El suave crujir de las hojas secas, cayendo una a una de las ramas sin vida de los arboles, siendo pisadas por sus cortos pasos, era el unico sonido que lograban reconocer sus oidos en toda esa area lleno de pequeñas casas de madera, con tonos de cafe tan sonmbrios e iguales, llenos de polvo y dañados por el pasar del tiempo, que ya hasta lucian de un triste color gris, que iba de la mano con las densas nubes de lluvia que parecian ser parte de aquel tetrico paisaje. Su vista miraba detenidamente cada objeto con el que llegaba a crusarse, los cuales no eran muchos ni algo con lo que no se haya topado antes en su vida, solo eran unas cuantas plantas muertas, basura llena de polvo, anuncios y papeles siendo llevados por el helado viento que sacudia las solitarias ramas de los arboles, al igual que su azabaches cabello.
Acomodo mejor la mochila sobre su hombro, mientras intentaba concentrarse en alguna otra cosa que no fuera lo extraño de aquel desolado pueblo que parecia ser uno fantasma, ubicado a la mitad de la nada. "Dios, que lugar tan horrible, no entiendo ni que hago realmente aqui" Hizo una mueca de disgusto al comenzar a reflexionar sobre sus acciones y sobre la desicion que habia tomado sin siquiera considerarla mucho. "Nota mental: Pedir mas informacion de hacia donde me mandan. 2° Nota mental: No aceptar un 'Es una sorpresa' Por respuesta" Tocio un poco al sentir como algo de tierra se habia colado a su nariz. "Maldicion, para ser un pueblo con pinta de no medir mas de 4 km, parece no tener fin" Se detuvo completamente, dejando de lado su mochila gris, junto con una mediana maleta de viaje color verde opaco. Suspiro un poco, mirando con mayor detenimiento hacia su alrededor, ¿En donde se habia ido a meter? Ahh~ Una corta y para nada divertida historia. "Hmp, y pensar que me gane este viaje por mis altas calificaciones e inteligencia" De no ser por lo raro de la situacion, se habria sentido mejor al reconocer que era un genio.
Tomo algo de aire, para despues detener su mirada sobre las grises nubes que daban indicio de que pronto comenzaria una tormenta. "No hay nadie en este maldito lugar" Coloco sus manos sobre su cintura, pensando sobre que deberia hacer. En ese pueblo parecia que la unica forma de vida inteligente era el. Solo lo acompañaba un viento helado y un paisaje gris sin nada de vida. "Deberia regresar" Fue lo primero que penso. Si, lo mejor era regresar y demandar al lunatico de su director por regalarle ese viaje raro, segun que para reforzar su conocimiento, "Si claro".
Coloco de nuevo su mochila sobre su hombro, tomo su maleta y se dio la vuelta. No tenia nada que hacer ahi, entonces no tendria porque quedarse. Comenzo a caminar, escuchando, otra vez, el sonido de las hojas secas siendo pisadas por su pie. Mientras se ponia en marcha, metio la mano a su pantalon, para asi poder sacar su telefono y pedir algun taxi o algo parecido. Pero, en lo metido que estaba en encontrar su celular, no se habia dado cuenta de el sonido de las hojas siendo pisadas cerca de el. Claro que, siendo el unico humano que aparentemente estaba ahi, no se habia percaptado de ese sonido, sino hasta que sintio unos fuertes brazos sujetando todo su cuerpo, apricionando sus manos para evitar que peleara.
-¡¿Qu-?!-Intento gritar, decir algo, levantar la cabeza y mirar a quien lo estaba sometiendo o al menos defenderse para que eso no sucediera. Pero otra mano se adelanto hasta su cara, impidiendo que sus palabras lograran salir de su garganta, ya que un trapo humedo cubrio casi la mitad de su rostro, eso incluia su nariz y su boca. Desesperado, rogando por algo de aire y porque esos extraños sujetos no le hicieran nada, trato de halar, pero lo unico que logro con eso, fue llenar sus fosas nazales con el extraño olor que provenia de ese trapo humedo, un aroma dulce, muy dulce para su gusto. No pudo seguir pensando sobre el desagradable olor dulce que ahora lo estaba mareando, ya que sus fuerzas se fueron con la rapidez de un rayo, sus piernas flaquearon y lo dejaron caer directamente al empolvado suelo. Su vista se nublo a tal grado que solo veia manchas de ese espantoso y maldito color gris que, juraria, comenzaria a odiar.
Unas graves y lejanas voces se escuchaban retumbar en sus oidos. Alzo la mirada, distinguiendo a sus captores como una mancha negra. "¿Q-que... Que pasa?" Una pregunta que se quedo atorada en su debil garganta. Sus parpados ya no los podia mantener abiertos por mas tiempo, asi que estos, sin su permiso, se cerraron lentamente, dejandolo caer en la oscuridad de su incosciente mente.
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-¿Disculpe...?-Al fin, despues de casi 2 pasillos de no prestarle su total atencion a ese hombre canoso, despego sus ojos de su celular para ponerle algo de atencion a sus palabras. Bien, no le sorprendia del todo que los profesores lo adularan por su alto rendimiento escolar, ni sus altas calificaciones, ni sus pensamientos frescos, ni su mente brillante.
-¡Lo qe escuchaste mi lindo Veggie!-El hombre con pocos rastros de cabello blanco, le sonreia con mucha alegria, ocultando su total nerviosismo y poca conformidad con el asunto del viaje sorpresa que se habi "ganado" uno de sus alumnos mas destacados de toda su escuela. Miro a los ojos al aun sorprendido joven que no parecia captar del todo esa idea. El hombre con gafas de sol, regreso la vista al frente, mirando el solitario pasillo, lleno de casilleros y papeles por todo el suelo, "Hoy inician las vacaciones..." Recordo vagamente, ignorando el mal estar de su estomago y mente. -Esta bien si no quieres aceptar-Decidio hablar el hombre de barba blanca, al no escuchar ninguna respuesta por parte del chico azabache.
-Bueno... No, no es que no quiera ir, es... Yo...-Se apresuro a negar, conservando un tono calmado, incluso mas de lo que a el le hubiera gustado usar. Agacho la mirada, observando el color blanco del suelo, sintiendo la mirada de su director sobre todo su ser. -Ya sabe que no me gustan esta clase de viajes tan...-Intento apoyar su explicacion con algun ademan de manos, aunque al final solo comenzo a mover sus manos nerviosamente, mientras buscaba las palabras adecuadas con las cuales poder salir de esa situacion. -Ya sabe-Al final se rindio y opto solo por decir eso. Ya sabia que el director Roshi lo conocia lo suficiente como para saber sobre su disgusto hacia esos viajes para reforzar conocimientos.
-Se que no te gustan este tipo de viajes escolares, por lo escandalosos y poco discretos que son-Coloco una de sus arrugadas manos sobre el hombro del menor y le dio un ligero apreton de aliento. "Se que me arrepentire de esto mas adelante, Vegeta... Pero si es para una buena causa... Entonces yo no tengo ninguna palabra para decir". Se retiro los lentes de sol, dejando mirar sus arrugas alrededor de sus parpados, miro con comprension al mas chico, mientras retiraba su mano del hombro contrario. En su mirada se veia la preocupacion y descontento que se confundia perfectamente detras de una cortina de fasla comprencion y sinceridad. -Pero, ¿Sabes? Me gustaria mucho que tu fueras. Alumnos con capacidades como las que posees tu merecen este tipo de oportunidades-Le regalo una ligera sonrisa, llena de cariño, y no de un cariño de director-alumno, sino que era algo asi como de padre-hijo. -¿Que dices, Vegeta?-
El mencionado volteo, de nuevo, a ver hacia el brillante tono blanco del suelo, como si este de repente tuviera la respuesta que en ese momento requeria mas que otra cosa. Suspiro, ¿Que mas daba?, ademas, no podia rechazar algo que su director, el hombre que lo habia apoyado durante casi toda su juventud, le ofrecia con tanta amabilidad. -De acuerdo, acepto el viaje-Levanto la mirada hacia el hombre canoso, encontrandose con unos ojos llenos de un brillo especial, uno que no sabia como identificar, asi que solo lo dejo en un brillo emocionado. -Tendre que avisarle a mi madre, y empacar mis cosas-Comenzo a caminar, a paso lento, por el enorme y abandonado pasillo. -Lo vere en la noche, director Roshi-Y dicho esto, desaparecio por la esquina del siguiente pasillo, dejando a un director lleno de canas con bastantes dudas que aun ahogaban sus pensamientos.
-Sera mejor que le avise...-Se dijo a si mismo, en un susurro, al mismo tiempo que posaba sus manos detras de su espalda y comenzaba a caminar en direccion de su oficina. Necesitaba hacer una llamada, que seguramente duraria menos de 5 minutos. Se detuvo frente a su puerta, volteo la mirada, hechando un ultimo vistazo a ese solitario pasillo lleno de basura, pensando que si lo que habia hecho realmente era lo correcto o algo de lo que terminaria arrepintiendose el resto de su vida.
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Ese recuerdo... ¿Como olvidarlo? A penas habian pasado menos de 12 horas cuando habia hablado con su anciano director, recordando cada una de sus palabras, y el como, antes de salir de su auto, le habia pedido que por todo lo que mas quisiera se cuidara muy bien...
Un quejido trato de salir de su boca, pero este se ahogo por culpa de un trapo que al parecer seguia cubriendo su boca. Su cuerpo entumecido no le correspondia como el quisiera, sus piernas le dolian al estar cruzadas de esa manera y sus manos, detras de su espalda, sentia como le palpitaban en sus oidos, seguramente ya estaban moradas. Sus oidos los sentia tapados, obstruyendo el libre acceso del sonido a su aturdido cerebro, ocacionando que cada cosa que hiciera ruido a su alrededor se escuchara como algo hubicado en la lejania... Cerro de nuevo sus ojos, sentia tanto sueño que ni siquiera podia pensar correctamente.
Su cansancio fue tanto que ni siquiera le importo escuchar voces de fondo, gruesas voces que parecian ser de dos hombre. Logro escuchar el sonido de un auto avanzando con velocidad. Alzo un poco su vista, veia el techo negro y no podia distinguir el paisaje de la tarde con la ventana bañada en la oscuridad. Regreso su vista al frente, no podia ver mas alla de un asiento de piel oscura. "Llegamos, dense prisa y traiganlo" Ah, una tercera voz se sumo al eco de su cabeza. "Y tengan cuidado con el si es que quieren conservar la cabeza en su lugar, par de idiotas" Logro distinguir una risa burlona, acompañando a ese tono de voz tan seco y frio, que por un momento creyo que el dueño de esa voz carecia de emocion alguna.
De repente, en su intento por comprender lo que pasaba a su al rededor, sintio unos fuertes brazos sujetandolo con cierto... ¿Cuidado?. No pudo evitar abrir sus ojos con algo de sorpresa, y sobre todo curiosidad, encontrandose con un rostro tosco, de facciones rudas y brutas. El hombre de ojos celestes volteo a verlo, y sonrio con una combinacion de emociones que Vegeta no supo como describirla, tal vez como dulce y escalofriante, o fria y burlona, no lo sabia, aun sentia su cerebro lo suficientemente torpe como para sentir la necesidad de recargar su cabeza en el pecho de quien, ahora, lo tenia entre sus brazos.
...
Con forme avanzaban, las voces iban en aumento. Habian pasado de solo ser 3 a ser muchas y muchas mas. Vegeta trataba de concentrarse en esas susurrantes voces para lograr ubicar en donde estaba, aunque no importaba cuanto tratara, no lograba ubicarse. Entonces escucho un nuevo sonido; Una puerta que, a juzgar por el ruido que hizo al abrirse, era de metal. Sus cansados parpados se abrieron al escuchar como el bullicio de las voces que, antes, parecian provenir de todos lados, se callaban de a poco, dejando un extraño pero igualmente tranquilizador silencio. Sintio lo que parecia ser la suave superficie de una camilla, su vista se dirigio hacia el techo, pero debido la brillantez de lo que parecian ser miles de focos, todos alumbrando al mismo tiempo, lo obligaron a cerrar sus ojos con fuerza. Habia pasado un largo tiempo en las penumbras y lleno de tonos grises y sombrios, era normal que sintiera incomodidad en sus ojos al estar frente a una luz asi de brillante.
El hombre rubio que lo habia cargado hasta llegar ahi, lo observo por unos minutos, antes de regalarle otra sonrisa y marcharse de aquella habitacion. Vegeta escucho el abrir y el cerrar de la puerta de metal, tambien escucho el sonido de unos pasos irse lentamente. El lugar de nueva cuenta se quedo en un silencio sepulcral, afuera se lograban escuchar el sonido de unas cuantas voces, pero eran tan poco audibles que podia confundirlas con el sonido de la lluvia o quizas el viento sacudiendo los arboles. Se removio un poco incomodo por el mal estar que sentia por sus extremidades atadas y dobladas de una manera no muy comoda que digamos. "Maldicion... ¿Que es esto?" Se pregunto mentalmente con una mueca de total disgusto, miedo, preocupacion y enojo. Ahora que por fin regresaba en si, podia pensar mas detenidamente las cosas.
¿En donde estaba? Hace tan solo unos minutos se encontraba caminando por las calles de lo que parecia ser un pueblo sin vida, y ahora se encuentra sobre una cama, muy suave por cierto, rodeada por nada mas que 4 paredes blancas, sin ventanas y unicamente una puerta. ¿Que hacia ahi? El habia ido a ese estupido pueblo para no rechazar la oferta a quien le debia mas que la vida, pero nunca habria imaginado terminar en un lugar que tenia aspecto de ser un hospital. ¿Como habia pasado todo eso? No estaba seguro. Solo alcanzaba a recordar pequeños fragmentos de lo sucedido antes de desmayarse al aspirar aque olor desagradablemente dulce.
Ya mas consciente de lo que hacia, trato de levantarse de la cama, pero habia olvidado el pequeño detalle de que sus piernas estaba entumecidas y, sobre todo, atadas de una manera que ni siquiera le permitia saltar. Desesperado, volteo a mirar a todos lados, pero el simple hecho de que lo unico que se encontrara en ese extraño cuarto, fuera el sobre esa cama, lo exasperaba aun mas. "Calmate, Vegeta... Debes de conservar la calma" Se dijo a si mismo con un tono apresurado mientras cerraba un momento los ojos, lo menos que queria era perder el control y terminar gritando como desquiciado por ayuda (Aunque seria inutil, ya que su boca seguia amordazada por ese molesto pedazo de tela de dudosa procedencia).
El ruido metalico del abrir de la puerta, lo hizo ponerse en guardia y, por instinto, giro su rostro hacia donde escucho venia ese ruido. Lo que sus ojos encontraron era a un hombre usando una impecable bata blanca, alto, delgado, con unos ojos tan penetrantes que contrastaban a la perfeccion con su plateado cabello largo, sujetado por un lazo de color rojo (Sempai, ¿Eres tu?) El hombre peliplateado sonrio al verlo despierto, con los ojos bien abiertos y con una expresion perdida. Dejo de lado una libreta que tenia entre sus manos y se dirigo con pasos tranquilos hacia donde estaba el. -Buenos dias, querido, ¿Como te encuentras?-Comenzo una charla tranquila, o en pocas palabras "normal", como si esa situacion fuera de lo mas natural para el hombre alto. -¿Esas bestias te trataron bien?-Le ayudo a enderezarse, para asi quitarle esas molestas sogas que no dejaban circular muy bien la sangre a sus manos. Tambien desato sus pies y retiro la mordaza de su boca.
Vegeta tomo una gran bocanda de aire. Sentia como si al fin pudiera respirar de nuevo, como si el nudo no hubiera estado e su boca, sino en su garganta. Dejo caer todo su cuerpo sobre la suave superficie de la cama, intiendose exausto y con unas grandes ganas de dormir. Aunque no podia, no debia, tenia tantas preguntas que le nublaban sus pensamientos y no iba a permitirse flaquear hasta haber obtenido las respuestas que tanto queria. -¿Q-que... Que sitio e-es... Este?-Hablo despacio, con un tono desganado. El aire del lugar, pronto se sintio mas denso, y ese aroma dulce inundo su sentido del olfato de nuevo... Su mirada a punto de ceder ante la droga se detuvo en esa ladina sonrisa, sintiendo como todo de nuevo se sumergia en un horrible silencio.
CONTINUARA...