Por qué me gusta por Naomiyaoi38

 Por qué me gusta


Algo corto y simple nacido de mi necesidad por escribir D18 que me quema las entrañas, pero sabiendo que estoy jodida eternamente por la falta de tiempo. Aunque quizá más adelante haga una versión relacionada con esto sobre Hibari.

Los personajes de KHR no me pertenecen.

Por qué me gusta

Dino intenta rememorar por qué razón en sí de todas las personas le tiene que gustar alguien como Hibari Kyouya.

Le gustaba. Indudablemente Hibari Kyouya le gustaba. Sin embargo, a veces solía seguirse preguntando cómo podía siquiera gustarle el guardián de la nube, qué tenía este que mientras en otros inspiraba un profundo temor, en él despertaba el irrefrenable deseo de acercarse, de aceptar luchar contra el guardián cada vez que este le retaba solo para poder así intentar «domarle», aunque no lo lograra. Mas en cambio lo que sí lograba conseguir era a un Kyouya cabreado en demasía, que desquitaba su enfado al ser derrotado por él, en cada mordisco que dejaba sobre la piel del italiano mientras este le poseía.

¿Así que en sí qué le gustaba de Kyouya?

Le gustaba aquel agresivo carácter y cómo el guardián lo dejaba salir cada vez que tenían sexo. Kyouya exigía, mordía, le marcaba, sus dientes más de una vez se hundieron en su carne hasta hacerle sangrar en medio del placer, y Dino amaba eso. Aquella expresión salvaje y asesina consumida por la lujuria que poseía el guardián cada vez que le follaba, la forma en la cual este le amenazaba y exigía cuando él se lo hacía lento; explorando, besando, lamiendo, torturándole hasta que Kyouya frustrado y furioso, algunas veces se rendía al ritmo del italiano, y otras se comportaba como el carnívoro asesino que era e invertía los papeles para luego empalarse sobre Dino, cabalgándole hambriento, cabreado, lascivo.

Le gustaba cómo la boca de Kyouya podía devorar la suya con urgencia y posesividad, incendiando cada célula de su ser. Le gustaba acariciar las marcas de dientes que el guardián de la nube dejaba sobre él mientras le rememoraba jadeante y retorciéndose bajo su cuerpo, y sonreía ligeramente al surcar esas marcas con sus dedos porque sabía que estas significaban un «eres mío» en el idioma no verbalizado de Kyouya, y para él eso quería decir que él significaba algo para el guardián. Pero, lo que más le gustaba, era cuando a pesar del carácter de Kyouya este le permitía reposar la cabeza en su regazo escuchándole aunque nunca dijera nada cuando a Dino la mafia, algo que salió mal, el apellido Cavallone le atormentaba y le pesaba con desgarradora intensidad. Asimismo le gustaba, le fascinaba, amaba cuando podía permanecer abrazado a Kyouya mientras este dormía o le contemplaba de esa forma, viéndole tan pacífico y sereno como nunca alguien podría creer ver al guardián de la nube sabiendo que solo él, únicamente él y nadie más conocía facetas ocultas del guardián.

Le gustaba todo aquello. Eran pequeñas cosas mas cuando las rememoraba, tenía la certeza de que a pesar de todo por eso le gustaba, él quería a Hibari Kyouya.