Su rostro de confusión y desconcierto se notaba a primera vista. No sabía ni dónde estaba, lo último que recordaba, era que estaba caminando junto a Sakura, ese día, por fin iba a animarse a confesarle sus sentimientos. Esos que había guardado en un cajón por más de dos años.
Pero ahora no sabía ni lo que pasaba, todo eso se había visto interrumpido por esa extraña situación desconcertante. Estaba en una zona desconocida y rara. Había casas, pero muy raras, y había cajas ambulantes, como carruajes, pero sin caballos y aún más rápidos que un Ninja promedio. Sus ropas eran raras y muy pegadas. Una camisa blanca, y un pantalón negro, en uno de los bolsillos de su camisa reposaba una credencial. "Naruto Uzumaki, alumno de primer año de la prepararía Konoha". No entendía nada. . . ¿Qué era una preparatoria?. También había una dirección, pero era muy rara. . . "Calle Sakurao, número #66"
Se acercó a un chico de lentes, alto y de cabellos como la nieve y le preguntó sobre la dirección de esa "prepararía" ¿quién era preparatoria? ¿Una linda chica? El chico que parecía bastante nervioso y le dijo que lo acompañaba. ¿Él conocía a preparatoria? ¿Qué rayos le pasaba a ese chico? Parecía sonrojado y nervioso, . . . . Dios. . . . ¿acaso le veían cara de chica? Que humillación. Pero aún así, aceptó ser acompañado por ese chico, después de todo, no quería perderse más y la curiosidad le pegaba.
No tardó mucho y cuando se detuvieron, había un enorme edificio, aún más grande que la torre Hokage. Pero era muy bonito, blanco con suaves toques de azul cielo, tenía muchas ventanas, y un amplio jardín. Unas rejas impedían que hiciera contacto con todo eso. Dos hombres custodiaban la reja, parecían reír a carcajadas mientras bromeaban entre sí.
Cuando volteo a su lado para agradecer al de lentes, este había desaparecido como relámpago. Su cara era un poema, él solía hacer eso con Sakura. Pero la diferencia era que Sakura era mujer. El, Naruto Uzumaki, era hombre. Ese chico de lentes sí que era raro.
Se acercó a los hombres que custodiaban la reja para preguntar, pero estos lo interrumpieron con sus sonoras carcajadas que se odian escuchar a una calle de distancia.
–¡Hey! Naruto, ¿dónde te habías metido? Escapando del instituto otra vez, no tienes remedio, ¿qué pretexto nos darás ahora?
–¿E-eh?. . . ¿Los conozco?
–¡Ja! Buena esa, ahora finge no conocernos, no te enojes pequeño. Sabes que es nuestro trabajo, pero está bien, solo por esta vez te la dejaremos pasar, por favor, entra antes de que la señora Tsunade se de cuenta
–¿la vieja Tsunade está aquí? –ahora estaba más confundido, aunque debía averiguar qué pasaba.
–claro, en su oficinas, ya sabes, en el segundo piso, al final del pasillo –esos hombres parecían burlarse de sus preguntas y más de la forma en la que había llamado a la rubia. Aunque parecían buenas personas.
Entró por la reja y se dirigió a la entrada de ese edificio, y con curiosidad se adentró, lo último que pudo escuchar de esos chicos fue un "Doncel tenía que ser". ¿Qué era un doncel? El no se llamaba Doncel.
Camino hacia la nada hasta que vio unas escaleras, se acercó y subió con lentitud los escalones. Una vez en el segundo piso, camino al final del pasillo. Había una oficina que decía "Directora Tsunade". Sin pedir permiso entro y observó a la rubia mujer, iba vestida, igual de raro que el, solo que lo que ella llevaba puesto, era algo más raro. Un vestido corto y pegado. Él conocía los vestidos, pero ese diseño que llevaba era raro.
–pensé que no volverías Naruto, comprendo que hayas tenido una pelea con Sasuke, pero no debes escaparte, Minato, Kushina y Jiraiya se han preocupado, y para qué negarlo, yo también me preocupe, no hagas tonterías.
–. . . ¿Minato y Kushina? Conozco al sabio pervertido, pero, ¿quiénes son los primeros que mencionaste, Abuela?
La rubia se paró rápidamente y le dio un puñetazo con una vena en la cien. Pero enseguida se puso serena. Y frunció un poco sus labios.
–creí que te había dicho que no me llamaras así, y mucho menos en el trabajo. . . Y hace mucho que no llamas así a tu padrino, a decir verdad, desde que tenias 14 años.
–yo siempre he llamado así al sabio pervertido. . . ¿Mi padrino?. . . . Y no has contestado mi pregunta, ¿quiénes son esos "Minato y Kushina"?
–tus padres, ¿quién más? –la mujer parecía fastidiada por esa pregunta "absurda" a sus oídos.
El rubio no hizo nada y se quedó en silencio, no pudo evitar salir corriendo de ahí, sus padres estaban muertos, ¿qué clase de grosería y burla era esa? La vieja sabía que él no tenía padres y lo mucho que había sufrido debido a ello.
Ahora caminaba sin rumbo alguno por los pasillos, hasta que llegó al patio trasero, había mucha gente con la misma ropa rara. Había 3 tipos de ropas. Una como la de el, que era pegada, otros la tenían más holgada y sus camisas eran azul marino. Y lado mujeres tenían gris y una falda. Al ver a todos, pudo ver una larga coleta rubia, que pertenecía a una conocida.
–Oye, Ino, ¿qué pasa aquí? –sonaba confundido y algo preocupado.
–¿¡EH!? ¿Y tú por qué me hablas idiota?
–¿Idiota? ¿Qué te pasa Ino? Normalmente me ofendes, pero no por preguntar algo así de simple. . .
Se alejó con lentitud de Ino, que parecía molesta. ¿Qué le había picado?. Al visualizar a Sai soltó un suspiro y se acercó. Aunque había algo raro en la mirada de Sai, algo diferente a la manera en que lo miraba normalmente.
–¿ya has decidido Naruto-kun?
–¿decidido? ¿De qué rayos hablas Sai?
–sabes a lo que me refiero –su sonrisa se ensanchó, dejando aún más confundido al pobre rubio.
Sai se acercó lentamente y lo tomo de las caderas, para dejar un suave beso en sus labios. Los ojos de Naruto se dilataron y se quedó inmóvil, hasta que reaccionó y se separó bruscamente.
–¿eh? ¿EH? ¿¡EH!? –su rostro estaba rojo y no sabia que hacer, se echó para atrás, pero quedó en el pecho de un chico, el cual era. . .