Sus dedos se movieron en la sabana con pereza, de forma muy lejana recordaba que era sábado por lo que no era necesario levantarse temprano a trabajar, quizás más tarde podría revisar algunos mails para estar al tanto, de que no se le escapara ninguna acción a pesar de ser fin de semana. No podía confiarse de que por ser día sábado, algo no saliera como quisiera, como tenía que salir.
La empresa familiar Bartek tenía aun el imperio en el giro de las construcciones, las inmobiliarias y se hacían cada vez un espacio en el mercado de los hogares, las tendencias de propiedades y en la compra y venta de Paños de terrenos que solo hacían dar abundancia a las tendencias de poder.
La familia había crecido también, El abuelo ahora, un socio nada más, había dejado en sus nietos el imperio que había formado, y era porque quería ver a ellos, las tendencias de la modernidad que ni el, ni sus hijos, habían podido concretar con el paso del tiempo: en su nietos es que encontraba grandes avances con ayuda de las tendencias modernas, tendencias que habían nacido con estos chicos.
Para Logan, el más poderoso de los 6 nietos, esto era una gran responsabilidad y al mismo tiempo un gran logro por sobre el resto de sus familiares: el llevaba la corredora de propiedades y la constructora, mientras sus primos se movían entre la decoradora, algunas otras inversiones y otros aspectos ya más alejados de forma directa con el negocio familiar.
Logan pocas veces podía descansar en un fin de semana y ahora se podía estar dando el lujo de hacerlo, de poder estirar su mano y tocar el hombro de la persona que le acompañaba, poder deslizar con pereza absoluta sus dedos por el brazo y rodear la cintura para buscar ascender su mano, y que sus dedos recorrieran los senos que…
No encontró.
Abrió los ojos y vio una cabellera más corta, con unas ondulaciones muy simples, tanto que seguramente si aquella persona se dejara el cabellera largo, se notarían mas, ahora solo era como si el cabello se hubiera enrollado de forma muy corta; un tono castaño claro, como si fuera miel, pero al mismo tiempo oscuro, sin ser un rubio, sin ser un tono marrón; esa piel pálida, sin muchas curvas que pudieran marcarse pero sin nada que fuera a ser de más.
Su mano se quedó dónde estaba, bajo el pecho con los dedos bajo la tetilla, como si tuviera miedo de moverse más y encontrar que en verdad no había volumen alguno.
No era el seno lo que allí había, sino un pectoral masculino.
Se acercó hasta rodear su cintura y atraer esa espalda de lleno a su pecho, descubrió la desnudes bajo las sabanas como si hubiera olvidado que había sido el mismo quien la noche anterior lo había despojado de todas las prendas con las que Eliot había llegado hasta su departamento para conversar un momento, para saber cómo estaba, para poder verle después de varios días donde la respuesta de Logan era “el trabajo es demasiado, te veo mañana”
Se quedó pensando en todo lo que significaba el que estuviera ese psiquiatra en su cama, todo el peso de lo que sus actos llevaban haciendo desde hacía un mes, tiempo en que Eliot había regresado de España y ahora, de una forma bastante extraña y por lo menos, imaginaria, eran una especie de “amantes”…
Porque ser una pareja era algo que aún le quitaba el sueño al joven arquitecto, mas considerando que en algún minuto, las cosas tenían que debatirse en dos rumbos: o se consolidaban como pareja, o seguían así como amantes hasta que uno de los dos se aburriera y terminaran por dejar la aventura como había empezado.
Pero el sabía perfectamente que por parte de Eliot, esto no terminaría como una aventura pasajera: notaba en los ojos del psiquiatra lo esperanzado que estaba con esta…. Esto que… esto que sea lo que sea que llevaran, notaba como Eliot buscaba está presente en su día a día, a veces le escribía, otras tantas lo esperaba fuera de su oficina y aunque Logan terminaba comentando un “estoy cansado” como para seguir viéndose más allá que un par de minutos, el Psiquiatra parecía no querer dejar de avanzar en lo que sea que tuvieran.
Pasar un día y una noche en el departamento del arquitecto era una de esas cosas que Eliot había logrado poco a poco y que Logan no dimensionaba hasta ahora, cuando el amanecer se presentaba a medio cubrir por una cabellera que no era el de una chica.
Pronto sintió el cuerpo contrario moverse entre sus brazos, por una costumbre, se quedó al pendiente hasta que pronto Eliot se giró en sus brazos y buscó acomodar su rostro en el cuello del arquitecto, suspirar y después de unos minutos en que a Logan le parecieron una eternidad, separarse un poco para sentir los labios del médico sobre los propios.
No responder.
-Buenos días… - escuchó del otro y respondió con las mismas palabras en un tono calmado, pero que estaba carente de emociones que le brindaran alguna ayuda o que le dijeran de forma de lenguaje verbal, la situación en que estaba - ¿Te encuentras bien? – observó a Eliot y recordó que no era la primera vez que el otro podía ver en sí, los diferentes estados de ánimos… y él, Logan Barket, solo había podido reconocer en el medico cuando este estaba triste, mal, desanimado.
Aun no descubría sin la sonrisa en los labios de Eliot, sin que este se lo dijera, cuando estaba feliz, contento, dichoso o pleno
-Sí, solo estaba pensando, es esa sensación de que algo se me olvida…
-¿Será trabajo?, últimamente has tenido mucha carga laboral, seguramente..
Allí estaba, Eliot preocupándose por él y al mismo tiempo sintiendo que estaba siendo invasivo en saberse su horario, sus actividades, sus acciones de memoria. No estaba acostumbrado a que alguien supiera leerle de esa manera, era extraño y por lo bajo algo escalofriante que alguien te pudiera conocer así, ni siquiera sus amantes más cercanos, ni sus primos intentaban aquello puesto que asimilaban lo que para Logan todo eso significaba. Pero Eliot nuevamente estaba al pendiente de él, metiéndose en su vida, siendo insistente para conocerle más.
Se acercó a besar los labios del médico y cortó toda palabra que salió del otro, busco tomar la lengua de Eliot y que se abrazara a la suya así como se acomodó sobre el cuerpo del otro chico y buscó, nuevamente y antes de que sus pies tocaran piso y se levantara, enterrarse en su intimidad y arrancarle gemidos de puro placer, escuchar de Eliot las suplicas mudas de que no le dejara, de que se sentía amado por tenerle y ver esa sonrisa en cara del Psiquiatra de una dicha total y plena que el solo descubría cuando Eliot sonreía de esa manera, siempre se imaginaba que eso significaba esa sonrisa.
Se dedicó a besarlo por completo, a hacerlo estremecerse muchas veces, de distintas formas y en distintas posturas hasta que la mañana se volvió pasada las doce y todo quedaba en un “buenas tardes”, hasta cuando su respiración se controló sobre el cuello del médico y este terminaba por soltarle de la espalda como único agarre de salvación
-Te amo…. – escuchó de labios de Eliot y contesto de la misma manera, de la misma forma como lo había dicho el día que Eliot volvió de España y le escuchó una patética confesión de querer y corresponder los sentimientos del médico. Observó ahora la sonrisa del otro al escucharle y la forma cálida pero cansada como alzaba su mano para acariciar su espalda, sentir esos dedos recorrer su espina y no poder evitar preguntarse si eran simples amantes o si en verdad, podía decir que eran una pareja.
El timbre de la casa sonó, la mirada de ambos de saber quién podía ser un día sábado a medio día generó una leve incertidumbre entre ambos.
Logan decidió bajar de la cama y ponerse su ropa interior para acercarse sin más, aun con la transpiración pegada en el cuerpo hacía la puerta de entrada, no se asombró de ver a Cid sentado en la sala mirando hacía el acceso del departamento como si ya supiera de quien se trataba… eso era una mala señal, o al menos era lo que podía presentir de alguna forma extraña que nunca asumiría.
se acercó hasta el acceso principal y abrió la puerta para encontrar la mirada de Louis allí, se alzó de una ceja al saber que el hermano de Eliot conocía la ubicación de su propiedad cuando el solamente se la había dado a Scarlett y estaba seguro que esta nunca se la entregaría a nadie, ni siquiera a su marido y prueba de ello es que la chica conocía la localización de su morada y en todo ese tiempo, Louis nunca había ido hasta ella.
No tenía la necesidad, pero ahora, Louis estaba en la entrada de su casa, de su hogar, con una sonrisa extraña.
-¿Tu….?
-Soy el hermano de Eliot, necesito poder hablar con él, por favor
-¿Cómo sabes dónde vivo?
-¿Louis? – desde detrás del arquitecto estaba un Eliot ya levemente vestido, y es que andar descalzo y con la comisa algo suelta desde la parte superior no se le podía llamar a “vestido” como tal - ¿Qué haces acá?
-¿Y usted que hace acá? -Los tres vieron quien ahora hablaba, una adolescente que al parecer había llegado hasta la propiedad de Logan y que se encontraba con estos tres hombres conversando. Logan la observó y suspiro imaginándose que no podía ser peor. – Así que es verdad que te volviste Gay, he Logan…
Allí estaba su querida y arrogante prima Alioska, y ahora, no solo su “cuñado” sabía de su dirección, además su prima había notado que un hombre vivía con él al menos por lo fines, y que además era, al parecer, de conocimiento popular que había entablado una relación con otro hombre.
-No soy Gay- respondió de forma seca a su prima, se giró para dejar que Louis y Eliot conversaran y fue cuando notó en el rostro del médico algo extraño después de pronunciar aquello, después de responder con molestia y con algo de dureza a las palabras de una de las menores de su familia.
Puro notar como el silencio se volvió presente y como Eliot iba por sus zapatos, su chaqueta y comentaba un simple “nos vemos…” por parte de Eliot, para salir del edificio con un Louis que prefirió no hablar, mientras su prima, parecía querer entender que pasaba.
El solo sabía, que esto de estar con otro hombre se volvía más complicado de lo que las chicas decían…