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Collar~ [Oneshot] por BicthLVL100

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POV'S Samuel~


Hace ya un mes atrás que recogí una extraña mascota mientras regresaba a casa; detrás de una de las tiendas escondido entre las cajas de la basura un gato de pelaje y ojos oscuros llamo mi atención.


Adorable, pequeño y algo retraído, parecía receloso de las personas y me tomo unos minutos el poder acercarme hacia él. Al final y después de un par de frituras de por medio logre llevarlo a casa donde lo alimente correctamente.


No tengo alguna otra mascota y de vez en cuando me sentía solo en mi departamento por lo que llevar un nuevo compañero no me vendría mal, o por lo menos eso fue lo que pensé hasta hace unos días.


Llegue a casa y simplemente sucedió, un chico de cabello negro y brillante de ojos pequeños y mirada traviesa, se hacía llamar a si mismo Guillermo cuando se presentó finalmente a mí de manera oficial, aquella conducta tímida y curiosa me pareció interesante y sumamente adorable, un cuerpo delgado y ágil, aunque aún frágil.


Me tomo un tiempo asimilarlo, aun lo hago... ahora mismo.


Aquella sonrisa cálida y amable siempre me recibía al regresar del trabajo. Esperaba todos los días pacientemente sentado en la sala hasta que escuchaba la puerta abrirse y corría en mi búsqueda; Tenía que ser un sueño, uno extraño pero agradable del que ciertamente no me gustaría despertar.


− ¿Guille? – llame, sin respuesta − Supongo que estará dormido – suspire, dejando mi chaqueta de lado. Aquella tarde había pasado a la tienda solamente para comprarle algo especial, un regalo.


− Sera luego – bostece, dejándome caer al sofá, pensando que quizás debería tomarme unos minutos de descanso antes de la cena. Pasaron unos minutos en los que nada más que el golpetear de las manecillas del reloj se escuchó, pudieron ser segundos, tal vez minutos los que pasaron antes de que aquel par de orejas se asomaran tímidamente desde la puerta de la habitación.


− Samuel... − se abalanzó sobre mi mientras aún seguía sentado sobre el sofá, posándose sobre mi regazo, su voz parecía nerviosa, agitada.


Sentí el calor emanando de su pecho, sus manos temblaron y sus ojos se encontraron un segundo con lo míos; Esos pequeños pozos de oscuridad deseosos, ansiosos al igual que su cuerpo.


− Samuel, te amo – sentí sus labios susurra contra mi cuello, se estaba acercando cada vez más hacia mi piel; Pasando sus manos por mis hombros, bajando por mi pecho abriéndose paso entre los botones de mi camisa la cual abrió sin pena alguna.


− A ti, a tu cuerpo... − su boca ataco mi cuello, marcándolo en pequeños besos los cuales poco a poco fueron bajando por mi piel, marcando un pequeño camino hasta mi pecho.


− Guille... − un gemido escapo de mi voz al sentir su lengua probar mi piel, ¿Cómo debería actuar en este momento? No podía solo dejarme llevar por la situación cuando ni siquiera yo mismo sabia como había terminado así.


Bajo esta vez colocándose en medio de mis rodillas, sus manos se deshicieron de mi cinturón y sus labios se acercaron a mi entrepierna, ayudándose de ellos para bajar mi cremallera y dejar el descubierto aquella erección.


− Aquí, también – ronroneó, note su mirada deseosa aun sobre mi cuando su aliento choco contra mi piel segundos antes de que diese aquella primera probada. Sus labios rozaron por encima antes de dar paso a su boca, succionando lentamente ayudándose de su lengua en esos movimientos rítmicos y suaves que llegaron a algo más profundo, dejando que la saliva resbalara por sus labios y cayese por su barbilla en esa manera tan obscena y exquisita; Sin embargo, tenía que reaccionar, esto no era correcto, no de esta manera.


− ¡Guillermo, detente...! – casi grite, tomándolo por el cuello de aquella sudadera para alejarlo de mí.


− Samuel, tu... ¿no me quieres? – me miro con aquellos ojos suplicantes, los cuales comenzaron poco a poco a cristalizarse, note como sus orejas caían y las lágrimas empezaron a brotar en aquella expresión tan dulce.


− ¿Samuel...? – me costaba mirarlo sin sentirme mal, quizás había sobre reaccionado, no era como que pudiese entender del todo, después de todo sigue siendo solo un gato; Vi como sus manos buscaron nerviosas a la mía, tomándola para colocarla sobre su cabeza, casi rogando una caricia, una respuesta.


Una respuesta que yo no tenía, pero que tampoco me molestaría averiguar...


 


~~~~~~~~~~~~~~~~~~


 


− Como quieras... − respondió finalmente el hombre, con la paciencia destrozada y aquella erección entre sus piernas; dejo que el instinto lo dominase sobre la cordura.


− Ouch, Samuel... − un pequeño quejido se escapó del pequeño, Samuel había rasgando su sudadera, solo para lanzarlo boca abajo contra el sofá y terminaba de deshacerse de aquellos estorbosos pantalones.


− No puedes andar por ahí provocando a la gente – siseo entre dientes, después de dejar aquel cuerpo finalmente desnudo y totalmente expuesto ante él.


− Gato malo... − hablo complacido, acercándose a su parte posterior, deseaba probar más a fondo a su mascota. Dio una pequeña mordida, antes de pasar sus labios por aquel trasero y toparse con su pequeña entrada; Samuel sintió como su corazón se aceleró y su mente se nublo al ver como aquel descarado minino alzaba sus caderas.


− Sam... − gimió, y su cola se erizo al sentir entrar en contacto aquella lengua que se abrió paso entre su carne – Mételo, por favor... − no lo pidió dos veces, y es que la verdad era que el cuerpo del adulto estaba deseoso por algo mucho más apetitoso.


Entro de golpe, deleitándose con aquella sensación cálida y estrecha que complació su carne al momento de moverse dentro de él; sus manos se aferraban a sus caderas con la fuerza suficiente para dejar las huellas y marcas de sus dedos dibujados sobre su cuerpo.


Pasando sus labios y lengua por su espalda, probando un poco más de aquella piel cremosa antes de detenerse en su nuca y morder; un calor infernal invadió su cuerpo conforme a las embestidas fueron en aumento, y aquellos sucios sonidos escapaban de la boca de su compañero que, entre ronroneos, maullidos y una que otra maldición pareció haberse perdido dentro de su lado salvaje y lujurioso para dejar aquella timidez de lado.


− Más, por favor... − ronroneo, girándose un poco para toparse con el rostro de su amo; regalando una nueva y pequeña lamida a sus labios, misma que se transformó en un beso. Un beso cálido, profundo y pecaminoso cuando sus lenguas se juntasen en aquella danza sucia, deseosa de más.


− Joder... − maldijo el amo entre dientes, antes de tomar nuevamente a su mascota y girarla hacia él, sus brazos rodearon su espalda, aferrándose fuertemente a su cuerpo, correspondiendo aquel nuevo beso. No pudo evitar que sus uñas se enterraran en la carne de su amo, sintiendo como aquella verga se abría paso cada vez más dentro de sus entrañas.


No podía explicarlo, podría ser debido a las feromonas expulsadas de aquel gato travieso, pero una sensación realmente nueva en el cuerpo de Samuel que le había desear que aquello no terminase. Y es que, todo aquello era tan perfecto, su cuerpo, su rostro y su voz pidiendo por mas, gritando por su nombre mientras se adueñaba de su cuerpo de esa manera.


− Samuel – aquella vocecita susurrante lo llamó − Te amo... − hablo jadeante segundos antes de correrse, bañando su estómago y pecho en su propia esencia blanca.


− Mierda... – negó a sí mismo la realidad de tener aquella escena tan guarra frente a él, ese pecho cansado y las gotas de sudor cayendo por su cuello; La manera en que sus ojos cansados seguían pidiendo más. No controlo su cuerpo; coloco ambas piernas sobre sus hombros, empujando con fuerza, embistiendo de manera furiosa, deleitándose con cada pequeño espasmo dentro de su carne, vaciándose dentro de él, vertiendo aquella sustancia viscosa en sus entrañas. *


Intento calmar su respiración, haciéndose de lado para poder admirar mejor al chiquillo aún bajo su cuerpo.


− Guille, ¿estás bien? – pregunto, notando la mirada baja y la manera en que sus mejillas comenzaron a teñirse de rojo conforme su cuerpo se tranquilizaba.


− Estoy avergonzado, supongo... − respondió, tomando aquellas ropas rotas en el suelo, cubriéndose torpemente con ellas.


− No seas tonto − Samuel sonrió algo irónico antes de buscar a su lado sobre aquella mesita de café − Por cierto te compre algo – entregándole finalmente aquella pequeña caja adornada con un poco de purpurina.


− ¿De verdad es para mí? – pregunto, hurgando entre la caja. Topándose con aquel collar verde, una pequeña placa redonda llevaba grabada su nombre.


− Gracias, amo muchas gracias – su sonrisa volvió a aparecer y sus ojos se iluminaron mientras sostenía aquella placa aun entre sus manos.


− De nada – una última caricia se posaba sobre su cabeza, revolviendo su cabello, ante la mirada emocionada de su compañero que seguía sobre aquel obsequio.


Samuel había recogido un animal para tener algo de compañía, se esperaba los desastres, las cortinas destrozadas y la alfombra orinada. Sin embargo nunca espero toparse con que aquel pequeño minino que había traído a casa resultaría ser un gato.


Aunque siendo honestos, tampoco fue muy sabio de su parte traer un macho a su casa en plena primavera.


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