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Asi Funciona el Amor. por Small Lady

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Notas del fanfic:

Cuando vi Itachi Shinden un hecho que no habia quedado claro en mi por fin se revelo. 

 

Itachi no espero a que las personas del Clan Uchiha estuvieran durmiendo para llevar a cabo la masacre. Y que al igual que incrustaba su katana en todos sus familiares, tambien hizo lo mismo con los niños de la misma edad que Sasuke.

 

Cuanto amor debio tenerle Itachi a su otouto como para soportar tanto dolor en su vida.

Notas del capitulo:

Este fic solo tendra dos capitulos, ojala a alguien le guste. 

El llanto de un bebé recién nacido estallo en la habitación.

 

Itachi estaba nervioso y no sabía qué hacer, ¿Dónde estaba su padre? Los médicos se movían de un lado a otro, pero sus ojos solo podían visualizar desde el otro lado del ventanal como su madre abrazaba protectoramente al ser que acababa de llegar al mundo.

 

Cuando supo que su mamá estaba embarazada no le dio gran emoción, menos al notar como sus padres se distanciaban, pero Mikoto le decía incansablemente que la persona que venía en camino era alguien del que como hermano mayor tenía la responsabilidad de proteger, pero aquello solo lo confundía, ¿Tan especial era él bebe que su mamá esperaba?

 

No supo en que momento sus pasos lo dirigieron a situarse frente a su madre.

 

—Itachi acercarte... — La dulce voz de Mikoto se escuchó débilmente, no supo en que momento los médicos se habían marchado, quizá porque sintieron que ya nada podían hacer, que el destino de esa mujer era innegable. El joven Uchiha pudo notar que a su madre le costaba un poco respirar.

 

Mikoto lucia demacrada, los doctores se lo habían advertido, que si decidia tener al bebé podía ser fatal para ella.

 

Itachi había sido un milagro para el matrimonio Uchiha, así que ambos se sintieron satisfechos cuando lo tuvieron entre sus brazos, pero cuando la noticia de un segundo hijo llego, Mikoto no tardo en mostrar signos de un futuro no muy prometedor. Fugaku le había rogado para que autorizara el aborto, pero ella rotundamente se negó, quizá por eso su esposo no se encontraba a su lado en esos momentos, aquellos últimos meses habían sido una crisis para la pareja, pero jamás se arrepentiría de haber traído al mundo a ese ser tan inocente.

 

¿Pero ahora como le explicaba a su primogénito que sentía que poco a poco la vida se le iba entre cada suspiro?  

 

—Es muy pequeño… — Expreso con infinito amor, Itachi contemplaba todo en silencio a lo que la pelinegra le pregunto. —¿Qué te parece si me ayudas a ponerle un nombre? —

 

—¿Qué te parece Sasuke?. —Sugirió al instante. —Como el samurái de aquella leyenda japonesa que tanto le gusta a papá. — (1) Expreso, ganando un asentimiento por parte de su madre.

 

—Me parece perfecto. —Mikoto sonrió a duras penas. —Por eso me enorgulleces hijo, a pesar de tener cinco años conoces más historias y libros que cualquier otro niño de tu edad. — Mikoto poso su delicada mano en la mejilla de Itachi. —Eres un niño tan bueno... —

 

—Mamá. — Itachi poso su manita en la pálida mano de la mujer. —Te iras… ¿Verdad? —

 

Mikoto en este punto no pudo retener más las lágrimas y se odio por eso, quería que lo último que su hijo viera de ella fuera una sonrisa y no el llanto de una mujer demacrada y con los segundos contados.

 

—Si… — La pelinegra sabía que Itachi podría interpretar sus palabras a la perfección. —No quisiera, Sasuke me necesita, tú me necesitas... —Mikoto ahogo un gemido lastimero. —Pero es inevitable, solo prométeme que cuidaras a tu hermano.

 

—No quiero que te preocupes, yo lo cuidare. — Sus palabras fueron un vano intento da darle tranquilidad a su madre, pero el dolor de su pecho era lacerante, ¿Dónde estaba papá? Volvió a preguntarse al sentirse desolado.

 

Se negaba a entender porque su madre tenía que dejarlos.

 

—Admiro tu valentía cariño…— La tenue conversación fue interrumpida por los quejidos del pequeño. —Mira, Se está despertando. —Mikoto deposito un beso en la frentecita del bebé. —Te amo mi pequeño Sasuke…—

 

Los ojos onix del recién nacido se abrieron por primera vez, e Itachi quedo fascinado al instante.

 

No supo en que momento su madre había cerrado los ojos, no supo en que momento su mano dejo de acariciarle la mejilla cayendo inerte hacia la nada.

 

Una vida terminaba, pero otra empezaba.

 

Desde el momento en que observo su reflejo en esos grandes y bonitos ojos supo que Sasuke iba a ser el ser que más amara en todo el mundo.

 

 Pero siendo apenas un niño de cinco años, era evidente que no tenía ni la menor idea de los problemas que aquel amor incondicional le traería en el futuro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El instituto Konoha Gakuen era la escuela preparatoria con más renombre de la ciudad, al ser una escuela pública los jóvenes que habían logrado su ingreso eran chicos con personalidades serias y tranquilas.

 

—¡¡AAAY SAKURA CHAN ESO DUELE TTEBAYO!! —

 

Y señoritas refinadas con un lenguaje impecable.

 

—¡¡PUES DEJA DE SER UN HOLGAZAN Y PONTE A HACER TAREA EN VEZ DE PEDIRLE LA COPIA A SASUKE KUN, NARUTO IDIOTA!! —

 

Si, una escuela pacifica con excelentes y educados alumnos.

 

—¿Podrían callarse? Me dan dolor de cabeza. —

 

—¡Disculpa Sasuke kun! Veras, todo es culpa de Naruto… —

 

Pero Sasuke decidió desconectar su mente de todo el ruido que su compañera de clase y su mejor amigo provocaban. Su pupitre que estaba a lado de uno de los ventanales le permitían tener una vista panorámica de todo el instituto, brindándole, aunque sea unos minutos de paz.

 

Su cabello azabache se movía al compás de las suaves oleadas de aire, era verano así que el viento estaba fresco, aunque el calor no se hacía de esperar y hacía de las suyas, haciendo que la mayoría se quejara de la sensación térmica.

 

Cruzo sus brazos sobre el pupitre y los uso como almohada recostando su cabeza en ellos. Sus pupilas pasearon por todo el contorno azul del cielo hasta que se toparon con el edificio que estaba más allá de la barda de su escuela.

 

El instituto Universitario Akatsuki Shinden.(2) Instituto donde asistía su hermano mayor.

 

Uchiha Itachi.

 

Y como siempre que su mente pronunciaba lentamente su nombre, se perdió en un mar violento de pensamientos.

 

El prodigio y orgullo de la familia, excelente estudiante, excelente amigo, excelente hijo. Con calificaciones sobresalientes, con una habilidad de aprendizaje que le permitía aprender con tal solo ver/leer una sola vez, cinta negra en taekwondo y dominante de tres idiomas.

 

Lo detestaba.

 

Detestaba que todos lo alabaran.

 

Detestaba que fuera tan perfecto.

 

Detestaba sentirse opacado por él, haciendo que se convirtiera en una simple sombra para su padre.

 

No importaba cuanto estudiara y se esforzara, a sus 17 años jamás había podido superar en absolutamente nada a su hermano.

 

Si tan solo todos supieran que él no era tan perfecto como aparentaba.

 

Solo bastaba recordar…

 

Su padre nunca fue un ejemplo para él, al menos no con él. Podía jurar que las tres frases que más escuchaba del que se decía llamar su progenitor eran

 

“—Deberías ser más como tu hermano. —“

 

“—Estas calificaciones son una vergüenza, no se comparan a los de Itachi —“

 

“—De seguir a asi jamás traerás honor a la familia como lo hace tu hermano. —“

 

Siempre terminaba con el corazón hecho pedazos. Pero para su suerte de aquel entonces (Que ahora recordaba con sumo asco) su hermano estaba ahí para confortarlo.

 

Recordaba vagamente la época donde Itachi se preocupaba por él, brindándole sus brazos en las noches de interminables llantos, consolándolo cuando su padre lo regañaba por pequeñeces y cuando sentía que no podía más con tantas exigencias, mimándolo con dulzura, contándole historias fabulosas antes de dormir, sentir la fuerte espalda de su hermano al ser cargado un atardecer después de ir al parque era de sus recuerdos más especiales…

 

Tal vez Itachi comprendía lo mucho que su madre le hacía falta, el tan solo era un niño necesitado de amor, amor que su papá jamás le dio por estar perdido en el dolor de su perdida.

 

Pero cuando creyó a sus diez años que no necesitaba nada más que el cariño de su hermano, este simplemente lo hizo a un lado.

 

No importaba cuantas veces lo llamara, no importaba cuantas veces tocara su puerta, no importaba las rabietas, ni las travesuras que hacia apropósito para que siquiera le diera una reprimenda, para que siquiera volteara a verlo, lo único que hacía era ganarse severos castigos por parte de Fugaku.

 

Pero Itachi jamás volvió a tomarlo en cuenta. Fue como si se hubiera convertido en un objeto más de la casa.

 

Había perdido a su madre, había perdido a su padre y ahora, había perdido a su hermano.

 

Sasuke se preguntó que había de malo en el como para que las personas que amaba le hicieran a un jodido lado.  

 

Su personalidad se vio afectada, haciéndolo reservado y frio. Ya no buscaba la atención de Itachi, ahora solo quería superarlo y demostrarle que él era el mejor y que no necesitaba de él.

 

Pero, aun así, y con el tiempo pasando en cada tictac…

 

¿Por qué no podía deshacerse de aquel dolor que le taladraba el pecho cada vez que pensaba en su hermano?

 

Estúpido amor que disfrazaba con odio.

 

Volteo el rostro con un semblante molesto, solo para encontrarse con que Naruto lo observaba muy de cerca.

 

—¿Estas molesto? — Pregunto su amigo de rubios cabellos mientras le picaba la mejilla.

 

—No. — Pero ante los incesantes piquetes del contrario no pudo evitar fruncir más el ceño. —¡Ya déjame usuratonkachi!—

 

—¿Y si no quiero? —Le respondió con una enorme sonrisa, haciendo que Sasuke no tardara en bufar fastidiado.

 

¿Alguien podría explicarle como termino siendo amigo de ese sopenco?

 

Naruto Uzumaki llego a la colonia donde habitaba cuando tenía doce años de edad, desde ese momento siempre lo observaba desde la ventana de su cuarto jugando en la calle con su pelota naranja, o en la secundaria, dándole dolores de cabeza a los maestros, y en uno de los ataques de histeria del blondo, este lo había señalado como su eterno rival.

 

¿Por qué eterno rival? No es como si sus grandes habilidades en lectura, matemáticas, artes, y deportes tuvieran algo que ver, pura envidia del Uzumaki, haciendo que el mencionado junto con el resto del grupo fueran cruelmente opacados por su divina presencia. 

 

¿Qué culpa tenía el? Si lo único que hacía era siempre esforzarse para poder alcanzar a su hermano…

 

Después de alguna u otra manera el niño con cabeza llena de ramen comenzó a invitarlo a jugar, según palabras de él “para demostrarte su grandiosidad” haciendo absurdas competencias de quien saltaba más tiempo en un pie, quien comía mas tierra, quien tocaba el timbre de la vecina gruñona…

 

Al principio se negó a hacer tales estupideces obviamente, él no podía deshonrar el prestigioso apellido Uchiha, pero de alguna u otra forma la sonrisa radiante de ese niño y su eterno entusiasmo le fueron contagiados. Así acabaron siendo los mejores amigos.

 

 

 

—¡¡HEY SASUKE TEME!! — Los tímpanos le vibraron adoloridos.

 

—¡¿Qué mierda te pasa?! — Sasuke salió de sus pensamientos y ahora sentía unas inmensas ganas de estrangular al idiota delante de él. —¿Por qué carajos gritas como un imbécil?

 

—Ya tocaron el timbre, hasta Sakura chan se despidió de ti y tu ni en cuenta. — Naruto se cruzó de brazos. —Mueve el trasero Uchiha, hoy toca la revancha en tu casa. —

 

—No tengo ganas. — Fue su escueta respuesta. Ya sabía lo que venía, Naruto tenía una fijación por los videojuegos de guerra y solo fue cuestión de tiempo para hacer que él también le agarrara el gusto.

 

—¡Oh vamos Sasuke! —El Uzumaki tomo su mochila y la del pelinegro. — ¿O tienes miedo de que te vuelva a hacer pedazos? Ne, Sasuke nena~ —Su mirada y sonrisita maliciosa no duraron mucho cuando Sasuke le dio un zape en la cabeza. —¡¡Eso duele!! —

 

Si había algo que Sasuke detestara, era que lo llamaran de esa manera. Admitía que tenía un aspecto algo andrógino, y que incluso sentía un poco de envidia por el rubio, pues este tenía espalda amplia, sus cabellos eran sumamente rebeldes, y tenía vellos por todos lados (Pues el cerdo no cuidaba muy bien su higiene) sus piernas lucían fuertes y se le marcaban los músculos, eso sin contar las cicatrices que los juegos de la infancia, travesuras y ahora peleas con brabucones se esparcían por todo el cuerpo del Uzumaki.

 

Sabia de cada una de ellas porque la mayoría habían sido curadas por él.

 

Mientras que el mismo podría catalogarse como un enclenque, tenía fuerza en los brazos y piernas sí, pero no se marcaban tanto como lo hacían con el mencionado, su piel lampiña no mostraba ni un solo vello, su cabello siempre estaba perfectamente acomodado en puntas hacia atrás y lacio de frente, y al rehuir del sol (excepto cuando jugaba con Naruto en aquellos tiempos de infancia) hicieron que su piel tomara un aspecto pálido.

 

—Tuviste suerte. —Retomo la conversación mientras que se dirigía a la salida seguido por el rubio. —Pero esta vez no jugaremos Gears of war, si no Halo 5. —Y vaya que Sasuke sabía que le podía dar una buena arrastrada a Naruto en ese juego.

 

—¡Pero yo soy pésimo en Halo! —

 

—Yo no había jugado jamás en mi vida Gears. — Le recordó.

 

—¡¡Aargh!! Está bien, solo para que no andes de llorón ttebayo. —

 

—Je, el único llorón aquí eres tú. —

 

—¡¡CALLATE TEME!! —Y así ambos jóvenes se dirigieron a la casa del Uchiha.

 

 

 

 

 

 

 

—¡¡Mira mira, es el!! —

 

—Es tan guapo. —

 

—Se ve bien con esos lentes. —

 

—Quiero invitarlo a salir. —

 

—Yo quiero que me haga la tarea. —

 

—Es maravilloso. —

 

Cerro su libro y al instante lo guardo en su maleta, se quitó las gafas y suspiro cansino, ¿Cómo iba a estudiar con todo ese ruido? Si prácticamente tenia a esa manada de señoritas a solo cuatro metros de distancia, podía escuchar absolutamente todo el alboroto que hacían.

 

Al parecer la discreción no era lo suyo.

 

Su vista se dirigió a su reloj de mano, misma que le indico que ya eran las tres de la tarde, hora exacta que la escuela preparatoria, que curiosamente estaba situada a lado de su instituto, dejaba salir a sus estudiantes. Si se iba ahora y se daba prisa, podría llegar a casa y ver, aunque sea un instante a su hermano, antes de que este lo pasara de largo y se encerrara en su cuarto.

 

No lo culpaba, después de todo él había sido el que había alejado a Sasuke. Aun recordaba con dolor como su hermanito lo llamaba una y otra vez tras la puerta de su habitación, sus ojitos cargados de decepción cada vez que él lo apartaba de su camino, como de tener largas platicas se limitaba a solo hablarle lo necesario.

 

Todo eso lo convertían en un ser despreciable, lo sabía, podía sentir el rencor crecer con el pasar de los años en los ojos de su hermano.

 

Pero es que Sasuke jamás comprendería la verdadera razón del porque lo había alejado de él. ¿Cómo explicarle a su hermano menor que el amor que le tenía lo había convertido en un mounstro?

 

Desde que Sasuke había nacido se había dedicado a cuidarlo y protegerlo de todo, su padre jamás estuvo presente en ningún aspecto de la vida de su hermano, de lo único que se encargaba Fugaku era del sustento económico y el de aparentar que eran una familia, cuando en realidad este nunca estaba en casa así que familia era algo que no eran ni de chiste.

 

Aun así, le daba gracias al cielo y a la memoria de su madre por haberle dado aquel regalo tan hermoso que era su hermano, verlo crecer fue gratificante para él, había jurado ser el mejor hermano mayor de todo el mundo y vaya que en su momento lo cumplió.

 

Hasta que todo se distorsionó.

 

Cuando Sasuke cumplió recientemente los diez años se quedó dormido en su cama, al parecer exhausto de tanto jugar con él. Para ese entonces Itachi de quince ya había comenzado a ver de manera diferente a su hermano.

 

Podía observar que Sasuke en aquellos dos últimos años había desarrollado un perfil delicado, sus facciones se estaban definiendo, dejando en claro que, si él había sacado todos los rasgos de su padre, entonces Sasuke poseia todos los rasgos de su madre.

 

Se sentía extraño al experimentar un pequeño deseo nacer de él, uno muy oscuro a su parecer…

 

Nadie debía saberlo, nadie debía saber que cada vez que abrazaba a Sasuke sentía la necesidad de pasear las yemas de sus dedos por su piel.

 

Decidió suprimir lo más que pudo esos insanos sentimientos, lo intento de todas las maneras posibles, pero el cariño que Sasuke le profesaba lo estaba volviendo loco e inseguro.

 

Aun con toda la tormenta que había en su interior, se acostó junto a su hermanito para poder descansar un poco también, podría estar enfermo, pero seguía siendo un hermano mayor y debía velar por el sueño de su querido Sasuke.

 

O eso fue lo que se dijo para auto convencerse. No tardo en trasladarse al mundo de los sueños…

 

 

 

—Itachi…— Su cuerpo estaba sensible ante tanto placer, pudo vislumbrar que la habitación donde se encontraba era amplia y que la cama donde estaban era muy cómoda, escucho su nombre una y otra vez de la boca de la persona que tenía encima de él. Un joven, de aspecto angelical lo llamaba incesantemente, pero por alguna extraña razón no podía ver con claridad los rasgos de su rostro y el sonido de su voz a sus oídos se escuchaban levemente distorsionados.

 

Aun así, podía percatarse que aquella persona poseía la gracia de un felino, se movía ante el tan elegante y erótico que hacía que su pene doliera de tanta excitación.

 

El cabello azabache del joven le hacía cosquillas mientras que juguetonamente paseaba su lengua por su abdomen bajando traviesamente hasta toparse con su abultado pene.

 

No tardo en deshacerse de sus pantalones. ese chico de aspecto bonito tenía la intención de mamársela y el no iba a hacer absolutamente nada para impedírselo.

 

Por el contrario, lo deseaba.

 

—Podría decir que esta es la verga más grande que me he comido. —Comento el chico al momento de liberar el miembro del mayor de entre sus boxers. —No se si entrara todo en mi boca…

 

Itachi no se sorprendió de descubrir que el chico ya tenía experiencia, esa maestría con la que se movía no se adquiría leyendo un libro o viéndolo por internet.

 

—No dudo que logres hacer que entre. — Comento casual, siguiéndole el juego de palabras. —Después de todo, se nota que te encanta chupar vergas…

 

El jovencito embozo una sonrisa traviesa. —Sí, me encanta. —Y tras esa afirmación se metió toda la extensión a la boca, haciendo que el Uchiha gruñera en señal de satisfacción.

 

Sus gemidos escapaban de su boca una tras otra sin darle tregua, la cabeza del chico subía y bajaba a cierto ritmo volviendo loco al de coleta baja, pronto las grandes manos se posaron en el cuero cabelludo del muchacho, haciendo que acelerara más el ritmo de la felación.

 

Cada vez que el jovencito aprisionaba su erección con sus deliciosos labios, oleadas de placer inundaban todo el cuerpo del Uchiha, aunque sabía que si dejaba que el chico se la chupara hasta el final la diversión acabaría, así que cuando sintió sus muslos tensarse y los dedos de sus pies acalambrarse paro toda acción, haciendo que el chico se separara de su miembro.

 

—¡Hey! —Se quejó el menor al ser alejado de tan exquisito miembro.

 

—¿Creíste que solo iba a dejar que me la chuparas? — Le pregunto divertido. —Quiero acabar en otro lado.

 

—Entonces acaba aquí. — Y como si de un sumiso se tratase el menor uso la cama para ponerse en cuatro, y alzo las caderas lo suficiente para dejar a simple vista su orificio anal.

 

—Quiero tu verga llenándome  —Señalo suplicante. —¡Métemela toda, rómpeme, no me impor-Aarhh!

 

Itachi no tuvo compasión al ver a su compañero tan necesitado, ni siquiera lubrico los dos dedos con los que estaba profanando el orificio de aquel muchachito pervertido, pues este ya se encontraba mojado por su propia semilla pre seminal.

 

—¿Por cuantos te has dejado coger? — Pregunto Itachi al mismo tiempo que un tercer dedo se unía con los otros dos—¿Cuántas vergas has tenido aquí? Pequeña putita…— Esta vez pregunto movido por la curiosidad.

 

—¡M-muchas! —El menor cerro los ojos con cierta satisfacción al sentir como el Uchiha rozaba levemente su próstata con esos dedos tan largos que poseía. —Pero la tuya es la que más voy a disfrutar…

 

Itachi retiro sus dedos y tomándolo de las caderas le dio a su compañero un giro brusco, pues deseaba ver su expresión cuando su miembro estuviera perforándolo.

 

Tomo su erección y sin perder más tiempo lo adentro a ese orificio caliente que exigía ser llenado en su totalidad. Ambos gimieron de total placer, uno por la calidez en la que su miembro se encerraba y el otro por tener algo tan grande adentrándose en su interior.

 

Aquel niñato, como Itachi había decidido llamarle por ahora, comenzó a gemir al compás de sus embestidas, sus pupilas pudieran divisar que por fin estaba comenzando a notar algunos rasgos del chico bajo el, podía ver sus labios perfectos y rosados siendo solo abiertos para soltar suspiros tras suspiros, se le antojo invadir aquella boquita con su lengua, y así mismo lo hizo.

 

Sin parar las penetraciones Itachi acerco su boca a la contraria, robándole al muchacho un beso hambriento y necesitado, beso del que fue correspondido al instante, la lucha incesante de lenguas comenzó, ambos buscaban el control de la situación.

 

“—Con que es orgulloso. —“Pensó el mayor al sentir que el muchacho no iba a dejar de darle batalla para tener el dominio de aquel candente beso.

 

No paso mucho tiempo para que sus labios bajaran a devorar ese fino cuello y sus manos apretaran con cierta fuerza aquellos pezones adorablemente rosados, dejando que el joven soltara gemidos y suspiros sin parar.

 

—¡C-córrete dentro de mi! —Suplico, a lo que Itachi asintió encantado.

 

Itachi llego al límite, cerró los ojos con fuerza.

 

—¡I-Itachi! —

 

Escuchar ser llamado de esa manera tan erótica solo aceleraron su ya pronta eyaculación.

 

—¡¡Nii-san!! —

 

Itachi volteo a ver con cierto desconcierto la cara de aquel joven, esos mechones azabaches pegados a su rostro por el sudor, esos ojos ónix que lo miraban con lujuria, esa voz, ese cuerpo…

 

La herencia de los rasgos de su madre fallecida hacía presencia en aquel. Ante él se mostraba un Sasuke de 18 años, mismo que le estaba sonriéndo con satisfacción.

 

Estaba teniendo sexo con su hermano menor.

 

Itachi abrió tan rápido los ojos que hasta creyó lastimarse los parpados.

 

Sentía el cuerpo sudado y pesado, su pecho subía y bajaba a un ritmo acelerado y no tardo en percatarse que su miembro estaba alzado y le ofrecía pulsaciones dolorosas como un llamado necesitado de atención. pronto se percató que el pequeño Sasuke estaba aferrado a su brazo profundamente dormido, a lo que decidió no mover ni un solo musculo para quitárselo de encima.

 

¿Qué mierda había sido eso? No podía creer lo que acaba de soñar, sabia que estaba enfermo, pero no creyó que tanto ¡Era su hermano menor por el amor de dios! Ahí, en medio de su habitación y con la oscuridad protegiéndolo, comenzó a llorar en silencio.

 

Toda la noche rezo para que algo así jamás volviera a repetirse en su cabeza. Pero a lo contrario de lo que él hubiera esperado, sus plegarias no fueron escuchadas.

 

Aquellos sueños volvieron a repetirse una y otra vez.

 

Amaba a Sasuke, lo amaba con todo su corazón, le pareció un ángel hermoso que llego al mundo para completar su felicidad, pero supo que esos sueños ya lo tenían mal cuando, cada movimiento que hacia su hermano al jugar con él, cada abrazo, cada roce, lo hacían desear más…

 

Fueron varias veces en las que se descubrió robándole besos a un durmiente Sasuke.. solo era un niño, y el un maldito enfermo, se odiaba con todo su ser.

 

Cayo en una profunda depresión y la culpa comenzó a carcomerlo, no podía concentrarse en clases y se aisló de todos.

 

Pero al final hizo lo que considero lo mejor, alejo a Sasuke de su vida.

 

El dolor que este hecho le provocaba a su hermano era algo que lo laceraba profundamente, pero quisiera o no aprendió a vivir de esa manera, por el bien de los dos.

 

El camino de vuelta lo degustaba igual de amargo que siempre, pronto llegaría a casa.

 

¿Pero para qué? No es como si pudiera llamarlo hogar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—¡¡Eres un tramposo!! —Señalo el rubio mientras que esperaba que Sasuke abriera la puerta de su casa, una vez que el seguro cedió, ambos jóvenes entraron al lugar. —Tenías que haberme avisado primero que la carrera empezaba cuando dijeras tres y no a la cuenta de tres— Le explico al pelinegro que lo veía con cara de “no me digas”

 

—Si lo dije, es solo que te tardaste en procesarlo. —Sasuke dejo la mochila en la salita principal, siendo imitado por su amigo. —No es mi culpa que lo único que tengas en la cabeza sea aire, dobe. — Se burló formando cierta sonrisita de superioridad.

 

—¿Eso piensas? Pues me parece que alguien ya no va a jugar Halo 5… —Se lamentó falsamente mientras sacaba tras su espalda el dichoso juego. —Sería una desgracia que alguien rompiera el CD~ —

 

—No te atrevas usuratonkachi… —Siseo amenazante.

 

—Pobre teme cara de amargado, se quedará sin juego. —Siguió el rubio con ese tonito lastimero.

 

—¡Dame eso! — Y como era de esperarse cuando Sasuke se desesperaba, se abalanzo hacia el con la intención de quitarle su preciado juego, y de paso de darle uno que otro puñetazo por dobe. Sabía que debía haberle hecho caso a su instinto cuando esta le advirtió que prestarle el juego a Naruto era una pésima idea.

 

Naruto se reía como loco mientras que Sasuke lo tomaba de la camiseta, entre empujones y jalones el rubio torpemente había interpuesto el pie entre las contrarias, enredándose y ambos cayendo duramente en el frio suelo.

 

Sasuke sintió el peso de Naruto sobre él, haciendo que se le dificultara un poco respirar.

 

—¡Sasuke! ¿Estás bien? — Pregunto el rubio con tono alarmado.

 

—Lo estaría si te quitaras de encima. — Dijo a duras penas, haciendo que el contrario se riera apenado.

 

—Lo siento ttebayo. — Levanto un poco su peso para dejar que el Uchiha pudiera respirar con tranquilidad, pero cuando hizo el ademan de levantarse simplemente no pudo.

 

Sus zafiros se habían quedado hipnotizados por el color ónix de los ojos del contrario.

 

Naruto siempre había visto a Sasuke como un chico muy guapo, obviamente eso era algo que jamás diría en voz alta por temor a hincharle más el orgullo al pedante ese, su secreto era que cuando Sasuke se distraía gustaba de verlo con suma atención.

 

Observaba el largo de sus pestañas, lo suave que lucía su piel y su cabello, observaba sus gustos, lo que le desagradaba, lo que lo tranquilizaba, lo que hacía que por un segundo su máscara de indiferencia desapareciera, la forma de ser del Uchiha lo consideraba fascinante y ahora se encontraba ahí observando aquellos ojos que siempre le parecieron tan hermosos, como observar la fría noche de un invierno.

 

La verdad es que él no era gay, había tenido novias con anterioridad, pero sí de hacer excepciones hablaban, no le importaría estar con su mejor amigo.

 

La idea de besar al gruñón Uchiha estallo en su cabeza como una bomba, y el como el chico número uno en sorprender a la gente no se iba a quedar con las ganas.

 

Sasuke se quedó anonadado cuando Naruto puso suavemente sus labios sobre los suyos. Su mente se había quedado en blanco, ¿En serio estaba pasando esto? El jamás se había dado tiempo para ese tipo de cosas, siempre estaba ocupado estudiando y tratando de sacar las mejores notas, en su mente no se le había pasado el hecho de que nunca había intentado besar a una chica, y eso que tenía muchas admiradoras, pero la sola idea simplemente no le atraía.

 

Todo esto lo llevaba a pensar en el amor, y se sintió extraño cuando en medio de todo aquello solo pudo pensar en Itachi. ¿Buscaría en otros brazos lo que Itachi le había arrebatado?

 

No. El amor que le tenía a Itachi era diferente a esto… ¿Verdad?

 

El acto de ahora más que molestarlo solo había hecho que una curiosidad que no sabía que tenía despertara. el gesto del rubio no le desagrado del todo...

 

 

 

Naruto se sentía nervioso, en algún punto había cerrado los ojos y solo dejo que ambas bocas tuvieran contacto, sentía sus mejillas arder y sabía que después de esto Sasuke lo molería a golpes, pero que más daba, no se pudo resistir, la idea de robarle su primero beso al Uchiha se le había hecho excitante.

 

Los dos estaban tan encerrados en sus pensamientos que no se dieron cuenta cuando la puerta de la entrada principal fue abierta.

 

Ambos jóvenes se separaron al saberse descubiertos.

 

Y Sasuke no supo porque su pecho dio una pulsada de culpa cuando sus onix chocaron con los ojos sorprendidos de su hermano mayor.

 

La situación de alguna u otra manera solo mostraba indicios de empeorar. 

Notas finales:

(1) Tenia entendido que Sasuke es el nombre de un samurai
muy famoso en japon. Kishi lo utilizo para nuestro emo favorito.

(2) Se que shinden se traduce como verdadera historia, pero megusta como suena con Akatsuki. xD

Lo siento por el desastroso lemon. ¿Comentarios? ¿Sugerencias? ¿Tomatazos? Bueno, saludos. 

 

Small Lady. 


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