, me senté frente a la mesa mientras Baekhyun estaba lidiando con su… ¿Amigo?
— ¿Qué haces aquí? —Baekhyun preguntó con asombro, pero sonaba más como si ese chico no fuera invitado a estar aquí.
— ¿Así es como me recibes después de tanto tiempo?—Preguntó fingiendo ser lastimado dramáticamente. Aquel chico pasó de Baek y entró a nuestro apartamento.
Estaba mirando todo desde la mesa y el intruso se sorprendió notablemente cuando notó que yo estaba allí.
—Oh, así que tienes compañía ¿uh?—Preguntó animado, pero Baek ni siquiera estaba respondiendo.
—Hola, mi nombre es Kyungsoo. —Me presenté con cordialidad ante su mirada curiosa y su rostro cambió totalmente.
— ¡Hola! Yo soy Chanyeol, amigo de Baek.
Baekhyun, quién parecía petrificado junto a la entrada de la casa reaccionó y finalmente cerró la puerta para después caminar hacia su amigo.
— ¡¿Quién diablos te dio mi dirección?! —Mi compañero lucía molesto, pero aquel chico estaba tan relajado.
—Suho —Respondió Chanyeol, con una sonrisa en los labios, mientras mordía una de sus uñas.
— ¡Maldito traidor! —Gritó Baek. — ¿Me disculpas, Soo? —La voz de Baekhyun se suavizó. — Iré a mi habitación, tengo una llamada que hacer.
—Claro, no te preocupes. —Respondí restándole importancia y Baek dio la vuelta para entrar a su habitación, dando un fuerte portazo que me hizo saltar.
Me quedé a solas con el intruso.
— ¿Quieres sentarte? —Me puse de pie al igual que aquel chico y le ofrecí asiento frente a mí.
—Gracias. —Se sentó y continuó con una sonrisa agradable.
En realidad estaba comenzando a sentirme nervioso, así que preferí comenzar a hacer algo.
—Eh… Estábamos por servir la cena… ¿Te gustaría acompañarnos? —Pregunté aun dudando de cómo debería dirigirme a él.
— ¡Claro! Eres muy amable, gracias.
—Bien —Me levanté y comencé a servir para él y para mí. —Baekhyun está tardando, pero está bien si comenzamos sin él — Me posicioné a su costado para dejar el plato frente a él.
Probó el estofado.
— ¡Delicioso! ¿Tú lo preparaste? Estoy muy impresionado —Asentí con rapidez. —Serías un excelente esposo entonces, con extraordinarias habilidades culinarias. —Continuó comiendo y sonreí. Era agradable y al parecer muy sociable, me resultó fácil conversar con él.
Continuó hablando sin parar sobre banalidades hasta que la puerta que momentos atrás había sido azotada se abrió una vez más interrumpiendo el parloteo de Chanyeol.
— ¡Fuera! —Ordenó Baekhyun.
—Oye, conduje por cinco horas para venir aquí. —Alegó Chanyeol.
—No me interesa, ya va siendo hora de que regreses. —Baekhyun se acercó a Chanyeol y lo tomó del brazo para llevarlo hasta la puerta y sacarlo de nuestro hogar. La escena resultaba graciosa ya que ese chico era un gigante a comparación de la estatura de Baek, o de la mía.
—Baekyun. —Su rostro tomó un aspecto lastimoso. — Por favor, déjame quedarme, será sólo por un par de días, por favor. —El chico rogó con voz chillona e insistente.
Estaba tan confundido con toda esta situación, Baekhyun nunca había mencionado a éste chico, pero parecían ser cercanos.
—Por favor, por favor, por favor… La verdad es que…
—No quiero saber. —Baekhyun interrumpió.
—Huí de casa. —Me sorprendí ante la revelación.
— ¡Te dije que no quería saber!—Baekhyun lo empujó con fuerza haciéndolo caer al suelo de un fuerte sentón, sacándolo de nuestro departamento.
—Eh... ¿Baekhyun?—Me acerqué a mi compañero intentando calmarlo un poco.
—No tengo a donde ir— Musitó el chico desde el suelo.
—Baek ¿no es tu amigo? Creo que no deberías ser tan malo. —Me puse en cuclillas y lo ayudé. — ¿Chanyeol… Verdad? — El nombrado asintió.— ¿Estás bien?
—No te preocupes, estoy acostumbrado a esto. —Chanyeol miró hacia Baekhyun.
—No te conozco realmente, pero si de verdad lo necesitas… Eres bienvenido a quedarte.
—Muchas gracias, eres una persona muy buena —El chico sonó aliviado mientras frotaba su pecho y actuaba dramático.
— ¡Pues yo no estoy de acuerdo! —Baekhyun gritó.
— ¡No tengo otro lugar a donde ir! —Chanyeol lucía desesperado y Baek le dio una última mirada furiosa, dio media vuelta y entró a la casa.
Ambos lo observamos sin atrevernos a decir algo. Mi compañero se sentó frente a la mesa y recargó su rostro en una mano.
Le seguimos lentamente y Chanyeol cerró la puerta, me senté junto a Baek mientras su amigo permanecía de pie y, estaba por hablar cuándo:
—Dame una buena razón por la que estés aquí, Chanyeol. —Baekhyun aún sonaba molesto.
—Estoy buscando mi propia vida, Baek. No quiero permanecer en esa carrera de contaduría, no quiero eso, quiero mi música. Quiero ser el mejor en lo que más amo.
Permanecí en silencio escuchando su conversación y Baekhyun finalmente suspiró.
—Bien. Escucha con atención:
Tienes que conseguir tu propia casa. Estoy compartiendo éste lugar con Kyungsoo y no quiero causarle la más mínima molestia.
No puedes invitar a nadie, no puedes andar desnudo por la casa, no toques a Kyungsoo, no mires a Kyungsoo, no te acerques a la habitación de Kyungsoo y si es posible, no respires cerca de él. Simplemente mantente lo más alejado que puedas de él ¿Entendido? —Chanyeol escuchó todas esas condiciones con cuidado.
—Diablos ¿Por quién me tomas? —Protestó el chico y Baek le lanzó una fuerte mirada. —Bien, no te preocupes, seré bueno. ¡No soy un indecente!
—Eres una persona loca y potencialmente molesta. —Respondió Baekhyun. —Agregando que te conozco lo suficientemente bien, Chanyeol.
◘
Esa noche conversamos durante un par de horas hasta que llegó la hora de dormir.
Chanyeol dormiría en nuestro único gran sofá.
Durante aquella conversación fui informado sobre toda la situación, Chanyeol tenía veinte años ahora y conocía a Baekhyun desde los doce, mi compañero siempre fue como su hermano mayor, regañándolo justo como lo había hecho hoy.
Baekhyun describió a su amigo como “Loco, molesto, hiperactivo, ruidoso, malcriado, infantil, descuidado, torpe…” y un sinfín de cualidades que se parecían mucho entre sí.
A simple vista Chanyeol era agradable, o al menos lo fue conmigo. Estaba bien, después de oír su situación estuve muy de acuerdo en que se quedara.
No tengo idea de lo que yo haría en su situación… creo que no sería capaz de huir como él estaba haciendo, así que desde ese momento admiré eso de él.