(Narración de Ushijima)
Tal vez en el primer momento en el que me di cuenta de todo, debí haberme rendido, quizás el vacío que siento en mi corazón podría ser más pequeño ahora…
Todo empezó así.
Era mi primer día de escuela, por fin ingresaba a secundaria, iba yo de camino pensando en cómo sería todo por allá, de pronto oí una voz a lo lejos, me resultaba bastante familiar, volteé a ver de quién era aquella voz que pronunciaba mi nombre con tanto entusiasmo, al girar mi rostro lo vi, ahí, siempre sonriendo, siempre con esa sonrisa que me consumía el alma…
Oikawa: Ushijima-chaaaan ¿Por qué no me esperaste para venir juntos a la escuela?, eso es cruel – dijo con tono desencajado-
Ushijima: Lo siento Oikawa, siempre te quedas dormido y llegas tarde, si te esperaba hubiera corrido la misma suerte que tú, así que preferí salir antes… a todo esto, ¿A qué se debe que hoy estés tan temprano de camino a la escuela?
Oikawa: Ayer estuve pensando mucho en algo, fue tanto que hasta se me fue el sueño, y entonces me decidí, hoy voy a confesarle mis sentimientos a la persona que amo –mirando fijamente-
Ushijima: -totalmente sonrojado- ¿q-qué? , tus sentimientos, pero no es muy repentino, este… (¿Qué debería hacer)? – pensaba-
Oikawa: Rayos, hemos perdido mucho tiempo!! Vamos o llegaremos tarde – lo toma de la mano-
Llegando a la escuela…
Oikawa: Bueno nos vemos en el descanso, espera por mí, necesitaré de ti en ese momento, nos vemos…
Les contaré un poco acerca de Oikawa, lo conocí cuando éramos solo unos niños, yo estaba acostumbrado que todos se acercarán a mí por interés, cómo era bastante hábil en todo lo que hacía todos los niños se acercaban a jugar conmigo para obtener popularidad, en el fondo sabía que por eso pedían ser mis amigos, pero bueno era mejor que estar solo, eso pensaba… Un día que jugaba con mis “amigos” me accidenté y quedé lesionado por un tiempo, como era de esperarse todos mis supuestos amigos me dejaron solo… En el momento que creí que todo se tornaba totalmente oscuro para mi apareció un pequeño rayo de luz, si, era él, con esa hermosa sonrisa se acercó a mí, me preguntó si quería jugar con él, yo le respondía que conmigo no se divertiría porque no tenía que ofrecerle debido a mi lesión, pensé que se rendiría, gran sorpresa me llevé, el siguió visitándome, jugando conmigo, ayudándome en mis terapias, acompañándome el día que me recuperé totalmente, poco a poco se metía más y más dentro de mi corazón, será que ¿tanta amabilidad me habrá cegado?...
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Regresando al día de la confesión
Era ya la hora de descanso, me sentía tan nervioso, que pensaba que iba a morir, no podía parar de temblar mientras esperaba ansioso en la banca del patio trasero…
Oikawa: ¿Esperaste mucho?
Ushijima: N-no –totalmente nervioso-
Oikawa: Menos mal, creí que ya no estarías, pensé que llegaría con una buena noticia pero, pero –empezaron a caer lágrimas de sus ojos-
Ushijima: ¿Estás bien?
Oikawa: -rompió en llanto-
Ushijima: ¿Qué sucede?
Oikawa: Recuerdas, lo que te dije en la mañana, pues, y-yo confesé mis sentimientos a aquella persona, pero me rechazó totalmente, creí que estaría preparado, pero por lo que veo no lo estoy, me duele mucho el pecho, me duele… -lo decía entre sollozos-
Ushijima: -totalmente desconcertado-
Casi pude escuchar el sonido de mi corazón rompiéndose en ese momento, la persona a la que él miraba no era yo, no era yo, ¡cielos! ¡Que tonto fui! pensaba…