Despierto con dolor de cabeza de los mil demonios, la rubia que tengo junto a mí me confirma que fue una de las noches que necesitaba desahogarme, con alcohol, drogas y mujeres.
El cuerpo me duele, supongo que me metí en una pelea otra vez, no me sorprendería tener moretones en el cuerpo, también puede que sean de la rubia, tal vez, quien sabe. (-_-)
Tomo mi celular que está en el suelo junto a mi ropa, espero que no se haya descompuesto como el anterior.
Huelo a alcohol.
Detesto eso.
Es como un recordatorio de que mi vida apesta.
Enciendo el móvil y los mensajes empiezan a llegar, tengo 3 llamadas perdidas de casa, de seguro debe ser Nona, preocupada de que no llegue anoche, 6 llamadas de Connie y un mensaje de voz.
Tomo un tiempo en pensar quien podría ser, la curiosidad me carcome y los reproduzco mientras me comienzo a poner los jeans.
<< Hey!!, hermano donde demonios estas >>
Reconozco rápidamente las voces de mis amigos Connie y Jean
<< La chica que te acompañaba anoche comenzó a llorar porque desapareciste y no la llevaste a casa >>
Rió al recordarlo.
<< Con quién demonios te fuiste eh?! >>
Ni yo mismo se con quién demonios me acosté y en donde diablos estoy, supongo este debe ser su apartamento.
Suspiro al darme cuenta que puedo ser muy inconsciente a veces
<< Como sea si te fuiste con Jezzy, MANDALE SALUDOS!!! >>
Dicen al unísono los desgraciados.
Siento unos brazos alrededor de mi cintura.
–Qué te parece si vamos por la segunda ronda –supongo que por el escándalo de esos bastardos termino por despertarse.
Suspiró.
–Me largó.
Busco con la mirada mi maleta, espero no haberla dejado en el bar, cuando la localizo agradezco al cielo, tengo deberes que entregar, atrasados claro.
– ¿Ya te vas? ¿Porque? –me acaricia el abdomen
–Sí, tengo cosas que hacer –me suelto de su agarre mientras termino de vestir.
Detesto que me toquen.
–Entonces te iras así no más –me toma del brazo, impidiéndome seguir mi camino, volteo, parece estar indignada o algo por el estilo
–Tengo clases, y voy tarde –me suelto de su agarre, tomo mi maleta y me dirijo a la puerta.
–Pero al menos llámame para salir algún día –trata de abrazarme nuevamente. La detengo antes de que lo haga, esta mujer lo está haciendo más difícil.
–No creo que esto vuelva a suceder –suspiro, la tomo de los hombros y sonrió –Nadie dura mucho tiempo conmigo.
–Eres un imbécil –la suelto y salgo rápidamente para no seguir oyendo su voz irritante, suficiente con este maldito dolor de cabeza que tengo.
Bajo las escaleras del edificio, y cuando estoy a fuera siento el frío calar mis huesos, demonios olvide traer mi bufanda, trato de encontrar mi Lamborghini* antes de que se me congele el trasero, no encuentro mi auto por ningún lado, joder, este día está empeorando cada vez más, no me queda de otra, tendré que caminar.
Suspiro.
Me estoy comenzando a arrepentir de haber aceptado la invitación de esos idiotas, por culpa de ellos voy a llegar hecho un cubo de hielo a casa.
Camino por las calles, todo está tranquilo, no es como si la gente este acostumbrada a levantarse a las 5AM a morir de hipotermia por salir a fuera.
Cuando pensaba que esto no podría empeorar comienza a llover, tal parece que este no es mi día.
Acelero el paso y unas calles más adelante alcanzo a ver una cafetería abierta, está llena, como diablos es posible eso, porque a esta hora, pensé que la gente seguía durmiendo, al parecer no soy el único idiota que anda en las calles a esta hora, maldigo en voz baja.
Cruzo la calle y entro al local , tiene un estilo algo vintage, si no fuera por la cantidad de gente dentro, sería un buen lugar para descansar un rato, tal vez traiga a Nona un día de estos, a ella le encantan estos lugares.
Veo una mesa vacía al final del lugar, camino esquivando a la gente, tomo el respaldar de la silla, pero al parecer no soy el único que lo hace.
Alzo la mirada y me encuentro con un tipo con cara de matón, si no fuera por los 10 cm de ventaja que tengo, tal vez me hubiera intimidado.
Me observa de pies a cabeza, su mirada me hace sentir incomodo, demonios.
Giro mi cabeza para no toparme con esos ojos, que para ser sinceros, me llaman mucho la atención.
–Yo la tome primero –da un paso adelante, lo que me hace retroceder– Y eso significa que esta mesa es mía, así que desaparece quieres –me quita la silla de mis manos y se sienta.
Está bien, creo que no es mi día.
Primero la rubia, después no encuentro a mi bebe en ningún lado, tuve que caminar con un frio que hace que la gente muera, sin contar que comenzó a llover, y ahora este tipo me quito la silla en la cual podía descansar mi congelado trasero.
Dios, esto no, no me puede pasar, no ahora.
Toco el hombro del sujeto y este se gira hacia mí.
– ¿ah?, ¿sigues aquí? –dice con aire despreocupado.
–Sí, sigo aquí y esa silla la tome primero.
– ¿Qué?
–Que yo la tome primero.
–Hmm, ¿Quién está sentado en ella?
–Tu, pero es porque me la has quitado! –estoy comenzando a perder la paciencia.
–Entonces confórmate con eso, perdiste, así que mejor suerte para la próxima, mocoso –se gira y lee el menú de la cafetería.
Mocoso??!! , este hombre realmente me llamo mocoso, tengo como 23 y me llama mocoso. Ni Nona me llama así.
–No me voy a conformar así que permiso –tomo el respaldar de la silla y la jalo, provocando que el sujeto casi caiga al suelo.
No voy a renunciar a mi silla, porque yo la vi primero.
Es mía y de nadie más.
Inflo mis mejillas y con el orgullo de haber recuperado mi propiedad me siento en ella.
–Maldición, mocoso de mierda que no te han enseñado modales.
–Habla de mí, y lo único que hace es lanzar insultos –me toma de la camisa y me acerca a el.
Esa mirada.
Es peligrosa.
Penetrante.
Pero por alguna razón.
Me gusta.