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Luhan's cat [XiuHan] [Oneshot] por Kuromitsu

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Notas del capitulo:

Un pequeño oneshot casi drabble, escrito en un momento de inspiración. Espero les guste.

—Vamos Minnie, sal de ahí…

—¡NO ME LLAMES MINNIE!

Rio estruendosamente al escuchar la voz molesta de Minseok al otro lado de la puerta y se envolvió más en las sábanas de la mullida cama para dos que, sin embargo, aún no se sentía completamente normal al compartirla con su novio de casi dos años. Un día le había invitado a un café en su cafetería favorita y de la nada simplemente le había preguntado aquello, como quien comenta el clima.

“Minseok, ¿quieres vivir conmigo?”

Había obtenido una respuesta afirmativa de inmediato (junto con uno de sus juguetones besos que casi nunca se atrevía a dar en público) pero a estas alturas no estaba seguro de si acaso había sido una buena idea o no debido, más que nada, a un pequeño problema que les había hecho discutir por primera vez en toda su relación.

Siguió buscando un canal en la televisión que le distrajera un poco de su ansiedad por verle, pero al darse cuenta que solo seguía apretando el botón para avanzar de forma frenética, dejó de hacerlo.

—Baozi, apúrate…

—¡¿Podrías dejar de utilizar esos cursis seudónimos conmigo?! ¡Gracias! —se oyó un estruendo proveniente del baño y Luhan estuvo a punto de salir de la cama para ver qué había pasado dentro—. Tranquilo Lu, solo me he caído debido a estas estúpidas cosas que me estás obligando a usar. Apenas salga considérate muerto.

Las carcajadas no se hicieron esperar por parte del rubio quien, a pesar de que nadie lo estaba viendo, se apresuró en cubrir su rostro con sus manos. Ya en varias oportunidades Minseok le había mencionado de ese hábito involuntario que tenía, de dejar caer su mandíbula sin darse cuenta cuando reía. Sin embargo, mientras su ataque de risa amainaba el sonido de la puerta destrabándose le detuvo en seco y volteó ansioso a verle.

Y entonces, explotó de risa.

Minseok le miraba completamente avergonzado con el disfraz de gato que le había obligado a utilizar, el que consistía en orejas, guantes, zapatos e incluso una cola que sobresalía desde el pantalón de pijama.

—Te dije que era una mala idea —recalcó, ya sin siquiera ánimos para enojarse de nuevo. Se sentó en la esquina de la cama y apoyó su cabeza sobre sus piernas flexionadas—. No sirvo para esto…

—¿Qué dices? ¡Te ves adorable! —acercó su mano para acariciar sus cabellos pero Minseok se alejó antes de siquiera poder tocarle—. Además haces esto a diario, ¿no?

—Sabes que el traje que me dan en el trabajo es entero, nadie me reconoce y por eso es tan fácil —recalcó, quitándose las orejas de gato.

Luhan lo sabía muy bien. Minseok trabajaba durante las tardes vendiendo globos a los niños en uno de los parques más concurridos de la ciudad, y durante las mañanas se ocupaba de estudiar arduamente para ser productor musical, su sueño desde siempre. A veces lo iba a ver durante esos turnos de la tarde —si su horario de oficina se lo permitía—, y se contentaba observándolo desde lejos mientras que con su disfraz de oso atraía a multitudes de sonrientes pequeños.

—¿No te sientes cómodo? —le preguntó, ante lo que Minseok respondió con una negación de su cabeza—. ¿Ni siquiera si yo soy el único mirándote?

—Pues precisamente por eso —murmuró, enterrando la cara entre sus guantes de gato, ante lo que Luhan no pudo más que suspirar. Se veía tan lindo así.

—Entonces déjame tener un gato, Minnie —insistió por enésima vez.

Aquella discusión había sido la desencadenante del disfraz que ahora su novio llevaba puesto. A diferencia suya, al chico de cabellos oscuros no le gustaban para nada los gatos y por lo mismo aquella había sido la única condicionante para mudarse con él. Pero había tratado de igual manera el que le dejase adoptar una linda mascota que revitalizara el departamento que compartían.

Y como no lo había conseguido, le había obligado a que se vistiese como uno.

—Definitivamente no tendremos uno de esos animales, sabes que me dan miedo —musitó con seriedad. Comenzó a quitarse el atuendo con rapidez—. Y tampoco pienso dejarme esto puesto, me veo ridículo.

—Si no me vas a dejar tener un gato, entonces quédate con el disfraz —le instó, colocándole de nuevo las orejas en su posición original sobre su cabello sedoso—. ¿Qué prefieres?

Le vio rodar los ojos y suspirar.

—Bien, mañana iremos a un refugio de animales y escogeremos uno, ¿feliz?

Lo abrazó con fuerza. Sabía que elegir el gato por sobre el vestirse como uno era una mera excusa, porque a Kim Minseok no le gustaba demostrar su amor abiertamente. Y si su novio quería pasar por encima de su terror a los gatos solo para satisfacer su capricho de tener una mascota, entonces se sentía como la persona más afortunada del mundo.

Por tener a un chico mayor que él como novio, pero que sin embargo podía dar su brazo a torcer solo por ver una sonrisa en su rostro.

—Entonces, ¿puedo quitarme estas cosas? —preguntó antes de suspirar de alivio.

Y Luhan vio cómo el rostro de su novio, marcado por la momentánea calma, se desvanecía por completo al negar con la cabeza.

—Como mañana tendré recién a mi gato y yo quiero uno ahora, pues…

Se abalanzó sobre él y lo acostó en la cama, posicionándose con su cuerpo estratégicamente para tenerlo a su merced. Vio cómo sus ojos se abrían en sorpresa antes de devorar sus labios, jugando con esa lengua que conocía tan bien y que al mismo tiempo, era una aventura probar en cada oportunidad. Porque a veces le daba trabajo y le costaba dominar, e incluso habían ocasiones en las que los juguetones dientes de Minseok se incrustaban con suavidad en su labio inferior, tirando de él y succionando de una forma que le volvía loco.

Incluso así, le gustaba sentir que era él la persona que tenía el control sobre la situación.

—¿Pues…? —preguntó Minseok en un suspiro, mientras trataba de recuperar su respiración normal y sus mejillas se arrebolaban, tal como a él le gustaba tanto.

Porque a pesar de que pasaba el tiempo todo era una aventura con él; todo se sentía, extrañamente, como la primera vez. Se acercó a su oído y mordió el lóbulo de su oreja, sacándole un suspiro ahogado.

—Pues tendrás que ser mi mascota personal por hoy —susurró lascivamente.

Presionó cuidadosamente con su pierna allí donde sabía que encontraría el punto que desarmaría sus defensas por completo y así fue. Le escuchó aguantar la respiración y vio cómo sus manos se aferraban, tensas, a las mantas de la cama.

—Sigue soñando, Luhan.

Así que quería hacerse el fuerte, ¿eh?

Sonrió y se alejó solo un poco para ver su rostro, para con una de sus manos acariciar el bulto que se formaba entre sus pantalones. Los ojos de Minseok se cerraron fuertemente ante el estímulo sensitivo que estaba recibiendo, y el rubio no pudo más que sonreír de satisfacción.

Conocía a su novio como la palma de su mano, y sabía que detrás de ese rostro aparentemente angelical e inocente se encontraba un hombre de masculinidad avasalladora que solía refunfuñar constantemente por cosas como el orden o la limpieza del departamento. Pero lo conocía tan bien que sabía que detrás de todos esos meros espejismos se encontraba un Kim Minseok mucho más sensible y perceptivo de lo que el resto creía. De él se había enamorado.

—Te amo, lo sabes, ¿verdad? —mencionó mientras le acariciaba una de esas regordetas mejillas que tanto le gustaba morder.

Le vio ponerse nervioso por el espacio de unos segundos antes de tomar los guantes mullidos de gato que se había quitado momentos atrás, y se los volvió a poner sin decir palabra, cerrando los ojos.

—Maldita sea, está bien, usaré este estúpido disfraz… —rezongó, con el cejo fruncido y un puchero en los labios.

Sonrió, porque sabía que debajo de toda esa palabrería de que no le gustaba todo aquello, Minseok estaba deseoso de hacerlo. Si realmente no quería intentarlo se habría negado rotundamente, conocía su fuerte personalidad que salía a flote cuando algo no le gustaba.

Por eso cuando le vio hacer mil gestos de exagerado disgusto, lo besó entre risas. Definitivamente de ese chico que intentaba demostrar de todas las maneras posibles que no le gustaba aquello (aunque fuese totalmente lo contrario), se había enamorado por completo.

De esa exquisita personalidad gatuna.  

Notas finales:

Si gustan, un comentario me sería de mucha ayuda <3

¡Nos vemos en otra historia! 


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