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Las debilidades de ser humano por HanakoTomoharu

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Notas del fanfic:

Zexal necesita más amor

Notas del capitulo:

Como que me dije que iba a hacer un Shark x Yuma para compensar el pésimo final que tuvo para Shaaku mi One-Shot anterior, y terminé haciendo Vector x Yuma de nuevo. Sí, soy de lo peor, pero lo siento, no me arrepiento de nada.

 

- Ahh... Ah... -el chico de cabello anaranjado jadeaba de rodillas en la cama, con las manos apoyadas contra la pared. Vestido sólo con la camisa de su uniforme, su cuerpo semidesnudo temblaba cada vez que los dedos del pelinegro penetraban en su interior- ¡Ahh! -gimió cuando comenzó a tocar el punto más sensible dentro de él- ¡Y-Yuma-kun! ¡No hagas eso!

Yuma rio, de rodillas tras él. Mientras con una mano introducía dos de sus dedos en él, con la otra masturbaba el miembro de Shingetsu.

- Eres tan sensible, Shingetsu -susurró inclinándose a besar su hombro, que había quedado descubierto al deslizarse la camisa abierta. La cama rechinaba levemente cuando hacía moverse las caderas de su compañero.

- Ahh... ¡Yuma-kun! -enterró su rostro en la almohada, avergonzado- ¡Si sigues haciendo eso voy a perder la cordura!

Yuma volvió a reír suavemente. Shingetsu podía ser tan lindo. Movió sus dedos con más rapidez, causando que los espasmos invadieran el cuerpo del otro chico a medida que se acercaba más al clímax.

- ¡M-me vengo! -se aferró a la almohada con fuerza, al tiempo que se derramo en la mano de Yuma. Éste retiró sus dedos con cuidado y dejó al de cabello anaranjado derrumbarse en la cama; para luego acostarse junto a él.

- ¿De verdad se sintió tan bien? -preguntó abrazándolo por la cintura.

- S-sí -Shingetsu esperó a recobrar el aliento y luego se volvió hacia él para unir sus labios en un beso. Yuma le respondió con profundidad; y el de ojos violetas aprovechó cuando se separaron para empujar a Yuma de espaldas a la cama y posicionarse sobre el- Ahora es mi turno de hacerte sentir bien.

Yuma se sonrojó cuando Shingetsu comenzó a deshacerse de sus pantalones, bajándolos por sus piernas junto con su ropa interior.

- Lo haré lo mejor que pueda, Yuma-kun –dijo acariciando su semi-erección. El pelinegro se acomodó recostándose en la cabecera de la cama, y mientras lo hacía creyó ver algo de malicia en la sonrisa del otro.

- Shingetsu...

El nombrado rodeó la punta de su miembro con la lengua antes de meterlo en su boca, tan profundo como pudo llegar. Yuma dejó salir un gemido y el de cabello anaranjado comenzó con un vaivén, acompañado de unos movimientos de su lengua que hicieron a Yuma preguntarse si Shingetsu era tan inexperto como decía. Pero era la primera vez que hacían algo como eso, así que supuso que tal vez al de ojos violetas se le daba bien por naturaleza.

- ¡Ah!... ¡Shingetsu! -el pelinegro estrujó las sabanas bajos sus manos.

Shingetsu dejó lo que estaba haciendo para subir su mirada amatista hasta el rostro del otro- No levantes tanto la voz, Yuma-kun. Recuerda que tu hermana puede escucharnos –Yuma asintió y Shingetsu volvió a su labor, chupando su ya dura erección.

El pelinegro intentó bajar la voz y sus mejillas se tornaron rojas, consciente de que no podía detener los sonidos que salían de sus labios. En realidad, que su hermana los escuchara era la menor de sus preocupaciones. Lo perturbaba más que Astral pudiera salir de la Ou Key en algún momento y los viera así. No quería tener que explicarse en aquella situación.

Shingetsu aumentó el ritmo, afirmando una mano en el muslo del de ojos rojos y la otra en la base de su miembro. La mano de Shingetsu acarició el muslo interno de Yuma y finalmente bajó para introducir un dedo en su orificio. Yuma se estremeció y se mordió el labio, temiendo ser muy ruidoso.

- Shi-Shingetsu... -éste agregó otro dedo y Yuma arqueó la espalda, gimiendo de placer y dejando salir su semen en la boca del de cabello anaranjado- ¡Shingetsu!

Yuma se desplomó entonces en la cama, jadeando; víctima de su orgasmo. Shingetsu hizo gesto de tragárselo y se limpió la barbilla con el dorso de la mano.

- Me gustas mucho, Yuma-kun... -Yuma miró a Shingetsu antes de contestarle, pero entonces notó que algo no andaba bien.

- Shingetsu... ¿estás bien? -tocó su mejilla con una mano, comprobando lo caliente que ésta estaba. Había notado lo sonrojado que había estado el otro todo el tiempo, pero no le había dado importancia hasta el momento- Estás caliente, ¿tienes fiebre?

- Estoy bien –Yuma puso la palma de su mano en su frente, retirando los mechones anaranjados, y frunció el ceño.

Más tarde, pese a que intentó negarse, Shingetsu se encontraba en la cama de Yuma cubierto con una de las mantas; vestido de vuelta. Una toalla humedecida con agua fresca reposaba sobre su frente. Miró hacia el escritorio, donde yacía la Ou Key. Estaba tan descuidadamente al alcance, que podría tomarla mientras Yuma estaba abajo.

En vez de eso, desvió la mirada.

La puerta se abrió y Yuma entró en su habitación llevando una bandeja con un plato y un vaso de agua. 

- Oba-chan te hizo sopa, si tienes hambre.

- No era necesario, ya me encuentro mejor. No quiero causar molestias...

- No es ninguna molestia, Shingetsu-kun –dijo Akari, apareciendo tras Yuma en el marco de la puerta- Puedes pasar la noche y quedarte hasta que te mejores. Solo llama si necesitas algo, siéntete en familia –le sonrió.

- Gracias, Akari-san.

Luego de que  su hermana se fuera, Yuma cerró la puerta dejándolos solos.

- Debiste decirme que te sentías mal.

- Lo siento –susurro apenado.

- Está bien –el pelinegro se sentó junto a él, al borde de la cama- ¿Cómo estás? ¿Te duele el estómago?

- No, me siento mejor, gracias.

- Ahm... -Yuma se sintió un poco culpable por haber hecho aquellas cosas con Shingetsu sin percatarse de su estado- ¿Cómo está tu cuerpo? -Shingetsu entendió la pregunta y sus mejillas tomaron un color rosa.

- E-estoy bien -sintió la mano de Yuma tomar la suya cuando desvió la mirada- ¿Y tú?

- También –vio a Shingetsu cubrirse la mitad del rostro con la manta para bostezar- Ya es un poco tarde, deberías descansar.

- Pero...

- Yo me quedaré a tu lado, así que no te preocupes. Voy a cuidar bien de ti –le sonrió. El rostro de Shingetsu tomó aún más de color que antes- ¿Estás seguro de que te sientes bien? -preguntó ante esto.

- S-sí. Yuma-kun, yo...Lamento haberte preocupado. Yo solo tenía buenas intenciones, quería estar contigo, por eso...

Yuma volvió a sonreír y lo calló depositando un beso en su cálida mejilla.

- No tienes que ser siempre tan formal conmigo, Shingetsu. Somos amigos, debemos tratarnos como iguales. No tienes que ponerme antes que tus necesidades, a mí también me importa como tú te sientes todo el tiempo. Sabes también que me gustas mucho.

A Shingetsu le tembló el labio inferior y dejó salir un vergonzoso sonido. Yuma trató de no reír porque sabía que estaba avergonzado.

- B-buenas noches –el de cabello anaranjado de dio media vuelta en la cama, demasiado avergonzado por las palabras de Yuma como para seguir viéndolo a la cara; pero sin soltar su mano. Yuma tampoco quiso soltarlo, y en vez de eso se acomodó detrás de él en la cama, rodeándolo con su brazo para que sus manos quedaran entrelazadas sobre el estómago de Shingetsu, en un abrazo. 

- Buenas noches -susurró sonriendo.

 

 

 

 

Vector chasqueó la lengua mientras deslizaba sus dedos por una de las cadenas que colgaban del alto techo. Black Mist merodeaba por las ruinas del castillo mientras él se encontraba probando las trampas del lugar. Sabían que Astral y Yuma vendrían por el Number de las ruinas, y esperaban a su encuentro. Estaba ansioso por su revancha, pero Vector sabía que tenía que ser paciente.

Las cadenas producían un sonido metálico cada vez que las movía; y junto con una desconocida y oscura nostalgia que desprendía aquel lugar, sintió la extraña opresión en su pecho volver. Su último encuentro con Yuma Tsukumo fue en el duelo de Sargasso, cuando reveló su verdadera identidad.

Y por alguna razón, volvía a pensar en el tiempo que pasó como Rei Shingetsu. Todas las veces que corrieron juntos por la ciudad de Heartland, se metieron en problemas, se tomaron de las manos... la vez en que se quedó en casa de Yuma, y el chico se ocupó de cuidarlo. La primer persona que demostró preocuparse por él...

No. Tenía que dejar de pensar en ello. Soltó una carcajada. Llamando "familia" a un extraño, los humanos eran ridículos. No podía esperar para poder abandonar su forma humana de nuevo. Era tan débil, y le hacía sentir emociones inútiles como al resto; pero al menos ahora que ya no tenía que continuar con su fachada de Shingetsu; no tendría que preocuparse por fingir ser parte de Yuma y su extraño grupo.

No tendría que volver a meterse en problemas con el chico, ni volver a caminar con él de vuelta a la escuela. No lo acompañaría en sus duelos, y Yuma ya no contaría con él para nada. Su ojos carmesí no volverían a dirigirse a Vector con inocencia y afecto. Ya no lo vería sonreír.

Porque Yuma no volvería a sonreírle después de lo que le hizo.

Vector dejó las cadenas y tomó asiento en el trono. No importa, se dijo a sí mismo. Ver a Yuma destruido y consumido en desesperación era mucho mejor.

Y por alguna razón, estar sentado en ese trono se sentía escalofriantemente familiar, pero el dolor en su pecho era algo que nunca había sentido antes; y parecía tan difícil deshacerse de él como de sus recuerdos con Yuma.

Por eso odiaba ser humano.

Notas finales:

Lo siento, Sharkbaitshippers, no me odien.


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