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“De todas aquellas manos, la suya era la única que transmitía vida”.
Despierto lentamente después de un grata noche de tenerlo entre mis brazos mientras siento como el calor de su cuerpo que me embriagó toda la noche a desaparecido, abro mis ojos para mirar a mi alrededor y darme cuenta que su lugar está vacío, seguramente fue a hacer algo debido a que al mirar el reloj me doy cuenta que ya es tarde y debíamos estar a las 10 de la mañana listos para comer junto a nuestros amigos, tal vez se preguntaran a quién me refiero, bueno ahora se los diré, me refiero a mi persona especial, la única en el mundo para mí, la verdad es que aún no me hago a la idea de tener al gran amor de mi vida a mi lado.
Me crie en una pequeña aldea situada a las afueras de la ciudad, cuando era un niño no tenía ningún amigo, la verdad era que en la escuela era un rechazado por todas las personas que me conocían, mi madre murió cuando era muy pequeño y mi padre desapareció por completo, así que tuve que crecer como un huérfano, para mi sorpresa había un niño que pasaba justamente lo mismo que yo, sus padres murieron cuando él nació así que todos lo menospreciaban, ambos éramos marginados por todos los demás, ambos estábamos completamente solos, me era difícil pensar que algo tan malo también pudiera pasarle a otra persona, siempre miraba de lejos como todos se alejaban de él, eso hacía que su sonrisa se apagara, lo mismo era para conmigo, todos me rehuían y me hacían a un lado, esto provocó que poco a poco fuera creciendo un intenso odio hacia todos y hacia todo.
Más temprano que tarde ese chico se acercó a mí, él se había enterado que pasábamos lo mismo y me dijo que por eso sería bueno que estuviéramos juntos, sin embargo, yo no aceptaba esto y siempre lo trataba mal, cada día en el receso él venía a mi brindándome una cálida sonrisa y algún presente, algún dulce o alguna galleta, siempre era lo mismo, yo me sentía frustrado con su presencia, pero con el tiempo me fui ablandado para con él y comencé a compartir los recesos a su lado.
Él era la única persona que me entendía, que estaba a mi lado, que sabía que no iba a dañarme, siempre estaba para tenderme su mano cada que sentía que iba a caer, y brindándome su cálida y dulce sonrisa que me ayudaba con su luz a salir del abismo en el que me sentía perdido, era el único que tenía la potestad de sonreír y cambiar drásticamente mi estado de ánimo.
Los años fueron pasando y a pesar de que las personas nos seguían tratando igual nosotros sentíamos que ya no nos afectaba como antes, de igual manera estábamos juntos y con eso bastaba, todo el tiempo estábamos para protegernos el uno al otro, con él a mi lado sentía que no necesitaba más en la vida.
Cuando no podía creer en nadie apareció él, para hacerme creer en alguien con los ojos cerrados, con el tiempo me di cuenta de lo especial que era y me encontré enamorado de él, y por quedarme a su lado él se enamoró de mí, así que nos hicimos novios, pero un ser tan imperfecto como yo no puede estar completamente seguro de cuadrar con un ser tan perfecto como lo es él.
Mientras los años fueron pasando nos fuimos haciendo más fuertes y logramos grandes cosas, de esta manera ganamos el respeto que nos merecíamos, nos sentíamos felices de lo que habíamos logrado juntos, hasta habíamos comenzado a tener amigos, cosa que antes de él hubiera creído totalmente imposible.
Gracias a todo el tiempo que pasamos juntos entre tantos buenos y malos momentos ya no podría creer nada más que no fuera que él, que Naruto, era y es el amor de mi vida, no iba a poder haber alguien más que él para mí, pero ante todo no podía estar completamente tranquilo, siempre he temido que llegue alguien y lo separe de mi lado, creo que me hice un poco dependiente de él, pero esa es una cosa que viene junto al amar sin medida a tu persona ideal.
A pesar de amarlo infinitamente y de saber que él me ama han existido veces en las que pienso abandonar esto y dejar que él sea feliz con alguien mejor que yo, sin embargo, el solo hecho de pensarme sin él destruye por completo mi maltratado corazón que se aferra por completo a él.
Además, ¿qué podría hacer yo?, Si todo lo que veo, hago, pienso y hasta mi forma de actuar está totalmente influido por él.
Naruto cada día me recuerda lo mucho que me ama y que no podría haber nadie más que yo para él y le creo, y lo siento, además un corazón tan puro como el de él no podría mentirme nunca y si por alguna razón no se sintiera bien conmigo ya se hubiera marchado de mi lado.
Trato de convencerme a mí mismo de eso, pero soy un simple humano lleno de temores, él ha sido la única cosa buena que me ha pasado y realmente me dolería perderlo, sin embargo, sé que soy muy afortunado con el solo hecho de tener su amor.
Naruto: Amor ¿en qué tanto estás pensando? –Me pregunta asomándose por el marco de la puerta sonriéndome cálidamente con esa dulce sonrisa que yo tanto amo y que me ha ayudado en mis peores días.
Gaara: En ti –Respondo mirándolo dulcemente mientras me acomodo sentándome en el borde de nuestra cama –Solo he estado pensando en ti y en lo afortunado que soy al tenerte a mi lado.
Naruto: Por eso y más es que te amo –Dice acercándose a mí.
Gaara: Y yo soy tan afortunado de que me ames –Digo jalándolo hacia mi rodeando su cadera con mi brazo derecho para sentarlo en mis piernas.
Naruto: Parece que hoy mi apuesto novio se despertó un tanto romántico –Dice acercando su rostro suavemente al mío para darme un dulce beso en la comisura de mis labios –Amo cuando despiertas así –Dice enmarcando mi rostro con pequeños besos.
Gaara: Eso es porque tú me haces ser así –Digo tomando su rostro entre mis manos para aprisionar sus labios en un dulce beso que poco a poco se vuelve más demandante cuando el amor de mi vida abre un poco su dulce boquita para que mi lengua entre sin problema para comenzar el juego con su compañera profundizando más el beso, siento como instintivamente él pasa sus brazos tras mi cuello para acercar mucho más nuestros cuerpos mientras yo bajo mis manos para acariciar su espalda lentamente.
Naruto: Me… encantaría seguir… con... la sesión… de besos, pero debemos… ir con los demás –Dice mientras seguimos dándonos pequeños besos en los labios tiernamente.
Gaara: Si no hay de otra –Digo resignado a separarme de los dulces y enviciantes labios de mi novio –Vayamos a desayunar con los demás –Digo sonriéndole mientras él asiente sonriéndome como solo a mí me puede sonreír levantándose de mis piernas tomando mi mano en el proceso para que también me levante junto con él.
Realmente soy afortunado, cuando estoy así con él a mi lado olvido todas mis inseguridades y solo puedo pensar en amarlo y en lo mucho que él me ama, por ver esa sonrisa en sus labios todo lo daría, no hay ninguna duda, Naruto fue el que me devolvió la vida.