Capítulo 1.
Hogwarts…
Un colegio maravilloso, lleno de buenos profesores y de alumnos sedientos por aprender cosas nuevas cada día… bueno… uhm…no todos.
-¡Toma esa James!- Gritó un chico de melena larga y rizada, mientras brincaba en cada uno de los sillones de la sala común de Gryffindor con una foto en mano.
-¡Joder! ¡Sirius!- Respondió el chico víctima de la travesura. Usaba unas gafas redondas y tenía un cabello totalmente alborotado- ¡Dámela!
Otro chico, de cabello castaño y ojos color miel, los observaba con cierto fastidio. Él había ido a la sala común a leer un poco, pues la biblioteca a esas horas ya había cerrado… pero viendo el comportamiento de los otros dos, le era imposible concentrarse en esos momentos. Así que, irritado, cerró el libro de golpe y se levantó bruscamente.
-¡¿Puedes comportarte, Sirius Black?! ¡Estás arruinando el cómodo ambiente del lugar!
-Cálmate, Remus- Dijo Sirius mientras bajaba de un sillón no muy lejano- Te hace falta divertirte, ¿no?
En respuesta a ello, Remus bufó cruzándose de brazos. Estaba un poco irritado ese día. (¿un poco?)
-¡James! ¡James! ¡Saca la snitch y muéstrame como la atrapas!- Chilló otro chico regordete que se encontraba al lado del nervioso James Potter.
-Ahora no, Peter- Respondió James mientras se revolvía el cabello. Manía suya.
Todos los chicos tenían la misma edad: 16 años, y cursaban el 6to año en el colegio.
-¿Qué hará Evans cuando descubra que le has pagado a un chico de familia muggle para que le tomará una foto? Con esa camarilla suya…- Sirius arremedó tener en mano una cámara fotográfica invisible. Peter fue el único que rio.
-Si fueras más educado te importaría lo que James está sintiendo en estos momentos, Sirius- Dijo Remus mirando a James un momento y luego regresó la mirada a Sirius- ¿Qué no te das cuenta de que estas gritando todo esto? Alguien podría escucharte, decirle a Lily lo que ha pasado y entonces ahí si habrán problemas.
-Pero…
-Dásela, Sirius.
Sirius Black obedeció de mala gana y le entregó la foto a un sonriente James.
-Gracias, Remus. Deberías educar a este mandril- Dijo mientras guardaba la foto en uno de sus bolsillos del pantalón.
-Ya, no es para tanto, ¿verdad James?- Sirius caminó adonde se encontraba el de gafas. James suspiró y le sonrió.
-Me la debes, cabronazo- Respondió James mientras le abrazaba amistosamente por los hombros.
-Tengo sueño- Dijo Peter mientras se estiraba. Los otros le imitaron.
-Será mejor que vayamos a nuestros dormitorios- Dijo Remus mientras se levantaba y recogía su libro.
Los 4 amigos caminaron rumbo a su habitación compartida. Una vez dentro, todos se pusieron el pijama y se metieron a la cama.
-Hoy fue un día pesado- Dijo James mientras se acomodaba en las sábanas- El entrenamiento de quidditch fue agotador…
-Pues será mejor que duermas ya, que mañana tenemos a primera hora clase de pociones con los de Slytherin- Comentó Peter mientras miraba el techo.
-Estoy ansioso de que sea mañana… siempre espero los lunes la clase de pociones con gran ansiedad.
-¿En serio, Sirius? Supongo que no será por tener ganas de aprender- Dijo Remus esbozando una sonrisa.
-Por favor, me sé ya el curso de memoria.
-Entonces, ¿por qué esperas tanto ese día?
-Porque molestar a Quejicus a primera hora de la mañana es la mejor sensación del mundo, ¿o no chicos?
James y Peter dijeron “¡Sí!” al unísono.
-Pues será mejor que se vayan comportando, que el profesor Slughorn está perdiendo la paciencia- Dijo Remus, rodando en su cama.
-Relájate ya… o me enfadaré.
-Y no querrás tener a tu lado a un Black molesto, ¿o si Moony?- Preguntó James en broma. Sin embargo, Remus por alguna extraña razón se sonrojó- ¿Moony? Creo que ya se ha dormido…-Dijo James negando la cabeza con diversión por no tener una respuesta de vuelta.
-No, sigo aquí- Se apresuró a decir Remus- Es sólo que… nada.
-¿Nada?- Preguntó Sirius- ¿Quieres que vaya a tu lado y te dé el beso de las buenas noches para que puedas dormir?- Dijo burlón Sirius mientras James y Peter estallaban en carcajadas.
-¡Por supuesto que no!- Gritó Remus enfurruñado para hacerse oír entre las risas escandalosas de sus amigos. No sabía porque en ese momento las bromas de Sirius le incomodaban. Por lo general, siempre las ignoraba o le respondía con un “Jódete Padfoot”, pero ese día no era así. Y lo sabía desde que se había despertado aquella mañana- Déjame en paz.
Poco a poco las risas se fueron apagando. Remus cerró la cortina de su cama de malagana, Peter comenzó a roncar a los pocos minutos, y James y Sirius simplemente se quedaron callados.
-Como que Remus está hoy un poco sensible, ¿no?- Dijo James en un susurro- Desde lo que ocurrió en la sala común…
-Sí, es muy extraño- Concordó Sirius- Quizás se le pase mañana… aún no es Luna llena, ¿verdad?
-No, falta todavía.
-Entonces no puede ser eso- Sirius suspiró- Supongo que sólo ha amanecido de malas.
-Sí, yo creo que si- Dijo James junto con un bostezo. Sirius también ya tenía sueño.
-Buenas noches, Prongs.
-Buenas noches, Padfoot.
-Pociones… ¿por qué debe ser una materia? ¡Más bien es un castigo!- Dijo Peter mientras agregaba los ingredientes que el profesor Slughorn había indicado a su caldero. Severus Snape hizo una mueca de asco al lograr escucharlo unos lugares más al frente.
-¡Pettigrew! ¡Guarde silencio!- Dijo el profesor Horace Slughorn ya molesto por las continuas interrupciones de los merodeadores. Snape rio.
-Pociones es una materia interesante…aunque no la mejor- Dijo Remus casi en un susurro mientras mezclaba ya su poción como toque final. Hasta el momento era la poción más difícil que había hecho, así que estaba contento de que todo le estuviera saliendo bien. Era el más adelantado de la clase… bueno, él y Lily Evans.
En ese momento Lily lo miró y le sonrió, Remus devolvió el gesto. Eran buenos amigos.
Remus estaba ya a punto de terminar. Sólo bastaba con agregar unas cuantas hojas de rábano. Cuando el chico las intentó agarrar, estas accidentalmente cayeron al suelo, así que tuvo que agacharse para recogerlas.
-¡James! ¡Tú poción se está derramando!
James dejó de mirar a Lily un poco asustado. Y en efecto, Peter tenía razón, su poción se estaba derramando. James no había prestado atención a lo que estaba haciendo por mirar a su pelirroja favorita. Sirius alcanzó a quitar los brazos para evitar ensuciarse de la poción viscosa, sin embargo al momento de efectuar el rápido movimiento logró golpear el caldero de Remus, haciendo que este cayera sobre el chico que aún seguía agachado.
-¡No!- Gritó Lily mientras corría a auxiliar a su amigo.
Muy lentamente, Remus Lupin se levantó. Su cara no tenía precio. La poción en la que había estado trabajando por más de dos horas ese día se había ido a la basura. Además, eso no quitaba que ahora se encontraba todo sucio y…
-Remus, ¿estás bien?- Preguntó Lily preocupada.
De pronto, pequeñas ronchas de color rosado comenzaron a salir en su pálida piel. Y no sólo eso, también apareció una comezón terrible, casi dolorosa.
-¡Por Merlín! ¿Qué ha pasado aquí?- Preguntó el profesor Slughorn al ver el desastre- ¡Joven Lupin! ¡Vaya de inmediato a la enfermería!- Miró a Lily- ¡Que la señorita Evans le acompañe!
-¡Duele!- Gritó Remus cuando Lily le tomó del brazo para caminar.
-Vamos Remus, vayamos rápido, la señora Pomfrey te curará- Lily cambió su semblante de preocupación a uno de molestia cuando pasó al lado de James y Sirius- Vaya pedazos de imbéciles.
Ambos chicos salieron del aula.
James se sentía culpable por lo que había sucedido. Todo había sido culpa suya. Si no se hubiera distraído por Lily, nada de eso hubiera pasado. Pero quien se sentía todavía aún peor era Sirius. Él había sido el descuidado que golpeó el caldero y lo tiró completamente sobre su amigo.
-Potter, Black- Slughorn los miró cansado- A limpiar el desastre, y ustedes- Miró a la clase en general- A seguir con lo suyo.
James y Sirius obedecieron por primera vez en su vida sin rezongar. Toda el aula se había quedado en completo silencio trabajando. Snape desde lo lejos disfrutaba la situación, pues su sonrisa lo decía todo.
Cuando la clase terminó, todos los alumnos entregaron sus pociones.
-Pueden retirarse, dentro de dos días les daré sus resultados- El profesor Slughorn dio por terminada la clase.
Aprovechando que los de 6to año de Gryffindor tenían hora libre saliendo de la clase de pociones, James, Sirius y Peter corrieron a la enfermería para ver cómo se encontraba su amigo.
Eso sí, Sirius Black iba al frente.