Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My Family por CuzYep

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Siempre quise hacer un fic con todos, y de familia :v

Notas del capitulo:

Esto es a modo de introducción :)

—¡TAEHYUNG! ¡HOSEOK! ¡JUNGKOOK! ¡Vengan acá en este mismo instante! —Gritaba un histérico Kim SeokJin desde la cocina de su casa. Tenía sus manos apoyadas en su cadera mientras mantenía su pie izquierdo tamborileando el suelo de madera en el que yacían esparcidas un montón de galletas, y el jarrón de vidrio que las contenía también.


Tres niños de 9, 7 y 5 años aparecieron por la puerta, sus cabezas asomándose en el marco de ésta. Miraron a su madre casi pidiendo piedad para luego entrar en la cocina, el mayor de los tres colocándose frente a sus hermanitos, como si eso pudiera evitar que el regaño de su madre les llegara.


—¿Se puede saber que sucedió aquí? —Preguntó calmando su voz, Jin


—Nosotros... —Comenzó Hoseok jugando con sus dedos, pensando en qué debería hacer.


La verdad era que los tres niños no habían tocado el jarrón con galletas, pero si habían visto lo que ocurrió. Namjoon, su padre, había ido por algunas galletas cuando los menores se lo pidieron, pero claro que el jarrón se le cayó al piso, Namjoon no podía vivir un día sin romper algo.      


Cuando Namjoon reaccionó casí gritó a sus hijos que se escondieran, y fue a buscar de inmediato una pala y escoba, pero mamá Jin fue rápido a la cocina después de escuchar un ruido encontrando el desastre, antes de que Namjoon pudiera llegar a limpiar.


—Querían galletas, Jin —Se escuchó la agitada voz del esposo de SeokJin, que traía una escoba azul en la mano—. Las traté de sacar, pero ya sabes... Se quebró, por alguna desconocida razón.


Los niños suspiraron aliviados, pero Jin frunció el ceño hacia Namjoon con enfado.


—¿Tú lo quebraste?


—Eso dije, sí.


—Dame la escoba.


Namjoon dudó un segundo, pero hizo lo que le pedían.


—Para qué quieres la esc... ¡Auch! —Se quejó llevando sus manos a su cabeza, miró mal a Jin que sonreía con suficiencia después de haber plantado el palo de la escoba en la cabeza de su esposo. 


Los niños pasaron sus miradas por ambos adultos sólo para largarse a reír a carcajadas al ver la cara de dolor de su padre, que ya tenía hasta lágrimas en los ojos.


El mayor suspiró.


¿Cómo habían Namjoon y SeokJin llegado a ese punto? Casados desde hace unos años, con una casa propia que siempre estaba llena de las travesuras de sus inquietos hijos. Aún recordaba el primer día que se conocieron, en la cafetería de su madre. Un día para nada romántico.


Un SeokJin de 20 años tomaba la orden de un extraño y apuesto chico que se había sentado en una de las mesas junto a la ventana. Con una sonrisa de comercial, Jin le preguntó qué era lo que deseaba.


—¿Me darías tu número? —Dijo sin rodeos.


—¿Qué?


—Tu número. Eres lindo, me gustas —Guiñó coqueto.


Jin no hizo nada más que darse la vuelta con las mejillas coloradas y pedir a otro de los meseros atender al chico, porque le incomodaba. Jin sabía que era lindo, pero así no se pedían las cosas, al menos debió haber preguntado su nombre primero, presentarse él, haber comenzado una conversación sobre lo lindo que el castaño era, invitarlo a cenar en un restaurante de lujo y depués pedir su número, eso era sentido común. 


Namjoon tomó a Jungkook y Taehyung en sus brazos para acostarlos, después de un buen rato de haber tratado de atrapar a sus dos revoltosos hijos. Por lo menos Hoseok, que era el mayor, ya se encontraba cubierto en las sábanas de su cama (Aunque no lo hacía por obediencia, simplemente no podía dormir del miedo que le había dado ver una araña en el baño). Pero los dos menores no querían dormir temprano, alegando que aún tenían energía para jugar, pero Namjoon tuvo que perseguirlos porque al día siguiente los tres niños entrarían a clases. 


Cuando todos estuvieron acostados en sus camas Namjoon suspiró estirando sus tensas extremidades, cansarse de esa manera cada noche era algo normal en aquel hogar, los niños nunca se quedaban quietos y los que terminaban pagando todo eran SeokJin y Namjoon (Que jugaban piedra, papel o tijeras para decidir quien dentendría las travesuras de los niños cada día).


Namjoon vio como los ojitos de sus hijos se cerraban a los pocos minutos, contrario a la energía que habían demostrado tener antes, una sonrisa adornó el rostro de Namjoon, pensando en el primer día que vio a sus hijos, mientras recordaba partes de la preciosa y juvenil historia de amor que él y Jin habían vivido antes de adoptar.


Después de que Namjoon había visto a "El hermoso chico de delantal", como en su cabeza había llamado a Jin, volvió a ir cada día a tomar desayuno en la cafetería en la que el mayor trabajaba como escusa para verlo, aunque era siempre ignorado olímpicamente por el castaño que no tenía intenciones de dirigirle siquiera una palabra.


—Hey, ¿No puedes tú tomar mi orden? —Preguntó Namjoon casi gritando cuando Jin pasó por su lado, recibiendo un "adorable" ceño fruncido—. Lo siento ¿Podemos al menos comenzar de nuevo? Por favor.


SeokJin pareció vacilar unos segundos, giró sobre sus talones y suspirando se sentó frente al menor. Realmente sentía algo -solo un poco- de curiosidad por el menor.


—Gracias —Sonrió ampliamente—. Mi nombre es Kim Namjoon, tengo 18 años y te encuentro extremadamente atractivo, me encanta como tus ojos brillan con la luz que pasa por la ventana ¿Cuál es tu nombre?


Seok Jin sonrió para sus adentros, algo sonrojado, esta vez había comenzado de buena manera, esperaba que no lo arruinase—. Mi nombre es Kim SeokJin, soy dos años mayor que tú, y muchas gracias, estoy consciente de mi gran atractivo.


¿Pueden creer que después de esa extremadamente buena presentación hayan tenido citas por dos meses y luego hubieran comenzado a salir como novios? Sí, sólo debes lucir interesante y decir a Seok Jin que es guapo para conseguirlo... Y quizás debas soportar unas cuantas cachetadas en la cara y superar las exigencias en cuanto a personalidad del castaño. Pero ambos realmente se habían conectado de alguna forma, tanto que decidieron comenzar una vida completa juntos, comenzaron a planear todo a sus 18 y 20 años, todo saliendo básicamente bien.


Se deberían contar sólo detalles importantes; como el momento en que Namjoon pidió a SeokJin ser su novio. Era un día bastante fresco, comienzos de otoño en un parque cuyos árboles tenían hojas que se teñían paulatinamente de amarillo y rojo. SeokJin y Namjoon estaban sentados en una banca de madera verde, comiendo unos dulces que le habían comprado a la agradable señora que siempre se ganaba en una esquina del parque.


El ambiente era muy relajado, o eso era lo que SeokJin sentía, pensando que esa sería una bella salida como todas las otras, sin imaginar que un nervioso Namjoon que no podía hacer más que secar sus sudadas manos en su pantalón le preguntaría si quería compartir más que una amistad.


Por más que Namjoon se hubiera acercado a Jin con confianza y de manera bastante directa, no podía evitar sentir que su corazón se aceleraba ante la idea de confesarse, esta vez de forma seria.


—Jin hyung... —Le llamó, buscando los ojos marrones del mayor.


—¿Sí?


—La verdad es que, hay algo muy importante que quiero decirte —Tomó las manos del mayor entre las suyas, inhalando todo el aire que sus pulmones pudieron contener—. Creo haberte dicho desde la primera vez que nos vimos que tú me gustabas ¿cierto? Pues en esos instantes ni siquiera te conocía, pero ahora sí lo hago y mis sentimientos por ti se han hecho más grandes, no es una simple atracción como la primera vez que te vi. Ahora, Jin, realmente me gustas, me encanta la manera en que te expresas cuando hablas, tu personalidad es original e increíblemente encantadora y cuando te veo sonreír con tanta alegría no puedo evitar sonreír también, sólo porque tú eres feliz. Tú me has hecho suspirar los últimos meses y no soportaré mucho más ver los ojos de otras personas posándose sobre ti, porque quiero que seas mío, sólo mío. Te quiero, Kim SeokJin.  


Los ojos del mayor se abrieron con sorpresa, unas pequeñas lágrimas de emoción apareciendo en ellos. Sus manos apretaron las de Namjoon que se mantenía quieto y expectante.


Jin sonrió y abrazó con fuerza a Namjoon, escondió su rostro en el pecho del menor y habló:


—Yo, Namjoon... Eso fue realmente lindo. Y tú también me gustas mucho, aunque al inicio no pensé que lo harías, lograstre entrar en mí de alguna manera y realmente me alegró, todo de ti me hace quererte, te quiero tanto.


Namjoon colocó sus manos en las mejillas del otro, levantando su rostro. Con pequeños roces acarió las mejillas rojas del mayor y beso su frente.


—¿Me harías el honor de convertirte en mi novio? —Preguntó.


—Claro que sí. —Aceptó Jin con voz queda, acercando sus rostros.


Sus labios se unieron con delicadeza en un dulce beso, su dulce primer beso, que sellaría el inicio de su nueva vida. 


Namjoon salió del cuarto de sus hijos con una tonta sonrisa de enamorado en su cara. Caminó a su cuarto y cuando entró se lanzó directo a abrazar a Jin para atacarlo con miles de pequeños besos en todo su rostro.


—Namjoonie ¿Qué te sucede? —Cuestinó divertido, pasando su brazos por el cuello del menor.


—Sólo recordé algo muy hermoso sobre ti —Le regaló un corto beso en los labios y se acomodó abrazando a Jin por la espalda, no sin antes cubrirse ambos con las mantas.


—Te amo.


—Y yo te amo a ti Jin.    


 


 


La familia Kim se encontraba agitada en aquella nublada mañana de día Lunes, día en el que sus hijos entrarían a clases. Jungkook a su primer año, separándose por primera es de sus padres, por lo que el pequeño no había soltado la mano de su mamá desde que despertó, y SeokJin había tenido que estar con él desde las 6:00 am.


Como Jin estaba muy ocupado con Jungkook y tenía prácticamente una sola mano útil, Namjoon se tuvo que encargar de Taehyung y Hoseok. Para su mala suerte, Taehyung no paraba de saltar en su cama gritando que al fin volvería a ver a sus amigos, y Hoseok, entre alegre y angustiado, se había quedado tieso sentado en una esquina de la habitación debatiéndose interiormente si volver a clases era algo bueno o malo. ¿Estar triste por las clases o feliz por ver a su mejor amigo? Gran dilema que mantenía aún en pijama a Hoseok.


De alguna forma, después de una gran persecución que incluía niños desnudos por la habitación, toda la familia se encontraba desayunando en el comedor cuando faltaban 20 minutos para las 8:00 am.


—Tae, ¿Están todos tus cuadernos en la mochila?


—Sí, mamá, ¡Y esta vez no olvidaré mi mochila!


—Eso espero, cariño —Murmuró Jin, rogando que fuese cierto—. Kookie, te guardé unas galletas y una manzana para la colación. No los comas en clases, cómelos en los recesos o la profesora te castigará ¿Entendido?


—¡Sí, mami!  


—Hoseokie, por favor cuídalos cuando los veas en los recreos, te lo encargo.


Hoseok sonrió asintiendo con su cabeza.


Terminaron de desayunar, se pusieron su mochilas y caminaron hasta el auto. Namjoon se sentó al volante y Jin en el asiento del copiloto. Los niños se acomodaron atrás, Hoseok con una incómoda sonrisa en el rostro, Taehyung brincando mietras tarareaba una canción, y por último Jungkook que abrazaba su mochila con sus pequeñas manos esperando comer ya las galletas, pero como su madre aún lo podía ver se aguantó.


El viaje fue inesperadamente tranquilo, y los dos mayores lo agradecieron en silencio puesto que habían esperado un Hoseok escondido bajo el asiento del auto, Taehyung tratando de pasarse al frente para conducir tal como el año pasado había intentado y a Jungkook comiéndose todas las galletas antes de tiempo. Cuando llegaron al colegio, todos se bajaron del auto y los niños se pusieron en orden frente a sus padres.


—Cuídense y pórtense bien —SeokJin le dio un beso en la frente a cada uno de sus hijos.


—Tae, no quiero más llamadas diciendo que trataste de comerte a un compañero ¿Sí?


—Sólo fue una vez... Porque le había caído crema en el brazo. —Murmuró el castaño haciendo un puchero.


Namjoon rió y despeinó su cabello.


—Adiós.


—¡Adiós! 


Namjoon y SeokJin se subieron al auto otra vez, y después de 10 despedidas más a través de la ventana por parte de Jin que no quería separarse de sus polluelos, se fueron a casa. Mientras que en el colegio Hoseok se había juntado con Min Yoongi, su mejor amigo, y ambos fueron a dejar a Jungkook a su salón, ya que el pequeño no sabía ni donde estaba parado.


—¿Cuáles son las salas de kínder? —Preguntó Hoseok, algo perdido.


—Creo que están más al fondo... Pero no lo sé ¿Por qué no dejas que se guíe por su instinto? —Ofreció Yoongi, el niño de nueve años con las mejores ideas del universo, era un genio, qué más se podía decir.


Jungkook los miró a ambos, y por alguna razón sintió que su estómago se revolvía en lo que sería uno de sus primeros malos presentimientos.    


 Por otro lado, Taehyung simplemente había salido corriendo a buscar a su mejor amigo, Park Jimin, quien lo esperaba sentado en una escalera comiendo una galleta de manzana.


—¡Jiminie!


—¡Taehyungie!


Después de gritar eufóricamente se abrazaron con fuerza y comenzaron a saltar como buenos niños de siete años que eran, giraron tomados de las manos y volvieron a gritar. No se habían visto desde que salieron de vacaciones porque la familia de Jimin se había ido a Busan por todo ese tiempo, así que se quedaron un buen rato gritando todo lo que no pudieron antes, y luego, aún con la manos tomadas, caminaron hasta su salón (Al que la maestra ya había llegado unos segundos atrás).          


Pasó una aburrida clase de matemáticas para Hoseok y Yoongi, dos largas horas de historia para Tae y Jimin, y una de "Jugar con legos" para Jungkookie (Que había logrado encontrar su salón con sus "instintos" después de haber sido abandonado en un oscuro pasillo). 


El timbre sonó, indicando el inicio del primer recreo.


—¡Libertad! —Gritó Hoseok, corriendo fuera del salón con las manos alzadas, mientras que Yoongi lo seguía desde atrás caminando tan lento como podía.


—¡Hoseok! ¡No corras! 


Hoseok se detuvo en una de las bancas y se sentó allí esperando por Yoongi, quien no hizo el mínimo esfuerzo por mover sus delgadas piernas más rápido.


—¡Un niño de nueve años debería tener energía! ¿Qué pasó contigo?


—Tengo la teoría de que tú robaste mi energía.


Hoseok le sacó la lengua, mientras que Yoongi se lanzaba en la banca pegando un codazo al pelinegro, sacándole unas risas y un pequeño quejido.


—¡Hyung! —Se escuchó la voz de Taehyung a lo lejos.


El menor venía corriendo con Jimin a su lado, que agitaba su manos en forma de saludo con una gran y brillante sonrisa en su rostro que hacía resaltar sus apretables mejillas.


—TaeTae, Jiminie —Saludó de vuelta Hoseok, haciendo una seña para que se sentaran con ellos. Aunque Yoongi tomaba su cabello con frustración, recordando lo ruidosos que eran el hermano de Hoseok y su mejor amigo.


A los genios de 9 años no les gusta el ruido.


—¡Hyung, la maestra le apretó mucho las mejillas a Jiminie!


—¿En serio?


—¡Sí! Dijo que era muy tierno, y le hizo como mamá nos hacía siempre —Hizo una demostración tomando las mejillas de Jimin y moviéndolas mientras le decía que estaba más lindo este año, imitando la chillona voz de la profesora de historia.


—¡No hagas eso! —Se quejó Jimin, tratando de apartar las manos de Taehyung.


—Hoseok —Llamó Yoongi en voz baja, Hoseok se acercó a él, desviando su mirada de los menores—. ¿No crees que la profesora es pedófila?


—¡Yoongi!


—Sí, me callo.       


 

Notas finales:

Y eso, boom


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).