Darse cuenta que estaba muerto, no estaba entre sus mejores experiencias. Por supuesto, la muerte nunca es algo bueno. Pero lo que él recuerda de esta es el sonido característico de un gatillo llegar a sus oídos, justo antes de escuchar un estruendo ensordecedor.
Él recuerda pensar ‘No me había sentido tan bien en mucho tiempo’ para luego escuchar a gente llorando y gritando; y poco después, ver su propio cuerpo ensangrentado en la acera. ¿Por qué de pronto las cosas parecían ponerse más lentas?
Un ectoplasma flotando alrededor es considerado un fantasma; por definición, claro está. Definitivamente no era un ser humano más. Y la gente definitivamente no podía verlo. Y exactamente lo que hacía no era caminar. Así que, sobre la base de estos hechos, él era en realidad un fantasma ahora.
¿Qué es lo haría siendo un fantasma?, él se pregunta. Es posible que él estuviera aquí por un propósito en específico, pero lo que ahora todavía intentaba asimilar era el hecho de que estaba muerto, y jamás volvería a estar con vida. Y la realidad lo golpea. Él podía verlos a todos, pero nadie podía verlo. Él estaba muerto para ellos. Las ganas de llorar se apoderan de él y no eran solo lágrimas cayendo sobre esa cara bonita, era un llanto desgarrador lo que sale desde su garganta. Ya no podrá abrazar a su madre, ya no podrá reír junto a sus amigos, ya no podrá saborear los labios de su novio. El pensamiento lo paraliza por completo, todo le había sido literalmente arrebatado.
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Lo peor era tener que ver su propio funeral. Vio la inscripción con su nombre y no le gustaba como “Jeon Jeongguk” tenía la palabra “fallecido” seguida de él. Vio a su madre y hermano llorar, y vio cómo su novio intentaba no hacerlo; y eso no le gustaba, porque sabía que así dolería más Nunca había deseado estar más vivo. Quizá era mejor que estuviera muerto, pensó amargamente mientras hablaba consigo mismo. Porque al menos él no tiene que preocuparse de tener el corazón roto. Pero esto parece no funcionar así ya que el dolor está presente cuando ve a su novio y a su madre compartir un abrazo de consuelo y lágrimas.
Camina torpemente (o flota, en cualquier caso) hacia el ataúd y se asoma en ella para ver al pálido cuerpo descansando en paz. A este punto, él daría cualquier cosa por seguir vivo. ‘¡Vamos! ¿¡No ves que ellos están sufriendo!? Quiero volver… por favor’ Él al menos quisiera decir adiós. Un pequeño discurso para que las personas que más amaba supieran cómo se siente. Irse así sin ninguna explicación… no le gustaba ser un tipo grosero.
Lo bueno era que por lo menos ahora podía ver cuántas personas vendrían a su funeral y vaya, sí que tenía un buen número de asistentes. Más o menos, dependiendo de cómo lo vea. Pero como sea, no es como si le importara… él ahora estaba muerto.
Si en verdad era un fantasma entonces, ¿por qué tenía que seguir conservando emociones? Esto realmente era una mierda. Si seguía teniendo un corazón, era seguro que debía estar roto.
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Las siguientes semanas, Jeongguk pasa su tiempo siguiendo a personas. Siendo más específicos, él se dedicó a seguir a su novio. Era sorprendentemente difícil ver a la gente actuar como si estuvieran bien cuando en realidad no lo estaban. Y él sabía quién lo estaba y quién no porque él los podía ver cuando ellos creían que nadie lo hacía.
Tenía que soportar ver a Yoongi forzar una sonrisa cada vez que salía con Taehyung y Seokjin por las mañanas, y luego verlo romper en llanto cuando llegaba a casa por las tardes. A Jeongguk se le encoge el corazón cuando mira a Yoongi sostener con fuerza en sus manos su chaqueta favorita. Aún huele a ti, lo oye murmurar; mientras se abraza con fuerza a la prenda y se desliza por el suelo con ahogados sollozos. Jeongguk, en su forma fantasmal, se sienta cerca de él y solo desea que Yoongi pueda sentir su tacto y hacerle saber que todo estará bien.
Pero nada estaría bien, Yoongi ya no es el mismo. Sus pensamientos están plagados de recuerdo e imágenes de Jeongguk y le está resultando difícil respirar cada vez que recuerda algo nuevo. El brillo que tanto amaba en Yoongi de pronto se había apagado. Él se estaba muriendo por dentro, es lo que Jeongguk podía decir. Él sabe que no es el único en darse cuenta. La sonrisa falsa que Yoongi forzaba no era tan bonita como su sonrisa natural. Esa sonrisa que mostraba cuando pasaba su tiempo abrazado a algo que le recordará a Jeongguk.
Si a Jeongguk le era difícil seguir a Yoongi antes, era aún peor ahora. Él solo quería ver a su chico favorito ser feliz. Y Yoongi lo era, pero cuando tu novio fallecido infecta todos tus pensamientos las cosas pueden volverse bastante deprimentes. Él podía está perfectamente bien un minuto, reírse de algo ridículo para luego pensar ‘Jeongguk encontraría esto divertido también’ y el estado de ánimo terminaría atenuándose.
Las personas han comenzado a preocuparse por Yoongi. Debería estar un poco mejor después de seis meses, ellos calculaban. Y a Jeongguk esto lo mataba. Él veía cómo cada día la persona que amaba se iba deteriorando poco a poco. Jeongguk quería poder golpear a Yoongi, poder gritarle que tenía que superarlo. ‘Sigue adelante. No soy tan importante, tú necesitas ser feliz de nuevo. Sé feliz, por favor.’ Pero era inútil gritarle a alguien que no podía oírte.
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Yoongi conoció a alguien y Jeongguk era feliz, de una manera un tanto sádica. Ellos eran solo amigos pero aquel chico hacía que Yoongi volviera a sonreír de esa manera hermosa en la que solía hacerlo (como lo hacía antes con Jeongguk). Jeongguk era feliz; realmente, él lo era. Él ya no era la razón de esa sonrisa pero al menos él no tenía que ver más a Yoongi destruirse lentamente.
Él observó el primer beso. Él vio su primera pelea. Él fue testigo de los momentos lindos. Y ahora dolía. Porque Jeongguk había tenido todo eso. Lo único que deseaba era morir y desaparecer, no podía soportarlo. Él mira a la pareja en su cita y las lágrimas se deslizan por su mejilla, él ya no puede mirar más. Es la primera vez en varios meses que ve a Yoongi salir con alguien más.
Jeongguk amaba a su familia, pero quizá no en la misma intensidad que amaba (ama) a Yoongi. Él aún sonríe mientras observa las conversaciones entre su madre y su hermano. Sin embargo, él no se queda por mucho tiempo. Él decide visitar a alguien más. Naturalmente, opta por ver a un amigo. Sin embargo, no esperaba que Yoongi y su actual novio estuvieran platicando con su amigo en esos momentos.
“Él me hace feliz, me trajo de vuelta a la vida” dice Yoongi observando a su novio, y Jeongguk lo ve tan animado que le duele.
“La muerte de Jeongguk te afectó mucho… pero es genial que ustedes dos hayan podido congeniar tan bien” Hoseok, un amigo mutuo de Yoongi y Jeongguk, comentó con una sonrisa.
Yoongi hace una pausa y su sonrisa vacila como los recuerdos lo comienzan a inundar. “Él-él está en un mejor lugar. Trato de pensar en ello siempre. Uhmmm ¿deberíamos ordenar algo? me muero de hambre”
¿Mejor lugar? Jeongguk sonríe amargamente, eso es ridículo. No hay manera de que esto sea un mejor lugar cuando todo lo que le trae es dolor. Dolor que no tendría que soportar porque él está muerto. Las personas muertas no tienen sentimientos.
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Yoongi y su novio rompieron unos meses después. “Aún no puedo olvidar a Jeongguk y no sé si algún día pueda hacerlo. Te quiero, pero la mayor parte de mi corazón se fue con él” Es lo que oye decir a Yoongi y Jeongguk lo mira con consternación porque, se suponía que era feliz. Él lo había visto, aquella sonrisa… Yoongi no podía ser infeliz de nuevo.
La realidad era que, Yoongi seguía sintiéndose infeliz y había renunciado a seguir pretendiendo algo que no era. Las personas a su alrededor decían que ya no sabían quién era. Y lo gracioso estaba en ello, porque Yoongi tampoco sabe quién era él en realidad. No podía recordar la última vez que sonrío sin tener que esforzarse tanto en ello.
Jeongguk lloró cada vez que vio llorar a Yoongi. Estaba destruido. Había perdido algo que jamás le sería devuelto. ¿Qué había pasado con el hombre que tanto amaba y seguía amando?
Él está muriendo; Yoongi ha perdido oficialmente la voluntad de vivir. Jeongguk lo sabe porque él está envuelto en lágrimas de nuevo mientras observa a Yoongi sostener un cuchillo. El metal tentativamente pasea sobre sus manos y lo ve tomar profundas respiraciones temblorosas. Y luego, el cuchillo se sumerge en el pecho de Yoongi y Jeongguk deja escapara un grito ahogado mientras ve como el cuerpo de Yoongi es rodeado por un baño de sangre.
“Adiós” Jeongguk, con lágrimas en los ojos, se permite decir antes de ver a Yoongi exhalar su último aliento.
Y después, la sensación de aquel aliento familiar sobre su hombro...“¿Jeongguk?”
« Por qué dices adiós...
cuando yo digo hola »