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Lo que una vez fui por Evaamaelyaoi

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Notas del fanfic:

Este es mi segundo fic. Espero que vos guste y que me lo hagais saber si es asi.

Los personajes de Vampire Knight no me perenecen.

Notas del capitulo:

Esto es una idea, si vos gusta la idea diganmelo y lo continuo.

 Un pequeño Zero estaba sentado en un banco mirando de un sitio a otro, intentando encontrar algo o alguien. Pasaron unos tres minutos, tiempo que para alguien parecería muy corto, pero para alguien de tan corta edad parecía una eternidad. Zero puso una carita triste mostrando un puchero muy adorable que podría derretir el corazón de la persona más fria del mundo. Se dispuso a levantarse cuando oyó unas pisadas que se dirigian en su dirección. El rostro del pequeño peliplata se iluminó, por fin había llegado. Se volvió a sentar en el banco, para que su visitante no se diera cuenta de que se estuvo a punto de marchar, y esperó a que esa persona llegara.
-Zero.- Miró a esa persona con ilusión en sus preciosos ojos esmeralda y mostró a esa persona, esa persona a la qual consideraba su persona favorita en el mundo entero, la sonrisa más perfecta que tenía. Él visitante le sonrió de vuelta, aunque, Zero pudo notar que su sonrisa era triste.- Has vuelto a escaparte de tus entrenamientos Zero. Yagari te va a regañar cuando vuelvas.
-No me gusta estar allí, Ichiru siempre está triste cuando entrenamos porque él no puede hacer las cosas que yo hago. No quiero que él esté triste.- Dijo con los pequeños ojitos esmeraldas llenos de lagrimas.
-No creo que el hecho de que te escapes le ayude a Ichiru.- Le dijo el visitante al notar que esa era solo una excusa que se inventó el pequeño para que no le regañen.
-También quería verte, cada vez vienes menos. Te hecho de menos, eres mi persona favorita en el mundo.- Dijo el pequeño mientras se abrazaba a su acompañante, como queriendo que este nunca se fuera.- Hoy he oido decir a Sara-chan de que nos ibais a enviar lejos porque aquí estábamos en peligro, también dijo que tu no vendrias. - Dijo mientras comenzaba a soltar lagrimas de cocodrilo. El visitante limpió las lágrimas del rostro del pequeño.
-Por desgracia no puedo ir con tigo, pero no tienes que preocuparte, ¿recuerdas nuestro lazo?
-¿El que indica que me casare con tigo cuando sea mayor?- Zero recordó como fué que ese lazó se formo. Era un día soleado, él y Ichiru estaban en el jardin de la mansión en la que vivian junto a sus padrinos, ya que sus padres fallecieron tiempo atrás. Escuchó a unas jovenes decir que esa persona, su persona favorita, había alcanzado la edad de reclamar a alguien para que sea su pareja. Las chicas empezaron a decir que sus padres irian a ofrecer sus manos a su persona favorita y lo mucho que querían que las elegieran. Los celos lo invadieron, esa persona era SU persona favorita, a él no podían gustarle esas chicas que pretendían dar dinero y joyas para casarse que él. Dejó a Ichiru y fué corriendo a buscarle. Le encontró en el sitio que sabía que era el favorito de esa persona, se acercó a él y empezó a llorar lo más desconsoladamente que le fué posible. Esa persona se asustó y empezó a consolarlo prometiendole lo que sea si dejaba de llorar. Zero aprovechó eso y le dijo que lo que quería era casarse con él cuando fuera mayor, ya que él era su persona favorita en el mundo. Se sorprendió mucho al ver como esa persona empezaba a reirse y como signo de su indignación mostro un puchero, lo qual provocó una sonrisa tierna en el joven que se reía. ´´Pero Zero`` le había dicho ´´Nosotros ya estamos prometidos`` El rostro de Zero se iluminó, podría estar con su persona favorita para siempre. Poco después, el lazo de su unión fue formado, y el pequeño Zero esperaba inpasiente por ser mayor y poder casarse con esa persona.
-Sí, ese lazo.- contestó el joven.- Aunque no pueda ir con tigo, siempre estaré a tu lado por medio del lazo y cuando pueda, te encontraré y no volveremos a separarnos.
-¿Si voy a ese sitio ya no te iras por tanto tiempo fuera de casa?- le preguntó con voz bajita e inocente.
-No, nunca te dejaré solo.
-Entonces iré y esperaré paciente a que vengas por mi y por Ichiru.- El joven delante suya sonrió. Ese pequeño le fascinaba, lo único que quería era protejerlo, y si para eso se tenía que separar de su pequeño angel, así sería.
-¿Cuando nos vamos?- preguntó.
-Mañana.- le contestó con preocupación pues sabía que ese hecho no le iba a gustar a su pequeño. Y no se equivocó. Él pequeño delante suya volvió a derramar gruesas lágrimas mientras se abrazaba con insistencia al chico delante suya.
-Es muy pronto...- se quejó el pequeño entre lágrimas.
-Mira Zero, piensa en esto como si fueran unas vacaciones. Iras al mundo humano, ¿te acuerdas cuando me dijiste que querias visitar ese lugar?- Zero asintió.- Tu y Ichiru vivireis con una pareja de cazadores que vos cuidarán, además, Yagari vos acompañará.
-¿Y cuando volveremos?- El joven se quedó en silencio durante un momento.- No lo sé, Zero.-Contestó al final.- Lo más pronto posible.
-Te voy a hechar de menos.- Susurró el pequeño.
-Y yo a ti mi hermoso angel. Ahora ves y has tus maletas. Avisa a Ichiru para que también las haga.- Zero sonrió y se fué corriendo dentro de la mansión.
-¿Por que no le dijiste que no se acordará de ti?- preguntó una voz que procedía de las sombras.
-Es solo un niño, no le preocupemos, dejemos que viva una infancia normal, Sara.- Una chica de pelo largo asta las rodillas y de un color inusual, ya que era naranja, salió de entre las sombras y miró con preocupación fuera de los límites de la mansión. Los dos sabian que lo peor se avesinaba y de que era muy peligroso dejar a los dos peliplatas en ese sitio.
Al día siguiente Ichiru y Zero fueron enviados al mundo de los humanos bajo la mirada triste de un joven quien despedía a su pequeño angel, deseando lo mejor para él. Lo que ese joven nos sabía era que la vida de ese niño no sería nada fácil en ese mundo.
Sin recordar quien era, pensando ser alguien quien no es, perdiendo a quien creía eran sus padres, ser utilizado por el rey vampiro y viendo como se escapaba la vida del cuerpo de su hermano. Los Kuran le habian quitado todo lo tenía y se habian marchado dejandolo solo y devastado. Encerrado en su habitación rogaba por un milagro que le sacara de la oscuridad que era su vida. Y aunque el no lo sabía sus ruegos fueron escuchados y la vida de nuestro cazador estaba a punto de cambiar.

Notas finales:

Es corto, pero es la introducción, los siguientes capítulos seran más largos. ¿Lo continuo? Nos leemos♥


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