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THOUSAND PAPER STARS por Jess1406

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Notas del fanfic:

Ñam, ñam, este es un pequeño  trabajo rápido. Digo, me tomo mi tiempo, pero los capis son cosas que siento etc etc y mas cursilerías.

Además  de... bastante angust xD espero les guste.

Notas del capitulo:

Jujuju... esperoles guste... esta cosa fea está igual en wattpad para las que se le facilite por ahí ¿que más? Espero les guste.

-Jess

Hace ya mucho tiempo, cuando aún era pequeño, tuve un sueño.
En él un hombre me llamaba.
Cuando estuve lo suficientemente cerca se puso de cuclillas, llevaba un sombrero de copa que me impedía verle a los ojos, lo cual me enojaba ya que había aprendido que para hablar de manera sincera debía verle. Sin embargo le escuché.

Me mostró la manera de hacer estrellas con papel, no entendía porque lo hacía, pero parecía entretenido así que le escuché. Me dijo "Colocalas en un jarrón cada que te sientas sólo, triste o abandonado y cuando hayas hecho mil estrellas, te concederé un deseo."
Aquello me resultó por demás extraño, ya que cuando aquel hombre desapareció me desperté.
Estaba en mi habitación, mi gato retozaba sobre mi regazo y había pegado un brinco cuando hice el ademán de pararme.
Tomé un pedazo de papel e intente lo que había visto hacer al hombre en mi sueño.
Nunca había creído en los deseos, tampoco en los sueños, pero de alguna forma el hacer las estrellas me hacía sentir mejor.

No entendía porqué, pero, de alguna manera, lo hacía. Por lo que decidí hacer una cada que me sintiera sólo, triste o abandonado.

Cuando llegué a la escuela a la mañana siguiente, sucedió lo de cada día.
Me sentaba al fondo, almorzaba sólo, cualquiera diría que era un retraído, pero no era así. En realidad eran los demás los que me echaban, alegando que era hijo de un demonio y que de convivir conmigo serían arrastrados al infierno.

¿Por qué habría tenido que nacer?

Al llegar a casa, me fui directo a mi habitación, encontrando al gato en la cama, lo tomé rápidamente y lo abracé.

-Tu no me desprecias ¿Verdad?.

Un ronroneo fue la única respuesta que recibí, satisfecho con ello, me dirigí a mi escritorio y saque unas tiras de papel para ponerme a hacer las estrellas, sintiéndome mejor cada que deja una más en la jarra transparente en la que había empezado a depositarlas desde la primera vez.
De alguna manera resultaba reconfortante y la idea del sueño no se iba...
¿Sería cierto que sí hacía mil, tendría derecho a un deseo?

Conforme los años fueron pasaron las cosas no cambiaron, me costaba hablar con las personas y algunas veces llegaba a los golpes por el hecho de que mi reputación no cambiaba y el ser llamado "Demonio" o "Amenaza" eran algo de los más común en mis días de escuela.

Cuando llegué a la Preparatoria fue el acabose de todo.
Me habían suspendido, después de haberle quebrado la nariz a un par de idiotas, resultaba que la defensa ya no era algo que se acostumbrara, era más conveniente mandar a los problemas al loquero y que este se encargara de suprimirlas.
En realidad no pedía mucho, solo... Alguien que me escuchara y comprendiera que en realidad podía ser una gran persona, ya no quería estar sólo, ya no más.

Mientras miraba la televisión, mis manos se movían elaborando las estrellas de papel en un proceso que ya tenía casi memorizado.
Sin darme cuenta, hice más de las que esperaba, según parecía mi sentimiento de soledad abarcaba más de lo que esperaba.
Miré el jarrón lleno de estrellas de diversos colores. Pero que visión más abrumadora ¿Acaso había pasado tanto tiempo sintiéndome de esa forma?.
Con un suspiro y una pesadez en el pecho salí al balcón por una de las ventanas.
Era primero de Enero, mi cumpleaños número veinte y en realidad no tenía ni amigos, ni familia con los cuales celebrarlo.
Miré al cielo y en un acto desesperado alcé la jarra que traía en manos, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, dejando a su paso una húmeda estela.
-¡Las hice! ¡Mil Estrellas! -
Abracé contra mi pecho el jarrón mientras intentaba calmarme.
Una luz llamó mi atención, salía de la jarra, las... Las estrellas estaban brillando.
El llanto se detuvo. Y le dio paso a una incredulidad, el mismo hombre que había visto en mi sueño hace ya varios años apareció frente a mí, con el mismo traje y sombrero, el cuál se quitó, dejando a la vista sus ondulados cabellos rubios y sus ojos de un Azul oscuro, en su rostro apareció una sonrisa e hizo una leve reverencia.

-He venido a concederte un deseo, te he visto y después de tanta soledad y tristeza, seguramente querrás ser apreciado y seguido ¿no?.-

La incredulidad seguía latente, esto no podía ser cierto, seguro estaba soñando, me había quedado dormido en el sofá, sí, eso era... Sinembargo no dejaría pasar este grandioso sueño.

-¿Quieres Pasar?-

Una vez dentro le invité a sentarse en el sillón, compartimos amenas conversaciones, unas conversaciones que siempre deseé, con una amabilidad y sinceridad que en su momento sólo soñé (y quizá eso era lo que seguía haciendo.) la soledad, se desvaneció dando paso a un cálido sentimiento que no había sentido. Una sincera sonrisa surcó mi rostro, quizá... Me gustaría permanecer así por siempre.

Realmente yo, jamás pedí un sueño claro que me rescatara, ni el huir por siempre de mis problemas, siempre... Lo que yo deseé, fue un amigo.

Y después de mil estrellas... Lo encontré.

Notas finales:

Bueno... no tengo mucho para decir... asíque nos vemos en el siguiente capítulo.

 

Yanne~


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