Ahí estaba, manejando camino a casa en un día de invierno lluvioso, ¿cuántos años ya habían pasado?, ¿dos?, ¿tres? o quizás… ¿Cuatro?, la verdad ya no importaba, la cosa es que los finales que leía en cuentos no existían en la realidad, eso de que el príncipe azul rescataba a su princesa encarcelada en los brazos de un malvado villano para casarse, vivir felices y comer perdices, no es cierto.
La realidad hacia ver que aquel príncipe azul no era nada más que un cobarde con las hormonas alborotadas que solo busca alguna persona para saciar su sed sexual, por desgracia conocía a uno.. y muy bien.
Yacía conduciendo camino a casa de su querido cuñado, ¿qué imbécil no? Llevo años buscando aquella felicidad que llene este vacío, pero no he logrado encontrar nada más que amargura.
Durante estos largos años he aprendido a desconfiar de todo aquel que despertase aquella luz roja en mi interior, esa luz que alertase lo mal que podía salir el haberlos conocido.
Sin más que decir detuve el Gepp, saque las llaves y las coloque dentro del bolsillo de mi chaqueta anaranjada, hacia mucho frio, sentí aun mas al abrir la puerta para bajar del auto, la brisa congelada entraba por mi boca, se deslizaba por mi garganta hasta llegar a mis pulmones, tuve un leve escalofrió al sentir aquel ciclo nuevamente. si no me apresuraba terminaría congelado.
comencé a caminar de manera rápida para pararme en el pórtico de la casa de Itachi, no entendía como había hecho para conseguir una casa tan grande, creo que el apellido ayuda más de lo que creía, libere una sonrisa y golpee con delicadeza la puerta de madera esperando a que me abriera, pasaron los minutos y aun no abría, me extrañó ya que normalmente me abría la puerta con una gran sonrisa, me acerque a la fría madera barnizada para posicionar mi oreja, intentaba escuchar algo, solo pude escuchar voces y gritos, ¿pero qué demonios?, Itachi, Deidara.. y.. ¿quién era el otro que hablaba?, fue en ese momento que Deidara decidió abrir la puerta encontrándome en el acto
-¡Dios! Si eres tu pequeño Naru.. –logre notar el nerviosismo en su voz, ¿que estaba sucediendo?.-
-Claro que soy yo, ahora… ¿me dejaras pasar o debo pagar tarifa?, te advierto que no tengo el cambio justo-ttebayo –solté riendo con gracia, dios que bueno soy a la hora de burlarme de los demás. …l se hizo a un lado y yo entre limpiando una lagrima que amenazaba con caer por mi mejilla por tanto reír.-
Caminé en dirección a la cocina y me senté en la silla, más que extrañado porque juraba que Deidara venia tras de mí, quizás fue por mi pequeño, seee.. Tengo un pequeño niño de solo tres añitos, más que orgulloso de haberlo cuidado solo hasta ahora, después de todo el padre se había dado a la fuga luego de haberlo encontrado besuqueándose con una de las tantas zorras que tenia por ahí.
Suspire pesado apoyando mi peso sobre la mesa de cocina. Haber recordado a aquel hijo de puta solo me amargo aun más la existencia, aquellos dulces recuerdos eran ocultos tras una imagen desconcertante de una pelirosa de grandes ojos color esmeralda, frote mis sienes con delicadeza y ya algo aburrido me levante y decidí ir en busca de mi pequeño bebe llamado Riku
Cruce el largo pasillo llegando a la habitación de Itachi y Deidara logrando ver a mi chiquito, la viva copia de su padre, que más podía pedir para desgraciar mi vida. Riku era igual a él, sus gestos, su forma altanera y ser un sabelotodo, igualito.
-¡Riku! –exclame horrorizado al ver como se había comido una bolsa de frugeles, mierda… Itachi no era bueno dando órdenes y ya lo sabía, pero Riku insistía en ir a ver a su tío Ita-chan, no se lo negaría a pesar de ser un pequeño demonio, pero adoraba a ese niño, suspire de manera pesada entrando en la habitación, mala decisión.
-¿Pensabas que escaparías de mi por siempre? –dijo una voz tras de mí, sentí como la puerta se cerraba, sudor frio recorría mi frente, lo escuche.. Escuche como cerro con pestillo, mis manos comenzaron a sudar, conocía aquella voz, quien estaba tras de mí era el rey de todas las pesadillas que podría haber multiplicado por mil, sentí miedo, aun mas al observar el rostro de Riku al verlo. ¿Qué pasaría ahora?, no fui capaz de voltearme para saber de quién era esa voz, la conocía más que bien, maldito Uchiha, ¿porque había regresado?, pensé que se había ha ido con Sakura fuera de mi vida y la de Riku, ¡dios! Riku.. …l lo va a ver, ¿¡como le voy a explicar que el hombre tras de mí era su padre?!
-Hey! ¿No me vas a responder? –maldito el día en que lo conocí, estoy más que seguro que debe estar sonriendo de manera burlesca, lo conocía bastante bien como para saber sus acciones, cinco años no pasaban volando.
Junte todo el valor que me quedaba para voltear mi cuerpo y logre notarlo, a pesar del tiempo se veía igual, cabello azabache, cutis más que perfecto y como olvidar aquellos ojos color ónix, que nostalgia poder verlo, pero eso no importaba debo mantener la compostura.
-¡Oh! ¿Mira a quien tenemos aquí? Sasuke Uchiha, tanto tiempo-ttebayo –fue lo único que atine a decir, noté como los bordes de sus labios se curvaban en una sonrisa, dios… ayuda.-
-Naru, un gusto poder verte, pero no es eso a lo que he venido.. –Susurro con seriedad, se acerco mas a mí, seguía siendo más alto que yo, odio eso.- ¿cuándo dirías que tenía un hijo de tres años? , es mas… ¿tenias pensado decirme?
Listo, mi vida se arruino, pero no me iré antes sin torturar al idiota de Itachi por no haberme advertido que su hermanito vendría. ¿Qué le respondería? Quizás si le decía que el niño era de otro lo dejaría en paz, pero nadie caería en esa escusa barata
-¿quien dijo que es tu hijo? –
- nadie, lo supe desde el momento que vi su pequeño cuerpecito corriendo tras Dei para que le diera dulces, es mi reflejo.- joder, como mierda no se me ocurrió teñirle el bendito pelo, quizás así nadie me preguntaría si es hijo del Uchiha, lo colocare a la lista de cosas por hacer antes de que Riku se gradué.
-no te ilusiones que no porque haya salido de tus huevos significa que sea tuyo.-
- ¡claro que lo es! ¡Es mi hijo!, ¡nuestro! Hijo.- me alerte, Riku no podía saber lo que pasaba, guié mis ojos en dirección a mi pequeño notando su cara de confusión.
-mira, aquí no. Salgamos.- así fue como tome la mano de Sasuke para sacarlo de la habitación, no podía haber nada peor hasta el momento, una vez alejados de Riku, me pare frente a él y lo encare, ya no había vuelta atrás.- bien Uchiha, si preguntas el por qué, lo diré. Tú has sido la peor cosa que me ha pasado en toda mi vida, tú la has arruinado, es mas Riku no debería saber de tu existencia-ttebayo
Libere un gran suspiro de alivio, tantos años guardándolo.. Se sentía más que bien soltarlo, pero el rostro de Sasuke estaba demacrado, nunca lo había visto así
-Yo.. Te amo, tú lo sabes. Te he buscado durante años, hace más de un año se de la existencia de Riku. Siento todo lo que te hice, pero no puedo más, ese era mi antiguo yo, cambie… ahora soy otro
-Sasuke-ttebayo.. No hay perdón para lo que tú me hiciste, no sé qué tan fácil será ver a la persona que amas teniendo sexo con una zorra y no solo una vez, las escusas agravan la falta –desvié mi rostro, sentía como mis ojos ardían, las lagrimas amenazaban con salir de mis orbes, hace tiempo había dejado de llorar por él, pero todos aquellos sentimientos volvían, sentía como mi estomago se revolvía y lo poco que había comido se devolvía por mi garganta creando amargura en mis papilas gustativas, lo odiaba, lo odiaba con toda mi alma.
-Naruto, era joven… quería vivir la vida, pero llegaste tu y cambiaste mi mundo. Todo lo que fui se convirtió en cenizas.-
- eso no lo puedo asegurar, yo te conocí hace años, ni siquiera estoy seguro de haberte conocido.-
-entonces... Conoce al Sasuke Uchiha que esta frente a ti, este hombre maduro de 28 años que sueña con un mundo a tu lado, junto a su hijo Riku, ser una familia feliz.-
Debía admitir que no sería fácil, nunca lo fue, pero no es como si le lograse negar a su hijo conocer su padre… ¿pero cómo se lo diría a Riku?
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