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LAS VUELTAS DE LA VIDA por maria819

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Notas del fanfic:

espero les guste

Notas del capitulo:

Este es mi nuevo proyecto, espero les guste

Iban subiendo una enorme pendiente, el auto estaba a punto de decir no más!!! Aparte del hecho de que el modelo del vehículo era 83 y la pendiente era demasiado empinada, el motor había empezado a sobrecalentarse por el esfuerzo y como no, si llevaban casi dos horas de camino y aun no llegaban a visitar al supuesto amigo de su madre, era algo muy extraño, porque siempre creyó que conocía a todos los amigos de su mamá, pero no, hoy había salido con el cuento de que iban a ir a ver “a alguien muy especial” no tenía ni la menor idea de quien podría ser y en vista de donde estaban podía asegurar que su madre había perdido un tornillo.

-Estamos perdidos, ¿verdad?- pregunto el rubio como quien no quiere la cosa, iba en el asiento del copiloto consintiendo a su zorrito mascota y podía ver por la ventana del auto que estaban en una zona residencial muy pero muy de buen nivel, veía un portón enorme y viendo hacia dentro podía ver una enorme casa, para después pasar casi una cuadra o más para volver a ver otra, es que esta gente no podía decir que conociera a sus vecinos, debía haber mínimo unos veinte metros entre una casa y la otra, malditos ricos, en su departamento solo había una habitación, la de su madre y él dormía en lo que se supone era el cuarto de lavado.

-No estamos perdidos- le respondido su madre un poco frustrada y es que debía reconocer que se había estado comportando como un niño desde que salieron de la casa, preguntando cada cinco minutos “ya llegamos”, lo que pasaba era que en verdad no quería ir, para que quería conocer a un amigo de su mamá, él ya tenía 17 años y tenía que ir a trabajar para poder pagar el segundo semestre en la universidad, que por cierto no era barato y si el primero les había costado, este ya casi lo veía imposible; esa era la razón de su genio- ya casi llegamos y por favor deja esa cara- su madre ni siquiera le miraba, estaba concentrada manejando o por lo menos tratando de mantener el auto en funcionamiento

-Espero que a donde vayamos sea la próxima casa- menciono el joven con sarcasmo, ¿a quien podía conocer su madre que viviera en este sector de la ciudad?- arregle el auto antes de venir pero te aseguro que el motor no aguantara más de cinco minutos- a pesar de que ya habían terminado de subir la pendiente y que la parte por la que ahora iban era plana, el auto había comenzado a sonar de forma que ya Naruto sabia reconocer y no por nada era el mejor mecánico de autos de su vecindario, era tan solicitado que las personas decían que no había un problema en un auto que él no pudiera solucionar, era el modo en que pagaba su universidad.

-No seas pesimista, ya casi llegamos- la frase fue acompañada con un sonido fuerte de parte del motor y un estremecimiento en todo el carro, el motor se había quemado.

-No soy pesimista, soy realista- reprocho el rubio con fastidio- ahora estamos en medio de la nada y volver a casa nos va a tomar todo el día, si es que conseguimos un autobús a casa- termino por decir con molestia

-No iremos a casa- le menciono su madre- ya hemos llegado- lo dicho, su madre había perdido un tornillo

-¿a qué clase de persona conoces en este vecindario?- pregunto más que confuso el chico

-ya lo sabrás, ahora por favor quédate en el auto- pudo ver a su madre bajar del auto y acercarse a uno de los portones de la calle, bueno al único que se veía por ahí, tal vez estaba buscando quien los ayudara

 

Kushina Uzumaki, era una mujer de 38 años, madre soltera de Naruto Uzumaki, trabajaba hace muchos años como empleada en una pequeña tienda al sur de la ciudad en donde también vivía junto con su hijo, todo en su vida era trabajar y cuidar a Naruto, o por lo menos asi era hasta que vio la portada de una revista empresarial, ese solo reportaje había cambiado mucho su vida; Kushina guardaba un secreto, solo la abuela Chiyo, que en paz descanse lo sabía, ni siquiera su hijo lo sabía y ese secreto hoy iba a salir a la luz, esa era la razón de estar allí, se había estado matando la cabeza en que era lo que debía hacer y es que en ese momento deseaba más que nada tener una guía, alguien que le dijera que era lo que debía hacer, estaba en serio aterrada. Se había bajado del carro en el que paso más de dos horas atravesando toda la ciudad de sur a norte, y ahora que estaba en frente de la casa no se había atrevido a tocar aun el timbre, por Dios sabía que iba a ser difícil, pero jamás pensó que tanto.

-Buenos días, ¿le puedo colaborar en algo?- escucho que el intercomunicador de la puerta había sonado, ganándose un gran sobresalto, tal vez esa era su señal y es que lo más probable es que el guardia la haya visto por la cámara de vigilancia de la puerta

-lo siento, estoy en busca del señor Minato Namikaze- se hizo un silencio un poco prolongado que logro que sus manos sudaran, o lo hicieran más de lo que ya lo hacía

-Lo siento, no tengo registros que el señor Namikaze esté esperando a alguien hoy- le menciono el hombre al otro lado de la línea

-Yo no… es decir… lo que pasa es que él no sabe que vengo- le dijo una muy nerviosa Kushina al aparato

-Lo lamento señora, si no está previamente autorizada para pasar no puedo permitir su entrada-  fue la respuesta del guardia

-Lo entiendo pero no podría preguntarle al señor Namikaze si puedo pasar- pregunto esperanzada

-Disculpe señora pero el señor Namikaze no recibe a nadie en su casa y menos en estos momento- de nuevo una negativa, pero no se iba a rendir

-En serio que necesito verlo, somos conocidos desde hace muchos años, solo dígale que Kushina Uzumaki está aquí y le aseguro que él me recibirá- le dijo una muy segura peli roja

- No, la verdad es que no puedo- se podía notar la duda en el guardia

-Por favor, es muy importante- la súplica en la voz de la mujer hicieron que el hombre se tensara

- Señora, usted no entiende, el señor Namikaze es muy estricto y dio la orden desde hace mucho tiempo de no recibir a nadie si no estaba ya antes anunciado, puedo perder mi empleo si hago lo que dice ¿me entiende?- ¿Cómo que  perder su empleo? Acaso estaban hablando del mismo Minato

-No, yo lo entiendo, pero en verdad es muy importante para mi verlo, es en serio, dígale por favor que Kushina vino a verlo- le dijo con un tono desesperado

-No… lo siento, es que yo… no puedo- le dijo de forma insegura el guardia, el hombre tenía muy buen corazón y algo le decía que en verdad era importante.

-Por favor- rogo la mujer con los ojos cristalinos, había ido hasta allá solo para verlo y no se iría de ahí sin verlo, aunque solo fuera para que este o su esposa la botara.

-Veré que es lo que puedo hacer- comento por fin el hombre, por una parte pensaba que lo que estaba haciendo era un error, podía perder su trabajo, pero esa mujer lucia tan desesperada que no se atrevió a negarse- ¿Cuál me dijo que era su nombre?- pregunto el hombre

-Kushina, Uzumaki Kushina, muchas gracias, gracia por todo señor…- hasta ahora la peli roja notaba que no sabía el nombre de la persona con la que estaba hablando

-Maito Gai- respondió el guardia- espere un momento- el hombre se dirigió hacia la casa en medio de un suspiro y es que su jefe era de un genio difícil, muy difícil a decir verdad.

La peli roja también soltó un suspiro, pero este era de alivio, por un momento había pensado que no lograría su cometido y tendría que esperar a que Minato saliera en un vehículo y la viera; miro en dirección al auto en el que venían y no vio a su hijo, ese muchacho!, ojala obedeciera por una vez lo que ella le decía; busco con la mirada en los alrededores y pudo verlo con su zorro Kyuby en un árbol, seguro el animalito quería bajar a hacer sus necesidades o algo asi, bien, desde que no hiciera nada todo estaría bien.

Notas finales:

Gracias por leer


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